Darte cuenta de que no estás viviendo tu mejor vida posible puede hacerte sentir estancado y frustrado contigo mismo. Aunque cambiar completamente supone todo un reto en ocasiones, aún es posible lograrlo si estás dispuesto a esforzarte.

Método 1
Método 1 de 4:
Evaluar tu vida

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    Describe cómo es tu mejor vida posible. Si deseas un cambio total, es probable que tu vida no esté yendo como te gustaría. Para ayudarte a ser tu mejor versión, decide cómo sería tu vida ideal. Incluye en qué quieres trabajar o estudiar, cómo deseas pasar el día y de qué manera quieres que te perciban los demás.[1]
    • Por ejemplo, podrías decidir que quieres ser profesor para poder trabajar con niños. En tu tiempo libre, podrías pasar el día ayudando a los demás, realizando actividades y pasando tiempo con tu familia. Tal vez deseas que las personas te perciban como alguien generoso y trabajador.
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    Elabora una lista de hábitos y conductas que te impiden avanzar. Necesitas reemplazar tus malos hábitos con buenos hábitos si deseas hacer un gran cambio. Identifica los hábitos que no te ayudan a vivir la vida que deseas. Además, reconoce las conductas que generan problemas en tu vida. Elabora una lista de esos hábitos y conductas para poder trabajar en cambiarlos.[2]
    • Como ejemplo, podrías reconocer que tu hábito de comer fuera los fines de semana te impide ahorrar dinero para practicar tus pasatiempos y comer sano.
    • Asimismo, podrías darte cuenta de que navegar por el celular consume todo tu tiempo libre.
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    Identifica los desencadenantes de las conductas que deseas cambiar. Aunque es muy difícil cambiar un mal hábito, puede ser útil descubrir los desencadenantes. Cuando te sientas tentado a participar en un mal hábito, escribe lo que ocurrió de antemano. Esto podría ser tu desencadenante, así que evitar dicha situación en el futuro puede ayudarte a realizar cambios positivos.[3]
    • Supongamos que intentas dejar de comer comida chatarra. Cuando te sientas tentado a comer una bolsa de papas fritas, considera lo que ocurrió cuando te vino el antojo. Tal vez te des cuenta de que cuando estás estresado, tienes antojos de comida chatarra. Si controlas tus niveles de estrés, puedes evitar desencadenar esos antojos.
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Método 2
Método 2 de 4:
Empezar un gran cambio

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    Invierte en ti mismo para ayudarte a reconocer tu valor. Mereces sentirte lo mejor posible, así que date el gusto de probar una nueva apariencia. Cambia de peinado y arma unos cuantos atuendos nuevos para darte un nuevo inicio. Si te maquillas, utiliza un tutorial para probar una nueva apariencia.[4]
    • Si tu economía te lo permite, ve a la peluquería para hacerte un nuevo corte de pelo y compra algunas prendas nuevas.
    • Si no tienes mucho efectivo, ve a una tienda de segunda mano o compra en rebajas para añadir de 1 a 3 prendas nuevas a tu guardarropa. Otra opción es invitar a tus amigos a intercambiar ropa contigo para obtener ropa nueva gratis.
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    Cambia tu ambiente para sentir tu vida fresca. Un ambiente nuevo te ayudará a cambiar de mentalidad y te hará sentir despejado. Primero elimina cualquier desorden de tu espacio de vida y trabajo. Luego, reorganiza los muebles u otras decoraciones para darle un nuevo aspecto a tu ambiente. Si es posible, añade algo nuevo para recordarte que estás haciendo un gran cambio en tu vida.[5]
    • Incluso un cambio pequeño puede marcar una gran diferencia, así que no te preocupes si no puedes transformar todo tu espacio. Por ejemplo, comprar una planta pequeña en maceta y un afiche motivador puede ser suficiente para sentirte renovado.
    • Si es posible, redecora tu espacio de modo que tu vida se sienta totalmente nueva. Cambia tu material gráfico, compra ropa de cama nueva y reemplaza los muebles obsoletos o rotos.

    Consejo: organiza tu ambiente para que se ajuste a tu vida ideal. Por ejemplo, podrías hacer de tu escritorio el punto central de tu habitación si deseas escribir o estudiar más. Asimismo, puedes colocar las ollas y las sartenes al alcance de la mano si deseas empezar a cocinar todos los días.

