Una jeringa de bombilla es un tipo de jeringa que cuenta con un bulbo de látex o goma que se puede estrujar y llenar con líquido en un extremo. Es importante que no la utilices para múltiples funciones y que asignes una para cada persona. Incluso si limpias este dispositivo, existe la posibilidad de que una infección se propague si lo compartes.

Método 1
Método 1 de 3:
Succionar la nariz de un bebé

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    Reúne tus materiales. Al succionar la mucosidad de la nariz de un bebé, facilitarás su respiración y alimentación. El mejor momento para este procedimiento es antes de alimentarlo, ya que lo ayudarás a comer mejor. Para succionar la nariz de tu hijo con una jeringa de bombilla, vas a necesitar lo siguiente:[1]
    • un lavado nasal con solución salina o de prescripción (puedes pedirle al pediatra que te lo recete)
    • una jeringa de bombilla limpia
    • pañuelos descartables suaves
    • una manta (opcional)
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    Lávate bien las manos antes y después del proceso de succión. Tus manos tienen bacterias que no deseas introducir en la nariz y la boca de tu hijo. Para lavarte las manos de forma adecuada, debes hacer lo siguiente:[2] [3]
    • Mójate las manos con agua tibia.
    • Pásate el jabón por el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas.
    • Frótate las manos durante 20 segundos. Si necesitas un cronómetro, puedes tararear dos veces la canción de “Feliz cumpleaños”.
    • Enjuágate las manos con agua limpia del grifo.
    • Sécate las manos con papel absorbente.
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    Acuesta al bebé boca arriba. El rostro del niño debe quedar orientado hacia el techo.[4] [5]
    • Puedes pedirle a alguien que sostenga al bebé con suavidad.
    • Si no cuentas con ayuda, puedes envolver al bebé con una manta. Envuelve al bebé con sus brazos a los costados para ayudar a mantenerlo inmóvil.
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    Aplica de tres a cuatro gotas de solución salina en una de sus fosas nasales. Ten en cuenta que es probable que no le agrade este procedimiento y se retuerza. Trata de mantener al bebé quieto durante unos 10 segundos, con la ayuda de otra persona o una manta. La solución salina ayudará a aflojar la mucosidad que obstruye sus fosas nasales.[6] [7]
    • Puedes preparar tu propia solución salina en casa, pero esto no es recomendable, en especial si es para un bebé. Si no mezclas las proporciones correctas, la solución salina puede volverse muy secante. Además, debes asegurarte de contar con agua destilada y desinfectada para mezclar la solución.
    • En cambio, debes escoger una de las muchas soluciones salinas que se encuentran disponibles en el mercado formuladas específicamente para bebés. Estas son más económicas y están diseñadas especialmente para este propósito.
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    Extrae todo el aire de la jeringa de bombilla. Utiliza el pulgar y los primeros dos dedos para aplicar presión sobre la jeringa.
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    Coloca la punta de la jeringa en la fosa nasal de tu hijo. Deja que se fije suavemente en su nariz. Suelta el pulgar despacio para dejar que el aire ingrese a la jeringa.[8] [9]
    • El proceso de succión extraerá la mucosidad de la nariz del bebé y la introducirá en la bombilla. Es probable que tengas que succionar cada fosa nasal varias veces para eliminar toda la mucosidad, ya que puede ser muy espesa, en especial si el bebé está resfriado.
    • Si la mucosidad es demasiado espesa como para ingresar en la jeringa, puedes diluirla con unas gotas de solución salina y luego intentar succionarla de nuevo con suavidad.
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    Retira la bombilla de la nariz del bebé. Exprime la bombilla sobre un pedazo de papel absorbente o un pañuelo descartable para eliminar la mucosidad.[10] [11]
    • Es probable que tu hijo presente un poco de mucosidad alrededor de la nariz. Asegúrate de limpiarla suavemente para evitar que la piel se irrite.
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    Repite el proceso con la otra fosa nasal. Debes tener cuidado al succionar para eliminar la mayor parte de la mucosidad de la nariz del bebé.
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    Limpia la jeringa de bombilla después de cada uso. Debes lavarla con detergente y agua tibia después de cada uso.[12] [13]
    • Asegúrate de enjuagar bien la jeringa para evitar la acumulación de detergente en su interior. Presiona la bombilla varias veces en el agua con detergente para limpiar la mucosidad. Debes agitar el interior de la bombilla antes de exprimirla.
    • Deja que se seque durante la noche antes de almacenarla o utilizarla nuevamente.
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    No te excedas. Debes limitar la succión de la nariz de un bebé a cuatro veces por día para evitar irritar su revestimiento.
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Método 2
Método 2 de 3:
Aplicar un enema

