En los Estados Unidos, aproximadamente un tercio de la población adulta sufre de un miedo irracional a las serpientes.[1] Ya sea que este miedo sea el resultado de una experiencia personal, o el resultado de la desinformación que se haya propagado a través de la cultura y los medios de comunicación populares, aun así la "ofidiofobia" continúa siendo una de las fobias más comunes entre los adultos.

Parte 1
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Enfrenta tu miedo a las serpientes

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    Ten en cuenta que hay tres causas principales de la "ofidiofobia". Una persona puede desarrollar un miedo a las serpientes si ha sido amenazada personalmente, ha presenciado un acontecimiento amenazador o si ha "aprendido" a temer a las serpientes por cualquier razón. Este miedo se puede aprender de la televisión o de una película popular, de los libros, de los medios sociales o incluso de los comentarios de las personas. Sin importar la razón, este miedo es el resultado de una persona que ha sido "condicionada" a sentir miedo en la presencia de las serpientes. Es decir, este miedo no es natural, sino que "se aprende". [2]
    • Casi todos estos miedos se originan durante la infancia de la persona.
    • Un terapeuta te ayudará a "borrar de la memoria" estos miedos.
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    Anota todo lo que te asuste sobre las serpientes. ¿Qué es lo que te asusta de ellas? ¿Qué piensas de ellas? Trata de describirlas… Puede resultar que haya algunas ideas equivocadas sobre las serpientes.
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    Identifica tu tipo de miedo. Conocer qué causó tu miedo a las serpientes específicamente te ayudará a superar mejor tu miedo. ¿Simplemente estabas mal informado sobre la conducta de las serpientes? ¿Odias su aspecto? ¿Te han mordido?
    • Una persona que se haya traumatizado por una experiencia personal quizás necesite someterse a un asesoramiento psicológico antes de buscar cualquier tipo de terapia de exposición.
    • Casi todos los casos de "ofidiofobia" se producen por desinformación y por los medios de comunicación populares.[3]
    • Conocer con exactitud la razón por la cual les temes a las serpientes te puede ayudar a superar tu miedo.[4]
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    Conviértete en un experto. Debes aprender lo más que puedas sobre cualquier cosa que te asuste.[5] En este caso, empieza con tu lista y empieza a investigar hechos sobre las serpientes. ¿Tus suposiciones son correctas? ¿Se justifican tus miedos?
    • Si has aprendido a temer a las serpientes por los medios de comunicación populares o por el boca a boca, necesitarás borrar de la memoria estos miedos al investigar los hechos innegables.
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    Mira videos de serpientes. Mira fotografías de serpientes y mira documentales.[6] Trata de familiarizarte con el "enemigo" lo mejor que puedas al observar cómo se mueven, socializan y actúan.
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    Consulta con un terapeuta. Un especialista podrá ayudarte a comprender más tu miedo a las serpientes; además, te podrá brindar ejercicios específicos no solo para superar tu miedo sino también para ayudarte a mantener la calma durante las situaciones que produzcan ansiedad.[7]

Parte 2
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Supera tu miedo a las serpientes

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    Considera discutir tu miedo con un terapeuta calificado. El terapeuta podrá guiarte con mayor precisión a través de tu esfuerzo para superar tu miedo a las serpientes. Este puede ser el caso si tu miedo ha sido causado por un trauma personal o una mala experiencia.
    • Un terapeuta te ordenará una serie de actividades o ejercicios diseñados para deshacer cualquier "condicionamiento" que puedas haber experimentado.
    • En casos extremos, quizás se necesiten muchas horas de terapia de condicionamiento antes de empezar cualquier terapia de exposición.
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    Sujeta una serpiente de juguete. Esto puede ser muy difícil al principio, así que asegúrate de empezar con el tipo menos amenazador de serpiente de juguete que puedas encontrar. Es más probable que un animal de peluche sea menos amenazante para una persona con ofidiofobia que una réplica de caucho que se parezca a la verdadera.[8]
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    Siente la textura de una piel de serpiente. Una vez que te sientas cómodo al sujetar una serpiente de juguete, y con la idea de sujetar posiblemente una viva, ubica un artículo de ropa que se haga de la piel de una serpiente real.[9] Pasa tus dedos por la textura y presta atención a las escamas.
    • ¿Cómo se siente la piel? ¿Se siente como lo esperabas?
    • Trata de imaginar una serpiente viva moviéndose contra su piel.
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    Observa una serpiente viva. Si tienes un amigo que tenga una mascota como serpiente, esto será fácil. Si no lo es, trata de visitar una tienda local de mascotas para ver si tienen alguna serpiente a la venta. No, no comprarás una; pero en su lugar, la mirarás de forma segura desde el otro lado del vidrio. Si tienes un zoológico cerca de ti, trata de visitar su exhibición de reptiles.
    • Presta atención a los movimientos de la serpiente.
    • Si la serpiente se enrolla, quizás esté fría y trate de mantener su temperatura corporal.
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    Visita un centro natural para acercarte aún más a una serpiente.[10] En tu centro natural local, podrás acariciar una serpiente sin realmente tener que sostener una. También, podrás mirarlas interactuar entre sí en condiciones que se asemejan más a su estado natural.
    • El entrenador del animal podrá responder cualquier pregunta que puedas tener sobre las serpientes.
    • Prepárate para ver una variedad de serpientes.
    • Solo acércate lo más que puedas a la serpiente mientras te sientas cómodo.
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    Sujeta una serpiente viva. Cuando estés listo, regresa al centro natural para sujetar una serpiente.[11] Si bien puedes hacer esto en tu tienda local de mascotas, quizás esta no se especialice en serpientes, no esté preparada para responder tus preguntas ni sepa cómo sujetarlas o presentarlas de forma correcta.

Consejos

  • Si conoces a alguien que sea capaz de lidiar con las serpientes, reúnanse y háblale sobre ti; podría gustarte su nueva perspectiva de las serpientes.
  • Habla con los empleados de tu tienda local de mascotas, pregúntales los detalles sobre las serpientes y pídeles ver algunas.
  • Visita un zoológico y deja que los encargados te ayuden a superar el miedo a través de la discusión y de tu propia observación.

Advertencias

  • No realices ningún movimiento brusco delante de una serpiente. Si ves la boca de la serpiente abierta, entonces aleja tu mano de inmediato. No querrás que tus dedos queden atrapados en su boca. No aprietes a la serpiente cuando la sujetes. Tampoco la dejes caer al suelo por el miedo, eso no es justo.
  • Las serpientes recién nacidas son más pequeñas pero más asustadizas. No pienses que porque son más pequeñas, no morderán o se quedarán más quietas. Eso no sucederá.
  • No puedo enfatizar esto lo suficiente: las serpientes que son mascotas tolerarán que las toques, las sostengas y esas cosas, pero no las provoques. Estas pueden ser mascotas, pero no aman a sus dueños tal como lo hace un gato o un perro. La serpiente ve a su dueño como alguien que hace cosas por ella. No contendrán una mordida solo porque se trate de su dueño.
  • Estas nunca están tan domesticadas para contenerse. Ya estás advertido. Pero, nunca te rindas, ya que las serpientes son animales maravillosos y fascinantes para tener como mascotas. Supera ese miedo y abrirás un mundo increíble para estudiar.
  • No cometas el error de los novatos de asumir que las serpientes son mansas o domesticadas. Incluso las serpientes que se tienen como mascotas son salvajes, y no dudarán en morderte si piensan que te interpones en su camino entre ellas y la libertad. ¡Las serpientes son animales salvajes, sin importar cuánto se les ame!

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Categorías: Reptiles | Salud emocional