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    Utiliza el diálogo interno positivo para motivarte. Tu actitud puede hacerte o destruirte, así que cultiva una mentalidad positiva. Presta atención a tus pensamientos de modo que puedas reconocer los patrones de pensamiento negativos. Cuando empieces a pensar de forma negativa, desafía ese pensamiento y sustitúyelo con algo neutral o positivo. Además, crea afirmaciones positivas para ti mismo que puedas repetir durante todo el día.[6]
    • Por ejemplo, supongamos que te sorprendes pensando “Soy un asco en todo lo que hago”. Puedes desafiar ese pensamiento diciéndote a ti mismo “Eso no es cierto porque soy bueno cantando, dibujando y preparando pasteles”. Luego, sustitúyelo con algo como “Soy bueno en muchas cosas, pero nadie sabe cómo hacerlo todo”.
    • Podrías utilizar afirmaciones positivas como “Soy lo suficientemente bueno”, “Puedo lograr cualquier cosa con trabajo duro” y “Me estoy convirtiendo en mi mejor versión” para motivarte.
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    Prueba algo nuevo para salir de tu zona de confort. Cuando haces un gran cambio en tu vida, debes salir de tu zona de confort para ayudarte a crecer. La mejor forma de lograrlo es empezar a probar actividades nuevas. Elabora una lista de las cosas que siempre has querido hacer, luego empieza a realizarlas y marcarlas.[7]
    • Tu lista puede incluir cosas como “Ir a un nuevo restaurante de comida tailandesa”, “Hacer paracaidismo”, “Tomar clases de arte”, “Postular para un internado”, “Hacer trabajo de voluntariado”, “Hablar con un extraño en el supermercado”, “Arreglarme el cabello de una forma distinta” y “Tomar una nueva ruta para el trabajo” .
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Método 3
Método 3 de 4:
Convertirte en la mejor versión de ti

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    Fíjate objetivos realistas y medibles para ayudarte a ser la mejor versión de ti. Revisa la descripción de tu vida ideal e identifica de 1 a 3 objetivos que te permitan lograrla. Luego, revisa tus objetivos de modo que sean pequeños y fáciles de medir. Sé específico para poder hacer un seguimiento de tu progreso.[8]
    • Como ejemplo, “Ser más activo” no es un buen objetivo, puesto que no es medible ni específico. Un mejor objetivo sería “Ejercitarme 30 minutos al día”.
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    Incorpora nuevos hábitos que te ayuden a lograr tus objetivos. Elabora una lista de los hábitos positivos que te permitan trabajar hacia el logro de tus objetivos. Luego, decide de qué manera puedes incorporar dichos hábitos a tu vida. Programa tus nuevos hábitos en tu día para poder hacer progresos lentos hacia tus objetivos.[9]
    • Por ejemplo, supongamos que tu objetivo es alcanzar un peso corporal saludable. Tus nuevos hábitos pueden ser ejercitarte a diario y comer comidas saludables. Para ayudarte a mantenerlos, programa tus rutinas de ejercicios y tiempo para preparar platos saludables.
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    Reduce las actividades de poca prioridad para tener tiempo para lo que es importante. Tienes una cantidad limitada de tiempo cada día y añadir nuevos objetivos a tu agenda puede ser abrumador. Para sacar tiempo para dichos objetivos, busca actividades que te estén impidiendo vivir tu mejor vida posible y sustitúyelas con nuevos hábitos positivos.[10]
    • Por ejemplo, supongamos que acostumbras a pasar la hora de almuerzo jugando un juego en el celular. En vez de eso, utiliza este tiempo para ejercitarte.
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    Rodéate de personas orientadas al crecimiento que te motiven. Las personas que forman parte de tu vida tienen una gran influencia en tu motivación y conducta. Pasa más tiempo con las personas que trabajan en búsqueda del éxito y hacen lo que les da felicidad. Esto te motivará a seguir persiguiendo tu gran cambio en la vida.[11]
    • Asiste a los eventos sociales de las personas que comparten tus objetivos o intereses. Es probable que hagas buenos amigos allí.
    • No te preocupes por excluir a las personas de tu vida. Si pasas más tiempo con personas enfocadas en crecer, pasarás menos tiempo con las personas que pueden ser una mala influencia.
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    Haz un seguimiento de tu progreso hacia tus nuevos objetivos y hábitos cada día. Documenta cuánto te esfuerzas para alcanzar tu objetivo y celebra cada logro que hagas. Céntrate en hacer progresos y no en tu resultado final. Esto te ayudará a mantenerte motivado para seguir adelante.[12]
    • Cada día, escribe lo que hiciste ese día para ayudarte a lograr tu objetivo.
    • Cuando realices una tarea pequeña, haz una celebración pequeña y felicítate por progresar.
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Método 4
Método 4 de 4:
Mantener el rumbo

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    Busca un compañero de rendición de cuentas a medida que realizas cambios. Es más fácil mantenerte motivado si trabajas con un compañero. Pídele a alguien que comparta un objetivo similar o en quien confíes que será honesto contigo para que sea tu compañero de rendición de cuentas. Comunícate con él una vez por semana como mínimo de modo que sientas que tienes que seguir haciendo progresos.[13]
    • Según cuál sea tu objetivo, también podrías invitar a tu compañero a realizar contigo actividades orientadas hacia ese objetivo.

