Envejecer es parte inevitable de la vida. En algún momento, todas las personas que viven lo suficiente tienen que aceptar el hecho de que ya no son jóvenes. Ser mayor tiene sus ventajas, pero también tiene algunos aspectos que pueden ser difíciles de aceptar. Con el paso de los años, el cuerpo, y para muchos, la mente, no funciona tan bien como antes. Sin embargo, estos cambios no tienen que significar que la vida ha llegado a su fin. Hay muchas cosas que puedes hacer para que tus años avanzados sean más agradables y, al hacerlas, te será más fácil aceptar que estás envejeciendo.

Método 1
Método 1 de 3:
Tener la mentalidad correcta

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    Ten expectativas realistas. Nuestra cultura le enseña a la gente que puede ser joven por siempre si tan solo usa las cremas correctas y toma los suplementos correctos. Lo cierto es que esto no es verdad. A medida que avances en años, procura crearte expectativas realistas (no pesimistas) de cómo será realmente el envejecimiento.[1]
    • No esperes lo peor. Tener una visión negativa del futuro puede ser una profecía que se hará realidad. Del mismo modo, no esperes tener la capacidad de hacer todo lo que hacías cuando tenías veintitantos. Si tienes expectativas realistas sobre lo que podrás hacer o no, la transición a este periodo de la vida será más llevadero.
    • Por ejemplo, incluso a la gente más juvenil de 90 años normalmente no se la encuentra en monopatín o haciendo buceo en aguas profundas. De hecho, la mayoría de la gente que llega a esta edad necesita ayuda con las compras en el supermercado, entre otros quehaceres. Sin embargo, esto no significa que no puedas salir a caminar con tus amigos al parque o tocar tu instrumento favorito.
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    Trata de relajarte. Muchas personas entran en pánico cuando caen en cuenta que están envejeciendo. El resultado es una reacción de “lucha o huida” que hace que busquen frenéticamente una solución y compren desesperadas la cura milagrosa más reciente. Procura mantenerte tranquilo y llevar las cosas con calma.
    • Al mantenerte tranquilo, podrás estar más despejado para reflexionar sobre el problema. Pensar claramente te permitirá aceptar la realidad más rápido. Esto, a su vez, hará posible que empieces a aceptar los cambios que traen los años y a encontrar la felicidad en esta nueva etapa de la vida
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    No niegues la realidad. No tiene nada de malo hacer lo posible por verse y sentirse bien en los años avanzados de la vida. Sin embargo, aceptar que estás envejeciendo significa que no tratarás de ocultar tu edad de los demás (o de ti).
    • Si ponerte una mascarilla de miel y yogur hace que tu piel se sienta mejor, más tersa o desacelera la formación de arrugas, excelente. Las actividades saludables que ayudan a verse bien también son buenas. Pero no trates de hacer cosas para “ocultar” tu edad. Quizá sea hora, por ejemplo, de tirar los shorts superajustados o el peluquín.[2]
    • Aferrarse a la ilusión de la juventud física nos mantiene dependientes de la aprobación de los demás en vez de ayudarnos a aceptarnos por lo que ahora somos.[3]
    • Piensa detenidamente antes de hacerte alguna cirugía plástica. Los jurados solo sirven según el grado en el que hacen que las personas se sientan más atractivas. Lo que queda claro es que, cuando uno se opera algo, solo sirve para resaltar las arrugas en otro lado. Esto puede hacerte caer en el hábito de someterte a cirugía tras cirugía. Antes de hacerte uno de estos procedimientos, analiza si podría convertirse en el comienzo de un círculo vicioso. Muchas veces, es mejor aceptarse a uno mismo como es.[4]
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    Redefine tu concepto de belleza. En lo que puedas, redefine este concepto y céntrate en toda la persona en vez del físico juvenil. Nunca volverás a verte como un joven de 20 años, pero ser atractivo a los 40, 50 y 60 significa algo diferente a lo que significaba cuando tenías veintitantos.[5]
    • Ser seguro de sí mismo y saludable es un tipo de belleza diferente y más maduro al que puedes aspirar. Te dará un valor y un atractivo que no tendrás tratando (infructuosamente) de parecerte a tu yo de antaño.[6]
    • Para esto quizá tengas que luchar contra tu voz interior. Debido a la cultura en la que vivimos, probablemente haya una voz en tu cabeza diciendo “Me veo tan viejo” o “Estoy engordando”. Levántate en contra de esa voz interior y combátela con declaraciones positivas como “Soy saludable y amado”.[7]
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    Acepta tu pasado pero no trates de volverlo a vivir. Tu pasado constituye gran parte de lo que eres. Reflexionar en las experiencias pasadas puede ayudarte a convertirte en una persona más madura y reflexionar en los cambios por los que has pasado puede ayudarte a aceptar los cambios por los que ahora estás pasando. Sin embargo, tratar de revivir el pasado como una manera de aferrarte a tu juventud solo hará que demores más en aceptarte en ti mismo.[8]
    • Cierto grado de nostalgia es inevitable y normal, pero no caigas en la tentación de recrear el pasado. Por ejemplo, si quieres volver a jugar fútbol para volver a vivir parte del gozo de cuando eras más joven, entonces ten presente que es probable que no puedas jugar tan fuerte como solías hacerlo. Quizá tengas que empezar lento y aumentar tu fuerza y resistencia. También es recomendable consultar primero con el médico para asegurarse de tener la salud necesaria para jugar.
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    Siéntete orgulloso y sé agradecido. El hecho de envejecer quiere decir que has sobrevivido. No todos lo logran.[9] Además, las experiencias de la vida te han brindado enseñanzas y, con suerte, cierta sabiduría que los jóvenes no tienen.[10] Enorgullécete de lo logrado y sé agradecido por las experiencias de tu vida.
    • Tu punto de vista puede ser una ventaja. Quizá sepas cosas de la vida que muchas personas desconocen. Reflexiona sobre tu vida y analiza qué enseñanzas puedes encontrar. Ponte a pensar en cómo puedes hacer que esta sabiduría sea valiosa para los demás.
    • Puedes llevar un diario de gratitud para ayudarte a llevar un registro de todas las cosas por las que estás agradecido. Llevar un diario de gratitud o incluso solo contarle a un ser querido algunas cosas por las que estás agradecido todos los días puede incrementar tu nivel de felicidad y bienestar.[11] Por ejemplo, quizá observes que estás agradecido por tus amigos, una puesta de sol hermosa o incluso por una buena taza de café. Sigue añadiendo cosas a tu lista todos lo días y revísala de vez en cuando para recordar aquello por lo que te sientes agradecido.
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Método 2
Método 2 de 3:
Mantenerse activo

