Nereidas

En la mitología griega, las Nereidas (en griego antiguo: Νηρείδες Nêreídes o Νηρηίδες Nêrêídes, en singular Νηρείς Nêreís o Νηρηίς Nêrêís, de νέειν néein, ‘nadar’) son las cincuenta hijas de Nereo y de Doris[1], y hermanas del apuesto Nerites (una deidad marina menor).[2]

Las Nereidas de Gaston Bussière (1902).

Se las considera ninfas del mar Mediterráneo, y como tales viven en sus profundidades; no obstante, emergen a la superficie para ayudar a marineros que surcan los procelosos mares, siendo los Argonautas, que viajaban en búsqueda del vellocino de oro, los más famosos de los que socorrieron.

Las nereidas simbolizan todo aquello que hay de hermoso y amable en el mar. Cantan con voz melodiosa y bailan alrededor de su padre. Se las representa como muchachas muy hermosas, vestidas con túnicas de seda blanca con bordeados dorados, a veces totalmente desnudas, coronadas por ramas de coral rojo y van descalzas, portando el tridente de Poseidón, de cuyo séquito forman parte.

Se aparecen a los hombres montadas en delfines, hipocampos y monstruos marinos. Los griegos las adoraban en altares situados en playas y acantilados, donde se les ofrendaba leche, aceite y miel.

De entre todas estas ninfas marinas destacan solo unas cuantas:

Algunas de las Nereidas comparten nombre con ninfas Oceánides, a saber: Anfitrite, Asia, Béroe, Calipso, Ceto, Clío, Clímene, Dione, Doris, Éfira, Eudora, Yanira, Melite, Menipe, Plexaura, Toa y Janta.

Algunos de estos nombres aparecen también en Homero, como Tetis, Glauca, Nesea, Espeo, Actea, Cimótoa, Cimódoca y Agave. Estos nombres -dice B. Snell- nos dan una imagen viva e impresionante del mar Egeo: brillante, incesantemente movido, sembrado de islas, rodeado de grutas y acantilados. Pero en ello se acepta lo visible, lo exterior (B. Snell: Las Fuentes..., pág. 72). Hay una sensible diferencia con las Nereidas de Hesíodo que reflejan más precisamente el tráfico mercantil que cruza el Egeo en los siglos VIII-VII a. C. A los nombres descriptivos de Homero se suman otros referentes al tráfico marino. La etimología de las hijas de Nereo corresponde a Ploto («La naviera»), Eucranta («La que concede coronar el fin»), Sao («Salvadora»), Eudora («La que da prosperidad«), Galena («La calma»), Glauca («Azulada»), Cimótoa («De rápidas olas»), Espeo («La de las grutas»), Toa («La rápida», que sugiere la ninfa marina Toosa), Halía («Salada», que sugiere la ninfa marina Halia), Pasítea («La muy divina»), Erato («Deliciosa»), Eunice («De fácil victoria»), Melita («La dulce»), Eulímena («La de buen puerro»), Ágave («La resplandeciente»), Doto («Dadivosa»), Proto («La primera»), Ferusa («La que lleva»), Dinámena («La potente»), Nesea («Isleña»), Actea («La de los acantilados»), Protomedea («Primera en pensamientos»), Doris («La que regala»), Pánope («La que todo lo ve»), Hipótoa («Veloz como un caballo»), Hipónoa («Inteligente como el caballo»), Cimódoca («La que recibe las olas»), Cimatolega («Que calma el oleaje», que sugiere la ninfa marina Leucótea), Cimo («La de las olas», que sugiere la ninfa marina Cimopolea), Éyone («La del fondeadero»), Halimeda («Que cuida del mar»), Glaucónoma («La de azulado prado»), Pontoporea («Que permite atravesar el ponto»), Leágora («La de suave palabra»), Evágora («Elocuente»), Laomedea («Que cuida del pueblo»), Polínoe («La que mucho entiende»), Autónoe («La que se entiende a sí misma»), Lisiánasa («Señora de la libertad»), Evarna («Rica en ganado»), Psámate («La arenosa»), Menipa («La del vigor de caballo»), Neso («Isla»), Eupompa («De feliz viaje»), Temisto («Observadora de las leyes divinas»), Prónoe («Previsora»), y Nemertes («La sin tacha»). No tienen etimología clara Anfítrite, Tetis y Galatea.[3]

Catálogo de las Nereidas

La relación de nereidas aparece en las obras de varios autores clásicos, difiriendo de una a otra.

