El concepto de "niño interior" se refiere a ese aspecto profundo que se encuentra dentro de cada persona, el recuerdo del niño que ha madurado y ha quedado atrás. Esta niñez interna sigue viviendo e interactuando en el presente, aunque refleje el pasado. Es la fuente de la vitalidad y la creatividad de las personas. Por lo tanto, desarrollar una relación con tu niño interior también puede ayudarte a sanar problemas emocionales que han sido consecuencia de no ocuparte de esa parte de ti mismo o incluso de un daño de una infancia traumática. El mundo adulto puede amenazar con extinguir la llama de tu niño interior. Sin embargo, puedes combatir estas presiones al abrazar y reconectarte con la fuente de tu niñez.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Conectarte con tu niño interior

  1. 1
    Vuelve a conectarte con tu infancia. Una manera de recuperar la relación con tu niño interior es "viajar en el tiempo" y volver al pasado. Para ello, haz una lista de las cosas que más te gustaba hacer cuando eras niño. Explora estos buenos recuerdos e intenta revivir ese asombro.[1] Una buena idea es reconsiderar algunas de las siguientes actividades:
    • Practica algún deporte, ya sea fútbol, fútbol americano, básquetbol, béisbol, etc.
    • Explora el bosque. Un picnic delicioso es una excelente idea.
    • Juega a simular. Puedes vestirte y hacer una fiesta del té o incluso pelear contra un grupo de piratas malvados y furtivos.
    • Colorea un libro para pintar para adultos o para niños.
    • Disfruta tu comida favorita de la niñez, ya sean cereales, algo que tu madre solía preparar o alguna golosina o delicia.
  2. 2
    Identifica a tu niño interior específico. Si bien todas las personas han tenido infancias diferentes, existen algunos patrones comunes para la mayoría de los casos. Si la relación con tu niño interior se ha visto reducida con el paso del tiempo, identifica en qué etapa de desarrollo se encuentra tu infancia. Esto te permitirá crear una hoja de ruta para traer a tu niño interior de regreso a tu vida. Ten en cuenta que existen algunos temas comunes que el "niño interior" puede tener. Estos son algunos ejemplos de las características más salientes que puede tener el niño interior.[2]
    • El niño abandonado. En ocasiones, este tipo de niño interior es resultado del divorcio de sus padres o la falta de atención debido a sus agendas demasiado ocupadas. También puede tener un origen más grave, como el abuso o el abandono. Algunas de las características son el temor al abandono y la sensación de soledad o inseguridad.
    • El niño alegre. Este es un niño saludable, aspecto que suele ser abandonado durante la adultez. El niño alegre busca la diversión espontánea y vive libre de culpas o ansiedad.
    • El niño temeroso. Es posible que este tipo de niño haya recibido muchas críticas en su infancia y experimente ansiedad cada vez que no logra obtener la afirmación de los demás.
  3. 3
    Escríbele una carta a tu niño interior. Puede ser una disculpa en el caso de que sientas que has descuidado a tu niño interior y quieras reparar esa conexión. También puede ser una carta sencilla donde expreses tu deseo por fortalecer la amistad.
    • Adapta la carta según tu tipo de niño interior. Si es temeroso, intenta calmarlo y apaciguar sus miedos. Si teme ser abandonado, hazle saber que te esforzarás por estar siempre junto a él. Si es alegre, dile que quieres honrar esa libertad desenfadada.
  4. 4
    Cultiva un espacio abierto. Ten en cuenta que el niño interior es una persona vulnerable y que quizás necesite un lugar seguro antes de mostrarse. Muchas personas ocultan o niegan la existencia del niño interior porque consideran que esta es una señal de debilidad.[3] Para que tu niño interior pueda brillar, sé amable y bríndale tu apoyo. Acércate cuidadosamente, como si quisieras aproximarte a un animal pequeño cuya confianza quisieras ganar.
    • Siéntate tranquilamente y dile que quieres conocerlo más, que estás dispuesto a escucharlo y que quieres que se sienta seguro. Quizás esto pueda parecer absurdo, pero lo que en verdad estás haciendo es acceder a otra parte de ti mismo y de tu mente inconsciente.
  5. 5
    Escucha tus emociones. Un paso fundamental a la hora de reconectarte con tu niño interior es prestar especial atención a los sentimientos que surjan en el día a día. Estos pueden remontarse a muchas experiencias maravillosas o dolorosas de la infancia, cuando eras muy joven e impresionable. Los miedos y las inseguridades de tu niño interior, como así también la alegría y el asombro, suelen construir patrones emocionales en la vida adulta.
    • A lo largo del día, pregúntate cómo estás. Por ejemplo: "¿Cómo me siento en este momento?". Intenta asignarles una palabra a esos sentimientos.
  6. 6
    Sé consciente de tu crítica interna. Uno de los mayores obstáculos a la hora de cuidar y prestarle atención a tu niño interior es justamente esa voz crítica. Quizás esta voz te diga que eres demasiado grande para tener inseguridades provenientes de tu niñez o para abrazar la tontería de la infancia.
    • La crítica interior comienza a desarrollarse durante la infancia. Es una reacción ante la represión del niño interior.[4] Respeta tu crítica interior como parte de la decepción o el dolor de tu niño interior, pero evita involucrarte en un diálogo interno negativo.
    • Para responderle a tu crítica interna, puedes decirle: "Entiendo de dónde surgen estas cosas. Sé que estás dolido. Estoy aquí para ayudarte".
    • Otras frases útiles pueden ser: "Sí, esto puede ser un poco tonto, pero es lo que debo hacer ahora. ¿Podrías tomarte una pausa y dejarme hacerlo?".

