Una buena hidratación es fundamental para cuidar la salud, pero a muchas personas les cuesta trabajo llegar a beber la cantidad de agua necesaria a diario. El agua de pepino es una deliciosa solución para este problema, ya que aporta un toque de sabor sin contener calorías, como el zumo, los refrescos y otras bebidas. Puedes preparar agua de pepino en casa para tener siempre algo sabroso para hidratarte, o para servírsela a los invitados e impresionarlos.

Ingredientes

  • Un pepino mediano
  • 1,9 litros (2 cuartos de galón) de agua
  • Menta, cítricos, fresas, piña, agua con gas (opcional)

Parte 1
Parte 1 de 2:
Preparar agua de pepino

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    Prepara el pepino. Lava el pepino para eliminar la suciedad y las bacterias que pueda tener. Si quieres, pélalo con un pelador de verduras o un cuchillo para pelar.
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    Corta el pepino en rodajas. Utilizando un cuchillo afilado, corta el pepino por la mitad a lo largo. Después, corta las dos partes en rodajas de entre 0,6 y 1,25 cm (de 0,25 a 0,5 pulgadas) de ancho.
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    Echa las rodajas de pepino en la jarra. Las rodajas de pepino flotan, así que si quieres que se sumerjan, ponles hielo encima para que no se queden en la superficie del agua.
    • Para conseguir un resultado óptimo, deja que el pepino se asiente en el agua durante una hora como mínimo antes de servir la bebida. De esta forma, el agua quedará impregnada de su sabor.
    • Si dejas que el pepino se asiente en el agua durante toda la noche, conseguirás un sabor mucho más intenso.
    • Remueve bien la bebida antes de servirla.
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    Vierte agua en la jarra. La cantidad de agua dependerá del tamaño de la jarra, pero puedes usar como referencia la proporción de 1,9 litros (2 cuartos de galón) de agua por cada pepino mediano.[1]
    • El agua de pepino sabe mejor fría, así que utiliza una jarra que quepa en el frigorífico.
    • Si no tienes esa opción, echa hielo en la jarra para que la bebida se enfríe antes de servirla.
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    Rellena la jarra de agua. El mismo pepino, junto con otros ingredientes que incluyas, se puede reutilizar varias veces cambiando solo el agua. Solo tienes que dejar las rodajas de pepino al fondo después de servir la bebida y volver a llena la jarra de agua.
    • Cuando el agua pierda sabor, desecha o cómete las rodajas de pepino que hayas utilizado para hacer la bebida.
    • Consume el agua de pepino en un plazo de dos días, ya que no lleva conservantes y el pepino se pudre con el tiempo y la humedad.[2]
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Parte 2
Parte 2 de 2:
Variante con más ingredientes

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    Añade menta al agua. Lava varias hojas de menta bajo el grifo. Corta la menta en tiras finas para que su sabor se asiente mejor y el agua resulte más cómoda de beber.
    • Puedes encontrar menta en cualquier supermercado. Además, al ser una planta muy resistente, se puede cultivar en la mayoría de los jardines.
    • Añadiendo menta al agua de pepino, endulzarás la bebida sin necesidad de azúcar.[3]
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    Añade cítricos al agua. Los limones, las limas y las naranjas aportan un intenso sabor al agua sin añadir calorías. Si piensas servirla inmediatamente, corta la fruta, exprímela y añade el zumo al agua de pepino. Si quieres usar rodajas de fruta, tendrás que dejarlas a remojo durante más tiempo, junto con el pepino, para que su sabor se asiente en el agua.
    • No te olvides de lavar la fruta, especialmente si piensas usarla en forma de rodajas.
    • Ten en cuenta que los cítricos suelen contener pepitas que pueden caer en la bebida.
    • Los cítricos constituyen una fuente importante de vitamina C, altamente necesaria para fortalecer los huesos y los músculos.[4]
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    Añade fresas troceadas. Corta las hojas de las fresas con un cuchillo de pelar y lávalas para eliminar la suciedad y otros desechos. Corta las fresas a lo largo y déjalas a remojo junto con las rodajas de pepino.
    • Las fresas constituyen una importante fuente de potasio, nutriente que puede ayudar a bajar la tensión.[5]
    • Las fresas son más sabrosas cuando se compran en la temporada que les corresponde. Busca fresas de color rojo oscuro que conserven sus hojas.
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    Añade piña congelada. Los trozos de piña aportarán un sabor ácido y fresco al agua de pepino. Corta piña fresca o enlatada y métela en el congelador para añadirla después al agua.
    • Echa ½ taza de piña congelada en una jarra de agua de pepino.
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    Utiliza agua con gas en lugar de agua corriente. Llena la mitad de la jarra con agua de pepino y llena la otra mitad con agua carbonatada fría justo antes de servir la bebida para que tenga burbujas y un sabor inmejorable.
    • El agua carbonatada o con gas puede crear efecto de refresco, sin aportar las calorías que suelen tener los refrescos azucarados que encontramos en el supermercado.
    • Si te preocupan las calorías, lee la etiqueta del agua con gas para asegurarte de no añadir a la bebida algo más que burbujas por accidente.
    • Recuerda que el agua carbonatada pierde el gas con el tiempo, así que es mejor enfriarla antes de abrirla.[6]
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    Listo.
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Resumen del artículoX

Antes de preparar tu propia agua de pepino, lávalo bien para eliminar toda suciedad o bacterias. Si quieres, puedes pelar la cáscara usando un pelador de vegetales o un cuchillo de cocina. Toma un cuchillo afilado, corta el pepino a la mitad a lo largo y corta las dos mitades en rodajas de 6 a 12 mm (de 1/4 de pulgada a 1/2 pulgada). Coloca las rodajas de pepino en la jarra y luego agrega el agua. Deja que los pepinos reposen por una hora como mínimo, pero déjalos toda la noche para obtener el sabor más fuerte. Consume el agua de pepino en los 2 días siguientes.

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