Si fueras cristiano, crecer más en la fe es una travesía de toda la vida. Por lo general, para todos los cristianos, adorar en público, ir a la iglesia o estudiar la Biblia en grupos es una parte importante del crecimiento espiritual. Además de la adoración pública o en comunidad, ser un cristiano fiel implica la oración y la reflexión personal. Si te involucras en la comunidad y oras por tu cuenta, fortalecerás tu relación con Dios y vivirás una vida cristiana fiel y plena.

Método 1
Método 1 de 3:
Involucrar a tu comunidad de fe

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    Ve a la iglesia de manera regular. Adorar como comunidad es importante en todas las denominaciones del cristianismo. Ve a los servicios de adoración semanales y, dependiendo de la denominación, los días sagrados obligatorios, como la Navidad, la Pascua y el Miércoles de Cenizas.[1]
    • Los cristianos por lo general asisten a servicios de adoración semanales sea los sábados o los domingos. En el caso de los anglicanos, católicos y cristianos ortodoxos, la adoración se centra en la santa comunión. Por medio de este ritual, los cristianos recuerdan la Última Cena y el sacrificio de Cristo por la humanidad.
    • En otras denominaciones, como los bautistas y los cuáqueros, la adoración comunitaria es menos estructurada y se centra en lecturas de la Biblia, sermones y música.
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    Recibe los sacramentos de acuerdo a las tradiciones de la denominación a la que perteneces. Los sacramentos son ritos de iniciación que te ayudan a confirmar tu fe y compartirla con tu comunidad. La mayoría de las tradiciones cristianas reconocen al menos 2 sacramentos: el bautizo y la santa comunión. A menudo el bautizo ocurre después del nacimiento, mientras que la primera comunión sucede alrededor de los 7 años en muchas denominaciones.[2]
    • Aunque casi todos los cristianos celebran estos sacramentos principales, algunas tradiciones reconocen varios ritos de iniciación adicionales. Por ejemplo, el catolicismo reconoce el sacramento de la confesión (también conocida como penitencia o reconciliación), la confirmación, el matrimonio, las santas órdenes y la unción de los enfermos.[3]
    • Aunque algunos sacramentos, como el bautizo y la confirmación, se reciben solo una vez, otros se celebran de manera regular. Por ejemplo, después de la primera comunión, recibirás la santa comunión cada vez que vayas a la iglesia.
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    Aprovecha oportunidades de aprendizaje, como el estudio de la Biblia y la escuela dominical. Si un pasaje de la escritura o una enseñanza de la iglesia son confusos, no tengas miedo de buscar una aclaración. Sentir la necesidad de aprender más y hacer preguntas no quiere decir que no eres fiel. Más bien, esto demuestra que quieres profundizar tu fe y te ayudará a obtener más conocimientos y sabiduría.[4]
    • También puedes hacerles preguntas al sacerdote o pastor sobre tu fe. Por ejemplo, si quisieras saber más sobre un pasaje del evangelio o un sermón, pregunta al respecto después del servicio. Si las enseñanzas sobre la santa comunión te confunden, pregunta sobre las creencias de tu tradición y por qué cada denominación tiene una perspectiva única.
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    Haz voluntariado para poner en práctica tu fe. Es probable que tu iglesia pueda conectarte con una serie de oportunidades de servicio, como un comedor popular, un refugio o una casa de reposo geriátrico. El servicio comunitario te puede ayudar a poner en práctica las enseñanzas de Cristo.[5]
    • En el evangelio de Mateo, Jesús hace un llamado a los cristianos a alimentar a los hambrientos, darles de beber a los sedientos, vestir a los que no tienen ropa, albergar a los que no tienen casa, visitar a los enfermos y los prisioneros, y enterrar a los muertos.

    Ser un mayordomo de la creación: además de ayudar a otras personas, cuidar de la creación de Dios en general también es parte de ser un cristiano fiel. Limpiar el parque de tu localidad o hacer voluntariado en un albergue de animales son formas excelentes de ser un mayordomo de la creación de Dios.[6]

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    Asiste a retiros espirituales para profundizar tu relación con Dios. Normalmente las iglesias organizan retiros cada cierto tiempo para que los miembros de la comunidad oren, reflexionen y aprendan más de su fe. Los retiros a menudo implican viajes a sitios espirituales y actividades como meditar, cantar, escribir un diario, realizar artes y manualidades, y tener debates grupales.[7]
    • Las escuelas cristianas, los grupos de jóvenes y otras organizaciones también organizan retiros. Pregúntale al sacerdote, pastor u otro líder espiritual de tu iglesia sobre los próximos retiros y cómo podrías participar en ellos.

Método 2
Método 2 de 3:
Profundizar la fe por medio de la adoración privada

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    Ora a Dios todos los días. Tranquiliza tu mente, enfócate en tus pensamientos y ábrele tu corazón a Dios. Cuando estés contento, pronuncia una oración para expresarle tu gratitud a Dios. Cuando estés triste, enojado o asustado, pide fortaleza y guía en oración.[8]
    • Para entrar en un estado mental de oración, será útil leer pasajes de la Biblia y recitar oraciones como el Padre nuestro o el Ave María.
    • Luego, habla con Dios usando tus propias palabras, de esta manera: “Señor, estoy en una encrucijada y necesito ayuda para tomar una decisión. Por favor, guíame y dame fuerzas para seguir con tu plan”.

    Consejo: cuando estés recitando oraciones como el Padre nuestro o el Ave María, no olvides enfocarte en las palabras y su significado. No las recites simplemente sin prestar atención al significado.

