El hipo es vergonzoso e incómodo. Se da cuando el músculo que está en la parte inferior de la caja torácica, llamado diafragma, experimenta espasmos. Debido a que el diafragma controla la respiración, esto hace que el aire atraviese las cuerdas vocales haciendo que se cierren bruscamente y produciendo un ruido agudo. La mayoría de los casos de hipo desaparecen por sí solos luego de unos minutos y no son nada de lo que debas preocuparte. Sin embargo, algunas veces, puede durar más de dos días y requerir tratamiento médico.[1] [2]

Parte 1
Parte 1 de 3:
Tratar el hipo en casa

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    Trata de cambiar el patrón de respiración. Esto puede ayudar a que el diafragma se relaje y deje de experimentar espasmos.[3] [4]
    • Contén la respiración por varios segundos. No es necesario que sea por mucho tiempo, solo lo suficiente como para empezar un nuevo ritmo de respiración. No aguantes la respiración por tanto tiempo que empieces a sentirte incómodo o mareado. Los niños que tienen hipo pueden probar este método.
    • Respira en una bolsa de papel. Esto hará que te concentres en respirar lenta y profundamente, lo cual ayudará al diafragma a dejar de experimentar espasmos.
    • No está del todo claro si asustar o sorprender a alguien curará realmente el hipo, pero si te hace jadear y cambiar el ritmo de respiración, es posible que así sea.
    • Oler sales también puede ayudar debido a los cambios de los patrones de respiración.
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    Relaja los músculos irritados tomando agua fría. Esta medida es especialmente útil si tienes hipo por comer demasiado rápido.[5] [6]
    • Este método también funcionará en los niños. Si tienes un bebé con hipo trata de amamantarlo o de darle el biberón.
    • Cuando sientas que la garganta se contraiga a medida que aparezca el hipo, toma sorbos pequeños de agua. El agua relajará los músculos y te obligará a cambiar los patrones de respiración a medida que tragas. Tal vez no funcione con el primer sorbo, así que sigue bebiendo hasta que lo haga.
    • Algunas personas dicen que tienes que beber boca abajo del lado contrario de la taza. Aunque no está científicamente comprobado, es muy probable que te haga reír (y a todos los que estén cerca), lo cual cambiará los patrones de respiración.
    • Haz gárgaras con agua fría. Esto también te obligará a cambiar el ritmo de respiración. Sin embargo, ten cuidado de no atragantarte si te da hipo mientras lo haces. Esta medida es adecuada solo para adultos y para niños lo suficientemente grandes como para hacer gárgaras sin atragantarse.
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    Come una cucharada de algo dulce. Esto activará las glándulas salivales y hará que cambies el ritmo de respiración a medida que tragas.[7]
    • Usa miel o azúcar. Pero no le des a un bebé miel o azúcar. Los bebés también pueden tener hipo; sin embargo, como el de las personas mayores, generalmente es inofensivo y se irá por sí solo.[8]
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    Prueba algo ácido. Esto también estimulará las glándulas salivales y hará que tragues.[9]
    • Muerde un limón o toma una cucharada de vinagre.
    • Hacerte cosquillas en el paladar o jalarte la lengua puede tener un efecto similar. No lo hagas con un bebé.[10]
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    Comprime el pecho. Esta técnica no ha sido probado médicamente, pero puede ayudar al cambiar la postura y obligar al diafragma a adoptar una posición distinta.[11]
    • Inclínate hacia adelante para comprimir el pecho.
    • De manera alternativa, dobla las rodillas hacia arriba para adoptar una posición fetal.
    • Mantén esta posición por algunos minutos para ver si ayuda. Si no es así, enderézate y respira profundamente.
    • Un niño puede tratar de cambiar de posición. No obstante, no debes tratar de comprimir el pecho de un bebé.

