La tensión en el cuello es una lesión en los músculos o tendones del mismo. Si la padeces, podrías experimentar rigidez en el cuello junto con dolor, punzadas o dolor agudo que empeora con el movimiento. Afortunadamente, esta molestia suele curar por sí sola en algunos días con un poco de descanso y cuidado personal. Sin embargo, si el dolor es agudo, se presenta con otros síntomas como fiebre o síntomas neurológicos como adormecimiento, debilidad u hormigueo, o no desaparece después de algunas semanas, visita a tu médico.[1] En los primeros días después del inicio de una distensión muscular, tómate las cosas con calma y usa frío, calor y medicamentos de venta libre para controlar el dolor. Para promover la curación y evitar futuras tensiones, haz estiramientos y ejercicios para precalentar y fortalecer los músculos.

Método 1
Método 1 de 3:
Controlar los síntomas inmediatos

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    Descansa el cuello por uno o dos días después de la lesión. Si tienes una tensión en el cuello, es importante que le des algunos días para que se cure. Evita las actividades que empeoren el dolor o incrementen el estrés en los músculos y tendones del cuello.[2]
    • Durante los primeros días después de sufrir la lesión, está buen usar un collarín para darle apoyo al cuello durante algunas horas a la vez para descansar los músculos y sentir alivio. Sin embargo, no uses el collarín de forma continua o por más de algunos días, dado que podría debilitar los músculos del cuello.[3]
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    Usa hielo para reducir la hinchazón durante las primeras 48 horas. Apoya una bolsa de hielo o una bolsa de guisantes congelados en el cuello durante 10 o 20 minutos a la vez para aliviar el dolor y la inflamación.[4] Puedes hacerlo de forma segura entre 8 y 10 veces en un período de 24 horas. Descansa entre las aplicaciones y envuelve la bolsa de hielo en una toalla antes de aplicarla para no dañarte la piel.[5]
    • Habla con tu médico antes de usar una bolsa de hielo si tienes ciertas afecciones médicas, como artritis reumatoide o la enfermedad de Raynaud. Estas afecciones pueden hacer que los vasos sanguíneos se bloqueen u obstruyan cuando se exponen al frío.[6]
    • Ten cuidado si sientes adormecimiento alrededor del área lesionada, dado que podrías no notar si el frío te lastima la piel.
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    Aplica calor después de 48 horas para mejorar la circulación. Una vez que la inflamación inicial baje, la terapia de calor puede ayudar a aliviar el dolor y mejorar el flujo sanguíneo hacia el músculo o tendón lesionado.[7] Usa una almohadilla térmica, una botella de agua caliente o una envoltura térmica para darles calor a los músculos del cuello durante 10 o 20 minutos a la vez con pausas de aproximadamente 30 minutos entre cada aplicación. Puedes hacerlo entre 8 y 10 veces durante el día.
    • Para reducir el riesgo de quemaduras, no duermas con una almohadilla térmica eléctrica en el cuello.
    • Algunas personas obtienen más alivio al alternar las terapias de calor y frío.
    • Habla con tu médico antes de usar la terapia de calor si tienes afecciones médicas como dermatitis, diabetes o enfermedades que afecten el flujo sanguíneo, como la enfermedad arterial periférica.[8]
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    Toma antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para aliviar el dolor y la inflamación. Si el dolor es leve a moderado, puedes obtener alivio adicional si tomas AINE de venta libre, como ibuprofeno (Motrin, Advil), naproxeno (Aleve) o aspirina.[9] Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la hinchazón e inflamación además de aliviar el dolor.
    • También puedes tomar paracetamol (Tylenol) para tratar el dolor, aunque no tiene propiedades antiinflamatorias.
    • Si la tensión causa un dolor agudo o espasmos musculares, tu médico podría recetarte un analgésico más fuerte o un relajante muscular.[10]

    Advertencia: no uses AINE si estás embarazada, dado que pueden causar problemas para la madre o el bebé. De manera similar, no tomes AINE si tienes problemas renales o por más de siete días. Además, no tomes aspirina si tienes menos de 18 años, dado que puede causar una enfermedad rara pero mortal en niños y adolescentes llamada síndrome de Reye.