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    Lee y discierne pasajes de la Biblia a diario. Trata de hacer un tiempo todos los días para leer detalladamente unos cuantos versículos de la Biblia. Lee los pasajes lentamente e imagina el entorno lo más que puedas. Concéntrate en el significado de los versos y en la forma en que puedes aplicar el mensaje a tu vida diaria.[9]
    • Si tu iglesia tiene grupos de estudio de la Biblia, inscríbete en uno de ellos para leer y debatir pasajes con tu comunidad y líderes de fe.
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    Escribe entradas diarias y semanales en un diario de reflexiones. Anota todos los días cosas que hiciste bien y lo que podrías haber hecho mejor. Luego, reflexiona sobre las entradas pasadas el domingo. Fíjate un objetivo espiritual para la semana que viene en base a las entradas pasadas.[10]
    • Por ejemplo, si fuiste malo con alguien la semana pasada, ofrecer una disculpa sincera podría ser tu objetivo para la semana que viene.
    • Examinar tu consciencia de manera regular y fijarte objetivos espirituales te ayudará a vivir de acuerdo a las enseñanzas de Cristo. Es un poco como desarrollar otros hábitos saludables, como el ejercicio físico. Si te ejercitas todos los días, se volverá parte de tu rutina y te pondrás en mejor forma con el tiempo.
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    Busca señales de la presencia de Dios en el arte y la naturaleza. La música espiritual, el arte visual y la literatura ofrecen experiencia poderosas y emocionales de Dios. Por ejemplo, una pintura podría ayudarte a reflexionar en una historia de la Biblia. La belleza de la naturaleza, desde el Gran cañón a un bosque exótico, puede llenar tu corazón de adoración por el milagro de la creación.[11]
    • Cuando sientas que tu fe pasa una prueba, la belleza del arte y la naturaleza te ayudará a recordar que Dios ha creado un mundo increíble y tiene un plan para ti.

Método 3
Método 3 de 3:
Mantenerte comprometido con tu fe

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    Pídele fortaleza a Dios para resistir a la tentación. Todos experimentamos tentaciones a lo largo de nuestras vidas. Cuando sientes la tentación de hacer lo malo, ora pidiendo fortaleza y trata de encontrar algo con qué distraerte. Si alguien está ejerciendo presión social sobre ti para que hagas algo que está mal, confía en ti mismo, recuerda tus valores y pídele que se detenga.[12]
    • Si te sientes conflictuado, hazte la pregunta “¿Qué haría Jesús?”.
    • Pronunciar la plegaria de la serenidad te ayudará a pasar por momentos de tentación: “Dios concédenos la serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, valor para cambiar las cosas que podemos, sabiduría para reconocer la diferencia”.
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    Confiesa tus pecados o busca el consejo de tu pastor. Nadie es perfecto y todos cometemos errores. En algunas denominaciones como el catolicismo, el sacramento de la confesión es una parte importante de superar nuestros defectos. Si sientes que le has dado la espalda a Dios, confiesa tus pecados ante el sacerdote y pídele a Dios que te perdone.[13]
    • Si en tu denominación no se practica el sacramento de la confesión, pídele perdón a Dios en oración y pídele consejo al sacerdote o ministro sobre la sanación espiritual.
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    Mira a la duda como una oportunidad para fortalecer tu fe. No te sientas avergonzado si tuvieras preguntas sobre tu espiritualidad. Incluso los seguidores más fieles de Cristo sienten dudas. Trata de compartir tus sentimientos con amigos y familiares y pídeles consejo a los líderes espirituales de tu iglesia.[14]
    • Ten en mente que el plan de Dios trasciende nuestro entendimiento. La fe cristiana implica aceptar misterios que no se pueden entender solo por medio de la razón.

    Consejo: siempre recuerda que experimentar dudas no quiere decir que no eres fiel. Más bien, quiere decir que te tomas la fe en serio y tienes un deseo sincero de profundizar tu relación con Dios.

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    Responde al sufrimiento y a la maldad ayudando a otras personas. Además de las dudas en general sobre la espiritualidad, el problema de la maldad es un desafío específico que los cristianos tienen que enfrentar. Quizás sientas que tu fe se pone a prueba cuando, por ejemplo, ocurre un desastre natural o algo terrible le sucede a una persona buena. Recuerda que es un mundo imperfecto y que el sufrimiento, por más difícil que sea, es parte de la vida.[15]
    • En el caso de los cristianos, el sufrimiento tiene un propósito importante. El sufrimiento nos conecta a otros y nos ayuda a volvernos mejores personas. Si has sufrido en el pasado, serás más capaz de ayudar a alguien más que está sufriendo en este momento.[16]
    • Por ejemplo, supón que tu amigo está alterado porque lo molestan en la escuela. Si tú has tenido que enfrentarte a una persona abusiva en el pasado, estarás en una mejor posición para ayudar a que tu amigo se sobreponga a la situación.

Consejos

  • Todos los cristianos siguen las enseñanzas de Jesús, pero muchas denominaciones del cristianismo tienen creencias y prácticas un poco diferentes. Habla con el sacerdote, pastor o líder espiritual sobre las creencias de tu denominación y el estilo de la adoración.
  • Recuerda que la fe es parte de una relación personal con Dios. Crecer en la fe no quiere decir presumir con qué frecuencia oras o vas a la iglesia. En el evangelio de Mateo, Cristo enseña que es mejor adorar a Dios en silencio y con humildad en lugar de alardear.

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Categorías: Cristianismo