Las hojas de nabo por lo general se cocinan hervidas. Les puedes agregar sabor de muchas maneras, pero la manera más fácil de sazonar las hojas de nabo es con mantequilla, sal y pimienta. A continuación se explica una manera sencilla de sazonar estos vegetales.

Ingredientes

“Preparación para 4 porciones”

  • 12 oz (340 g) de hojas de nabo
  • De 1 a 2 cucharadas (15 a 30 ml) de jugo de limón
  • 1 cucharada (15 ml) de mantequilla o aceite de oliva
  • Sal y pimienta, al gusto

Parte 1
Parte 1 de 3:
Preparación de las hojas de nabo

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    Lava las hojas. Enjuaga las hojas del nabo con agua fría, frotando suavemente con los dedos.
    • Escurre las hojas dejando que reposen en un recipiente para ensalada, dale unas palmaditas con toallas de papel limpias o extiende las hojas sobre toallas de papel limpias y permite que se sequen al aire.
    • También puedes limpiar la hojas sumergiéndolas en un recipiente limpio o en el fregadero dejando que caiga el agua fría durante unos minutos para quitar la suciedad. Rápidamente enjuaga con agua antes de dejar que se escurran.
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    Corta los tallos. Corta los tallos que están en la base de cada hoja con un cuchillo afilado.
    • Examina las hojas a medida que trabajas. Si hay alguna hoja magullada o marchita, deshazte de ella.
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    Desgarra las hojas. Use tus dedos para romper las hojas en trozos pequeños.
    • Cada trozo debe ser de aproximadamente 1/2 pulgada (1,27 cm).
    • Debes tener cerca de 12 tazas (3 litros) de pedazos de hoja de nabo.
    • Si lo deseas, también puedes cortar de forma desprolija los pedazos de hoja de nabo con un cuchillo afilado en lugar de romperlas a mano.
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    Rocía un poco de jugo de limón.[1] Rocía ligeramente las hojas de nabo con jugo de limón, revolviendo suavemente las hojas con las manos para esparcir el jugo sobre ellas.
    • Deja que las hojas de nabo reposen unos 5 minutos. El jugo de limón ayuda a activar las enzimas mirosinasa y aumenta la formación de isotiocianatos. En resumen, el jugo de limón evita que las hojas se marchiten y aumenta sus beneficios nutricionales.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Cocinar los nabos

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    Hierve el agua en una olla. Llena con agua la olla hasta la mitad y agrega una pizca de sal. Lleva el agua hasta la ebullición de fuego medio a alto.
    • Es recomendable usar un horno holandés con capacidad de 5-cuartos a 6 cuartos de galón (5 litros y 6 litros). Cualquier otra cosa podría ser demasiado pequeño, pero algo más grande puede dar lugar a un tiempo de cocción innecesariamente largo.
    • Si no tienes un horno holandés, puedes utilizar una olla de presión.
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    Agrega las hojas y cocínalas. Agrega las hojas al agua hirviendo y cubre la olla. Enfríalas durante 20 o 25 minutos, o hasta que las hojas estén blandas.[2]
    • Muchos cocineros prefieren prolongar el tiempo de cocción al reducir el fuego de medio a medio-bajo. Una vez que el agua se pone a fuego lento, cocina las hojas durante 45 o 60 minutos.
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    Escurre las hojas de nabo. Vierte el contenido de la olla en un colador para escurrir el agua.
    • Presiona ligeramente las hojas restantes del nabo con las manos o con la parte posterior de una cuchara de madera mientras aún se encuentran dentro del colador. Al hacerlo, exprimes el exceso de líquido de las hojas.
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    Sazona los nabos con mantequilla, sal y pimienta. Pasa las hojas de nabo a un recipiente grande y agrega mantequilla, sal y pimienta. Mezcla las hojas con los nuevos ingredientes para darle sabor.
    • Si lo deseas, puedes utilizar aceite de oliva en lugar de mantequilla para tener una alternativa más saludable.
    • La sal y la pimienta deben agregarse de acuerdo a tus gustos personales. Si no estás seguro acerca de la cantidad que debes usar, comienza con aproximadamente 1 cucharadita (5 ml) de sal y 1 cucharadita (5 ml) de pimienta. Agita, pruébalo y agrega más si lo deseas.
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    Sirve inmediatamente. Pasa las hojas de nabo a platos individuales y sirve.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Alternativas

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    Hierve las hojas de nabo en caldo de pollo en lugar de agua. Las hojas absorben el caldo y el caldo le da más sabor.
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    Agrega tocino o jamón al líquido de la cocción.[3] El tradicional “estilo sureño” de las hojas de nabo se prepara con tocino o jamón como un forma de compensar el sabor amargo de los nabos.
    • Utiliza aproximadamente 1 taza (250 ml) de tocino o jamón para el líquido de cocción. Dora la carne y agrégala, junto con cualquier residuo de la cacerola, a las hojas que ya que comienzan a cocinarse.
    • También puedes agregar una cebolla picada mediana y hasta 1/2 cucharadita (2,5 ml) de azúcar granulada.
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    Cocina las hojas de nabo en un sartén. En lugar de cocinar las verduras en agua hirviendo, saltéalas con 1 cucharada (15 ml) de aceite de oliva hasta que estén blandas.[4]
    • Esto puede tomar de 5 a 15 minutos, dependiendo de qué tan cocidas las prefieras.
    • En lugar de utilizar aceite de oliva, puedes usar grasa de tocino para agregar más sabor.
    • Las hojas de nabo serán más crujientes si se preparan de esta manera y retienen más su color verde brillante.
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    Rocía un aderezo de sabor para cocinar. Los vinagres con sabores y aderezos de vinagreta son opciones usadas regularmente.
    • El vinagre balsámico y el vinagre de sidra tienen matices dulces pero agregan un sabor agrio complementario a las hojas de nabo. Los aderezos de vinagreta, como la vinagreta de frambuesa o vinagreta balsámica, son un poco menos ácidos y un poco más dulces, pero complementan el sabor de las hojas de una manera similar.
    • Rocía salsa de soya o teriyaki a las hojas para darle un toque asiático. Cubre con almendras fileteadas o fideos chow mein crujientes.
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    Agrega otros condimentos para variar el sabor. Esto funciona bien especialmente si salteas las hojas.
    • Saltea 1 cebolla mediana, picada, o 1 diente de ajo, picado, antes de saltear las hojas de nabo.
    • Espolvorea pimienta roja sobre las hojas cocidas para un toque picante.
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    Cocina las hojas de nabo con otras verduras para darle sabor variado.[5] Prueba con una combinación de hojas de nabo, col rizada y hojas de mostaza. Hiérvelas en partes iguales, cada una con sal, aceite, ajo, tocino y azúcar.

Cosas que necesitarás

  • Colador
  • Recipiente para ensalada
  • Toallas de papel
  • Cuchillo
  • Horno holandés de 5-cuartos a 6 cuartos de galón (5 litros y 6 litros) o una olla de presión
  • Cuchara de madera
  • Tenazas servidoras
  • Sartén

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