    Consejo: si trabajas para lograr varios objetivos, considera tener más de un compañero de rendición de cuentas. Por ejemplo, podrías tener un amigo que se ejercite contigo, un compañero de cuarto que te ayude a supervisar cómo utilizas tu tiempo libre y un colega que verifique tu progreso diario en el trabajo.

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    Reduce las distracciones que te impiden centrarte en lo que es importante. Los aparatos como el televisor y el celular son una gran distracción, pero no dejes que te impidan avanzar. Cuando una distracción no te deja continuar con los cambios positivos, elimínala de tu vida o ponle restricciones. Esto te permitirá progresar hacia el logro de tus objetivos.[14]
    • Como ejemplo, podrías utilizar una aplicación para limitar tu uso de las redes sociales en el celular y la computadora.
    • Asimismo, podrías desconectar el televisor para te sea más difícil mirarlo.
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    Reflexiona sobre tu progreso hacia el logro de tus objetivos una vez por semana. La reflexión te ayuda a reconocer lo que estás haciendo bien y mal, lo que te permite realizar nuevos cambios para lograr tu objetivo final. Reserva tiempo cada semana para pensar en lo que has logrado esa semana y en qué cambios podrían ayudarte a desempeñarte mejor la próxima semana.[15]
    • Por ejemplo, podrías registrar cuánto tiempo pasaste trabajando en tus objetivos y qué actividades te parecieron una pérdida de tiempo. Luego, decide cómo puedes pasar tu tiempo más sabiamente en el futuro.
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    Recompénsate por hacer cambios positivos. Date un regalo pequeño para reconocer tu progreso. Puede tratarse de una pegatina, tu comida favorita o un artículo pequeño que siempre has querido tener. Recompénsate de forma continua para mantenerte motivado y seguir con tu gran cambio.[16]
    • Para recompensarte por los cambios pequeños, puedes colocar una pegatina en tu calendario cuando practiques un buen hábito o trabajes en un objetivo.
    • Para logros más grandes, puedes darte un gustito, como tomar tu café favorito o utilizar una bomba de baño elegante.
    • Cuando tengas un logro importante, date una recompense mayor, como un nuevo par de zapatos o una visita al spa.
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    Céntrate en el camino hacia una mejor versión de ti en vez de tu objetivo final. Cambiar por completo requiere tiempo, pero experimentarás cambios pequeños a lo largo del proceso. Dichos cambios merecen celebrarse y te ayudan a llevar una vida que amas. No te preocupes por cuánto tiempo te tomará vivir tu mejor vida posible. En vez de eso, solo disfruta de tu recorrido diario.[17]
    • No te esfuerces tanto por lograr tus objetivos que termines estresado y abrumado. Ve despacio e intenta disfrutar del proceso.
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    Incorpora días de descanso a tu agenda para no sentirte agotado. Cuando intentas cambiar tu vida, es posible que sientas que debes utilizar cada momento con sabiduría. Esto te hace sentir que no puedes descansar o ir más lento. Sin embargo, el cuerpo y la mente necesitan descansar si vas a estar lo mejor posible. Programa días de descanso en tu vida para poder recuperarte y mantener el rumbo.[18]
    • Por ejemplo, planifica un día de descanso cada semana para relajarte o divertirte.
    • Como alternativa, programa un día de inactividad una vez al mes en el que te quedes en casa todo el día para relajarte.
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Consejos

  • Realizar un gran cambio requiere tiempo, así que ten paciencia contigo mismo. Para mantenerte motivado, recuerda los cambios pequeños que ya has hecho.
  • No cambies para impresionar a otras personas. Céntrate en llevar la vida que amas y ponte objetivos para ayudarte a llegar a donde quieres ir.
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Acerca de este wikiHow

Lucy Yeh
Coescrito por:
Coach laboral y de vida
Este artículo fue coescrito por Lucy Yeh. Lucy Yeh es directora de Recursos Humanos, reclutadora y coach certificada de vida con más de 20 años de experiencia. Con una formación en reducción del estrés basada en la atención plena (REBAP) en InsightLA, Lucy ha trabajado con profesionales de todos los niveles para mejorar la calidad de sus carreras, relaciones personales y profesionales, automarketing y equilibrio de vida. Este artículo ha sido visto 22 714 veces.
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