Los árboles de magnolia tienen hermosas ramas con flores durante la primavera y mantienen sus hojas durante todo el verano. Si quieres conservar esas hojas para hacer una guirnalda o un arreglo floral, puedes hacerlo fácilmente mediante un proceso llamado “glicerinización”. Este proceso reemplaza el agua de la hoja con un compuesto llamado glicerina, el cual puede lograr que las hojas luzcan hermosas durante meses o incluso años.

Parte 1
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Hacer un baño de glicerina

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    Calienta 2 tazas (470 ml) de agua a 60 °C (135 °F). Coloca una olla con agua a fuego medio y espera a que se caliente. Usa un termómetro para revisar la temperatura y para asegurarte que no pase de 70 °C (150 °F). Después, apaga el fuego.[1]
    • Calentarla facilitará que el agua y la glicerina se mezclen.
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    Mezcla 1 taza (240 ml) de glicerina en el agua. Vierte la glicerina en el agua tibia y agítala con una cuchara. Continúa agitando la solución durante, al menos, 30 segundos para asegurarte de que la glicerina y el agua se mezclen por completo.[2]
    • Puedes comprar glicerina en la farmacia, el supermercado o en línea. Elige la glicerina de grado técnico sobre la de laboratorio porque es menos costosa.[3]
    • La mezcla será de color claro, así que no podrás ver el agua y la glicerina combinarse.
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    Vierte la mezcla de glicerina en un molde para hornear. Usa un molde para hornear de vidrio que sea lo suficientemente grande para meter las hojas de magnolia. Vierte cuidadosamente la mezcla hasta que quede un espacio de 1 cm (0,5 pulgadas) en la parte superior del molde.[4]
    • Si te sobra glicerina, guárdala en un recipiente hermético. Puedes usar de nuevo la mezcla para conservar otras hojas o flores.
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Parte 2
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Glicerinización de las hojas

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    Corta ramas de magnolia nuevas, retira las hojas y córtales los tallos. Selecciona brotes verdes nuevos de los extremos de las ramas para obtener hojas más nuevas, las cuales absorben la glicerina con mayor facilidad. Usa unas tijeras para cortar las hojas de la rama y aplasta o corta los tallos con las tijeras para aumentar la absorción.[5]
    • La parte de la rama donde cortes las hojas determinará su finalidad. Algunos proyectos podrían necesitar que les dejes los tallos, mientras que otros podrían requerir hojas sin tallos.
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    Coloca las hojas en un plato para que queden sumergidas en la glicerina. Acomoda las hojas para que no queden unas encima de otras y estén cubiertas con la mezcla. Algunas hojas podrían flotar, así que asegúrate de mantenerlas separadas.[6]
    • La glicerina no es tóxica, y es segura para los humanos y animales, así que no te preocupes si no usas guantes para tocar el baño de glicerina.
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    Coloca una bandeja o plato sobre las hojas para mantenerlas sumergidas. Elige una bandeja o plato de plástico más pesado para colocar sobre las hojas. Asegúrate de que quepa dentro del molde para hornear y que cubra todas las hojas.[7]
    • Si la bandeja no es lo suficientemente pesada para presionar las hojas en el baño, coloca un objeto pesado como una piedra o un pisapapeles encima.
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    Mantén las hojas en la solución de 2 a 6 días. Deja remojar las hojas en la solución de glicerina durante, al menos, 2 días y después revísalas. Si toda la hoja está de color marrón, sácala del baño. Deja las hojas que no tengan aún el color marrón-dorado dentro del agua durante otro día o dos.[8]
    • Las hojas deben quedar flexibles cuando las saques del baño, así que dóblalas de adelante hacia atrás unas cuantas veces para asegurarte de que no se rompan. Si la primera hoja que intentes doblar se rompe, mantén el resto dentro del baño durante otro día para que absorban más glicerina.
    • Si haces el proceso de glicerinización en una rama grande con hojas en ella, este puede tardar de 2 a 3 semanas y tendrás que cambiar el baño de glicerina después de cada semana para asegurarte de que tenga suficiente.[9]
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    Enjuaga las hojas con agua tibia y sécalas. Pasa las hojas por agua tibia para lavar el exceso de glicerina del baño. Después, colócalas sobre una toalla y dales golpecitos con un trapo seco o con una toalla de papel.[10]
    • Si quieres hojas brillantes, puedes pulirlas con un trapo suave durante 15 o 20 segundos cada una para lustrarlas.
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    Usa las hojas en un arreglo floral o exhíbelas durante años. Las hojas flexibles con glicerina son extremadamente durables. Puedes hacer una guirnalda o usarlas como follaje para un arreglo floral. Cuando no las uses, guárdalas en una bolsa de plástico resellable o en un recipiente hermético dentro de un lugar oscuro y seco.[11]
    • Ya que las hojas son suaves y flexibles, no necesitas preocuparte por que se rompan o se desmoronen al usarlas o guardarlas.
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Advertencias

  • No coloques las hojas que han pasado por el proceso de glicerinización sobre superficies de madera sin protección. Si haces una guirnalda con las flores, asegúrate de incluir un soporte de plástico para que la madera no se dañe.
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Categorías: Jardinería
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