Hay muchas maneras de ser un líder en la escuela: ya sea a través del gobierno estudiantil, de los equipos académicos, de los equipos atléticos, de las publicaciones, de las artes o del servicio comunitario. Si estás muy involucrado en la escuela, es probable que otros estudiantes te admiren. Si de alguna manera te eligen como líder en la escuela, este es un gran honor. Sin importar qué tipo de líder seas, hay tres pasos que pueden ayudarte a convertirte en un buen líder: asumir una posición de liderazgo, ser un buen modelo y practicar las cualidades del buen liderazgo.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Asume una posición de liderazgo

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    Conoce tus fortalezas. Conocer tus fortalezas y tus intereses te ayudará a escoger el área de liderazgo en la que puedes enfocarte. ¿Te gusta ayudar a las personas? Considera unirte a una organización de trabajo voluntario para las personas necesitadas. ¿Te apasiona escribir y disfrutas trabajar en equipo? Tal vez el periódico escolar sea una buena opción para ti. Si eres una persona sociable y deseas trabajar para el bienestar de la comunidad escolar, considera unirte al gobierno estudiantil.[1]
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    Involúcrate. Postula al consejo estudiantil. Únete a algunos equipos, clubes u organizaciones y obtén una idea de qué opción puede ser buena para ti. Conoce a las otras personas involucradas en el grupo de inmediato. No estás limitado al consejo estudiantil. Los equipos deportivos, los clubes de idiomas, los equipos de debate, los equipos académicos, la banda escolar, los grupos de artes escénicas y las publicaciones (el periódico o el anuario) son solo algunos ejemplos de organizaciones en las que hay oportunidades para posiciones de liderazgo.[2]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Ashley Pritchard, MA

    Ashley Pritchard, MA

    Consejera escolar
    Ashley Pritchard es una consejera académica y escolar en la escuela secundaria regional Delaware Valley en Frenchtown, Nueva Jersey. Ashley tiene más de 3 años de experiencia en consejería en el bachillerato, la universidad y en carreras académicas. Tiene una maestría en Consejería Escolar, con una especialización en Salud Mental de la Universidad de Caldwell, y está certificada como consultora de educación independiente por la Universidad de California, Irvine.
    Ashley Pritchard, MA
    Ashley Pritchard, MA
    Consejera escolar

    Los líderes más eficaces participan en las actividades escolares. Únete a diferentes clubs, obras escolares y programas atléticos. También debes trabajar en ser útil para tus compañeros de clase y mostrar cualidades de líder.

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    Gana experiencia. En casi todas las posiciones de liderazgo tienes que empezar desde abajo y aprender el manejo. Esta es la manera de ganar conocimiento acerca del grupo y del funcionamiento de las cosas. Pasa el tiempo necesario para convertirte en un conocedor y empezarás a convertirte en alguien que las demás personas del grupo admiran. Finalmente, podrás asumir la posición de liderazgo.[3]
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    Toma acción. Empieza a asumir más responsabilidades en el grupo. Establece metas y haz lo que debas hacer para lograrlas. Los líderes son personas que no esperan a que les digan qué hacer, sino que tienen buenas ideas y pueden hacer realidad sus visiones. Asegúrate de comunicar tus ideas a las demás personas del grupo y estimúlalas a unirse a ti para llevarlas a cabo.[4]
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    Haz una diferencia. Organiza una recaudación de fondos e invita a organizaciones exteriores (como aquellas que ayudan al medio ambiente o a las personas desamparadas) a tu escuela. Organiza eventos especiales para crear consciencia con respecto a asuntos o celebraciones importantes (como el cáncer, el VIH, el Mes de la Historia Afroamericana, etc.). Aprende acerca de lo que hacen otros jóvenes para apoyar causas (en sus comunidades, a nivel nacional o incluso a nivel internacional).[5]
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Sé un buen modelo

