La mayoría de los jamones que puedes comprar en el supermercado (ya sean asados lentamente, cortados en espiral o deshuesados) ya están cocinados. Cuando los llevas a casa, solo debes recalentarlos y servirlos. El uso de una baja temperatura en los jamones asados lentamente evita que se resequen, mientras que una temperatura más alta con un poco de agua en la olla mantendrá húmedo el jamón cortado en espiral. Asegúrate de seguir las indicaciones de calentamiento según el peso del jamón para tener un jamón húmedo y delicioso en todo momento.

Método 1
Método 1 de 3:
Recalentar los jamones lentamente asados

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    Corta el jamón en tajadas. El tamaño de las tajadas depende de ti, pero deben ser lo suficientemente delgadas como para que estén listas para servirlas. Puedes cortar todo el jamón en tajadas o puedes hacerlo un poco por vez si no vas a servirlo a muchas personas a la vez.[1]
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    Coloca las tajadas en un plato para hornear poco profundo y cúbrelo con papel de aluminio. El papel de aluminio ayudará a mantener la humectación liberada de las tajadas dentro del plato, lo cual ayuda a evitar que el jamón se reseque. Debes envolver el papel de aluminio alrededor de los costados del plato para evitar que el calor se escape.[2]
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    Recalienta el jamón en el horno. Debes configurar el horno a 140 °C (280 °F). El tiempo que tengas que recalentarlo dependerá del peso del jamón. Debes dejarlo en el horno 10 minutos por cada 0,5 kg (1 libra) que pese.[3]
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    Revisa el jamón para asegurarte de que no se reseque. Más o menos a la mitad del tiempo de cocción, retira el papel de aluminio desde una esquina del plato para hornear. Las tajadas deben seguir viéndose rosas. Si notas que se vuelven blancas, se están resecando. Agrega unas cucharadas de agua en el plato y vuelve a introducir el jamón en el horno.
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Método 2
Método 2 de 3:
Calentar el jamón cortado en espiral

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    Coloca el jamón con la parte cortada hacia abajo en un plato para hornear. Esta posición ayuda a atrapar la humectación en el jamón. También evita que el glaseado que normalmente viene en los jamones cortados en espiral se reseque o se quede atrapado al fondo del plato.[4]
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    Cubre el jamón con un papel de aluminio grueso. Debes cubrir el jamón en sí y debes envolver el papel de aluminio alrededor de los bordes del plato para hornear. El papel de aluminio grueso (a diferencia de un papel de aluminio normal) ayudará a evitar que el jamón se reseque.[5]
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    Calienta el jamón por 10 minutos por cada 0,5 kg (1 libra). Con el horno configurado a 160 °C (330 CF), calienta el jamón unos 10 minutos por cada 0,5 kg (1 libra). La temperatura interna del jamón debe alcanzar 60 °C (140 °F) en el jamón comprado en tienda y 70 °C (170 °F) para cada resto de jamón.[6]
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    Revisa el jamón a la mitad del calentamiento. Saca el jamón del horno a la mitad de la cocción. Jala una esquina del papel de aluminio y coloca un termómetro de carnes en el jamón. Debe encontrarse a unos 80 °C (160 °F). Si notas que el jamón se vuelve blanco y se reseca, agrega un poco más de agua en el plato y envuélvelo de nuevo antes de volver a meterlo en el horno.
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    Calienta las tajadas individuales en el microondas. Coloca las tajadas en un plato apto para microondas y cúbrelo con un pedazo de papel absorbente. Calienta el jamón aproximadamente 1 minuto por tajada.[7]
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Método 3
Método 3 de 3:
Recalentar el jamón deshuesado

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    Coloca el jamón en una bandeja para hornear poco profunda. Añade media taza (120 ml) de agua en la bandeja. Esto ayudará a que el jamón mantenga su contenido de agua y debe mantener el jamón húmedo después de haberse calentado.[8]
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    Cubre el jamón con papel de aluminio. Los bordes del papel de aluminio deben envolverse alrededor de los costados de la bandeja para hornear. Asegúrate de pellizcar o rizar los costados del papel de aluminio para que nada del calor o vapor se escape mientras el jamón se recalienta.[9]
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    Recalienta el jamón durante 20 a 30 minutos por 0,5 kg (1 libra). El horno debe configurarse a 160 °C (330 °F). Revisa el jamón a la mitad del tiempo de calentamiento total para ver cuál es la temperatura. Al final, la temperatura interna debe alcanzar unos 70 °C (160 °F).[10]
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    Reduce el tiempo de cocción en los jamones sin deshuesar. Si tu jamón aún tiene hueso, debes calentarlo por 15 a 20 minutos por cada 0,5 kg (1 libra) de jamón. Todo lo demás debe ser igual que para el jamón deshuesado: coloca el jamón con media taza (120 ml) de agua en un plato para hornear poco profundo y cúbrelo con papel de aluminio.[11]
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    Revisa el jamón a la mitad del calentamiento. Saca el jamón del horno a la mitad del tiempo de cocción. Jala una esquina del papel de aluminio y coloca un termómetro de carnes en el jamón. Debe encontrarse a unos 80 °C (160 °F). Si notas que el jamón se vuelve blanco y se reseca, agrega un poco más de agua en el plato y vuelve a envolverlo antes de ponerlo de nuevo en el horno.
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Consejos

  • El jamón cortado en espiral se reseca muy rápido por su bajo contenido de gua. Podría ser mejor simplemente comerlo frío.
  • Puedes aplicar glaseado con un cepillo a todo jamón que vayas a recalentar antes de ponerlo en el horno. Algunos jamones precocinados vienen con su propio glaseado e indicaciones para usarlo. También puedes preparar o comprar el tuyo.
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Categorías: Recetas
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