Parte 2
Parte 2 de 3:
Nutrir al niño interior

  1. 1
    Tómalo en serio. Quizás te veas tentado a alejar a tu niño interior dado que sus problemas podrían parecerte irrelevantes en tu adultez. Sin embargo, esto no es cierto, dado que muchos de tus sentimientos más profundos provienen de tu niño interior. Evita la tentación de desatender o ignorar a tu niño interior. Esto es algo que no debes evadir.[5]
    • Escucha a tu niño interior como lo harías con un niño personalmente. Tu niño interior es igualmente real, y sus sentimientos también son importantes.
  2. 2
    Acepta los sentimientos de tu niño interior. Si surgen sentimientos de ira o inseguridad, es posible que sientas frustración. Sin embargo, es importante que te permitas sentir esta energía, dado que representa el mensaje que tu niño interior quiere enviarte.
    • Quizás haga berrinches o se entristezca. Ten en cuenta que es posible aceptar estas emociones sin "ceder" ante ellas. Reconócelas y sigue adelante, sin permitir que estos sentimientos dicten tus acciones.
  3. 3
    Sé tu “propio padre” para curarte. Esta técnica se basa en la idea de que, como adulto que eres, ahora cuentas con el conocimiento y los recursos necesarios que tu niño interior necesita.[6] Si crees que tu niño interior debe curarse antes de mostrarse en tu vida y dar lo mejor de sí, este puede ser un buen enfoque para ti. Tú sabes mejor que nadie cuáles son las cosas que necesita (según las experiencias dolorosas del pasado) y cómo puedes ayudarlo.
    • Por ejemplo, si tus padres nunca hicieron una fiesta para tu cumpleaños, ¡planifica una ahora! Invita a tus amigos y diles que lo estás haciendo para compensar parte de tu infancia.
    • Otro ejemplo puede ser animarte cuando sepas que has hecho algo de lo cual te enorgulleces. Puedes decir: "Me siento orgulloso de mí mismo y de mis logros".[7]
  4. 4
    Protege a tu niño interior. Si bien debes evitar que los miedos de la infancia te retengan, una buena idea es ser sensible con las necesidades de tu niño interior. Si existe alguna inseguridad en particular que no hayas logrado superar, respétala. Quizás tengas miedo a las alturas, temor que surgió en tu infancia. Sé amable con esa parte de ti mismo que le teme a los trampolines altos o a escalar.
    • Además, evita las situaciones tóxicas. Si estar cerca de determinadas personas refuerza las ansiedades de tu infancia, limita el contacto con ellas. Por ejemplo, si tu hermano te molesta y te hace sentir mal contigo mismo, evita pasar más tiempo del necesario con él.
  5. 5
    Organiza tu casa. Haz que tu casa esté más abierta a los juegos de la infancia.[8] Al cambiar el ambiente, también cambiarás tu forma de sentir. Por lo tanto, incorpora un poco de espontaneidad y creatividad infantil en tu vida. Algunos estudios afirman que las cosas tan sencillas como los distintos tonos o matices pueden afectar el estado de ánimo.[9] Coloca objetos familiares como trofeos o animales de peluche en tu repisa. Recupera fotos viejas con tu familia y colócalas en distintos lugares de la casa. Renueva el color de las paredes al pintarlas o colgar obras de arte alegres.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Desarrollar el sentido de la diversión