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    Prueba con un masaje para aflojar los músculos tensos y promover la curación. Masajea suavemente el cuello con las manos o una herramienta de masajes, o visita a un masajista para recibir un masaje profesional. Los masajes no solo ayudan a aliviar el dolor de la tensión del cuello, sino que también pueden mejorar la circulación hacia los músculos lesionados.[11]
    • Puedes recibir un masaje en el cuello a través de un terapeuta, un fisioterapeuta o un quiropráctico.
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Método 2
Método 2 de 3:
Prevenir tensiones en el futuro

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    Haz estiramientos del cuello suaves para mejorar el rango de movimiento. Los estiramientos de cuello y los ejercicios de rango de movimiento pueden aliviar el dolor y reducir el riesgo de sufrir más tensiones en el futuro. Habla con tu médico o fisioterapeuta sobre la posibilidad de hacer estiramientos y ejercicios como los siguientes:[12]
    • Mete la barbilla. Siéntate erguido con los hombros hacia atrás y la barbilla nivelada. Lleva la cabeza y el cuello hacia arriba y atrás como si alguien te tirase de la parte de arriba de la cabeza con una cuerda.
    • Haz flexiones de cuello. Inclina lentamente la barbilla hacia abajo, en dirección al pecho. Luego, regresa a la posición inicial.
    • Haz inclinaciones laterales. Mira recto hacia adelante e inclina lentamente la cabeza de un lado al otro, hacia cada hombro.
    • Haz rotaciones de cuello. Gira lentamente la cabeza de un lado al otro para mirar en ambas direcciones. Gira la cabeza lo suficiente para mirar un poco por encima de cada hombro.

    Advertencia: quizás sientas un poco de incomodidad durante los estiramientos, pero no debes sentir dolor. Si experimentas dolor al estirar el cuello, detente y habla con tu médico o fisioterapeuta antes de continuar.

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    Fortalece el cuello con ejercicios isométricos. Los ejercicios isométricos ayudan a ganar fuerza en los músculos al crear resistencia. Coloca una mano en la cabeza en distintos puntos y aplica una presión suave con los dedos mientras presionas hacia abajo contra ella con los músculos del cuello. Habla con tu médico o terapeuta para saber con qué frecuencia hacer estos ejercicios.[13] Puedes probar los siguientes:
    • Flexión isométrica. Empuja suavemente la frente con los dedos mientras resistes con los músculos del cuello para mantener la cabeza erguida.
    • Extensión isométrica. Empuja suavemente contra la parte de atrás de la cabeza con la mano mientras empujas hacia abajo con los músculos del cuello para evitar que la cabeza caiga hacia adelante.
    • Inclinaciones laterales isométricas. Presiona los dedos por encima de la oreja en cada lado y usa los músculos del cuello para evitar que la cabeza se incline hacia los costados.
    • Rotaciones isométricas. Evita que la cabeza gire mientras presionas suavemente el otro lado de la frente.
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    Haz ejercicios cardiovasculares de forma regular para mejorar el flujo sanguíneo. Para mejorar la circulación en la parte superior del cuerpo y evitar futuras tensiones, dedica un rato todos los días a hacer actividades que te hagan bombear sangre. Algunos buenos ejercicios cardiovasculares incluyen caminar, trotar, andar en bicicleta y usar la máquina caminadora o elíptica.[14]
    • Puedes trabajar la parte superior del cuerpo durante los ejercicios cardiovasculares al usar un ergómetro en el torso o una bicicleta de mano.
    • Los ejercicios cardiovasculares ofrecen el beneficio adicional de liberar endorfinas, que son sustancias químicas naturales que proporcionan sensación de bienestar y ayudan a mejorar el estado de ánimo y reducir el dolor.
    • Si no estás acostumbrado a hacer ejercicios cardiovasculares, hazlos de manera gradual. Por ejemplo, puedes comenzar dando una caminata suave de 10 o 15 minutos, y luego trabajar de forma gradual hasta completar entrenamientos más largos e intensos, como correr por 30 minutos.
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    Escoge una almohada de apoyo. Una almohada demasiado firme o que eleva demasiado el cuello mientras duermes puede causar tensión adicional en el área. Usa una almohada cervical (una con una hendidura para el cuello) o prueba con distintas hasta encontrar la que más cómoda te resulte.[15]
    • Algunas personas también afirman que dormir sin la almohada sobre el colchón firme puede proporcionar alivio de la rigidez o el dolor de los músculos en el cuello.[16]
    • Prueba con distintas posiciones para dormir. Dormir boca abajo puede aplicar presión en el cuello, así que intenta dormir boca arriba o de costado.
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    Mejora tu postura para reducir la tensión en los músculos. Es normal adoptar el hábito de encorvarse, en especial si pasas mucho tiempo frente a la computadora, el teléfono o la tableta. Esfuérzate por mantener el cuello erguido y los hombros hacia atrás durante todo el día para fortalecer los músculos en el área y minimizar la tensión.[17]
    • Si pasas mucho tiempo trabajando en la computadora, eleva el monitor o inclínalo hacia arriba un poco para tener que mirar hacia adelante para verlo.
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    Tómate pausas regulares para pararte y estirar. La tensión y permanecer en la misma posición por mucho tiempo pueden causar rigidez en el cuello. Esto puede incrementar el riesgo de sufrir tensión en el cuello. Programa pausas regulares en el día para relajarte y aflojar los músculos. Ponte de pie, camina y estira para evitar tensiones en el cuello en el futuro.[18]
    • Por ejemplo, puedes tomarte una pausa de 10 minutos cada una hora.
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    Trabaja lento con las actividades físicas nuevas. La tensión en el cuello puede ocurrir cuando usas demasiado los músculos del cuello mientras haces actividades a las que no estás acostumbrado, como levantar pesas pesadas o practicar deportes nuevos. Si quieres probar un entrenamiento nuevo o hacer otros cambios en tu nivel de actividad física, tómate las cosas con calma para no lesionarte.[19]
    • Por ejemplo, si apenas comienzas a levantar pesas, comienza con pesos más ligeros y auméntalos de manera gradual.
    • Los movimientos repetitivos también pueden causar tensión en el cuello, así que asegúrate de tomarte descansos o alternar las actividades para que los músculos del cuello tengan tiempo para recuperarse.
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Método 3
Método 3 de 3:
Buscar atención médica