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    Sigue aprendiendo. Seguir teniendo una vida activa y satisfactoria hará que aceptes que estás envejeciendo más fácilmente. Aunque hayas llegado a un punto en el que no tienes la capacidad física de hacer muchas de las cosas que te gustaría hacer, puedes seguir aprendiendo cosas nuevas.
    • Lee libros y mira documentales. Sigue aprendiendo cosas y explorando varios puntos de vista en el mundo en el que vives. Ver y descubrir cosas nuevas hará que tu vida siga siendo interesante y te dará la sensación de que todavía no lo has visto todo.
    • Los estudios muestran que las personas que siguen aprendiendo durante toda su vida son más felices y retienen sus capacidades mentales mejor que aquellos que no.[12] Mantén tu mente abierta y viva tu curiosidad. La vida será mejor y seguirás sintiendo un nuevo potencial con los años.
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    Prueba cosas nuevas. Asimismo, sigue desarrollando habilidades nuevas. Empieza a practicar un pasatiempo nuevo. Aprende a tocar un instrumento o toma una clase de música. Empieza a practicar ajedrez. Aprende a cocinar. Hacer cosas nuevas hará que la vida parezca más promisoria y mantendrá tu agudeza mental.[13]
    • Ponte retos mentales. Hacer crucigramas u otros rompecabezas mentales puede ayudarte a retener tus capacidades mentales y evitar la demencia.[14]
    • Saber que todavía tienes agudeza mental y que todavía puedes hacer cosas nuevas en la vida te ayudará a aceptar el hecho de que estás envejeciendo.
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    Sigue haciendo las cosas para las que eres bueno. El envejecimiento no solo se trata de deterioro. La experiencia puede significar que has cultivado ciertas habilidades a un nivel que los jóvenes no pueden. Además de probar cosas nuevas, sigue haciendo las cosas en las que eres sobresaliente.[15]
    • Quizá seas experto en cierto campo o quizá hayas cultivado un talento artístico o capacidad técnica con los muchos años de práctica. Tales conocimientos son valiosos para los demás, ¡así que sigue poniéndolos en práctica!
    • Quizá consideres la idea de postergar tu jubilación, si tu trabajo te da satisfacción. Si quieres jubilarte o ya lo has hecho, quizá estés buscando una manera de usar tus conocimientos en la vida de jubilado. Puedes dar clases en un centro comunitario local o emplear tus habilidades como voluntario. Explora tus opciones.
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    Sigue siendo sociable. Muchas personas mayores optan por aislarse y volverse solitarias. Esto no contribuye a una vida satisfactoria y también puede acelerar el deterioro mental.[16]
    • Habla con frecuencia con amigos y familiares. Mantente en contacto con viejos amigos y busca oportunidades para hacer nuevos.
    • La participación comunitaria es excelente para seguir siendo sociable y darle a la vida cierto valor. Considera la posibilidad de ser voluntario en un comedor de beneficencia u otra organización que haga servicio comunitario. Así tendrás una red de personas con las que podrás socializar y una tarea que valdrá la pena hacer.
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    Busca un propósito. Sea cual sea la manera en que decidas ocupar tu tiempo, asegúrate de sentirte con propósito. Muchas personas, después de jubilarse, terminan sintiéndose abandonadas y no tienen nada por qué vivir. Busca algo que le dé a tu vida significado o valor.
    • Esto puede ser trabajar como voluntario, dedicarse a una actividad artística o buscar alguna manera de compartir tu conocimiento y punto de vista con los demás. Hagas lo que hagas, sentir que tu vida tiene significado facilitará el proceso de aceptar que estás envejeciendo.
    • Los estudios muestran que las personas que sienten tener propósito viven más tiempo. No solo te facilitará el proceso de aceptar la etapa de la vida en la que estás, sino que también te dará más años para disfrutar.[17]
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Método 3
Método 3 de 3:
Mantenerse saludable

