Este artículo fue coescrito por Jennifer Guttman, PsyD. La Dra. Jennifer Guttman es una terapeuta cognitivo-conductual, psicóloga clínica y la fundadora de Sustainable Life Satisfaction®, una plataforma motivacional y de estilo de vida. Con más de 30 años de experiencia y un consultorio en la ciudad de Nueva York y Westport, la Dra. Guttman se especializa en tratar a las personas que tienen problemas con trastornos de comportamiento agudos derivados de la ansiedad, depresión, estrés, déficit de atención y fobias. Tiene una licenciatura en psicología de Drew University y un doctorado en psicología de la Universidad de Long Island. Asimismo, es la autora de "A Path To Life Satisfaction Workbook (2018)”, blog mensual que colabora con Psychology Today y Thrive Global, así como con artículos en publicaciones grandes, sitios de medios de comunicación y podcasts, incluyendo The Washington Post, Reader's Digest, Redbook, Teen Vogue, Health, mindbodygreen.com, Harvesting Happiness y Unshakable Self-Confidence.
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Ser emocionalmente independiente y fuerte es parte esencial de la felicidad. Si dependemos de los demás para tener una identidad, nunca llegaremos a conocer verdaderamente quiénes somos. Por suerte, si nos aceptamos, modificamos nuestra manera de pensar y damos pasos activos para ser honestos con lo que somos y cómo nos sentimos, podremos encontrar esa paz interior e independencia que buscamos. Todo empieza con el paso 1 a continuación.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Aceptarte a ti mismo
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1Conoce los beneficios de aceptarte a ti mismo. El propósito más importante de aceptarse a uno mismo es aprender técnicas saludables que nos ayuden a sanar y a erradicar los recuerdos desagradables y los traumas. El objetivo ideal es tener interacciones más saludables en la vida presente. Otros de los beneficios del proceso de aceptarse a sí mismo son los siguientes:
- mayor autoconfianza
- menores niveles de ansiedad y depresión
- menores niveles de autocrítica y culpa
- mayor consciencia de uno mismo
- mayor valoración personal
- mayor sensación de paz interior
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2Reflexiona sobre los motivos por los que te juzgas a ti mismo. Tómate un tiempo para averiguar por qué te cuesta tanto aceptarte a ti mismo. Prueba con la meditación, llevar un diario o solo sentándote en un lugar tranquilo un rato para reflexionar sobre esos motivos. Procura también identificar qué voz escuchas cuando te juzgas a ti mismo. Por ejemplo, ¿escuchas a tus padres, tu pareja, tus amigos u otra persona?
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3Redefine el pasado. Tomemos como ejemplo a los padres: casi ninguno es excelente. ¿No son padres excelentes porque no nos aman o porque no merecemos afecto? No. Aunque cuando somos niños, es difícil de verlo. No son padres excelentes porque no tienen idea de lo que hacen. Intentan, pero solo son seres humanos. En vez de culparlos (o a un ex, por ejemplo) por tu dolor, redefínelo. Entiende que no merecen tu ira, odio o resentimiento. En el peor de los casos, merecen lástima; en el mejor de los casos, tu compasión.[1]
- Ya sea que tengas 7 o 70 años, es probable que hayas tenido relaciones que te hayan afectado considerablemente. Quizá tengas la tendencia a tomarte a pecho cada fracaso, discusión, desilusión o rechazo y llevar la cuenta en tu cuaderno mental para que al final llegues a un número que equivalga a tu valor personal. Esta tendencia tiene que parar de inmediato. El pasado es el pasado y se quedará ahí. Tiene poca importancia.
- Aprende a encontrar tiempo para ti mismo dentro del contexto de una relación. Para lograrlo, desarrolla tus propios intereses y pasatiempos, y pasa tu tiempo de manera regular con amigos y familiares. Esto te ayudará a seguir siendo independiente en tu relación de una manera saludable para ti y tu pareja.
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4Perdona y olvida. Este es un paso esencial para aceptarse a sí mismo y redefinir el pasado. Cuando ya no tengas resentimientos y dejes de tomarte las cosas a pecho, quedará una versión impoluta y natural de ti, una versión emocionalmente independiente y fuerte. ¡Y también serás más feliz!
- La próxima vez que notes que estás molesto con alguien, recuerda que no tiene nada que ver contigo. Esa persona está tomando sus propias decisiones, lo cual es algo que no puedes controlar y eso no tiene nada de malo. Ese es un momento insignificante en el esquema completo de tu vida, que pronto olvidarás por completo.
- Sin embargo, eso no quiere decir que debas dar luz verde a ciertas personas. Perdónalas, olvida su comportamiento, pero modifica tus expectativas. ¿Tu amigo llegó 1 hora tarde al almuerzo en que quedaron? Tenlo en cuenta. La próxima vez (si la hay), sabrás cómo manejar la situación.
