El estigma (estereotipos sociales), el prejuicio (creencias negativas sobre una persona o un grupo de personas que consideras verdaderas) y la discriminación (acciones realizadas contra una persona o un grupo a causa de los prejuicios) pueden provocar ambientes tensos y problemas de salud mental.[1] Si tienes prejuicios e interactúas con personas de diferentes razas, esto puede reducir las funciones ejecutivas del cerebro; esto se debe a la noción de que las personas muy prejuiciosas deben dedicar mucha energía a autocontrolar sus comportamientos.[2] Para superar los prejuicios por completo, debes esforzarte para disminuir tus propios prejuicios y también ponerle fin a aquellos que se encuentran a nivel social. Puedes vencer los prejuicios si cuestionas tus propios sesgos, aumentas tus conexiones sociales y afrontas los prejuicios de manera saludable.

Método 1
Método 1 de 3:
Cuestionar tus sesgos

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    Evalúa tus propios sesgos. Para combatir tus propios sesgos, primero debes saber en qué consisten. La psicología social cuenta con herramientas que se emplean para evaluar los sentimientos y las creencias implícitos sobre las diferentes personas; a estas se les denomina pruebas de asociación implícita (IAT, por sus siglas en inglés).[3] Estas pruebas te indicarán tu nivel de sesgo inherente hacia determinados grupos de personas.
    • Si sabes inglés, puedes someterte a una IAT creada por la Universidad de Harvard sobre cualquier tema como la sexualidad, la religión y la raza. Estas pruebas pueden encontrarse en Internet.[4]
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    Hazte responsable. Un prejuicio consiste en un tipo de discapacidad que afecta a tu perspectiva, ya que te prohíbe pensar más allá de tus suposiciones y crea un muro imaginario que bloquea tu pensamiento objetivo. Por ejemplo, tus propias actitudes implícitas y explícitas hacia las personas de una raza diferente predecirán con solidez lo amigable que serás con ellas (de manera verbal y no verbal).[5]
    • Acepta tus propios sesgos y prejuicios, y reemplázalos de manera activa con opciones más razonables.[6] Por ejemplo, si piensas algo estereotípico sobre un sexo, una religión, una cultura o una raza en particular (como las rubias son tontas, las mujeres son temperamentales, etc.), recuerda que esto es un sesgo en contra de ese grupo y que estás generalizando en exceso.
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    Identifica los efectos negativos de los prejuicios. Para disminuir los prejuicios o sesgos que experimentas, podría ser de utilidad identificar y comprender los efectos que tus sesgos pueden tener en los demás. Si una persona es víctima del prejuicio o de una discriminación abierta, esto puede provocarle efectos devastadores en la salud mental.
    • Ser víctima de los prejuicios y la discriminación puede provocar una baja autoestima y depresión, además de reducciones en la atención de la salud, el hogar, la educación y el empleo.[7]
    • Si hay una persona que tiene prejuicios contra ti, esto puede disminuir tu autocontrol.[8]
    • Recuérdate que si tienes sesgos contra otras personas, esto podría provocarles consecuencias nefastas.
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    Disminuye los estigmas propios. Algunas personas podrían haber interiorizado estereotipos o prejuicios sobre su persona.[9] Los estigmas propios surgen cuando tienes una creencia negativa sobre tu persona. Si concuerdas con esa creencia (prejuicio propio), esto puede provocar comportamientos negativos (discriminación propia).[10] Un ejemplo sería que alguien tenga una creencia negativa de que su enfermedad mental significa que está “loco”.
    • Identifica las maneras en las que podrías estigmatizar a tu persona, e intenta cambiar estas creencias de manera activa. Por ejemplo, en lugar de pensar algo como “Estoy loco porque cuento con un diagnóstico”, puedes modificarlo y decir algo como “Las enfermedades mentales son comunes y una gran cantidad de personas las padecen. Esto no quiere decir que estoy loco”.
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Método 2
Método 2 de 3:
Aumentar tus conexiones sociales y disminuir tus sesgos

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    Rodéate de diversas personas. La diversidad también podría contribuir con la capacidad de afrontar adecuadamente los prejuicios.[11] Si no te expones a razas, culturas, orientaciones sexuales y religiones diferentes, no podrás aceptar por completo la diversidad que existe en el mundo. Dejamos de juzgar y empezamos a escuchar y aprender cuando conocemos en verdad a alguien.
    • Una manera de experimentar la diversidad consiste en viajar a otro país, o incluso a otra ciudad. Cada ciudad pequeña cuenta con su propia cultura, incluidos sus alimentos, sus tradiciones y actividades populares. Por ejemplo, las personas de la ciudad podrían vivir experiencias diferentes a las que viven en el campo, tan solo por el entorno.
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    Rodéate de personas que admires. Debes exponerte a personas que sean diferentes a ti (en lo relacionado a la raza, la cultura, el sexo, la sexualidad, etc.) y respetes o admires. Esto podría ser de utilidad para modificar las actitudes negativas implícitas hacia los miembros de culturas diferentes.[12]
    • Incluso mirar imágenes o leer sobre diversas personas que admires puede ser de utilidad para disminuir los sesgos que tengas hacia un grupo al que pertenezcan (ya sea racial, étnico, cultural, religioso, de identidad sexual, etc.).
    • Lee una revista o un libro que haya escrito una persona diferente a ti.
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    No justifiques los estereotipos al interactuar con otras personas. Los prejuicios podrían ocurrir cuando las ideas que se mantenían previamente se justifican mediante el estigma o los estereotipos.[13] Esto podría ocurrir debido a que a veces los estereotipos se consideran aceptables a nivel social. Todos hemos escuchado sobre los estereotipos, ya sean buenos o malos. Entre algunos de los ejemplos tenemos a que las rubias son tontas, los morenos son atléticos, los asiáticos son inteligentes, los mexicanos son muy trabajadores, etc. Algunos de estos parecen positivos, pero todos pueden convertirse en negativos mediante los prejuicios. Si esperas que un grupo de personas sea idéntico por completo, es probable que juzgues a las personas de manera negativa si no cumplen con tus estándares, lo que puede generar discriminación.
    • Una manera de no justificar los estereotipos consiste en estar en desacuerdo con las personas que hagan un comentario estereotípico. Un ejemplo sería que tu amigo diga algo como “Todos los asiáticos son muy malos conductores”. Evidentemente, este es un estereotipo negativo y puede provocar prejuicios si esta persona en verdad lo cree. Puedes contrarrestar el estereotipo de tu amigo si lo confrontas de manera amable diciéndole algo como “Ese es un estereotipo negativo. Debes tener en cuenta las culturas y las tradiciones diferentes”.
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Método 3
Método 3 de 3:
Afrontar los prejuicios de los demás