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    Habla con personas mayores que tú. El temor puede tener un impacto negativo sobre el bienestar general. Familiarizarte con el proceso de envejecimiento puede ayudarte a disipar algunos temores que tengas del tema y hablar con gente mayor será muy bueno para hacerlo. Conversa con un pariente o amigo de más edad una vez por semana. Pregúntale sobre sus experiencias y escucha lo que te comparta.[18]
    • Al pasar tu tiempo con alguien mayor que tú, quizá te parezca más fácil imaginar una versión de ti de más edad. Pasar tiempo con alguien mayor también puede ayudarte a desmitificar el proceso de envejecimiento un poco y a aceptarlo con mayor facilidad.
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    Haz ejercicio con regularidad. Mantenerse físicamente activo hacen sentir mejor el cuerpo y la mente, y puede promover una vida más sana y larga. Mantenerse activo significa la capacidad de seguir haciendo las cosas que hacen a uno feliz.[19]
    • Si no eres físicamente activo ahora, empieza de a pocos y aumenta progresivamente. Comienza con objetivos que sean fáciles de alcanzar. Aparca lejos de la tienda y camina un poco. Toma las escaleras en vez de usar el ascensor si solo vas a subir un par de pisos. Luego, empieza lentamente a incorporar más ejercicio en tu rutina.
    • Los estiramientos y el yoga pueden ayudarte a mantener la flexibilidad y un buen rango de movimiento. Esto puede ayudarte a preservar la capacidad de hacer otras cosas que te gustan.[20]
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    Lleva una dieta saludable. Con el paso de los años, comer los alimentos correctos se vuelve cada vez más importante para garantizar la buena salud que se necesita para tener una calidad satisfactoria de vida. Presta especial atención a lo que comes. En especial, presta atención a lo siguiente:[21] [22]
    • Asegúrate de consumir la cantidad suficiente de proteína para ayudar a que tus músculos se mantengan fuertes.
    • Limita tu ingesta de grasa y consume grasas saludables, por ejemplo, las del pescado y aguacate.
    • Toma abundante agua.
    • Come muchas frutas y verduras frescas.
    • Toma en cuenta los suplementos dietarios. Habla con tu doctor o dietista para saber cuáles pueden ser los más beneficiosos para ti.
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    No fumes. Todos saben que fumar es malo para la salud. Es malo para la piel, los pulmones y puede causar cáncer. Los cigarrillos también se han vinculado a un deterioro mental más rápido en las personas mayores.[23]
    • Si fumas, trata de dejarlo. Aunque hayas fumado por años, dejar el cigarrillo puede tener un efecto positivo. Si no fumas, no empieces a hacerlo.
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    Prueba la meditación. La meditación diaria puede ayudarte a lidiar con las molestias físicas que aparecen con la edad y también con la ansiedad y depresión que puedas sentir si te cuesta aceptar que estás envejeciendo.[24]
    • Trata de despejar tu mente de todos tus pensamientos y concéntrate en tu respiración por varios minutos. Si algunos pensamientos empiezan a aparecer, déjalos pasar y vuelve a concentrarte en tu respiración.
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    Acude a un médico con regularidad. Para asegurarte de que tu salud esté bien, acude a un médico con regularidad. Detectar los problemas a tiempo puede ayudarte a tratarlos antes de que sean de gravedad.
    • Sé tu propio defensor y haz buenas preguntas cuando vayas al doctor. Lleva tu historial médico y sé asertivo haciendo preguntas sobre cualquier punto que puedas tener.[25]
    • Si te parece estresante, recuerda que puedes ir con un amigo o ser querido.
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Consejos

