El césped es una excelente manera de darle vida a un jardín y de proporcionarles a los niños y las mascotas un lugar suave y cómodo para jugar. Además, puede hacer que tu propiedad luzca bien conservada. Existen muchas maneras de cultivar césped nuevo en un jardín. Sin embargo, cultivarlo a partir de las semillas es uno de los métodos más rentables que existen. Los principales pasos que debes seguir en la siembra incluyen escoger el tipo correcto de césped, labrar y preparar la tierra, plantar las semillas y cubrirlas con mantillo.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Preparar el césped

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    Escoge la época del año adecuada. Las mejores épocas del año para sembrar césped son el otoño y la primavera. A principios del otoño es una época perfecta, ya que existe suficiente luz solar y el suelo aún se encuentra lo suficientemente caliente como para comenzar la germinación, pero no tan caliente como para que las semillas se sequen. Por lo general, la tierra recibe más lluvia durante el otoño, lo cual es importante para el césped recién sembrado.
    • La primavera también se considera una buena época para sembrar césped, pero es importante sembrarlo a principios de la temporada, antes de que el clima se vuelva demasiado cálido y de que las personas y las mascotas comiencen a caminar sobre él.[1]
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    Escoge una semilla apropiada. Existen miles de tipos de césped disponibles que puedes cultivar en el jardín. Para decidir cuál es el mejor, debes tener en cuenta la época del año en la que planeas plantarlo, el clima, la cantidad de luz solar que recibe el jardín y la cantidad de precipitación que recibe el área en la que vives.
    • Si vas a plantar el césped durante la primavera, puedes optar por uno de estación cálida (por ejemplo, grama, hierba ciempiés o axonopus).[2]
    • Si vas a plantar en el otoño, debes escoger un césped de estación fría (por ejemplo, agrostis, espiguilla o ballico).
    • Debes visitar una tienda de jardinería local y conversar con un especialista acerca de los mejores céspedes para tu región. Es muy importante que te asegures de que el que escojas se desarrolle bien en el clima de tu área. También puedes consultar los paquetes de las semillas para que obtengas más información.
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    Escarda el área. Antes de sembrar las semillas de césped, es importante que te asegures de que el área se encuentre libre de malas hierbas. Debes tomarte tu tiempo para inspeccionar el área en busca de malas hierbas y arrancar todas las que encuentres.
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    Excava o labra el área. Utiliza una pala o un arado cincel sobre el área en la que deseas cultivar el césped para voltear y aflojar la tierra a una profundidad de 8 cm (3 pulgadas).[3] Elimina las rocas, las raíces, los palos y otros restos que encuentres a tu paso.
    • El propósito de la labranza o la excavación es aflojar la tierra, ventilar el terreno y separar las acumulaciones. Debes asegurarte de que no existan acumulaciones de tierra más grandes que un cuarto.
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    Rastrilla y corrige el suelo. Pasa el rastrillo sobre el área recién labrada para extender el suelo, nivelar el área y alisar la superficie del terreno. A medida que rastrillas, debes corregir el suelo con 5 cm (2 pulgadas) de abono orgánico añejado para agregarle nutrientes al área. Utiliza el rastrillo para colocar el abono en el suelo y distribuirlo de manera uniforme en todo el terreno.
    • Al corregir el suelo con materia orgánica, también le proporcionarás la estructura ideal. No importa si el suelo es demasiado arenoso o parecido a la arcilla al principio, ya que la materia hace que el suelo arenoso retenga más humedad y que los suelos arcillosos se aflojen.
    • El pH ideal del suelo para sembrar césped se encuentra entre 6,0 y 7,5. Puedes conseguir equipos de prueba de pH para el suelo en la mayoría de las tiendas de jardín y mejoras para el hogar.
    • Para bajar el pH, debes agregar un poco de azufre al suelo a medida que lo rastrillas. El azufre granulado es fácil de conseguir y normalmente se utiliza para la remediación de suelos. En función del pH original del suelo, es probable que necesites entre 2 y 7 kg (1 y 7 libras) de azufre por cada 100 pies cuadrados. Debes verificar las instrucciones para que obtengas las cantidades específicas.
    • Para aumentar el pH, debes corregir el suelo con cal.[4] La piedra caliza granulada es ampliamente accesible y fácil de utilizar. En función de la lectura original de pH, es probable que necesites entre 9 y 45 kg (20 y 100 libras) de piedra caliza por cada 1000 pies cuadrados. Debes verificar las instrucciones para que obtengas las cantidades específicas.
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    Afirma el suelo. Antes de sembrar las semillas de césped, debes comprimir un poco la tierra para que las semillas no salgan volando con el viento. Pasa un rodillo para césped pesado por toda el área. Esta herramienta le dará firmeza al suelo, romperá todas las acumulaciones restantes y te proporcionará una superficie lisa y plana para plantar el césped.
    • Puedes alquilar o comprar esta herramienta en la mayoría de las tiendas de jardín y mejoras para el hogar.
    • También puedes utilizar tu propio peso corporal para afirmar el suelo. Simplemente camina sobre toda la superficie del jardín en la que planeas plantar el césped. Debes caminar colocando un pie directamente enfrente del otro para asegurarte de comprimir cada centímetro de tierra.[5]
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    Distribuye el abono. Es importante alimentar y sembrar el césped el mismo día, por lo que debes corregir el suelo con nutrientes adicionales antes de sembrarlo. Existen muchos abonos de arranque disponibles específicamente para céspedes y pastizales, que cuentan con cantidades altas de fósforo para ayudar a los plantones a crecer.[6]
    • Puedes distribuir el abono a mano sobre las áreas pequeñas y utilizar un esparcidor sobre las áreas más grandes.
    • Verifica las instrucciones del fabricante acerca de la cantidad de abono que debes utilizar en función de la cantidad de tierra que vas a sembrar.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Sembrar las semillas

