Jesús dijo en Juan 15:1-5 "Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer".

Jesús narra una parábola de 10 vírgenes. Algunas se quedaron sin aceite y algunas fueron previsoras. Las primeras no pudieron entrar al Cielo. Piensa en las siguientes preguntas: ¿eran cristianas todas las vírgenes de la parábola? ¿Es posible que algunos cristianos se hayan quedado sin el Espíritu Santo (pues el aceite representa al Espíritu Santo en la Biblia) y, por lo tanto, no hayan logrado entrar al Cielo? ¿Algunas de las que mencionó Jesús podrían haber sido ramas que ya no daban fruto y, por lo tanto, que Dios las quitó? De cualquier manera, es muy importante que un cristiano dé frutos y siga dando frutos toda la vida.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Consagrarte al Señor

Hay nueve dones del Espíritu Santo (los cuales se mencionan en 1 de Corintios 12) que están disponibles para todos los creyentes que han sido bautizados en el Espíritu. Aunque los dones están disponibles para todos, generalmente no se sabe de qué manera se reciben para que el cuerpo de Cristo pueda ser edificado. Utiliza tus dones naturales para servir a Dios obedeciendo a su voluntad, ya que es aquí en donde puedes hacer que lo natural confluya con lo sobrenatural y recibir los dones espirituales.

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    Debes saber que la fuerza motriz que libera los dones en la vida es el deseo de servir a Dios por el Reino. Pon el corazón en el lugar correcto para servir y recibir. Pregúntale a Dios en oración si cree que tu corazón es puro en cuanto al deseo de recibir los dones y deja el asunto en sus manos. Quizás tengas que hacerlo durante un período de tiempo, dependiendo de tu cercanía a Dios y de si escuchas personalmente su voz.
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    Pídele a Jesús que guíe tu camino. Cuando llegues a la conclusión de que tu intención es pura, pregúntale a Dios en oración cuál de tus talentos naturales desea usar. Puede pedirte que empieces un estudio bíblico en casa o en el trabajo, o que trabajes como voluntario regularmente en la iglesia o en un centro comunitario local. Si tienes talento con los adolescentes, puede pedirte que colabores en un centro juvenil.
    • Dile que estás dispuesto a ayudar y, a medida que reces y le pidas durante un periodo de tiempo, espera con tranquilidad durante unos minutos en cada ocasión hasta que Él ponga una idea en tu mente sobre cómo empezar a usar los talentos naturales.
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    Ponte a trabajar. Una vez que hayas identificado tus talentos naturales y que hayas escuchado a Dios, debes asegurarte de trabajar o servir como voluntario en el lugar correcto. Teniendo en cuenta que el aspecto más importante es servirle con tus talentos naturales, después de un tiempo de servicio, expresa en oración que estás abierto a recibir cualquiera de sus dones.
    • Si prefieres un don en particular, puedes pedirlo antes, aunque la decisión es de Dios en cuanto a cuál te dará primero.
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    Mantén tu corazón limpio. Servir a Dios en obediencia a lo que Él desea que hagas te permite fortalecer tu espíritu. Cuanto más consagrado estés, más dones recibirás. Esta no es una forma rápida de recibir poder espiritual, pues el poder de los dones se confiere a las personas en las que Dios confía y a las que están consagradas a trabajar con Él. Si recibes un don y sigues siendo obediente y fortaleciendo tu espíritu, recibirás más dones.
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    Sé consciente de la presencia de Dios en todo momento. Asegúrate siempre de estar en la presencia de Dios cuando actúes usando cualquiera de los dones del Espíritu Santo. Esto asegurará la mayor rapidez de los dones, pues entonces trabajarás con el Espíritu Santo en vez de trabajar por tu cuenta o de fortalecer tu propio espíritu, lo cual puede ser inútil.
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Parte 2
Parte 2 de 2:
Recibir el fruto con virtudes

Gálatas 5, 22 dice "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad". Estos son los pasos esenciales para cultivar estos frutos del Espíritu en tu vida diaria.