  1. 1
    Juega a las escondidas. Si tienes hijos, sobrinas o sobrinos, invítalos a jugar contigo. También puede ser divertido jugar con adultos. Desde la psicología, existen evidencias que afirman que jugar a las escondidas es un juego de afirmación de la vida, de exploración y de sentirse amado.[10]
  2. 2
    Compra una cama elástica, un trampolín o pídele prestado uno a alguien. Incluso puedes rentar una casa inflable durante un día e invitar a tus amigos. La actividad física ayuda a eliminar el estrés. Además, la experiencia te recordará cuánto disfrutabas saltar cuando eras niño.[11]
  3. 3
    Pinta con los dedos, dibuja o compra un libro para colorear. Estas actividades te ayudarán a explotar la creatividad de tu niño interior, donde los dibujos no son simplemente cosas en un papel, sino que abren mundos emocionales totalmente distintos. Algunas investigaciones han demostrado que el dibujo permite que los niños expresen sus emociones, de las cuales aún no son conscientes de la misma forma en que los adultos pueden serlo.[12] El dibujo y otros trabajos de artes visuales le permitirán expresarse a tu niño interior.
  4. 4
    Organiza una fiesta de baile. El baile ayuda a eliminar el estrés (al igual que cualquier actividad física) y es una forma creativa de expresión que abarca distintos grupos etarios. Todas las personas disfrutan bailar, desde los niños hasta los adultos mayores. Usa el baile como una forma de conexión con tu niño interior, de modo que también puedas honrar tus deseos e intereses como adulto.
    • ¡Asegúrate de incluir canciones de tu niñez en la lista!
  5. 5
    Prueba la escritura o el dibujo libres. Esto consiste en permitir que tu mente consciente descanse mientras otras partes de tu ser asumen el control. Puede ser una fuente poderosa de creatividad y diversión, en especial si tienes la intención de permitir que tu niño interior se exprese como crea conveniente.
    • Usa crayones, lápices de colores o papeles de colores para que las cosas sean más entretenidas.

Consejos

  • Si tienes hijos, intenta ver el mundo a través de sus ojos. Cuando hagan cosas divertidas juntos, adopta una actitud despreocupada.
  • Puedes divertirte en cualquier lugar. Busca la ayuda de tu niño interior mientras realices las tareas domésticas o cumplas con tus responsabilidades.

Advertencias

  • Evita a aquellas personas que consideran que es inmaduro hacer tonterías. Es muy posible que estas personas tengan una crítica interior hiperactiva y no reconozcan la importancia del niño interior que llevan dentro.
  • Evita ir demasiado lejos a la hora de adoptar una postura más infantil. No desatiendas tus responsabilidades de adulto. Encuentra el equilibrio que te resulte mejor.

Acerca de este wikiHow

Tasha Rube, LMSW
Coescrito por:
Máster en Trabajo Social con licencia
Este artículo fue coescrito por Tasha Rube, LMSW. Tasha Rube es una trabajadora social con licencia con sede en Kansas City, Kansas. Tasha está afiliada al Centro Médico VA Dwight D. Eisenhower en Leavenworth, Kansas. Recibió su maestría en Trabajo Social en la Universidad de Missouri en 2014. Este artículo ha sido visto 8580 veces.