Así, Apolodoro relata:

De Nereo y Doris nacieron las nereidas, cuyos nombres son Cimótoe,[4] Espeo, Glaucónome,[5] Nausítoe,[6] Halia, Erató,[7] Sao,[8] Anfítrite, Eunice, Tetis, Eulímene,[9] Ágave,[10] Eudora,[11] Doto, Ferusa, Galatea, Acteea,[12] Pontomedusa,[13] Hipótoe, Lisianasa,[14] Cimo,[15] Éyone,[16] Halimede, Plexaura,[17] Eucrante,[18] Proto,[19] Calipso, Pánope, Cranto,[20] Neomerís,[21] Hipónoe,[22] Yanira,[23] Polínome,[24] Autónoe,[25] Mélite,[26] Dione, Nesea,[27] Dero, Evágora,[28] Psámate, Eumolpe,[29] Yone,[30] Dinámene,[31] Ceto[32] y Limnoria.[33][34]

Hesíodo enumera las siguientes:

Adorables y divinas hijas nacieron en el ponto estéril de Nereo y Doris de hermosos cabellos, hija del Océano río perfecto: Ploto,[35] Eucrante, Sao, Eudora, Tetis, Galene,[36] Glauce,[37] Cimótoe, Espeo, Toa,[38] la amable Halia, Pasítea, Erató, Eunice la de rosados brazos, la graciosa Mélite, Eulímene, Ágave, Doto, Proto, Ferusa, Dinámene, Nesea, Acteea, Protomedea,[39] Doris,[40] Pánope, la hermosa Galatea, la encantadora Hipótoe, Hipónoe la de rosados brazos, Cimódoce[41] la que calma sin esfuerzo el oleaje en el sombrío ponto y las ráfagas de los vientos huracanados junto con Cimatolege[42] y Anfítrite, que calma fácilmente las olas sobre el brumoso mar y las ráfagas de furiosos vientos, Cimo, Éyone, Halimede la de bella corona, la risueña Glaucónome, Pontoporea,[43] Leágora,[44] Evágora, Laomedea,[45] Polínome, Autónoe, Lisianasa, Evarne[46] la de encantadora figura y hermosura sin tacha, Psámate la de gracioso porte, la divina Menipe,[47] Neso,[48] Eupompa,[49] Temisto,[50] Prónoe[51] y Nemertes[52] la que tiene la inteligencia de su inmortal padre.[53]

En la Ilíada, se nombran las siguientes:

Allí estaban Glauce, Talía,[54] Cimódoce, Nesea, Espeo, Toa, Halia, la de los grandes ojos, Cimótoe, Acteea, Limnoria, Mélite, Yera,[55] Anfítoe,[56] Ágave, Doto, Proto, Ferusa, Dinámene, Dexámene,[57] Anfínome,[58] Calianira,[59] Doris, Pánope, la célebre Galatea, Nemertes, Apseudes,[60] Calianasa,[61] Clímene,[62] Yanira, Yanasa,[63] Mera,[64] Oritía,[65] Amatea[66] la de hermosas trenzas, y las restantes nereidas que habitan en lo hondo del mar.[67]

Añadiendo inmediatamente después a Tetis:

Y Tetis, dando principio a los lamentos, exclamó:"
—Oíd, hermanas nereidas, para que sepáis cuantas penas sufre mi corazón.[67]

Higino nombra a estas nereidas:

De Nereo y Doris cincuenta nereidas: Glauce, Talía, Cimódoce, Nesea, Espeo, Toa, Cimótoe, Acteea, Limnoria, Mélite, Yanira, Anfítoe, Ágave, Doto, Proto, Ferusa, Dinámene, Dexámene, Anfínome, Calianasa, Doris, Pánope, Galatea, Nemertes, Apseudes, Clímene, Yanira, Panopea, Yanasa, Mera, Oritía, Amatea, Drimo,[68] Janta,[69] Ligea,[70] Filodoce,[71] Cídipe,[72] Licoria,[73] Clío,[74] Beroe,[75] Éfire[76] o Éfira, Opis,[77] Asia, Deyopea,[78] Aretusa,[79] Clímene, Creneis, Eurídice,[80] Leucótoe.[81][82]