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    Asegúrate de que las condiciones del suelo sean las adecuadas. El suelo debe estar en orden antes de sembrar las semillas. Debe encontrarse húmedo, pero no fangoso. Si el suelo se encuentra fangoso, debes esperar a que se seque un poco antes de plantar las semillas. Si el suelo se encuentra seco y con una corteza dura, debes regarlo un poco para que se humedezca.[7]
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    Distribuye las semillas. Puedes distribuir las semillas a mano sobre las áreas más pequeñas y utilizar un esparcidor para hacerlo sobre las áreas más grandes. La cantidad de semillas que necesites dependerá del tamaño del área, el tipo de césped y el clima. Sin embargo, el promedio se encuentra entre 12 y 16 semillas por cada 6 centímetros cuadrados (1 pulgada cuadrada).[8]
    • Para sembrar a mano, debes distribuir la mitad de las semillas en una dirección (de manera horizontal) y la otra mitad en la dirección opuesta (de manera vertical) para garantizar una cobertura total.
    • Si vas a utilizar un esparcidor, debes fijar el equipo a la velocidad adecuada al sembrar las semillas.
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    Rastrilla las semillas. Una vez que las hayas distribuido, debes utilizar un rastrillo y pasarlo suavemente sobre la superficie de la parcela para esparcir las semillas y cubrirlas con una capa delgada de tierra.
    • No debes enterrar las semillas a más de 6 mm (¼ de pulgada) de profundidad, o no lograrán germinar.[9]
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    Pasa el rodillo sobre el área. Una vez que hayas enterrado las semillas, debes pasar nuevamente el rodillo para césped sobre el área para comprimir suavemente la tierra. De esta manera, te asegurarás de que las semillas se encuentren firmemente plantadas en el suelo y evitarás que salgan volando.
    • El rodillo solo necesita estar lleno en un cuarto de su capacidad de manera que tenga el peso suficiente para comprimir las semillas.[10]
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    Agrega una capa de mantillo. Este elemento protegerá las semillas de césped (para evitar que salgan volando), evitará que crezcan malas hierbas en el área y ayudará a mantener la tierra húmeda. Debes distribuir aproximadamente 6 mm (¼ de pulgada) de mantillo sobre toda el área.
    • Algunas buenas opciones para el mantillo incluyen esfagno, paja, abono orgánico o estiércol de buey. Debes asegurarte de que el mantillo sea de una variedad que se encuentre libre de malas hierbas.[11]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Cultivar y darle mantenimiento al césped

