Un dolor de hombro es una condición relativamente habitual entre las personas de todas las edades. Puede producirse a causa de una distensión muscular, esguinces en los ligamentos, dislocaciones en las articulaciones e incluso problemas en el cuello o la parte central de la espalda. Las causas más comunes son un ejercicio demasiado extenuante, lesiones deportivas y accidentes relacionados con el trabajo.[1] La mayoría de los dolores en los hombros son autolimitantes y desaparecen al cabo de una semana o incluso antes si se le da el tratamiento adecuado en casa. No obstante, en ocasiones, es necesario contar con atención profesional para aliviar este dolor por completo.

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Tratar el dolor de hombro en casa

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    Descansa el hombro por algunos días. La causa más común para el dolor de hombro es el uso excesivo (movimientos repetitivos) o el sobreesfuerzo (levantar cosas muy pesadas). Si alguno de estos factores es el posible causante de tu dolor de hombro, detén la actividad durante algunos días y descansa. Considera la posibilidad de hablar con tu jefe para ver si puedes cambiar temporalmente tus labores a algo menos repetitivo y que genere mucho esfuerzo en tus hombros. Por otra parte, si el dolor se debe al ejercicio en el gimnasio, significa que quizás estés levantando demasiado peso o adoptando una postura incorrecta, por lo que deberás pedir el consejo de un entrenador personal o un terapeuta atlético.
    • Te será de utilidad descansar tu hombro durante algunos días, pero un cabestrillo no será lo adecuado debido a que puede provocar el síndrome del hombro “congelado”. Es necesario que aún puedas mover un poco el hombro con la finalidad de estimular el flujo sanguíneo y la sanación.[2]
    • Por lo general, el dolor de hombro es un indicador de una distensión muscular simple, mientras que un dolor agudo significa que hay una lesión en la articulación o el ligamento.
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    Si el dolor de hombro es agudo, aplica hielo. Si el dolor es reciente y parece o se siente inflamada, aplica una bola de hielo triturado (o algo frío) en la zona más sensible a fin de disminuir la inflamación y atenuar el malestar.[3] El hielo es el tratamiento más eficaz contra el dolor agudo (reciente) que implica un tipo de hinchazón gracias a que reduce el flujo sanguíneo. Aplícalo durante unos 15 minutos tres a cinco veces por día hasta que el dolor se atenúe o desaparezca por completo.
    • Utilizar un vendaje para presionar el hielo sobre la parte adolorida será aún más útil para combatir la inflamación.
    • Siempre envuelve el hielo con un paño delgado antes de aplicarlo en alguna parte de tu cuerpo, pues así evitarás la irritación de la piel o la congelación.
    • Si no tienes hielo triturado al alcance, utiliza cubos, compresas de gel congelado o una bolsa de vegetales congelados (p.ej. guisantes o maíz).
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    Aplica calor húmedo en caso de que el dolor sea crónico. Si el dolor te ha estado molestando durante varias semanas o meses, entonces se trata de una lesión crónica. En este caso, evita utilizar el tratamiento frío y opta por el calor húmedo. Esto calentará tus músculos y otros tejidos suaves al elevar el flujo sanguíneo, lo que puede ser útil para tratar el dolor producto de las lesiones deportivas antiguas y la artritis.[4] Una buena opción son las bolsas para microondas llenas de algún grano (como trigo o arroz), hierbas o aceites esenciales. Calienta la bolsa con hierbas en el microondas durante unos dos minutos y luego colócala sobre la zona adolorida por unos 15 minutos al despertar cada mañana o antes de realizar alguna actividad física significativa.
    • Incluir lavanda u otros aceites esenciales específicos en la bolsa con hierbas ayudará a reducir el malestar por medio de la relajación.
    • Otra excelente fuente de calor húmedo es un baño caliente. Si quieres obtener aún mejores resultados, puedes añadir una o dos tazas de sal de Epsom en el agua, pues su contenido rico de magnesio relaja y alivia los músculos y tendones tensos.