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5Pasa tiempo contigo mismo. ¿Cuándo ha sido la última vez que has tenido tiempo libre y no has agarrado tu celular ni te has distraído de algún modo? Hoy en día, estamos bombardeados con estímulos, que a la larga impiden la introspección y la capacidad de conocerse a uno mismo. Empieza ahora, tómate unos 20 minutos al día para tener un tiempo solo para ti. ¿Qué mejor compañía que la tuya?
- Durante ese tiempo, observa cómo divaga tu mente. ¿Adónde se dirige? ¿Cómo piensa? Observa lo fascinante que es realmente. ¿Qué puedes aprender de ti mismo?
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6Conoce quién eres. Es como pedirle a una hormiga que se mire en el espejo y diga “Soy una hormiga, ¿no?”. Bueno, además de los pasos mencionados y a continuación, hay unos cuantos puntos delicados que son aplicables para todo el mundo:
- Eres igual de valioso que el resto de personas que conoces. No hay seres humanos “mejores”. Todos tenemos buenas y malas características.
- Tienes talentos e intereses. ¿Cuáles son?
- Tienes pensamientos y opiniones. Hay cosas que te gustan y que no te gustan. ¿Cuáles son?
- Tienes valores y creencias. ¿Qué cosas, conceptos o ideas consideras como verdad?
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Parte 2
Parte 2 de 3:Cambiar tu manera de pensar
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1Pruébate a ti mismo. Hay varias maneras de ser emocionalmente dependiente. La más común es la relación amorosa. Aprendemos a depender de nuestra pareja para recibir afecto, sexo, aprobación, por mencionar algunos. Cuando no los recibimos, sentimos que hemos hecho algo mal o que de algún modo tenemos menos valor. ¿Cuán dependiente eres emocionalmente? ¿En tu vida amorosa? ¿Con amigos? ¿Con colegas o tu jefe? ¿Con todas las personas que conoces? Ponte a pensar en algunos de los siguientes puntos para detectar las áreas en que necesitas mejorar:[2]
- ¿Te pones celoso fácilmente? ¿Te comparas con los demás tanto que puede arruinar tu día?
- ¿La gente no suele cubrir tus expectativas? ¿Quién te falla con más frecuencia?
- Cuando estás solo, ¿buscas a otros solo para sentirte bien? ¿Empiezas a sentir un vacío cuando no estás con otras personas?
- ¿Tu pareja o la idea de tener una pareja es la felicidad para ti?
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2Asume la responsabilidad. Cuando se culpa a los demás, la culpa es de ellos. Por lo tanto, ellos son los únicos que pueden solucionar el problema. Pésimo. Para poder tomar el control de tu manera de pensar y de tus emociones, tienes que asumir tu responsabilidad.[3]
- Hacerlo te obligará a depender más de ti mismo para encontrar una solución. En vez de revolcarte en el dolor, piensa en las opciones que tienes a tu disposición para mejorar la situación. Esto también erradicará las emociones negativas que se acumulan, lo cual te obligará a ser más lógico y a sentirte con un mayor control de las cosas.
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3Detente y reflexiona la próxima vez que te sientas ofendido. Solo por un momento. ¿Por qué te alteras? Esa solo es una persona que emite juicios y críticas. No es el fin del mundo ni tampoco es algo particularmente sorprendente. Todo el mundo lo hace. ¿Por qué darle la satisfacción de darle tu importancia? Es que no vale la pena.
- Recuérdate que no tienes que reaccionar de la manera en que te sientes inclinado. Quizá creas que la manera humana y natural de reaccionar es alterarse, pero esa no es tu única opción. Puedes estar enfadado o triste; o puedes notarlo, pero seguir adelante. Después de todo, enfadarse o entristecerse no tiene provecho, ¿verdad? ¿Qué de bueno te trae?
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4Recuerda que la felicidad solo está dentro de ti. Literalmente. La serotonina y la dopamina son lo que en verdad disfrutamos. Si quieres programarte para sentirte extasiado al ver una alfombra marrón, podrías lograrlo. El cerebro es bastante peculiar. En otras palabras, tú decides qué cosa te hace feliz y no tiene nada que ver con el mundo exterior. Viene de dentro. No es algo que está en el mundo.
- En el caso de que no haya quedado claro, estas son noticias buenísimas. ¡Tú tienes el control de tus sentimientos! ¡No estás a la merced de nadie! Todas las emociones que quieras sentir, las puedes sentir. Todas las emociones que no quieras sentir, las puedes rechazar. La felicidad es solo tu decisión.
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5Haz lo posible por no pasarte de la raya. Hay una línea muy delgada entre ser emocionalmente independiente y, bueno, ser un tonto. Algunos se apegan tanto a la idea de ser fieles consigo mismos que terminan pisoteando a los demás para hacerse valer. Recuerda que esta no es una excusa para abusar de los demás ni para siempre salirte con la tuya. Puedes ser amable y considerado sin dejar de ser fiel contigo mismo.
- Casi todos los que aplastan a los demás en realidad tratan de minimizar sus sentimientos de ineptitud o inferioridad. No sienten que valen nada por dentro, por eso imponen su “valor” en los demás con el fin de convencerse a ellos mismo. Esta actitud no es ser emocionalmente independiente, sino solo son malos modales.
