Por lo general, la muerte de un padre es una de las pérdidas más tristes que una persona tiene que soportar. Es posible que tu papá haya sido tu mejor amigo, un sistema de apoyo y el alma de la fiesta. Tal vez su relación fue difícil, pero aun así te sientes muy afectado por su fallecimiento. Podrías necesitar tiempo para llorar, lo que significa que pasarás un tiempo procesando y sintiendo la pérdida antes de recuperarte. Recurrir a otros y seguir una rutina puede ayudarte a empezar el proceso de recuperación. Nunca lo superarás por completo, pero recuerda que la felicidad está a la vuelta de la esquina. Tu padre vivirá por siempre en tu corazón.

Método 1
Método 1 de 3:
Llorar por la pérdida

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    Busca respuestas de otros adultos. Es posible que la muerte de tu papá te haya dejado muy confundido o con muchas preguntas sin responder. Aunque tu mamá u otros parientes intenten protegerte, es entendible que quieras saber la verdad. Habla con tu familia y dile qué te gustaría saber.[1]
    • Puedes decir “Tía Julia, sé que todos están diciendo que papá tuvo un accidente automovilístico, pero nadie me ha dicho cómo. Tengo muchas preguntas. ¿Puedes respondérmelas?”.
    • Mientras más sepas sobre la situación, más fácil será que llores de forma apropiada. No dudes en hacer las preguntas cuya respuesta quieras o necesites conocer.
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    Llora si lo necesitas. Intenta tomarte un tiempo para estar triste todos los días durante este difícil momento. Llorar puede ayudarte a liberar tus emociones. No te avergüences de demostrar cómo te sientes, incluso si tienes que llorar frente a otras personas. Ellas entenderán.
    • A veces es posible que te sientas adormecido o impactado completamente, lo cual también está bien. Si no puedes llorar, no te fuerces a ti mismo. Tómate un tiempo para estar solo con tus pensamientos.
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    Dedícate un tiempo a recordar. Tómate un tiempo para reflexionar sobre todos los recuerdos que tienes de tu padre. Saca algunos álbumes de fotos y recuérdalo por cómo era. Probablemente esto te hará sentir triste, pero es normal. También sentirás momentos de felicidad tras haber reflexionado sobre los buenos momentos.
    • Reflexiona especialmente sobre los momentos que has pasado a solas con tu papá. Ten presente que todos los recuerdos son especiales porque solo los saben ambos.
    • Si tienes recuerdos de tu padre dolorosos o difíciles, no te sientas culpable. Es normal que algunas personas sientan furia durante el periodo de tristeza.
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    Habla con tus hermanos si los tienes. Si bien es agradable hablar con algunos adultos durante este momento, a veces conversar con otras personas puede ser de más ayuda. Si tu papá tuvo otros hijos, habla con ellos, sobre todo si tienen casi la misma edad. Ellos entenderán tu dolor mejor que nadie, ya que también fue su papá.[2]
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    Escribe tus pensamientos. Escribir puede ser de utilidad para liberar todos los sentimientos acumulados que podrías tener. Al final de cada día o cuando estés pasando por un momento muy difícil, anota tus sentimientos en un papel. Dejar salir tus pensamientos puede ser la liberación que necesitas para sentirte mejor.
    • Por ejemplo, puedes escribir “Acabo de tener una crisis nerviosa. Estaba comprando y vi algunos equipos de pesca. A papá le encantaba pescar. Desearía poder pescar con él otra vez”.
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    Expresa tus sentimientos de forma creativa. Tal vez no te sientas muy bien hablando sobre tu padre en este momento o quizás te sientas más enojado que triste. Si es así, puedes encontrar otras formas para dejar salir tus emociones. Puedes dibujar, pintar, escuchar música o reorganizar tu habitación. Solo haz lo que sientas que es correcto para ti.[3]
    • Dibuja o colorea recuerdos que tengas de tu padre. Podrías optar por crear imágenes que habrían sido importantes para él. Por ejemplo, si adoraba la pesca, podrías dibujar un lago.
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    Mantén algunas de sus cosas contigo. Probablemente hay algunas cosas muy importantes de tu papá que te gustaría tener. Conservarlas puede ayudarte a sentirte cerca de él y mantener su memoria viva.
    • Por ejemplo, quizás quieras mantener su anillo de la escuela secundaria, una de sus corbatas o un libro que solía leerte.
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    Pide algunos días libres en tu escuela si es necesario. Si aún estás en la escuela, tal vez descubras que es difícil concentrarse mientras lidias con la pérdida. Pregúntale a tu mamá o tutor si puedes faltar a la escuela por aproximadamente una semana. Si bien aún estarás lidiando con la muerte de tu padre, el golpe habrá disminuido.[4]
    • Puedes decirle “Mamá, sé que la escuela empieza el lunes, pero no me siento preparado. Aún estoy muy triste y temo llorar en clases. ¿Puedo faltar un par de días?”.
    • Si debes volver a la escuela, intenta asumirlo día a día. Cuéntales a tus profesores lo que ha ocurrido y toma notas para mantenerte enfocado.
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    Encuentra maneras de homenajear a tu papá en los días importantes. Luego de su muerte, es posible que su cumpleaños, el Día del Padre u otro día festivo importante sea muy duro para ti. En vez de temer estos días, haz algo por él en su lugar. Planea una cena familiar donde todos puedan compartir historias sobre lo divertido que era. También puedes hacer algo que siempre le haya gustado, como jugar béisbol o hacer voluntariado.[5]
    • Intenta no estar solo en estos días, ya que pueden ser muy duros.
    • Podrías tener dificultades para afrontar las festividades importantes, pero trata de hacerlo. Recordar a tu padre de manera activa en estos días hará que el proceso de recuperación sea más rápido.
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    Recuerda que no es tu culpa. Algunas veces, cuando la gente cercana a nosotros fallece, nos culpamos a nosotros mismos. Es posible que pienses “Si hubiera sido una persona mejor para mi papá, tal vez aún estaría aquí”. Recuerda que no hay nada que podrías haber hecho para prevenir lo sucedido. ¡No es tu culpa! Es normal que desees que tu papá esté aún allí, pero no te culpes a ti mismo por las cosas que no has hecho o no puedes cambiar.[6]
    • Si tuviste una pelea con tu padre en sus últimos días, recuerda que tu padre te habría perdonado. Procura no culparte.
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Método 2
Método 2 de 3:
Buscar ayuda