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    Pide una cita para el adormecimiento y el dolor que irradia. Si tienes dolor en el cuello que irradia hacia la cabeza o los brazos, o si experimentas adormecimiento u hormigueo en el cuello, los hombros o los brazos, es posible que tengas una lesión en los nervios. Llama a tu médico para pedir una cita si tienes alguno de estos síntomas, en especial si tienes un dolor punzante en ambos brazos o manos. [20]
    • Describe todos los síntomas que experimentas e infórmale al médico cuándo han comenzado.
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    Obtén atención inmediata para el dolor en el cuello después de una lesión traumática. Si tienes un dolor agudo en el cuello que ha comenzado después de un trauma, como un accidente de autos, una caída o un accidente de buceo, acércate al centro de emergencias más cercano.[21] Es importante que seas evaluado de inmediato para asegurarte de que no haya daños graves en la columna vertebral.
    • Las lesiones en la columna sin tratar pueden causar parálisis permanente.

    Advertencia: no intentes conducir hasta el centro de emergencias si tienes dolor agudo en el cuello después de un trauma. Llama a una ambulancia o pídele a alguien que te lleve.

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    Busca atención médica de inmediato si tienes fiebre alta o debilidad muscular. Si tienes un dolor agudo en el cuello junto con fiebre alta, debilidad muscular y fatiga, llama a los números de emergencia o acércate a la sala de emergencias más cercana de inmediato. Estos pueden ser síntomas de una enfermedad grave, como meningitis.[22]
    • La meningitis también puede causar náuseas, vómitos y rigidez aguda en el cuello.
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    Visita a tu médico si el dolor no mejora con los cuidados propios. La tensión en el cuello suele curar en algunos días, en especial con descanso y los cuidados apropiados.[23] Si el dolor empeora o no mejora después de algunas semanas con tratamiento en casa, llama a tu médico.[24]
    • El profesional podría examinarte y hacerte pruebas por imágenes (como radiografías o una resonancia magnética) para determinar qué causa el dolor.
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    Visita a un fisioterapeuta o quiropráctico para el dolor persistente. Si tienes un dolor persistente o espasmos musculares producto de la tensión en el cuello, pídele a tu médico que te recomiende un fisioterapeuta o quiropráctico con experiencia en el tratamiento de lesiones en el cuello. Esta persona puede recomendarte ejercicios para aliviar el dolor y fortalecer los músculos del cuello, o realizar ajustes manuales para mejorar la alineación de las articulaciones y los músculos.[25]
    • Es posible que necesites fisioterapia si tienes tensión en el cuello producto de una lesión traumática (como latigazo cervical) o si el dolor persiste por algunas semanas o más.
    • A algunas personas también les resulta útil hacer acupuntura para aliviar el dolor persistente en el cuello.
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Acerca de este wikiHow

Jonathan Frank, MD
Coescrito por:
Cirujano ortopédico certificado por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Jonathan Frank, MD. El Dr. Jonathan Frank es un cirujano ortopédico con sede en Beverly Hills, California, que se especializa en medicina deportiva y preservación de articulaciones. El consultorio del Dr. Frank se centra en la cirugía artroscópica mínimamente invasiva de rodilla, hombro, cadera y codo. El Dr. Frank tiene un doctorado en Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Los Ángeles. Completó una residencia en ortopedia en el Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago y una beca en Medicina Deportiva Ortopédica y Preservación de Cadera en la Clínica Steadman en Vail, Colorado. Es médico del equipo de esquí y snowboard de EE. UU. El Dr. Frank actualmente un evaluador científico de las principales revistas científicas revisadas por colegas y su investigación se ha presentado en conferencias ortopédicas regionales, nacionales e internacionales, ganando varios premios, incluidos los prestigiosos premios Mark Coventry y William A Grana.
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