El truco para preparar un pescado bien cocido a menudo es aparentemente simple y el salmón no es la excepción. Con solo un poco de condimentos y las técnicas de cocción adecuadas, un filete de salmón te dará uno de los mejores sabores que hay, incluso sin la piel. Sea que lo hornees, grilles o escalfes, el salmón puede ser un bocadillo excelente que hará que cualquier cena resplandezca.

Ingredientes

Salmón ahumado

  • 110 g a 170 g (4 a 6 onzas) de filete de salmón
  • aceite de oliva
  • sal y pimienta al gusto
  • 1 limón o lima (opcional)
  • eneldo, ajo, perejil y estragón al gusto (opcional)

Salmón grillado[1]

  • 110 g a 170 g (4 a 6 onzas) de filete de salmón
  • aceite de oliva
  • sal y pimienta al gusto
  • 1 limón o lima (opcional)
  • eneldo, ajo, perejil y estragón al gusto (opcional)

Salmón escalfado[2]

  • 110 g a 170 g (4 a 6 onzas) de filete de salmón
  • 1 l (1 cuarto) de agua
  • 1 lima
  • 1 cebolla mediana cortada por la mitad
  • 1 rama de apio picada en trozos
  • 1 hoja de laurel
  • tomillo fresco al gusto
  • eneldo fresco al gusto
  • sal al gusto
  • pimienta al gusto

Método 1
Método 1 de 3:
Hornear salmón sin piel

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    Precalienta el horno a 230 °C (450 °F). Para contribuir a que el salmón se hornee de forma pareja, acomoda las rejillas de modo que puedas colocar una bandeja para horno en el centro, a la misma distancia de la parte de arriba y de abajo.[3]
  2. 2
    Cubre el salmón con aceite de oliva con una brocha. Usa esta herramienta para esparcir una pequeña cantidad de aceite de oliva sobre tu filete. Esto ayudará a que el salmón retenga la humedad mientras esté dentro del horno. Si el salmón es grande, córtalo en filetes más pequeños antes de esparcirles el aceite.
  3. 3
    Sazona el salmón con hierbas, especias y cítricos. Para sazonar bien el salmón, rocía una pizca de sal, pimienta, eneldo, ajo, perejil y estragón sobre los filetes. Después, exprímeles la mitad de la fruta cítrica encima para que tengan más sabor y queden más jugosos. No olvides sazonarlos por ambos lados antes de hornear.
  4. 4
    Pon el salmón en una bandeja para hornear cubierta con espray de cocina antiadherente. También puedes usar papel aluminio o una bandeja para hornear antiadherente como alternativa al espray.
  5. 5
    Hornea el salmón durante unos 5 minutos por cada 13 mm (1/2 pulgada) de grosor. En la mayoría de los casos, esto implica un tiempo de horneado de unos 15 minutos. El salmón se seca muy rápidamente, así que asegúrate de echarle un vistazo mientras se cocina.[4]
  6. 6
    Sirve el salmón cuando se pueda desmenuzar fácilmente. Si quieres verificar que el salmón esté listo, raspa el centro del pescado con un tenedor para ver si está listo. Si no se desmenuza, déjalo en el horno por unos cuantos minutos más.