Las pinturas de vasijas de la época nombran a otras nereidas más, como son Nao, Pontómeda, Cálice,[83] Coro, Iresia, Cimatótea y Eudia.[84]

Confusión de las Sirenas con las Nereidas

Las sirenas en origen fueron seres con cabeza de mujer y cuerpo de aves que entonaban cánticos que atraían a los navegantes hasta que ellos estrellaban sus naves contra los peñascos de las islas que habitaban, siendo luego devorados por estos seres. Aún en los tiempos de Apolonio de Rodas las sirenas eran caracterizadas bajo esta forma. En la Odisea, su protagonista principal Odiseo o Ulises, se hace amarrar al mástil de su nave y obliga al resto de la tripulación a tapar sus oídos con cera para poder él escuchar el canto de las sirenas sin poner en riesgo su vida. Luego de que las sirenas perdieran un concurso de canto con las musas, hecho que hace que a la vez pierdan sus plumas, su inclusión en las tradiciones orales no vuelve a hacerse presente de manera notoria y posteriormente, en los siglos VII y VIII, las sirenas son descritas en el Liber monstrorum de diversis generibus con cola de pez y no con cuerpo de ave.[85] Sin embargo la cola tampoco era un elemento que formara parte de la iconografía original de las Nereidas, como puede verse en las imágenes de Tetis y Galatea entre muchas otras, que eran representadas con piernas, a veces en compañía de peces [86] o montadas en delfines. Es posible que la cola fuese un elemento incorporado iconográficamente tras la confusión visual de ciertas pinturas donde no se distinguían claramente las piernas de una nereida montada en el lomo de un delfín, pudiéndose confundir la cola del mismo con la parte inferior del cuerpo de la nereida. [87]

El escritor Robert Graves considera que las nereidas fueron un colegio de unas 50 sacerdotisas de la diosa Luna, llamadas "mujeres foca", debido a que se vestían con pieles de foca y que bailaban una danza ritual en Egina y Magnesia como proemio de la ceremonia de elección de un rey sagrado. Estas nereidas también realizaban ritos mágicos para asegurar a los pescadores una buena pesca.[88][89]