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    Habla con la gente en quien confíes. Trata de no aislarte durante este momento. Hablar sobre la pérdida de tu papá puede ayudarte a superarla. Encuentra a un par de personas a quienes contarles cómo te sientes y tenlas en tu marcación rápida para hablar con ellas en los días particularmente malos. Puedes hablar con tu mamá, algún abuelo, tu hermano, un consejero o un amigo.
    • Por ejemplo, puedes llamar a un amigo que haya perdido a su mamá hace poco. Puedes decirle “Sé que has perdido a tu mamá hace un par de años. Creo que siempre supe que mi papá moriría algún día, pero esto sucedió muy de repente. No me pude despedir de él. Estoy pasando por un momento muy difícil.”
    • Si vas a hablar con alguien cuyos padres han fallecido recientemente, ten en cuenta que quizás aún no esté listo para hablar.
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    Pasa tiempo con amigos y familiares. Si bien estar un tiempo a solas es necesario, hacerlo en demasía durante este periodo puede ser aislante. Trata de no estar solo por más de tres horas al día. En vez de eso, pasa tiempo con tu familia y amigos, particularmente con aquellos que eran cercanos a tu padre. De esta manera, podrán ayudarse mutuamente para superarlo.[7]
    • Si necesitas un tiempo a solas, no hay ningún problema con ello. Trata de equilibrar el tiempo a solas con el que pases socializando. Esto te dará un poco de espacio para recuperarte sin aislarte de tus seres queridos.
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    Pídele a tu familia que te cuente historias sobre tu papá. Aunque es posible que lo hayas conocido bien, probablemente hay varias historias geniales que no conoces. Tómate un tiempo para descubrir algunas cosas que no sabías de gente que lo conoció antes de que tú nacieras.
    • Por ejemplo, es probable que sus hermanos puedan contarte algunas historias divertidas e interesantes sobre él.
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    Acepta y pide ayuda cuando la necesites. Si tus amigos se ofrecen a ayudarte con algo, ¡deja que lo hagan! Este es un momento difícil para todos, así que está bien si necesitas un poco de ayuda. Para eso están los amigos y familiares.
    • Por ejemplo, si tienes hambre y tus amigos se ofrecen a llevarte el almuerzo, ¡acéptalo! Puedes devolverles el favor algún día cuando ellos lo necesiten.
    • Asimismo, si necesitas ayuda, ¡pídela! Puedes decir “Oye, Sara, ¿te gustaría venir a estudiar conmigo para el examen de matemáticas? No he podido concentrarme mucho desde la muerte de mi padre y podría necesitar ayuda”.
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    Encuentra un grupo de apoyo en tu zona. Los grupos de apoyo te proporcionarán el espacio para que puedas compartir tus sentimientos sobre la muerte de tu padre y aprender de los puntos de vista de otras personas. Estar rodeado de gente que sabe exactamente cómo te sientes puede ser de ayuda, así que busca uno en tu zona.[8]
    • Por ejemplo, puedes buscar “grupos de apoyo de duelo” o “grupos de apoyo en casos de la muerte de un padre” en internet para ver si hay algún resultado en tu localidad.
    • Si no puedes encontrar algún grupo de apoyo en tu zona, considera encontrar uno en internet y escribirte con otros amigos que hayan pasado por situaciones similares.
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    Consigue la ayuda de un consejero profesional si crees que estás deprimido. Esta pérdida puede ser desgarradora, así que está bien si necesitas un poco de ayuda adicional (o mucha). Si sientes que no tienes a nadie con quien hablar o crees que puedes estar deprimido, consigue ayuda. Hay varios terapeutas que están entrenados para ayudar a cualquiera en esta situación.[9]
    • Si estás en la escuela, probablemente haya un trabajador social, consejero o terapeuta en el personal que pueda ayudarte a guiarte en esta situación.
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Método 3
Método 3 de 3:
Disfrutar la vida nuevamente