    • Evita aplicarte una almohadilla eléctrica seca pues eso puede deshidratar tus músculos y aumentar el riesgo de sufrir una lesión.
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    Toma medicamentos de venta libre. Si el dolor no disminuye con la aplicación del hielo o el calor húmedo, considera la posibilidad de tomar un medicamento de venta libre a corto plazo. Los antiinflamatorios tales como el ibuprofeno (Motrin, Advil) o el naproxeno (Aleve) probablemente sean los más adecuados para combatir el dolor de hombro que esté acompañado de una inflamación considerable, algo habitual en el caso de la bursitis y tendinitis.[5] Los analgésicos probablemente sean más adecuados para tratar el dolor que no presenta mucha inflamación, tales como la distensión muscular de bajo grado y la osteoartritis (como el desgaste). El analgésico de venta libre más común es el acetaminofén (Tylenol, Paracetamol).
    • Siempre considera a los antiinflamatorios y analgésicos como tratamientos a corto plazo para el dolor. Si tomas muchos de ellos a la vez o durante mucho tiempo, tendrás una mayor probabilidad de sufrir problemas estomacales, renales y hepáticos.[6]
    • Si el dolor se siente sumamente intenso y espasmódico, un relajante muscular de venta libre (p.ej. ciclobenzaprina) podría ser más eficaz. Existe la posibilidad de que no puedas adquirir los relajantes musculares de venta libre en tu localidad y que, en su lugar, debas obtenerlos donde un médico.
    • Si quieres una alternativa más segura, frótate el hombro con una crema, loción o ungüento que contenga un analgésico natural. El mentol, el alcanfor, el árnica y la capsaicina son hierbas útiles para aliviar el dolor musculoesquelético.
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    Realiza algunos estiramientos en el hombro afectado. También existe la posibilidad de que el dolor de hombro se deba a una tensión o rigidez muscular a causa de posibles distensiones repetitivas, una mala postura o simplemente la falta de uso. Siempre y cuando el dolor no se vuelva demasiado insoportable con el movimiento, realizar estiramientos ligeros de 3 a 5 veces al día probablemente te ayudará mucho. Puedes aliviar tanto el dolor como la rigidez muscular al realizar estiramientos ligeros, pues estos reducen la tensión, fomentan el flujo sanguíneo y mejoran la flexibilidad.[7] Realiza los estiramientos por 30 segundos mientras respiras profundamente y detente en caso de que el dolor aumente considerablemente.
    • Mientras estás de pie o sentado, lleva un brazo hacia la parte frontal de tu cuerpo y sujeta la parte posterior del codo opuesto. Luego, jálalo por enfrente del pecho hasta que sientas que los músculos del hombro correspondiente se estiran.
    • Mientras estás de pie o sentado, pasa el brazo detrás de la espalda y toca la muñeca del brazo afectado. Luego, jala lentamente la muñeca hacia abajo hasta que sientas el estiramiento de los músculos en el hombro adolorido.
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    Modifica la posición en la que duermes. Algunas posturas a la hora de dormir pueden producir dolor en los hombros, sobre todo aquellas que implican la colocación del brazo por encima de la cabeza. Las personas obesas también corren el riesgo de compactar e irritar las articulaciones de los hombres si duermen de lado (lo que se conoce como la posición recostada). A fin de no agravar o causar dolor en el hombro, evita dormir de lado o boca abajo. Por el contrario, hazlo boca arriba.[8] Si solo sientes dolor en uno de los hombros, podría ser mejor dormir del otro lado en caso de que tu tronco no pese demasiado.
    • Una almohada que brinde apoyo también puede aliviar parte de la presión en las articulaciones de los hombros.
    • Mientras duermes boca arriba, considera la posibilidad de utilizar una almohada pequeña para sostener y elevar ligeramente el hombro adolorido.
    • Dormir de lado o boca abajo con el brazo levantado por encima de la cabeza no solo irritará la articulación del hombro, sino que puede comprimir los nervios que van desde el cuello hacia el brazo. Cuando esto sucede, generalmente sientes entumecimiento u hormigueo en el brazo.

