Congelar agua es una tarea básica que todos deben saber hacer. Aunque sepas hacer hielo, quizá no conozcas los muchos trucos que hay para hacerlo más rápido y más eficientemente. Así que, si alguna vez necesitas una buena bebida fría en un día de verano, sigue los siguientes pasos sencillos.

Método 1
Método 1 de 3:
Congelar agua instantáneamente

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    Cambia la temperatura del congelador a -24 °C (-11 °F). Si todavía no está a esa temperatura, puede tomar varias horas para que cambie.[1]
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    Pon botellas de agua en el congelador durante 2 horas y 45 minutos exactamente. El agua todavía estará líquida, pero la temperatura estará bajo cero. Si las botellas están congeladas, entonces algo habrá salido mal. Vuelve a revisar la temperatura e inténtalo otra vez.
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    Agita la botella firmemente. Toda la botella se convertirá lentamente en hielo. También puedes abrir la botella, lo cual arrancará el proceso de congelación.
    • Si pones a congelar la botella sin tapa o la destapas con cuidado, entonces puedes echar un trozo de hielo al agua para convertirla instantáneamente en hielo. También puedes verter el agua sobre hielo y hacer esculturas de hielo.
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Método 2
Método 2 de 3:
Congelar agua más eficientemente

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    Retira las impurezas del agua. El agua del grifo normalmente contiene minerales y demás impurezas, lo que dificulta que forme cristales de hielo. Usa agua con menos impurezas para que se congele más rápido.[2] Cualquiera de las siguientes opciones contiene menos impurezas:
    • agua embotellada
    • agua hervida
    • agua filtrada
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    Aumenta el área de superficie. Entre mayor sea el área de superficie en relación con la cantidad total de agua, menor es el tiempo de congelación del agua. Por ejemplo, una cubeta para hielo se congela mucho más rápido que una botella de agua. Otro ejemplo es tomar una botella de agua y vaciarla a una bandeja para hornear: la bandeja para hornear se congelará más rápido que la botella. La cubeta para hielo y la bandeja para hornear se congelan más rápido, porque tienen más área de superficie que tiene contacto directo con el aire frío.
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    Enfría las cubetas para hielo. Dejar una cubeta para hielo vacía en el congelador ayudará rápidamente a congelar el agua cuando estés listo para hacer hielo.
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    Usa cubetas para hielo de metal. El metal conduce el calor mejor que el plástico. Si tienes una cubeta hecha de cobre, ayudará a quitar el calor del agua más rápido que en una cubeta de plástico.[3]
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    Hierve el agua antes de congelarla. Quizá parezca contraproducente, pero el agua caliente en realidad se congela más rápido que la fría. A esto se le llama “efecto Mpemba”. Hay discrepancias entre los científicos en cuanto a qué se debe, pero muchos concuerdan que tiene que ver con el hecho de que los enlaces que mantienen unida al agua caliente son parecidos a los enlaces en los cristales de hielo.[4]
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    Aumenta la potencia de tu congelador. La mayoría de los refrigeradores tienen una configuración de temperatura modificable. A veces, el cambio de temperatura puede demorar varias horas, pero si el congelador está en su configuración más fría, entonces ayudará a congelar el agua más rápido.[5]
    • Evita abrir el congelador con demasiada frecuencia. Cada vez que se abre la puerta del congelador, sale aire frío, lo cual incrementa la temperatura interior. Si realmente tienes que revisarlo periódicamente, evita hacerlo en intervalos de 1 hora.
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Método 3
Método 3 de 3:
Congelar agua de manera básica

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    Llena un recipiente con agua. Puedes usar sin problema cualquier recipiente que pueda contener agua sin gotear. Puedes optar por llenarlo todo o hasta la mitad.
    • No utilices tazas de porcelana ni botellas duras. El agua se expande al congelarse, así que, si usas una taza o una botella de agua deportiva para congelar agua, es posible que se raje. Algunas buenas opciones son una taza de metal, una cubeta para hielo o una botella de agua desechable de plástico.
    • Si hierves el agua antes de congelarla, el hielo saldrá transparente y no turbio.
    • Hay varios moldes que se venden por internet con los que podrás congelar hielo en diferentes formas, por ejemplo, formas de pescado, cráneo o incluso de copita.
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    Pon el envase en el congelador. La temperatura del congelador debe ser mucho menor a 0 °C (32 °F).[6] Busca un lugar plano en el congelador. Pon el envase en dicha superficie con cuidado sin derramar el agua.
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    Espera de 2 a 5 horas. El agua demorará un tiempo en congelarse por completo. Entre más grande sea el envase de agua, más tiempo demorará. Por ejemplo, el agua en una cubeta para hielo se congelará más rápido que toda una botella llena de agua.
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    Sácala. El agua estará totalmente sólida. Disfruta del hielo frío con una bebida refrescante.
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Consejos

  • ¡Puedes hacer paletas de helado de esta manera! Echa unas cuantas gotas de saborizante al agua y revuélvela un poco antes de ponerla a congelar.
  • También puedes congelar agua fuera. Mira el reporte del clima para saber si la temperatura será menor a 0 °C (32 °F) por varias horas seguidas. Luego, busca un lugar al que no le caiga la luz del sol durante ese periodo de tiempo. Incluso puede ayudar enterrar el envase en un poco de nieve.
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Advertencias

  • El agua se expande al congelarse. Eso quiere decir que, si llenas una botella dura con agua en su totalidad y luego la pones a congelar, ¡la botella puede romperse! Una cubeta para hielo no se romperá. Una botella de plástico puede deformarse un poco, pero no se romperá.
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