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    Haz tu mejor esfuerzo. Ser un líder en la escuela no siempre significa que debas tener calificaciones perfectas. Sin embargo, debes mostrar una actitud positiva hacia tus clases, participar y hacer tu mejor esfuerzo.
    • Por lo general, los profesores pueden notar si haces tu mejor esfuerzo (y también tus compañeros de clase). Haz un esfuerzo para trabajar bien en grupo y llevarte bien con todos.[6]
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    Sé respetuoso con los adultos. Un buen líder es alguien que conoce las reglas y que entiende las diferentes posiciones de autoridad. Quizás no estés de acuerdo al 100 % con tus profesores y con tus padres en todo momento, pero siempre debes mantener una actitud respetuosa y agradable hacia ellos.
    • El respeto por la autoridad te prepara para convertirte en adulto y entrar al mundo laboral, en el que tendrás diferentes tipos de jefes. Mostrar respeto a los adultos en el presente también le demuestra a tus profesores, a tus padres y a tus compañeros que eres un líder maduro y seguro.[7]
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    Sé puntual y organizado. Llega a la escuela y a cada una de tus clases a tiempo. Entrega tu tarea y otros proyectos de la clase a tiempo.
    • Asegúrate de tener una agenda para estar al tanto de las fechas de entrega de los proyectos. Anota cada día las fechas de entrega de los proyectos y de las tareas de cada clase.[8]
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    Ayuda a otros. Si sabes cómo hacer algo en clase que otros no, ofrece ayudarlos. Pregunta de manera amable si puedes ayudar a otros estudiantes con trabajos de la clase, siempre y cuando el profesor lo permita. Si terminas muy pronto con algún trabajo y notas que alguien tiene problemas, levanta la mano y pregunta si puedes ayudarle.
    • Extiende tu disposición a ayudar a los pasillos. Si ves que a alguien se le caen los libros, ayúdalo a recogerlos. Si un nuevo estudiante no sabe dónde se encuentran ciertas cosas o algunos salones, ofrécele tu ayuda para conocer el lugar.[9]
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    Sé digno de confianza. Sé honesto, no hables de otras personas a sus espaldas y asegúrate de tratar a otros como te gustaría que te traten.
    • Ser una persona digna de confianza es una cualidad de un buen líder. Si dices que harás algo, hazlo. Si dices una cosa a alguien, pero otra cosa a alguien más (es decir, tienes “dos caras”), pronto se sabrá que no eres alguien en quien se pueda confiar y, por lo general, las personas no desean un líder en el que no puedan confiar.[10]
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    Sé justo con todos. Aunque no te agrade cierta persona, debes tratarla como a todos los demás. Ser consistente con tu trato hacia todos es una manera importante de construir y mantener la confianza. Por ejemplo, si alguien rompe una regla, asegúrate de que reciba el mismo castigo que cualquier otro.
    • No favorezcas a tus amigos cercanos y no dejes que tus sentimientos hacia alguien que no te agrada interfiera en tu manera de ser cuando estás en el grupo. Ser parte de un equipo que trata de lograr una meta significa que todos deben trabajar juntos, no se trata solo de una reunión social.
    • Notarás que los buenos profesores y los buenos padres son justos. Tratan de no tomar bandos y se aseguran de que las reglas se apliquen a todos por igual. Ser justo y poder trabajar con cualquiera también te prepara para un entorno laboral (en el que generalmente no puedes escoger a tus compañeros de trabajo).[11]
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    Mantente positivo. Sé feliz y sonríe con frecuencia. Sin embargo, no sonrías de manera falsa. Tratar de ser amigable y de sonreír frecuentemente te hará mucho más accesible.
    • Si tu grupo está bajo mucha presión (por ejemplo, si tu equipo acaba de perder un juego importante), no adoptes una actitud negativa. Di cosas como “Lo lograremos la próxima vez” y “Todos hicieron un gran trabajo, pero el otro equipo lo hizo un poco mejor”. Esto hará que tus compañeros de equipo sepan que crees en ellos y que deben seguir esforzándose.[12]
  8. 8
    No participes en el bullying o en los chismes. Si hay alguna cualidad que los adultos notan más en los líderes estudiantiles, es su capacidad para hacer que todos los estudiantes se sientan bienvenidos y respetados en la escuela.
    • Si notas que molestan a un estudiante, defiéndelo. No temas decir “Déjalo en paz” o algo como eso. Demostrará a los estudiantes que hacen bullying que tú no crees que sus acciones sean agradables.
    • Tómate el tiempo de incluir a los estudiantes que parecen no tener muchos amigos. Invítalos a participar en una actividad contigo y algunos otros. Salúdalos ocasionalmente y pregúntales cómo se encuentran. Quizás duden al principio, especialmente si están acostumbrados a que los chicos no sean amables con ellos, pero sigue tratando.[13]
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Practica las cualidades del buen liderazgo