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    Riega con frecuencia al principio y luego disminuye la cantidad de veces a medida que crece el césped. La primera vez que siembres césped y los plantones comiencen a crecer, debes proporcionarles agua suficiente para que se mantengan húmedos, pero no mojados. Luego, cuando los plantones se establezcan, debes disminuir la cantidad de agua con la que las riegas.
    • Si vas a plantar césped por primera vez, debes regar las semillas tres veces al día rociándoles agua de manera ligera. No dejes que la tierra se moje hasta formar charcos.
    • Después de que las semillas germinen, debes regarlas solo dos veces al día.
    • Cuando el césped alcance una altura de 3 cm (1 pulgada), debes reducir el riego a una vez al día.
    • Cuando el césped se encuentre asentado por completo y hayas comenzado a cortarlo con regularidad, debes reducir el programa de riego a 3 cm (1 pulgada) por semana.[12]
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    Alimenta el césped. Seis semanas después de la siembra, debes abonarlo nuevamente para ayudarlo a que desarrolle raíces fuertes. Busca un abono que esté diseñado específicamente para céspedes y distribúyelo a mano o utilizando un esparcidor.
    • No abones el césped después de noviembre, ya que debería entrar en estado inactivo desde finales del otoño hasta principios del invierno. Si lo plantaste demasiado tarde durante la temporada, debes esperar hasta la próxima primavera para abonarlo.
    • Después del primer año, debes abonar el césped una vez cada primavera y otra vez durante el otoño.[13]
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    Poda el césped en cuanto se asiente. Cuando alcance una altura de 8 cm (3 pulgadas), debes podarlo. Coloca las cuchillas para que corten no más de 3 cm (1 pulgada) desde la parte superior. Si cortas un poco más, puedes fomentar el crecimiento de malas hierbas.[14]
    • En función del momento en el que hayas plantado el césped, es probable que no necesites podarlo hasta la siguiente temporada de crecimiento.
    • Durante las primeras veces que podes el césped, no debes cortarlo a más de un tercio de su altura.
    • Para evitar romper el césped, debes podarlo cuando el suelo se encuentre seco.
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    Escarda el área. Al césped no le gusta competir con las malas hierbas, en especial al que se encuentra recién asentado. Puedes escardar a mano para controlar la mayoría de las malas hierbas. Si vas a utilizar un desherbador químico, debes esperar hasta que hayas podado el césped al menos cuatro veces antes darle el tratamiento.[15]
    • El uso de un desherbador químico sobre un césped que es demasiado joven puede matarlo junto con las malas hierbas.
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    Evita el tránsito pesado sobre el césped. Aunque tardará en asentarse unas 10 semanas después de la siembra, tardará una temporada completa antes de que sea lo suficientemente abundante como para soportar un tránsito intenso.[16]
    • No dejes que animales, niños ni adultos jueguen sobre el área con césped recién plantado hasta la siguiente temporada de primavera y verano.

Acerca de este wikiHow

Katie Gohmann
Coescrito por:
Profesional en jardinería
Este artículo fue coescrito por Katie Gohmann. Katherine Gohmann es profesional en jardinería en Texas. Desde el año 2008 ha sido profesional en jardinería y ha trabajado en jardinería doméstica. Este artículo ha sido visto 10 647 veces.
Categorías: Siembra y cultivos