Si tienes una herida abierta o que está en proceso de curación, existen diferentes tipos de exudado que pueden ocurrir. Las secreciones líquidas, de color amarillento y con rastros de sangre son comunes. Este tipo de exudado ocurre debido al fluido y la proteína que se encuentran entre los tejidos y los músculos. El exudado cambia de color dependiendo de la gravedad de la inflamación o del tipo de infección.

Método 1
Método 1 de 2:
Prepararse para tratar la herida

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    Identifica si se trata de un exudado normal. Al tratar una herida exudante, es importante que tengas una idea de cómo luce el exudado normal. Los tipos de exudado normal incluyen los siguientes[1] :
    • “Exudado seroso”: Este tipo de exudado puede manifestarse como una descarga transparente o ligeramente amarillenta. Este tipo de exudado no se produce en cantidad suficiente como para humedecer una venda.
    • “Exudado serosanguíneo”: Este tipo de exudado se manifiesta como una descarga delgada y acuosa que está hecha de sangre y plasma. Debido a que solo contiene una pequeña cantidad de sangre, la descarga puede tener un color rosáceo.
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    Identifica si se trata de un exudado anormal. Si bien es útil saber cuándo un exudado es normal, también es importante conocer cuáles son las señales de que existe una infección. Los tipos de exudado anormal incluyen los siguientes[2] :
    • “Exudado sanguinolento”: este tipo de exudado contiene una alta cantidad de sangre. Su color será rojo brillante.
    • “Descarga purulenta”: este tipo de descarga también se conoce como pus. El color del pus puede variar entre verde, amarillo, blanco, gris, rosa o marrón. Por lo general, el pus tiene un olor muy desagradable.
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    Lávate bien las manos antes y después de tratar la herida. Lavarte las manos limitará la cantidad de bacterias a las que expones tu herida. Un lavado apropiado de manos incluye las siguientes acciones:
    • humedecer las manos con agua tibia o fría;
    • enjabonar las manos;
    • restregar las manos por 30 segundos para eliminar efectivamente las bacterias y la tierra;
    • enjuagar las manos con agua corriente;
    • secar las manos con una toalla limpia.
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    Usa un par de guantes limpios. Si bien lavarse las manos es casi siempre suficiente para evitar que se infecte una herida, el agua y el jabón todavía pueden dejar bacterias en tu piel. Debido a esto, los guantes actuarán como una barrera entre las bacterias y la herida.
    • Quítate los guantes después de tratar la herida exudante.

Método 2
Método 2 de 2:
Tratar la herida

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    Limpia la herida con una solución antiséptica. Lavar y limpiar una herida exudante con peróxido de hidrógeno o povidona yodada eliminará las células muertas y otros restos que se encuentren en la herida. La solución antiséptica contiene componentes que eliminan gérmenes y facilitan la curación de las heridas.
    • Se debe limpiar la herida exudante una vez al día o cuando la venda que la cubre se ensucie o humedezca.
    • Antes de limpiar la herida con solución antiséptica, asegúrate de lavarla con agua corriente.
    • Si limpiarás la herida con peróxido de hidrógeno o povidona yodada, vierte la solución sobre un pedazo de algodón o gaza, y sóbalo suavemente sobre la herida, con movimientos circulares, desde el centro hasta el borde exterior.
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    Aplica un ungüento antibacteriano. Este ungüento eliminará las bacterias y hará que tu piel permanezca hidratada. Los ungüentos antibacterianos más utilizados incluyen los siguientes[3] :
    • Bacitracina (Neosporin). Aplica este ungüento sobre la herida 3 veces al día.
    • Mupirocina 2 % (Bactroban). Aplica este ungüento sobre la herida 3 veces al día, cada 8 horas.
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    Cubre la herida con una venda de gaza. Cúbrela antes de que el ungüento que aplicaste se seque. Es mejor que la herida permanezca hidratada, ya que la resequedad puede causar que la piel se rasgue.
    • Coloca un pedazo de gaza limpia sobre la herida y mantén los bordes en su lugar con esparadrapo. Otra alternativa es usar vendas de gaza grandes que vienen con adhesivos.
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    Cambia el vendaje cuando se humedezca. Mantén el vendaje seco y limpio, ya que esto evitará que tu herida se infecte. Si notas que la venda se humedece, reemplázala con una nueva.
    • Si tu vendaje se humedece, debes cambiarlo inmediatamente para evitar que las bacterias de las descargas se propaguen.
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    Aprende a discernir si necesitas ayuda médica. Debes monitorear el monto y las características del exudo supurado por la herida. Ten en mente que una herida normal exuda solo una cantidad pequeña o moderada de descarga.
    • Si el vendaje se humedece varias veces al día, esta es una señal de que el exudo de tu herida no es normal.
    • Llama a tu doctor de inmediato y acude al hospital más cercano, ya que el sangrado grave o la hemorragia podrían ser fatales debido a la excesiva pérdida de sangre.

Acerca de este wikiHow

Erik Kramer, DO, MPH
Coescrito por:
Doctor en medicina osteopática
Este artículo fue coescrito por Erik Kramer, DO, MPH. El Dr. Erik Kramer es médico de atención primaria en la Universidad de Colorado, especializado en medicina interna, diabetes y control de peso. Recibió su doctorado en Medicina Osteopática en el Touro University Nevada College of Osteopathic Medicine en 2012. El Dr. Kramer es miembro diplomado de la Junta Estadounidense de Medicina de la Obesidad y está certificado por el colegio oficial. Este artículo ha sido visto 4457 veces.
Categorías: Lesiones y accidentes