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Parte 3
Parte 3 de 3:Vivir de manera independiente
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1Decide por ti mismo. La próxima vez que tus amigos estén sentados a la mesa hablando mal de la película más reciente, quejándose de los seudoliberales o incluso cotilleando sobre un amigo, en vez de dejar que influyan en tus opiniones, decide por ti mismo. ¿Cómo te sientes? ¿Por qué sus opiniones tendrían que influenciar las tuyas?
- Pruébalo también en las cosas pequeñas. La próxima vez que quieras ir a un café, ver una película o ir a la tienda, por ejemplo, pero hayas escuchado comentarios negativos, ¡ve de todas maneras! A veces la gente no sabe de lo que habla.
- Cuando tomes una decisión, anímate a decirla. Es probable que otras personas piensen lo mismo, pero tengan demasiado temor para decirlo. También podrías mencionar un buen punto que nadie haya tomado en cuenta.
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2Di “no”. La próxima vez que tengas una oportunidad de hacer algo que no tengas ganas de hacer, di “no”. Además de no querer hacer esa actividad, no tiene nada de malo no estar a la altura de las expectativas de los demás porque “te tiene sin cuidado”. Escucha tu instinto, porque muchas veces tiene razón.[4]
- Sin embargo, aquí también hay una delgada línea a tomar en cuenta. ¿Deberías faltar a la boda de tu mejor amigo porque no tienes ganas? Probablemente no. ¿Deberías evitar la reunión de trabajo obligatoria porque tienes pereza? Tampoco. En otras palabras, aprende a ser selectivo con sabiduría.
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3Aprende a resolver tus propios problemas. Hoy en día, vivimos en culturas de millones. Tenemos tantos recursos a nuestra disposición que no tenemos que hacer nada. Nos arreglan el auto, la instalación de agua de la casa, la computadora, nuestra salud y todo lo demás. Por desgracia, esto quita nuestra capacidad inventiva y nuestro nivel de responsabilidad. Para no depender de los demás, tenemos que arreglar nuestros propios problemas.[5]
- Así que la próxima vez que te sientas deprimido, asume la responsabilidad de hacer algo al respecto. Pasa la noche haciendo algo que de veras te guste, mímate con una terapia de compras o tan solo relájate. Cuando te sientas mejor, esto te demostrará que tú tienes el poder de mejorar las cosas, no los demás.
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4No esperes mucho de los demás. Hay una frase en el tema principal de James Bond que dice “Ármate porque nadie te salvará”. Es un poco cínico, pero la idea es verdad: todos somos seres humanos y, a fin de cuentas, tenemos que ser egoístas y ponernos primero para ser felices. Todo el mundo lo hace, así que tú también puedes hacerlo sin sentir culpa alguna.
- Tenerlo presente te ayudará a no esperanzarte para luego decepcionarte. Cuando se tienen pocas expectativas de la gente, es más fácil que estén a la altura de ellas. Además, te será más fácil darte cuenta de quién todavía no llega a cubrir esas expectativas y quién las supera de manera constante.
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5Socializa con diferentes grupos de personas. Cuando toda nuestra vida gira en torno a un grupo pequeño de personas, es difícil no pensar que sus opiniones no puedan mover montañas. Para ampliar tu mundo y no darles tanta importancia a sus opiniones, ¡socializa con más gente! Tener una red social amplia también es bueno en las buenas y en las malas.
- Todos los seres humanos se apegan a cosas. Es fatal, porque quiere decir que nuestras emociones están a la merced de otras personas y cosas. La clave es no apegarse demasiado. Es una línea delgada que solo tú puedes encontrar. La mejor manera para hacerlo es extenderse entre varias personas diferentes y repartir tu tiempo acorde a ello.
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6Ocúpate de lo tuyo. Todo se resume a esto: tú eres tu propia persona y, como tal, tienes que ocuparte de lo tuyo, lo que sea que eso signifique. Cuando encuentres quién eres y te apegues a ello, nadie detendrá esa felicidad interior que prevalecerá como resultado.[6]
- Las personas que se apegan genuinamente a lo que son son una especie poco común. No debes juzgarlo, sino más bien debe inspirarte. Los demás verán que tú eres tu propia fuente de felicidad y desearán ser iguales. Si bien algunos no podrán soportarlo, ¡igual no querrás tener su compañía!
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Consejos
- Toma en cuenta tus errores del pasado como experiencias de aprendizaje. Haz lo posible por evitar cometer los mismos errores otra vez.
Referencias
- ↑ http://meanttobehappy.com/7-ways-you-can-finally-achieve-emotional-independence/
- ↑ https://zenhabits.net/self-reliance/
- ↑ https://zenhabits.net/self-reliance/
- ↑ https://www.elitedaily.com/life/15-things-that-emotionally-strong-people-dont-do
- ↑ https://www.elitedaily.com/life/15-things-that-emotionally-strong-people-dont-do
- ↑ https://www.elitedaily.com/life/15-things-that-emotionally-strong-people-dont-do