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    Sé una persona amorosa. En 1 de Corintios 13, Pablo dice "El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta". Para saber que tan amoroso eres, trata de hacer una autoevaluación y pregúntate si tienes estas características. ¿Eres paciente? ¿Eres bondadoso? ¿No tienes envidia?
    • Además, uno de los mandamientos principales es amar a los demás. "Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos". Jesús nos enseñó con su ejemplo a amar muriendo por nosotros. La Biblia dice "Nosotros amamos, porque Él nos amó primero".
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    Trata de tener gozo. Es imposible sentirse totalmente feliz todos los días. Algunas veces, la vida es dura y puede hacer que te desanimes. Sin embargo, el gozo es diferente a la felicidad. El gozo es más como una paz o una calma sutil. Es la sensación de que todo estará bien a pesar de lo que pase.
    • La Biblia dice "Porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza". Cuanto más capaz seas de tener gozo y de no dejarte llevar por la depresión, más fuerza tendrás para enfrentarte a la vida. Muchas veces, la felicidad y el gozo son una elección.
    • No puedes controlar lo que te suceda, pero puedes controlar que las cosas no te roben el gozo. No dejes que las cosas materiales te lo roben. Aprende a ser relativamente feliz en la vida sin importar lo que suceda.
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    Mantente en paz. También puedes elegir mantenerte en paz sin importar lo que suceda. La Biblia dice que no debes "ofenderte". Puedes elegir que las cosas te afecten o que no te afecten. No permitas que las personas hagan que te enojes. No dejes que te afecten demasiado. Aprende a mantenerte en paz sin importar lo que pase.
    • Reconoce que Dios "hace que todo coopere" para tu bien. Cuanto más seas capaz de confiar en Dios, más capaz serás de mantenerte en paz.
    • También está el versículo "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús". Debes tener paz en Cristo. Debes dejar que "te pastoree junto a aguas de reposo" y que "conforte tu alma". Dios no quiere que te fatigues. Quiere que descanses en Él. Quiere que te quedes quieto y que sepas que Él es Dios.
    • La manera principal para tener realmente paz es poner en práctica los mandamientos de Dios. El Espíritu Santo te convencerá cuando te desvíes y eso hará que no puedas tener paz. Así que "teme a Dios y guarda sus mandamientos" y tendrás su paz "que sobrepasa todo entendimiento".
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    Ten paciencia con los demás. No apures a las personas. No les exijas que hagan las cosas más rápido.
    • Debes tener paciencia con los demás, aunque te lastimen. Debes saber que Dios sigue obrando en todas las personas, así que no debes tener expectativas poco realistas con respecto a los demás. Debes tener gracia y paz para contigo y para con las otras personas. Cuanta más paciencia tengas contigo mismo, más paciencia tendrás con los demás.
    • Algunas veces, tu peor enemigo eres tú mismo. Debes reconocerlo, aunque seas salvo, sigues luchando con la carne. Nadie es perfecto. "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros". Reconoce que pecarás (es la realidad) y entonces podrás tener más paciencia contigo mismo. El crecimiento espiritual es un proceso. También reconoce que los demás pecarán contra ti. Es inevitable. Sin embargo, Dios te dará la fuerza para ser paciente con los demás y para perdonarlos.
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    Sé bondadoso. Sé cortés. Di por favor y da las gracias. No interrumpas a los demás cuando hablen. Escucha realmente a las personas. No seas ruidoso ni molesto. Sé discreto y humilde.
    • Ser bondadoso es lo contrario a ser descortés. Es "hacer a otros lo que deseas que hagan contigo". Es estimar a los demás como mejores que uno mismo. Es respetarlos, valorarlos y proteger sus sentimientos. Es ser bueno con las otras personas y no precipitarte a juzgarlas.
    • Es tratar siempre de decir cosas que edifiquen a la otra persona. "Que vuestra conversación sea siempre con gracia" dice Pablo. La bondad consiste en hablar con gracia a los demás. Es tener un corazón sensible. Es ser compasivo con los demás como lo fue Jesús. Recuerda ser bondadoso con todas las personas con las que interacciones hoy y estas verán a Dios en ti.
