En muchas Iglesias católicas, el sacerdote prefiere tener entre tres a seis monaguillos (servidores del altar o acólitos) para que lo ayuden a hacer la misa. Aunque alguna vez estuvo prohibido en la Iglesia católica, ahora se permite la colaboración de mujeres monaguillas con la condición de que el obispo diocesano y el párroco permitan la práctica. Si deseas obtener más información sobre cómo realizar las labores de un monaguillo correctamente, sigue leyendo.

Requisitos para los candidatos a monaguillo

El candidato debe cumplir con los siguientes requisitos:

  • Los candidatos deben haber hecho la primera comunión.
  • Los candidatos deben saber cómo hacer la genuflexión correctamente.
  • Los candidatos deben saber cómo hacer la señal de la cruz.
  • Los candidatos pueden ser hombres o mujeres siempre y cuando su iglesia esté de acuerdo con la práctica del servicio en el altar de mujeres (monaguillas).

Pasos

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    Prepárate para la tarea. Antes de que llegues a tu iglesia, asegúrate de vestir la ropa correcta, una camisa de cuello y un pantalón están bien. Sin embargo, cuando se usan albas, no es práctico vestir camisas de cuello.
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    Debes llegar a la iglesia por lo menos 20 minutos antes de que empiece la misa (haz una visita a Jesús en el Santísimo Sacramento de la capilla). Mientras llegues más temprano, tendrás más tiempo para prepararte.
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    Ve a la sacristía de tu iglesia, que es donde se guarda el traje de los monaguillos y las sotanas. Trata de no hablar en voz alta e intenta susurrar.
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    Decidan cuál será la labor de cada uno. Generalmente el maestro de ceremonias o diácono es el que decide esto, pero la elección también puede recaer sobre el monaguillo presente con más experiencia. Si no estás seguro de qué cosas se necesitan hacer, pregúntaselo al diácono o al sacerdote.
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    Espera al sacerdote o al diácono, y en algunos casos al obispo, para que se junten en la entrada de la iglesia. Una vez que se inicie la misa, NO HABLES DURANTE LA MISMA. Siempre ten las manos juntas. El monaguillo principal debe hacer que los monaguillos menores cumplan diferentes funciones para ganar experiencia. Dependiendo de las costumbres de tu parroquia, la procesión puede ser liderada por distintos monaguillos. Muchas veces esto lo hace el portador de cruz (crucífero), en ocasiones acompañado por quienes llevan las velas, pero generalmente el portador del incensario es el que lidera.
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    Mantente de pie al lado de tu asiento mientras cantas el himno de apertura, el cual se ha venido cantando desde la procesión por el pasillo. Después de haber concluido el himno, el sacerdote dará la bienvenida a la feligresía.
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    Durante la homilía, escucha con atención lo que tiene que decir el sacerdote. Por lo general, está relacionado con las lecturas bíblicas del día y tiene información importante sobre la fe.
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    En la preparación de los dones, en ocasiones llamado ofertorio, el pan y el vino son llevados al altar. A veces el que porta la cruz se pone al centro para acompañar las ofrendas al altar. En la mayoría de casos, el sacerdote y el diácono se dirigirán a la entrada del altar mayor para recibir los dones y entregárselos a los servidores para que los coloquen en el altar principal. Los monaguillos deben estar de pie a un lado del altar y darle al diácono (o sacerdote) el agua y el vino de la alcuza o jarra, según corresponda. Luego, con el agua y la toalla, colócate en el mismo lugar para que el sacerdote pueda lavarse las manos.
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    Si se usa una campana, hazla sonar una vez en la epíclesis (cuando el sacerdote invoca al Espíritu Santo al extender sus manos sobre los dones), y tres veces por cada elevación de la hostia y el cáliz. Arrodíllate después del Agnus Dei (Cordero de Dios)
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    Sigue la costumbre y recibe la santa comunión. Luego de recibir la comunión, los monaguillos vuelven a sus asientos.
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    Luego de que el sacerdote o el diácono cante el despido, todos los servidores se desplazarán a la entrada del altar mayor en parejas, generalmente en el mismo orden con el que entraron. Camina hacia delante hasta pasar el altar y da suficiente espacio para que los otros servidores y el clérigo se paren detrás de ti antes de girar al altar. Cada uno en procesión hará la genuflexión (excepto si vas a llevar algo en las manos). Gira y dirígete a la parte posterior de la iglesia caminando por el pasillo principal. Normalmente el sacerdote y el diácono se paran en la entrada de la iglesia para hablar con la feligresía a medida que salen.
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    A limpiar. La labor del monaguillo no termina al final de la misa. Antes de colgar tu traje, apaga todas las velas usando un apagavelas para evitar derramar cera caliente sobre ti, sobre el altar o el piso. Según las costumbres de la parroquia, el diácono o el maestro de ceremonias podría decirte si hay algo extra por hacer o si algo ha sido olvidado, como la preparación de otra misa. Cuelga tu alba y el cinturón en sus respectivos lugares cuidadosamente.

