La biografía de Michael

Michael comenzó a fumar a los 9 años cuando su hermana menor le ofreció un cigarrillo. Años más tarde, a Michael, veterano del servicio militar del Ejército de los Estados Unidos, nativo de Alaska, y miembro de la tribu Tlingit, le daría la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC, una afección causada por fumar que hace que sea cada vez más difícil respirar y puede causar la muerte. No fue hasta que sintió que casi se ahogaba que decidió dejar de fumar para siempre.

"Fumaba para ser aceptado", dice Michael, al recordar la razón por la que comenzó a fumar. Al principio no era agradable, pero mientras más fumaba, más adicto me hacía a los cigarrillos". Al comienzo, él escondía que fumaba y hasta fumaba las colillas de los cigarrillos de otras personas. A pesar de que el papá, la hermana y muchas otras personas de la comunidad de Michael murieron por enfermedades relacionadas con el tabaquismo, Michael siguió fumando.

Michael prestó servicio militar en el Ejército de los Estados Unidos desde 1977 hasta 1979 y  fumó durante todo ese periodo. Aunque intentó dejar de fumar, siempre tenía una excusa para empezar a fumar de nuevo. A los 44 años, le diagnosticaron EPOC. "Me despertaba con una 'tos de fumador', ese fue un signo de advertencia que ignoré", dice Michael.

Michael no se olvidará el día en que tomó la decisión de dejar de fumar para siempre.  Tenía 52 años cuando se despertó tratando de respirar. "Fueron 4 horas de completo terror. Sentí que me estaba muriendo del ahogo. ¡Todas las células de mi cuerpo me estaban pidiendo oxígeno!'. Michael recuerda estar en la ambulancia preguntándose si se iba a morir. Él nunca fumó otro cigarrillo. "No poder respirar te quita la fuerza para vivir”.

Hoy, Michael continúa luchando por su vida. Para mejorar su respiración, le hicieron una cirugía de reducción de volumen pulmonar. Le quitaron partes dañadas de los pulmones para que los tejidos pulmonares sanos pudieran funcionar mejor.  Después de que dejó de fumar, su afección mejoró significativamente, pero su médico dice que Michael necesita un trasplante de pulmón. Debido a su estado tan delicado, no sabe si Michael sobrevivirá a la operación.

Michael disfruta de la compañía de su hija y sus dos nietos, pero sufre de tan solo pensar en tener que despedirse. "No puedo imaginarme no poder verlos crecer", dice Michael. "No sé cómo explicarles". Desearía tener más energía para poder jugar con ellos. "Solía jugar al voleibol y hacer caminatas en las montañas, pero ya no hago más eso", nos cuenta. "Evito todo lo que implique correr o cargar cosas. Me mantengo alejado del humo y de los gases de los autos. Ahora, lo más importante son mis amigos, los buenos recuerdos y vivir por un tiempito más".