    • La siguiente es una buena cita: "Predica el evangelio en todo momento y usa palabras solo cuando sea necesario". ¿Cómo predicamos el evangelio en todo momento? Siendo bondadosos con los demás.
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    Sé una buena persona en general. Trata de ser bueno. Nadie puede ser perfectamente bueno, solo Dios; sin embargo, eso no significa que no debas tratar. Ser bueno es poner en práctica los mandamientos de Dios de la mejor manera posible. Ser bueno es tener una buena relación con Dios y con los demás. Ser bueno es ser intachable. Es tener un buen nombre. Es tener un buen carácter y una buena reputación.
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    Sé leal. Las siguientes son algunas formas prácticas de ser leal a los demás: sé confiable. Sé puntual. No descuides el compromiso con tu cónyuge. Comprométete con los amigos. Mantente en contacto con tus padres, tus hermanos, etc.
    • Jesús dijo "Que tu sí sea sí". Debes hacer lo que digas que vas a hacer. Debes cumplir con los mandamientos. Debes decir lo que sientes y sentir los que dices. No debes ser tibio o mezquino con tus compromisos. Debes ser como una roca o un roble.
    • Por lo general, las personas del mundo están dispersas y pueden estar por todas partes, pero los cristianos están llamados a estar cimentados y arraigados firmemente en Cristo y en su Palabra. Debes ser distinto. Debes ser leal a los demás y a Dios.
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    Sé amable. No te enfades fácilmente; sé lento para enojarte, como lo es Dios. Dale a la gente el beneficio de la duda. Aprende a ser sumiso cuando debas serlo. Sé apacible con los corazones y los sentimientos de los demás; trátalos como te gustaría que te trataran a ti.
    • La amabilidad es algo así como la forma en que se debe interaccionar con un niño pequeño. Una cita conocida dice "Para tratar mejor a todos en la vida, imagínalos como niños pequeños o como ancianos". Tener esta mentalidad hará que seas mucho más amable con los demás. Hará que seas más compasivo, más bondadoso y más humilde en tu manera de interaccionar.
    • Ser amable es no ser orgulloso, no insistir en hacer las cosas como deseas. Es ser indulgente con los demás. Es ser sensible y bondadoso.
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    Ten dominio propio. No creas en las mentiras de Satanás acerca de que no puedes controlarte. Cualquier cristiano que tenga al Espíritu Santo tiene la capacidad de controlarse.
    • El dominio propio suele ser algo con lo que la mayoría de cristianos tienen problemas. Los problemas pueden incluir desde los hábitos alimenticios hasta los pensamientos que te permites tener. Pueden estar relacionados con las actividades que decides hacer. La clave es no dejar que nada te domine. Las cosas buenas se convierten en ídolos cuando estas hacen que pierdas el dominio propio.
    • Una buena manera de desarrollar la capacidad de controlarte es ayunando. El ayuno es la mejor manera de mantener el cuerpo bajo control y de aprender a decirle no al cuerpo. Te prepara para no ceder a cada deseo que tengas. En 1 de Corintios 9, 27, Pablo dice "Más bien, como atleta, someto mi cuerpo y lo trato con rigor, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo no esté en buenas condiciones y me eliminen". Es muy importante que tengas dominio sobre ti mismo y ayunar puede ser una buena manera de lograrlo.
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Consejos

  • Conocer cuáles son tus talentos naturales y tus dones, y ser competente en la medida de lo posible con estos dones contribuirá a este proceso.
  • La mejor manera de tener fruto es mantenerte conectado a la vid, que es Jesús.
  • Recuerda que cosecharás lo que siembres. Siembra en el espíritu y cosecharás el fruto del Espíritu. Pasa tiempo con Dios y desarrollarás la capacidad de "tener la mente de Cristo".
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Advertencias

  • Asegúrate de cubrirte con una oración de protección al pasar a una dimensión espiritual mayor como trabajar voluntariamente en el reino espiritual con Dios. Esto es importante, aunque seas obediente y hagas la voluntad de Dios, pues finalmente ganas terreno y más poder para Dios, lo cual puede hacer que caigas bajo el ataque del enemigo a medida que avances.
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Categorías: Cristianismo
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