Cómo cosechar aloe

Coescrito por Lauren Kurtz

Es fácil cultivar y cosechar aloe. Solo corta una hoja en la base de la planta y retira la aloína (la savia pegajosa y amarga que se encuentra en el interior). Luego, usa un cuchillo afilado para pelar la hoja. De esta forma, tendrás una bonita tira de aloe fresco en poco tiempo.

Parte 1

Parte 1 de 2:
Elegir la hoja adecuada para cosechar

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Identifica las hojas maduras. Estas son suaves y son de un color verde oscuro. Si las aprietas con cuidado, deben desprender savia.^{[1]
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Elige una hoja con un tamaño adecuado. Si se trata de una planta grande que ha crecido en el suelo, una hoja que mida 30 cm (1 pie) servirá. Si se trata de una planta más pequeña y en una maceta, puedes cosechar las hojas que midan 10 cm (4 pulgadas) de largo y al menos 2 cm (1 pulgada) de ancho aproximadamente.^{[2]
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- Tendrás más aloe si las hojas son más grandes y anchas.
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Usa guantes de jardinería. Hay púas en los bordes de las hojas de aloe vera. Para proteger tus manos, usa un par de guantes de jardinería o de goma desechables antes de cosechar aloe.^{[3]
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Parte 2

Parte 2 de 2:
Sacar el aloe

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Corta una hoja usando unas tijeras de jardinería. También puedes usar un cuchillo afilado. Cualquiera que sea la herramienta que elijas, corta la hoja tan cerca de la base de la planta como sea posible.^{[4]
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Deja que la aloína se escurra. La aloína es una savia marrón amarillenta que tiene un sabor amargo. Coloca la hoja en un frasco con la parte cortada apuntando hacia abajo. Luego, espera unos 10 o 15 minutos para permitir que la aloína se escurra.^{[5]
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Limpia la hoja. Limpia la hoja con agua del grifo o hazlo con una toallita de papel húmeda. Deja que se seque con el aire o sécala con cuidado con un paño limpio.^{[6]
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Pela la hoja en tiras. Gira la hoja de modo que el extremo final esté lejos de ti y que la parte plana esté en dirección hacia ti. Con un cuchillo, comienza a separar la parte exterior gruesa del gel transparente y suave desde la base de la hoja. Levanta la herramienta un poco y tira de la cáscara suelta. Continúa con el mismo procedimiento alrededor de la base de la hoja, alternando entre colocar el cuchillo debajo de la capa gruesa y sacarla.^{[7]
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- Corta la hoja por el centro si no quieres arrancar la capa superior. En lugar de sacarla en tiras, podrías cortar la hoja por el centro y raspar el aloe con una cuchara.
- Cortar la hoja por el centro te permitirá acceder al aloe con mayor rapidez. No obstante, tal vez termines teniendo más aloína en el gel de lo que tendrías si hubieras sacado la capa exterior en tiras.
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Corta el aloe en cubos pequeños. Cada lado del cubo debe medir 1 centímetro (1/2 pulgada). De esta forma, será más fácil almacenar y usar el gel más adelante.^{[8]
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- Almacena el gel de aloe cortado en un contenedor resellable. Puedes mantenerlo fresco por aproximadamente una semana en el refrigerador o hasta un mes en el congelador.
- Intenta licuar el aloe pelado para añadirlo a los batidos o para hacer cubos de hielo que puedas usar sobre las quemaduras hechas por el sol.