  • Haz lo posible por ser positivo. Tener expectativas positivas (pero realistas) puede ayudar mucho a que tus años avanzados sean mejores y a aceptar que estás envejeciendo.
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Advertencias

  • Si te empiezan a dar síntomas o te preocupa tu salud, ve al doctor. No ignores los síntomas solo para quedarte despierto por la noche preocupado por lo que podría ser. Quizá sea algo que pueda resolverse o tratarse fácilmente. Siempre es mejor saber a qué te enfrentas a inquietarse por ello en la oscuridad.
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Acerca de este wikiHow

Adam Dorsay, PsyD
Coescrito por:
Psicólogo licenciado y conferencista en TEDx
Este artículo fue coescrito por Adam Dorsay, PsyD. El Dr. Adam Dorsay es un psicólogo con licencia en práctica privada en San José, California, y cocreador del Proyecto Reciprocity, un programa internacional en la sede de Facebook, y consultor del equipo de seguridad de Digital Ocean. Se especializa en ayudar a adultos de alto rendimiento con problemas de relaciones, reducción de estrés, ansiedad y lograr más felicidad en sus vidas. En 2016, dio una charla de TEDx sobre hombres y emociones. El Dr. Dorsay tiene una maestría en asesoría de la Universidad de Santa Clara y recibió su doctorado en psicología clínica en 2008. Este artículo ha sido visto 1214 veces.
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