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    Comprende el propósito de un enema. El estreñimiento infantil es un problema muy común y, si otros métodos fallan, es probable que sea necesaria la aplicación de un enema para ayudar al bebé. Es probable que tu hijo sufra de estreñimiento si sus heces son duras o presenta dificultad para defecar.[14] Debes consultar con el pediatra antes de aplicarle al bebé un enema con una jeringa de bombilla. A veces, los enemas pueden causar irritación o fisuras en el ano, lo que resulta en dolor y retención de heces.[15]
    • La lactancia materna tiene menos probabilidades de causar estreñimiento y problemas digestivos que la alimentación con leche de fórmula. Una pequeña cantidad de magnesio en el biberón puede ayudar al bebé a defecar.
    • También puedes probar con ungüentos suaves para aplicarlos sobre el estómago de tu bebé antes de intentar con un enema.
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    Reúne tus materiales. Para aplicarle un enema a tu hijo, vas a necesitar los siguientes suministros:
    • una jeringa de bombilla limpia
    • aceite de oliva
    • un pañal
    • agua tibia
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    Lávate bien las manos antes y después de aplicar el enema. Debes tener las manos limpias antes de llevar a cabo este procedimiento. Este proceso puede resultar complicado una vez que tu hijo defeque, por lo que tendrás que lavarte las manos nuevamente más adelante.[16]
    • Asegúrate de lavarte las manos durante al menos 20 segundos con jabón.
    • Enjabónate entre los dedos, debajo de las uñas y el dorso de las manos.
    • Enjuágate bien las manos y sécalas con papel absorbente.
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    Llena la jeringa de bombilla con una o tres cucharadas de agua tibia. Para llenar la jeringa, primero debes extraer el aire. Luego, coloca la punta en un recipiente que contenga el agua.[17]
    • Suelta el pulgar lentamente para que la jeringa se llene. Asegúrate de que el agua no esté demasiado caliente. Debe sentirse tibia al tacto. No debes utilizar más de tres cucharadas de agua a la vez.
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    Lubrica el extremo de la jeringa de bombilla con aceite de oliva. De esta manera, la volverás más cómoda para el bebé durante la aplicación del enema.[18]
    • Aplica una cucharadita de aceite de oliva sobre tu dedo.
    • Cubre el extremo de la jeringa con una capa fina de aceite.
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    Inserta el extremo de la jeringa en el recto del bebé. Tan solo insértalo hasta aproximadamente 1 cm (½ pulgada).[19]
    • Evita estrujar la jeringa, ya que perderá el agua de su interior demasiado pronto.
    • Este proceso puede resultar desagradable, por lo que debes pedirle a alguien que te ayude a distraer al bebé para evitar que se concentre en su incomodidad.
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    Presiona suavemente la jeringa. El agua ingresará al intestino de tu hijo y ayudará a aflojar las heces. El bebé debe defecar dentro de un par de minutos después de aplicarle el enema.[20] .
    • Espera unos minutos para que el bebé defeque. Para que este proceso resulte menos complicado, puedes ponerle un pañal.
    • Puedes repetir el proceso si es necesario.
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    Lava la jeringa después de utilizarla. Debes limpiarla con detergente y agua caliente y dejar que se seque durante toda la noche.[21]
    • Asegúrate de enjuagarla bien para evitar que el detergente se acumule. Debes exprimir la jeringa varias veces en el agua con detergente para limpiarla.
    • Nunca utilices esta jeringa para otro propósito que no sea la aplicación de un enema.
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Método 3
Método 3 de 3:
Eliminar el cerumen del oído

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    Reúne tus materiales. Si presentas una acumulación de cerumen en los oídos, entonces ha llegado el momento de enjuagarlos con una jeringa de bombilla y una solución suavizante. La mayoría de los casos de acumulación de cerumen se pueden tratar en casa.[22] Antes de intentar extraer el cerumen, debes reunir los siguientes suministros:
    • una jeringa de bombilla limpia
    • una solución suavizante para cerumen (que puedes conseguir sin receta en tu farmacia local) o un remedio natural (como aceite de bebé, aceite mineral, glicerina o peróxido de hidrógeno).[23]
    • una toalla limpia
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    Aplica varias gotas de solución suavizante en el canal auditivo. De esta manera, ayudarás a aflojar el cerumen antes de intentar extraerlo.
    • Inclina la cabeza hacia un costado.
    • Deja caer de 5 a 10 gotas de solución (o el remedio casero de tu elección) en el canal auditivo.
    • Deja que las gotas se asienten durante varios minutos.
    • Mantén la cabeza inclinada o coloca una bola de algodón en el canal auditivo para evitar que las gotas se escapen. Puedes esperar uno o dos días para que el cerumen se ablande antes de utilizar la jeringa de bombilla.[24]
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    Llena la jeringa con agua tibia. Primero, presiona la jeringa para extraer el aire. Luego, coloca la punta en un recipiente con agua tibia.
    • Suelta lentamente la jeringa. De esta manera, succionará el agua tibia en su interior.
    • No debes hacerlo demasiado rápido, ya que terminarás con muchas burbujas de aire dentro de la jeringa.
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    Coloca la punta de la jeringa en la entrada del canal auditivo. Inclina la cabeza sobre una toalla limpia y jala la oreja hacia arriba. De esta manera, enderezarás el canal auditivo. Presiona suavemente la jeringa para aplicar el agua en el canal auditivo.
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    Inclina la cabeza hacia un costado para dejar que el agua se drene. Una vez que hayas exprimido el agua dentro del oído, deja que se drene junto con el cerumen desprendido.
    • Una vez que el agua se drene por completo, debes secarte la oreja con una toalla.
    • Puedes repetir este proceso varias veces para eliminar todo el cerumen.
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    Busca atención médica si el cerumen no se desprende después de varios tratamientos. En algunos casos, los agentes suavizantes solo logran aflojar la capa externa del cerumen y hacer que se aloje más profundamente en el canal auditivo o contra el tímpano. Si el cerumen no se desprende o desarrollas dolor de oído, debes buscar atención médica.
    • El médico puede repetir los intentos de irrigación con una jeringa de bombilla, succionar el canal auditivo o utilizar un otoscopio para ver mejor el interior del oído.
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Acerca de este wikiHow

Shari Forschen, NP, MA
Coescrito por:
Profesional en enfermería
Este artículo fue coescrito por Shari Forschen, NP, MA. Shari es una enfermera registrada en Sanford Health en Dakota del Norte. Recibió su maestría en Enfermería Familiar en la Universidad de Dakota del Norte y es enfermera desde 2003. Este artículo ha sido visto 5198 veces.
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