Parte 2
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Buscar tratamiento para el dolor de hombro

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    Saca una cita con el médico. Si el dolor no disminuye con los remedios caseros mencionados previamente, saca una cita con el médico para que te examine. Puede sacarte unos rayos X y hacerte otras pruebas que le permitan determinar la causa del dolor. Dependiendo de los resultados y del diagnóstico, es posible que el médico te recomiende medicamentos más potentes, inyecciones de corticosteroides, fisioterapia o cirugía.
    • Las lesiones en el manguito de los rotadores son una causa habitual de dolor crónico, pues más de 4 millones de consultas médicas al año en los Estados Unidos se deben a este problema.[9] El manguito de los rotadores es el grupo de músculos y tendones que mantienen unidos los huesos y la articulación del hombro.
    • Los rayos X pueden detectar fracturas, dislocaciones, artritis, tumores óseos e infecciones, aunque es necesario realizar una resonancia o tomografía para visualizar problemas graves en los músculos, tendones y ligamentos.
    • Una inyección de corticosteroides (p.ej. prednisolona) para tratar un hombro adolorido o inflamado (bursitis o tendinitis) puede solucionar el problema con rapidez y permitir un mayor rango de movimiento y flexibilidad.[10]
    • La cirugía de hombro tiene como finalidad la reparación fracturas de huesos, el arreglo de articulaciones dañadas, la reconexión de tendones y ligamentos cortados, la liberación de coágulos sanguíneos, y el drenado de líquido acumulado.
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    Pide que te deriven con un fisioterapeuta o terapeuta atlético. Si el dolor en el hombro se debe a una lesión en el manguito de los rotadores u otro problema relacionado con el uso excesivo, solicita a tu médico que te derive con un fisioterapeuta para rehabilitación. Este profesional te enseñará los ejercicios de fortalecimiento y estiramientos específicos y adaptados a tu condición, lo que hará que tu hombro sea más fuerte y flexible.[11]
    • Un fisioterapeuta o un terapeuta atlético pueden recomendarte máquinas de pesas, pesas libres, bandas de goma, bolas de ejercicio, ultrasonido terapéutico o estimulación muscular electrónica con la finalidad de rehabilitar tu lesión en el hombro.
    • Por lo general, es necesario realizar la fisioterapia de dos a tres veces por semana durante cuatro a seis semanas con la finalidad de solucionar los problemas crónicos en el hombro.
    • Las actividades de fortalecimiento adecuadas para tu hombro incluyen las flexiones, los ejercicios de remo, la natación y los bolos.
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    Acude donde un quiropráctico. Es posible que el dolor en el hombro se relacione con un problema en el cuello o la parte media de la espalda, de modo que quizás sea recomendable acudir donde un quiropráctico. Estos profesionales son especialistas en articulaciones y se enfocan en recuperar el movimiento y funcionamiento habitual en las articulaciones espinales y periféricas, tales como las del hombro. El dolor del hombro puede deberse a problemas con las articulaciones subyacentes (articulaciones glenohumeral o acromioclavicular), o en la columna torácica (parte media de la espalda) o cervical (cuello). El quiropráctico puede determinar el origen del dolor y, de ser necesario, ajustar manualmente o reposicionar ligeramente la articulación afectada.
    • Por lo general, al ajustar manualmente la articulación se produce un sonido de “estallido” o “crujido”, lo cual es seguro y casi nunca duele.
    • Si bien en ocasiones una sola sesión de ajuste de la articulación puede solucionar un problema en el hombro, lo más probable es que se necesiten más para dar una solución significativa.
    • Los quiroprácticos pueden realizar maniobras manuales para hacer que un hombro dislocado vuelva a su lugar, aunque no se encargan de tratar fracturas, infecciones en las articulaciones o cáncer de hueso.
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    Sométete a un masaje profesional. Si el dolor del hombro persiste por más de una semana y crees que se debe a una distensión o tensión muscular, considera la posibilidad de someterte a un masaje de tejido profundo por parte de un masajista calificado. Este tipo de masaje es excelente para aliviar el dolor, la distención y la tensión en el músculo, lo cual puede limitar tu rango de movimiento, así como reducir la flexibilidad en el hombro.[12] Además, el masaje fomenta una mejor circulación sanguínea y promueve la relajación.
    • Los masajes son útiles para aliviar distensiones y esguinces que se encuentran en el rango de leve a moderado, pero no se recomiendan para tratar lesiones más graves en las articulaciones o los nervios.
    • Comienza con una sesión de masaje de media hora que se enfoque en el dolor de hombro, pero también pídele al terapeuta que masajee el cuello y la parte media de la espalda. Es posible que una sesión de una hora te sea más eficaz o que prefieras sesiones múltiples durante una semana o dos.
    • Permite que el terapeuta profundice lo más posible sin que llegues a sentir dolor. Ten en cuenta que en tu hombro hay muchas capas musculares que es necesario tratar para lograr los mejores resultados.

Consejos

  • Si quieres evitar los dolores de hombro, no cargues bolsas pesadas que distribuyan el peso de manera desigual a lo largo de tus hombros. Por el contrario, utiliza una mochila con dos correas acolchadas.
  • Para evitar el dolor en el hombro, reduce las ocasiones en que debes elevar los brazos al utilizar una escalera alta y al acercarte lo más posible a tu lugar de trabajo.
  • Si tu trabajo consiste en estar parado por mucho tiempo, asegúrate de que tu cuerpo no gire continuamente hacia un lado. Ten en cuenta que es importante mantener la simetría y el equilibrio.
  • Considera la posibilidad de someterte a una terapia de acupuntura. Los estudios científicos no respaldan esta práctica como un método para aliviar todas las causas de dolor en el hombro, pero existen muchas anécdotas que afirman su eficacia.[13]

Advertencias

  • Si tu dolor de hombro se agrava y se vuelve debilitante, saca una cita con tu médico lo antes posible.
  • Si el dolor se produce antes o junto con un dolor en el pecho y una respiración dificultosa, comunícate con emergencias, pues es posible que tengas un ataque cardiaco.

Acerca de este wikiHow

Troy A. Miles, MD
Coescrito por:
Cirujano ortopédico
Este artículo fue coescrito por Troy A. Miles, MD. El Dr. Miles es un cirujano ortopédico especializado en reconstrucción de articulaciones en adultos en California. Recibió su maestría en la Facultad de Medicina Albert Einstein en 2010, seguido de una residencia en la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón y una beca en la Universidad de California, Davis. Es miembro diplomático de la Junta Estadounidense de Cirugía Ortopédica y es miembro de la Asociación Estadounidense de Cirujanos de Cadera y Rodilla, la Asociación Estadounidense de Ortopedia, la Asociación Estadounidense de Cirugía Ortopédica y la Sociedad Ortopédica del Pacífico Norte. Este artículo ha sido visto 6226 veces.
Categorías: Lesiones y accidentes