Consejos

  • Mantén el silencio en la sacristía y evita hacer ruidos innecesarios. Sí puedes hacer una oración antes de que la misa empiece.
  • Si dos monaguillos necesitan moverse juntos, no te muevas sin tu compañero. Normalmente cada monaguillo tiene un compañero, a menos de que esté haciendo una labor específica como llevar la cruz.
  • Ahora la mayoría de sacerdotes no suelen hacer la genuflexión al altar. Ellos solo hacen la genuflexión al sagrario. Si es así, solo haz una reverencia al altar y no hagas la genuflexión.
  • Mantente listo para ayudar al sacerdote o al diácono, especialmente si es un visitante de tu parroquia. Podría hacerte algunas preguntas sobre cómo se lleva a cabo la misa en tu iglesia. Si lo hace, trata de responderle de manera clara y concisa.
  • Trata de repartir las labores equitativamente entre tú y los otros monaguillos. No hagas que solo uno haga todo el trabajo. Si hay un maestro de ceremonias o un diácono que distribuya el trabajo, él debe asegurar de que así sea.
  • Recuerda que durante la misa la gente te estará mirando. Podrían hacer comentarios al sacerdote o al maestro de ceremonias acerca del comportamiento de los monaguillos en la misa. Aunque normalmente sería para felicitarlos, también podría ser para lo contrario. Para evitar esto, no debes reírte ni conversar durante tu servicio. Sin embargo, podrías dar instrucciones durante la misa y ayudar a otros monaguillos si no están seguros de lo que tienen que hacer.
  • Cuando camines o estés sentado, tus manos deben mantenerse en una de estas dos posiciones: entrelazadas en el pecho o en la cintura.
  • Siempre ve al baño antes de la misa. Esta es una costumbre necesaria.
  • Cuelga tu traje después de usarlo. No lo dejes botado en el suelo del armario pues sería una ofensa para los que cuidan la iglesia.
  • Normalmente te halagarán y te corregirán como un monaguillo nuevo. Trata de hacer correcciones y agradece a las personas por los elogios. NUNCA las des por sentado.

Advertencias

  • Si algo sale mal, no lo demuestres. Actúa como si todo fuese normal y la feligresía no lo notará.
  • Recuerda dormir bien primero, no hay nada peor para la audiencia que ver a un monaguillo cansado.
  • Cuando prendas las velas o manipules el fuego, mantén la llama lejos de tus vestimentas y cabellos. Las albas podrían prenderse o derretirse y pegarse a tu cuerpo, dependiendo del tipo.
  • Ve apropiadamente vestido. Normalmente no se aceptan zapatillas, aunque podrían permitirse unas de color negro si no se trata de una ocasión especial. Lo que significa que no deben ser de colores extravagantes.
  • Si el clima es malo, recuerda salir de tu casa un poco más temprano de lo normal.

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Categorías: Catolicismo