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    Sé un buen comunicador. Aprende habilidades para hablar en público y para escribir. Debes ser capaz de expresarte de manera clara durante reuniones, discursos, prácticas y juegos para que las personas tengan más interés en escucharte.
    • Si estás en una posición en la que necesites hablar en público, practica en casa en frente del espejo. Nota tus gestos y tus expresiones faciales al hablar. Además, pregunta si alguien en casa puede escucharte al practicar tus discursos y ofrecer sugerencias. Hablar bien a los grupos toma mucha práctica, no te desanimes si te sientes nervioso o te equivocas las primeras veces. Solo sigue intentándolo.
    • Ser un buen comunicador también significa escuchar bien. Toma tiempo aprender qué es lo quieren y qué les importa a las personas de tu grupo. Asegúrate de escuchar las voces de todos y de considerar todas las opiniones del grupo al tomar decisiones.[14]
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    Distribuye la carga de trabajo. Pide a otros que te ayuden y distribuye los trabajos de manera equitativa para que una persona no tenga que cargar con todo el trabajo.
    • Por ejemplo, un capitán de equipo puede hacer algunas reformas o distribuir los deberes de manera uniforme a sus compañeros y un editor de periódico puede asignar la redacción de diferentes artículos al personal. La rotación de los trabajos es importante para que todos obtengan responsabilidades equitativas.
    • Delegar responsabilidades dependerá de ti y del resto del grupo. Asegúrate de que todos sientan confianza acerca del trabajo que les has dado. Si una persona no tiene confianza con respecto a un trabajo, tú y otros miembros del grupo tendrán que animarla y ofrecerle ayuda y guía.
    • Es parte de tu trabajo animar a otros a participar. Si crees que alguien no pone de su parte, discute con él en privado acerca de esto y hazle saber que cuentas con él para que contribuya un poco más.[15]
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    Sé ingenioso. Un buen líder debe conocer los recursos que están disponibles para el grupo. Si no conocen la repuesta a algo o notan que se necesita hacer algo pero no saben cómo hacerlo por sí mismos, tú eres la persona que debe hacer las preguntas a los profesores, a los entrenadores, etc.
    • Es tu trabajo crear acceso a la información y a los suministros que necesitan para los proyectos y las actividades. Esencialmente, eres el nexo entre el grupo y el adulto que supervisa al grupo entero. ¿No sabes dónde conseguir ciertos accesorios para el musical? Discútelo con el director. ¿Crees que tu equipo se beneficiará de una práctica adicional a la semana? Díselo al entrenador.[16]
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    Ten la mente abierta y sé flexible. Un buen líder estará dispuesto a escuchar al grupo al decidir que se debe cambiar una regla o una política determinada. Algunas veces, la manera en la que se hacen las cosas puede ser anticuada o puede hacerse mejor. Ser abierto para cambiar es siempre algo bueno.
    • Este paso tiene que ver con saber escuchar. Algunas veces, un líder debe dar un paso atrás y solo escuchar las quejas o las satisfacciones del grupo. ¿Qué funciona bien? ¿Qué se necesita cambiar? Solo al escuchar puedes aprender muchas de las cosas que pueden tocarse en las reuniones de toma de decisiones futuras.
    • Pueden haber momentos incómodos o inesperados durante tu rol como líder. Alguien puede dejar el grupo, querer hacer cambios drásticos o desafiar tus acciones como líder. ¿Cómo manejas estos momentos? Si eres capaz de adaptarte y hacer tu mejor esfuerzo para resolver los problemas, entonces tienes lo que se necesita para ser un gran líder.[17]
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Acerca de este wikiHow

Ashley Pritchard, MA
Coescrito por:
Consejera escolar
Este artículo fue coescrito por Ashley Pritchard, MA. Ashley Pritchard es una consejera académica y escolar en la escuela secundaria regional Delaware Valley en Frenchtown, Nueva Jersey. Ashley tiene más de 3 años de experiencia en consejería en el bachillerato, la universidad y en carreras académicas. Tiene una maestría en Consejería Escolar, con una especialización en Salud Mental de la Universidad de Caldwell, y está certificada como consultora de educación independiente por la Universidad de California, Irvine. Este artículo ha sido visto 63 966 veces.
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