Véase también

Notas

  1. Hesíodo: Teogonía vv. 240-262
  2. Eliano, De Natura Animalium 14.28
  3. Hesíodo: Obras y fragmentos, editorial Gredos. Nota número 12, pág. 81.
  4. Cimótoe: Κυμοθόη / Kumothóē.
  5. Glaucónome: Γλαυκονόμη / Glaukonómē.
  6. Nausítoe: Ναυσιθόη / Nausithóē.
  7. Erató: Ερατώ / Eratṓ («Amable» o «Amorosa»).
  8. Sao: Σαώ / Saṓ.
  9. Eulímene: Εὐλιμένη / Euliménē.
  10. Ágave: Ἀγαυή / Agauḗ.
  11. Eudora: Εὐδώρη.
  12. Acteea: Ἁκταία (de «ἁκτή»: «orilla del mar»).
  13. Pontomedusa: Ποντομέδουσα / Pontomédousa.
  14. Lisianasa: Λυσιάνασσα / Lusiánassa.
  15. Cimo: Κυμώ / Kumṓ.
  16. Éyone: Ἠιόνη / Ēiónē.
  17. De la nereida Plexaura se toma el nombre para algunos animales marinos de los llamados gorgonias: véanse "Plexauridae", "Plexaurella" y "Pseudoplexaura".
  18. Eucrante: Εὐκράντη / Eukrántē.
  19. Proto: Πρωτώ / Prōtṓ.
  20. Cranto: Κραντώ / Krantṓ.
  21. Neomerís: Νεόμηρις / Neómēris.
  22. Hipónoe: Ἱππονόη / Hipponóē.
  23. Yanira: Ἰάνειρα / Iáneira.
  24. Polínome: Πολυνόμη / Polunómē.
  25. Autónoe: Αὐτονόη / Autonóē.
  26. Mélite: Μελίτη / Melítē.
  27. Nesea: Νησαίη / Nēsaíē.
  28. Evágora: Εὐαγόρη / Euagórē.
  29. Eumolpe: Εὐμόλπη / Eumólpē.
  30. Yone: Ἰόνη / Iónē.
  31. Dinámene: Δυναμένη / Dunaménē.
  32. Ceto: Κητώ / Kētṓ.
  33. Limnoria: Λιμνώρεια / Limnốreia.
    • La transcripción correcta de la «o» es «ṓ ».
  34. Biblioteca mitológica I, 2, 7 y ss.
  35. Ploto: Πλωτώ / Plōtṓ.
  36. Galene: Γαλήνη / Galḗnē.
  37. Glauce: Γλαύκη / Glaúkē.
  38. Toa: Θόη / Thóē.
  39. Protomedea: Πρωτομέδεια / Prōtomédeia.
  40. Doris: Δωρίς / Dōrís.
  41. Cimódoce: Κυμοδόκη.
  42. Cimatolege: Κυματολήγη / Kumatolḗgē.
  43. Pontoporea: Ποντοπόρεια / Pontopóreia.
  44. Leágora: Ληαγόρη / Lēagórē.
  45. Laomedea: Λαομέδεια / Laomédeia.
  46. Evarne: Εὐάρνη / Euárnē.
  47. Menipe: Μενίππη / Meníppē.
  48. Neso: Νησώ / Nēsố.
    • La transcripción correcta de la «o» es «ṓ ».
  49. Eupompa: Εὐπόμπη / Eupómpē.
  50. Temisto: Θεμιστώ / Themistố.
    • La transcripción correcta de la «o» es «ṓ ».
  51. Prónoe: Προνόη / Pronóē.
  52. Nemertes: Νημερτής / Nēmertḗs.
  53. HESÍODO: Teogonía 240 y ss.
  54. Talía: Θάλεια / Tháleia.
  55. Yera: Ἴαιρα / Íaira.
  56. Anfítoe: Ἀμφιθόη / Amphithóē.
  57. Dexámene: Δεξαμένη / Dexaménē.
  58. Anfínome: Ἀμφινόμη / Amphinómē.
  59. Calianira: Καλλιάνειρα / Kalliáneira.
  60. Apseudes: Ἀψευδής / Apseudḗs.
  61. Calianasa: Καλλιάνασσα / Kalliánassa.
  62. Clímene: Κλυμένη / Kluménē.
  63. Yanasa: Ἰάνασσα / Iánassa.
  64. Mera: Μαῖρα / Maīra.
  65. Oritía: Ὠρείθυια / Ōreíthuia.
  66. Amatea: Ἀμάθεια / Amátheia.
  67. Ilíada XVIII, 38 y ss.
  68. Drimo: Δρυμώ / Drumō.
  69. Janta: Ξιανθεια / Xíántheíá.
  70. Ligea: Λίγεια / Lígeia.
  71. Filodoce: Φυλλοδόκη.
  72. Cídipe: Κυδίππη / Kudíppē.
  73. Licoria: Λυκωριάς / Lukōrias.
  74. Clío: Κλειώ / Kleiṓ.
  75. Beroe: Βερόη / Beróē.
  76. Éfire: Ἐφύρη / Ephurē.
  77. Opis: Ὦπις / Ōpis.
  78. Deyopea: Δηιόπεια.
  79. Aretusa: Ἀρέθουσα / Aréthousa.
  80. Eurídice: Εὐρυδίκη / Eurudíkē.
  81. Leucótoe: Λευκοθόη.
  82. HIGINO: Fábulas, prefacio.
  83. Cálice: Καλύκη.
  84. GRIMAL, Pierre (2000). «Nereidas». Diccionario de mitología griega y romana. Barcelona, Buenos Aires, México: Paidós. pp. 377a. ISBN 9788475091662.
  85. PÁRBOLE MARTÍN, Cristina (18 de noviembre de 2015). «Sirena o nereida, ésa es la cuestión.». Studia humanitatis. Consultado el 31 de mayo de 2020.
  86. Palumbo, Jacqui (17 de julio de 2019). «Greek Mythology Tells Us That Mermaids Come in All Shades». Artsy (en inglés). Consultado el 31 de mayo de 2020.
  87. «Delfines salvan humanos con los que se identifican por sonar». malcolmallison.lamula.pe. Consultado el 31 de mayo de 2020.
  88. GRAVES, Robert (1985). «Los hijos del mar». Los mitos griegos I. Alianza. p. 88.89. ISBN 8420698148.
  89. GRAVES, Robert. «Telamón y Peleo». Op. cit. p. 187.

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