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    Cuídate a ti mismo de forma física. Al igual que tu salud mental y emocional, tu cuerpo también es importante. Es posible que hayas perdido el apetito últimamente o sientas que es imposible dormir. Intenta comer tres veces al día, incluso si es poco. Toma una gran cantidad de agua para no deshidratarte. Si no puedes dormir, trata de tomar un baño relajante antes de hacerlo y evitar la cafeína luego de las 12 p. m.[10]
    • ¡Ejercitarse también es bueno! Esta actividad mantiene en marcha nuestras endorfinas y aumenta el sentido del humor de manera natural. Intenta ejercitarte al menos tres veces por semana por treinta minutos. Puedes empezar con algo pequeño como caminar alrededor de tu cuadra.
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    Incorpora actividades divertidas a tu vida lentamente. Aunque es posible que no quieras hacer nada divertido ahora, planea hacer al menos una al día. Puedes empezar con algo pequeño como ver un programa de televisión que te guste o comer helado. A medida que el tiempo pase, querrás hacer más actividades, como ir a la playa o bailar de nuevo.
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    Ayuda a las personas que lo necesiten. Quizás has necesitado mucha ayuda y apoyo por parte de otra gente últimamente. Una vez que te sientas un poco mejor, empieza a regresar los favores. ¿Hay algún amigo que vaya a mudarse pronto? Ayúdalo a empacar. Tal vez hay una campaña de recolección de ropa en tu vecindario para las personas necesitadas. Si es así, ¡echa una mano! Empieza a encontrar un propósito mayor al servir a los demás.
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    Tómate un tiempo. Incluso si logras tener un buen día, es posible que los dos siguientes sean malos. Probablemente logres un gran progreso, pero despiertes una noche llorando demasiado porque extrañas a tu padre. No estás solo y tus sentimientos son normales. Superar la muerte de tu padre es un proceso para toda la vida y, algunas veces, es algo de lo que uno nunca se puede recuperar por completo. No obstante, lo estás haciendo de la manera más saludable posible, ¡así que mantén la cabeza en alto![11]
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Acerca de este wikiHow

Klare Heston, LCSW
Coescrito por:
Trabajadora social clínica
Este artículo fue coescrito por Klare Heston, LCSW. Klare Heston es una trabajadora social clínica independiente licenciada que reside en Cleveland, Ohio. Con experiencia en asesoría académica y supervisión clínica, Klare obtuvo su maestría en trabajo social en la Universidad de la Mancomunidad de Virginia en 1983. También tiene un certificado de posgrado de 2 años del Instituto Gestalt de Cleveland, además de una certificación en terapia familiar, mediación, y recuperación y tratamiento de traumas (EMDR). Este artículo ha sido visto 111 562 veces.
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