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    Debes ser receptivo y aceptarte. En ocasiones, si nos sentimos amenazados por un prejuicio o la discriminación, deseamos ocultarnos del mundo para que no puedan dañarnos más. Si te ocultas y encubres tu identidad, esto podría ser una medida de protección personal, pero también podría aumentar el estrés y las reacciones negativas al prejuicio.[14]
    • Conoce tu identidad y acéptate sin importar lo que creas que otros piensan de ti.[15]
    • Determina a qué personas puedes confiarles tu información personal y habla de manera abierta cuando estés cerca de ellas.
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    Únete a un grupo. La solidaridad grupal puede ser de utilidad para que las personas resistan más los prejuicios y se protejan contra los problemas de salud mental.[16]
    • Todo tipo de grupo será de ayuda; sin embargo, será de mucha más ayuda que te unas a un grupo que coincida con tus aspectos únicos (como un grupo de mujeres, de LGBT [lesbianas, gays, bisexuales y transgénero], de afroamericanos, uno orientado a la religión, etc.). Esto puede ser de utilidad para que desarrolles una resistencia emocional (sentir menos furia o depresión y tener más control) frente a los prejuicios.[17]
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    Obtén el apoyo de tu familia. Si has experimentado los prejuicios o la discriminación, el apoyo social puede ser vital para resolver estos problemas y recuperarte. El apoyo emocional puede ser de utilidad para disminuir los efectos negativos que los prejuicios tienen en la salud mental.[18]
    • Conversa con tus familiares o amigos cercanos sobre la injusticia que hayas experimentado.
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    Espera un resultado positivo o neutral. Si has experimentado los prejuicios o la discriminación en el pasado, es comprensible que seas muy cauteloso para no volver a experimentarlos. No obstante, el estrés puede aumentar si esperas que otras personas tengan prejuicios contra ti o si consideras que actuarán de una manera determinada.[19]
    • No esperes el rechazo.[20] Intenta considerar cada situación e interacción como una experiencia nueva.
    • Si esperas que otros tengan prejuicios contra ti, esto puede convertirse en un prejuicio en sí. Intenta no generalizar ni etiquetar a los demás de una manera determinada (como prejuiciosos, criticones, racistas, etc.). Ten en cuenta que si juzgas previamente a las personas y esperas que sean prejuiciosas, podrías ser tú la persona sesgada.
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    Lidia con el prejuicio de manera saludable y creativa. Algunas personas podrían lidiar con los prejuicios de maneras negativas, como los comportamientos agresivos o las confrontaciones innecesarias.[21] En lugar de sacrificar tus valores para afrontar los prejuicios, afróntalos de maneras que te permitan liberar o asimilar tus emociones relacionadas con ellos.
    • Exprésate mediante el arte, la escritura, el baile, la música, la actuación o cualquier otra cosa creativa.
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    Involúcrate. Si disminuyes los prejuicios de manera activa, esto podría ser de utilidad para hacerte sentir que estás marcando una diferencia.
    • Una opción consiste en convertirte en defensor o voluntario en una organización cuyo objetivo sea disminuir los prejuicios y la discriminación.
    • Si no puedes hacer trabajo voluntario en una organización, puedes donar dinero o incluso suministros. Muchos refugios para personas desamparadas aceptarán alimentos enlatados, ropa y otros artículos.
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Acerca de este wikiHow

Rachel Kove
Coescrito por:
Coach de recuperación certificada
Este artículo fue coescrito por Rachel Kove. Rachel Kove es coach de recuperación certificada, emprendedora en serie, autora publicada, defensora de la salud mental y actriz con más de 13 años de experiencia. Recientemente, desarrolló y se convirtió en copropietaria de Transformational Solutions, un programa de coaching de vida que se especializa en adicciones, trauma y desarrollo personal. Rachel también cocreó el programa V.I.S.I.O.N.S., un plan de estudios de superación personal diseñado para ayudar a las personas a liberarse emocionalmente y a lograr sus metas. Asimismo, es coanfitriona del podcast semanal “Kicking it With The Koves” junto con su hermano y su padre, Jesse y Martin Kove. Este artículo ha sido visto 7568 veces.
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