Parte 2
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Evitar el hipo haciendo cambios de estilo de vida

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    Come lentamente. Comer muy rápido puede hacer que tragues aire e interrumpir los patrones de respiración.[12]
    • Muerde pedazos más pequeños y mastica la comida bien antes de tragarla.
    • Enjuaga la comida con sorbos de agua para evitar que se atasque en la garganta y te cause hipo.
    • No comas en exceso.
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    Consume menos bebidas alcohólicas y carbonatadas. Tomar una cantidad excesiva de cualquiera de estas puede producirte hipo.
    • La intoxicación puede causar hipo.
    • Las bebidas carbonatadas hacen que tragues aire y pueden irritar los músculos de la garganta causando hipo.
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    Evita los alimentos o las bebidas calientes y condimentadas. El cambio de temperatura y las especias pueden irritar la garganta y causar hipo.[13] [14]
    • Si realmente disfrutas los alimentos condimentados, asegúrate de tomar mucha agua para prevenir o detener el hipo.
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    Reduce el estrés. Los episodios breves y frecuentes de hipo pueden ser una reacción al estrés o al entusiasmo emocional. Si eres propenso al hipo, prueba algunos métodos comunes para reducir el estrés.[15]
    • Duerme al menos 8 horas.
    • Haz ejercicio diariamente.
    • Prueba la meditación.

Parte 3
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Saber cuándo ver a un médico

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    Busca atención médica si el hipo dura más de 2 días o si interfiere con tu capacidad de comer y de dormir. Si tienes un hipo que no te pasa, puede tratarse de un signo de otro trastorno subyacente. El médico te examinará para saber si tienes los siguientes tipos de trastornos:[16] [17]
    • daño o irritación que afecte a los nervios del diafragma (las causas posibles incluyen algo que irrite al tímpano, tumor, quiste o bocio en el cuello, e irritación o infección de la garganta)
    • trastorno del sistema nervioso que afecte al cerebro (esto puede hacer que el cuerpo sea incapaz de controlar el reflejo del hipo y los trastornos posibles incluyen encefalitis, meningitis, esclerosis múltiple, derrame cerebral, traumatismo y tumores)
    • trastornos metabólicos como diabetes, insuficiencia renal o desequilibrio de electrolitos
    • problemas respiratorios como asma, neumonía o pleuresía
    • trastornos gastrointestinales como reflujo gastroesofágico o enfermedad inflamatoria intestinal
    • alcoholismo
    • un factor psicológico estresante como shock, miedo o dolor
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    Si tomas medicamentos que puedan causar hipo, informa al médico. Estos incluyen los siguientes:
    • anestesia
    • corticosteroides para reducir la inflamación
    • sedantes para prevenir las convulsiones (benzodiazepinas) o la ansiedad (barbitúricos)
    • analgésicos (opiáceos como morfina)
    • medicamentos para la presión arterial alta (metildopa)
    • medicamentos de quimioterapia usados para tratar el cáncer
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    Determina qué esperar en el consultorio del médico. El médico probablemente hará varias pruebas para tratar de identificar si tienes un trastorno de salud subyacente que cause el hipo. Probablemente llevará a cabo los siguientes procedimientos:[18]
    • examinar tu equilibrio, tus reflejos y tus sentidos
    • realizar un análisis sanguíneo para detectar una infección o diabetes, y controlar la función renal
    • ordenar radiografías, TC o RM para verificar que no haya ningún trastorno que interfiera con los nervios del diafragma
    • hacer una endoscopia para introducir una cámara pequeña a través de la garganta y observar el interior del esófago o las vías respiratorias
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    Habla de las opciones de tratamiento con el médico. Si el médico identifica un trastorno subyacente, entonces te dará un tratamiento para este. Si no identifica nada, hay aún algunas otras opciones:[19]

Acerca de este wikiHow

Laura Marusinec, MD
Coescrito por:
Pediatra certificado por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Laura Marusinec, MD. La Dra. Marusinec es pediatra certificada por el colegio oficial en el Children's Hospital de Wisconsin, donde pertencece al Consejo de Práctica Clínica. Ella recibió su doctorado en mediciana en el Medical College of Wisconsin School of Medicine en 1995 y completó su residencia en el Medical College of Wisconsin in Pediatrics en 1998. Es miembro de la Asociación Americana de Escritores Médicos y de la Sociedad de Atención de Urgencia Pediátrica. Este artículo ha sido visto 11 626 veces.
Categorías: Salud respiratoria