Método 2
Método 2 de 3:
Grillar el salmón sin piel

  1. 1
    Precalienta la parrilla a una configuración de calor medio alto. Así, el salmón se cocinará por completo y de forma pareja. Si vas a utilizar una parrilla a carbón, esparce las briquetas, enciende el fuego y espera unos 5 minutos antes de empezar a cocinar.[5]
  2. 2
    Échale aceite a la parrilla para que no se pegue. Mientras la parrilla se esté calentando, pasa las rejillas con un trapo mojado con aceite de oliva. Esta medida evitará que el salmón se pegue en la superficie. Ten el paño entre tus manos y las rejillas para que no te quemes.[6]
  3. 3
    Esparce una pequeña cantidad de aceite de oliva sobre el filete. Usa una brocha para cubrir el pescado con una capa delgada de aceite de oliva. Esta medida retendrá la humedad mientras el salmón se esté cocinando a la parrilla. Si el filete es grande, córtalo en pedazos más pequeños antes de utilizar el aceite de oliva.
  4. 4
    Rocía hierbas, especias y cítricos sobre el salmón. Para darle más sabor, rocía el pescado con un poco de sal, pimienta, eneldo, ajo, perejil y estragón. Si quieres que quede un poco más ácido, exprime la mitad del limón o la lima sobre el filete. Antes de grillarlo, no olvides cubrirlo por ambos lados.
    • Si quieres darle más sabor al salmón, déjalo marinar en un adobo húmedo por una hora antes de cocinar. Algunos ingredientes que se usan mucho son el jugo de limón, el aceite de ajonjolí, la miel y la salsa picante.[7]
  5. 5
    Cocina el salmón a la parrilla hasta que un lado esté dorado. Pon el filete en una parte de la parrilla donde el calor esté distribuido de forma pareja y evita las áreas que estén justo sobre las llamas grandes o los quemadores. Cada lado tomará entre 4 y 8 minutos en cocinarse, lo que dependerá del tamaño del filete.
    • Para hacerle las marcas de la parrilla al salmón, ponlo en un ángulo de 45° con respecto a la rejilla.
  6. 6
    Usa una espátula ancha para darle vuelta al salmón y cocinarlo por el otro lado. No uses pinzas, ya que podrían obligar al pescado a expulsar la humedad. Tampoco uses los pinchos, que podrían hacer que se deshaga.
  7. 7
    Retira el salmón del calor para que termine de cocinarse. Para verificar que el salmón esté casi hecho, presiona la espátula en el centro del pescado. Si se desmenuza y le sale un jugo transparente, estará listo para trasladarse. El pescado se seca rápidamente, así que sacarlo de la parrilla garantizará que el calor que quede no lo recocine ni lo queme.

Método 3
Método 3 de 3:
Escalfar el salmón sin piel

  1. 1
    Llena una olla con agua fría, limón, cebolla, apio, sal y hierbas. Llena una olla con 1 litro (1/4 de galón) de agua fría. Exprime el limón en el agua o córtalo en rodajas delgadas para insertarlas. Pon las cebollas, el apio y la hoja de laurel en la olla. Luego, rocíales tomillo, eneldo y sal al gusto.
    • Si quieres que tenga más sabor, prueba agregarle granos de pimienta, otras verduras como las zanahorias, u otros líquidos para cocinar como el caldo de pollo y el vino blanco.[8]
  2. 2
    Añade el filete de salmón y caliéntalo a temperatura media. Para que el pescado no se recocine, ten la olla muy por debajo del punto de ebullición. Trata de que tenga una temperatura de 75 °C (170 °F). Si el agua no llega a cubrir el salmón por completo, agrégale lo suficiente para que lo haga.
    • No precalientes la olla. Comenzar desde el frío ayudará a que el salmón conserve la humedad y no se recocine.[9]
  3. 3
    Cocina el salmón hasta que esté opaco y se desmenuce fácilmente. Deja que el salmón hierva lentamente hasta que puedas dividirlo con facilidad con un tenedor y el interior ya no esté traslúcido. Este proceso tardará entre 20 y 30 minutos, lo que dependerá del calor exacto. El salmón escalfado no cambiará de color tan drásticamente como cuando se cocina a la parrilla o se hornea, así que ponle mucha atención a la opacidad y a la firmeza.
  4. 4
    Sazónalo con sal, pimienta y hierbas. Rocía el salmón con una pequeña cantidad de sal, pimienta, tomillo y eneldo. El salmón escalfado tiene un sabor natural y ligero, así que no lo sazones en exceso. Exprímele limón encima para darle un toque ácido.

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Categorías: Salmón | Recetas