Una guía de estudio es una herramienta que puedes aprender a hacer para evitar estresarte al momento de estudiar. Si tienes un libro de texto, una carpeta llena de notas de tu lectura y un montón de hojas de tarea y de trabajos, puede ser difícil saber por dónde empezar. Pero aprendiendo un par de trucos, buscando la información correcta en el lugar correcto y usando tu guía lo mejor que puedas, puedes estudiar eficazmente. Sigue leyendo para obtener más información sobre el tema.

Parte 1
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Dale formato a tu guía de estudios

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    Haz que la forma coincida con la función. Hay diferentes tipos de guías de estudio, cada una con un formato que se adapta a diferentes temas y estilos de aprendizaje. Sin importar qué estés estudiando, existe una guía no solo para cada tema si no también para las necesidades que tengas. Organiza la información de la manera más simple que puedas.
    • Si aprendes más fácil por métodos visuales, considera usar secciones identificadas con colores en tus guías, o usa un mapa de ideas para dibujar la información y hacer que sea más fácil de acceder a ella.
    • Si tienes una mente lineal, organiza la información de manera cronológica o alfabéticamente, para poder aprender una cosa en una serie y después seguir con otra.
    • Si necesitas conectarte con la información de manera emocional para entenderla, organiza tus notas de forma narrativa para poder estudiarlas fácilmente. Traduce conceptos matemáticos a historias con las que te puedas conectar, después organiza tus guías en una pequeña historia que puedas recitar para recordar la aplicación de las fórmulas.
    • Si puedes memorizar información rápidamente, usa un formato que te ayude a memorizar de forma eficaz, ya sea que te grabes recitando las palabras y definiciones, y después escuches esas grabaciones con tu iPod todo el día o crees tarjetas y las uses durante el día para ver si te las has aprendido.
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    Dibuja mapas conceptuales para conectar las ideas principales y así ir dándole prioridad a la información. Los mapas conceptuales involucran escribir la idea principal en un cuadro por separado e ir conectándola con otras ideas por importancia u orden cronológico. Después, conecta las ramas de información asociada que surge de la idea principal. Este método provee una visión de cómo se va entrelazando el material.
    • Un ejemplo de un mapa conceptual para un capítulo de historia sobre los vuelos espaciales puede involucrar “La Carrera Espacial” como encabezado principal , el cual se separa en varias categorías para los Estados Unidos y la Unión Soviética, con más información para cada misión en específico, proyectos, éxitos y fracasos.
    • Un esquema formal, como los que debes usar en ensayos, es un ejemplo de un mapa conceptual. Si delinear un trabajo y organizar información se te hace útil, hazlo para estudiar. Los esquemas formales son guías de estudio excelentes, pero solo si se te hace fácil escribirlos. Si se te hace muy estresante hacer uno, encuentra otra guía.
    • Los diagramas de información técnica pueden ayudarte a representar visualmente procesos o procedimientos que tienen una serie de pasos. Empieza con el concepto principal y organiza de izquierda a derecha todos los factores claves en el orden que deben seguir.
    • Las líneas del tiempo son buenas para delinear una serie de eventos cronológicos, la mayoría de estas se usan para temas históricos, políticos y de biología.[1]
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    Usa tablas comparativas para resaltar diferencias en conceptos clave. Crea guías de estudio usando tablas comparativas cuando sea necesario comparar un grupo relacionado de ideas. Son útiles especialmente para organizar paralelos en temas de historia y biología, o para comparar diferentes escritores en un curso literario.
    • Por ejemplo,v una tabla comparativa que recolecta información de diferentes especies de plantas debe tener el nombre de las plantas en una columna, con el reino, la familia y el género otras. Esto te ayudará a organizar la información para compararla rápidamente.
    • También puedes usarla para estudiar literatura, colocando diferentes personajes de la novela en diferentes columna con sus atributos y otra información debajo de cada uno. También puedes escribir la información de dos novelas diferentes y organizarla para compararlas entre sí.
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    Usa tarjetas de conceptos para memorizar vocabulario. Las tarjetas se pueden crear usando tarjetas de 12.5 cm x 17.5 cm, con tanta información como quieras, aunque tienden a ser más efectivas para recordar palabras individuales o para definir conceptos específicos. Por esta razón, son muy efectivas para estudiar idiomas e historia.[2]
    • Escribe 1 concepto clave al frente de cada tarjeta y en la parte trasera escribe los hechos que quieras asociar con esa tarjeta. Lee las tarjetas o haz que alguien te ayude a repasarlas. Para asegurarte de haber memorizado todo, lee la parte delantera y trasera de cada tarjeta. Esto es muy útil cuando quieres aprender palabras en otro idioma.
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    Crea un examen de prueba para ayudarte a estudiar. Esta es una excelente manera de analizar el contenido que van a analizar desde dos perspectivas: si piensas en lo que crees que va a venir en el examen, estarás pensando como el maestro, y si puedes anticiparte a esas preguntas, estarás un paso adelante.
    • Intenta averiguar si te darán un examen de opción múltiple, de preguntas abiertas o si necesitas escribir un ensayo. Prepárate para cada tipo de examen, escribiendo el tipo de preguntas que vendrán en el examen.
    • Muchos maestros están dispuestos a proveer versiones antiguas del examen (si es que las tienen) para que las uses como guía. Los libros de texto también incluyen exámenes de muestra que son muy útiles. Mientras que puede parecer un poco estresante tomar el examen más de una vez, esta es una forma muy buena de estudiar, e incluso te puede dar una pista de qué preguntas vendrán en el examen.
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    Estudia múltiples guías de estudio. Crea una guía de estudio en una combinación de formatos, usando los conceptos principales e información suplementaria que hayas reunido de otros materiales. Puedes crear estas guías a mano, a computadora en un documento de word, una hoja de cálculo o un programa especializado para organizar tu información.
    • Algunos estudiantes piensan que reescribir notas y organizar información a mano es más útil que a computadora y hace que tu mente se conecte físicamente con la información. Mientras que esto no tiene efecto en la memoria, leer y volver a escribir la información te ayuda a repasar; lees la información una vez al momento de ver qué es lo que vas a anotar y la vuelves a leer al momento de copiarla.[3]
    • De forma alternativa, si tienes problemas con tu letra (se te hace difícil leerla), o simplemente prefieres trabajar en tu computadora, eres libre de teclear la información de tu guía de estudios, hacerla tan gráfica como quieras, imprimir copias o leerla a través de tu dispositivo móvil.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Escoge qué estudiar

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    Pregúntale a tu maestro qué información va a venir en el examen. El primer lugar para empezar a estudiar es hablando con tu instructor, profesor, maestro o asistente a maestro para que dirija tu atención al lugar correcto. Si no es una parte importante sobre la discusión en clase, asegúrate de averiguar qué información incluirá este examen en particular.
    • Algunos cursos son acumulativos, lo que significa que la información en clase se acumula durante todo el semestre. Mientras algunos que algunos cursos se esperan a poner un examen de todo el material al final del curso, otros van examinando sobre temas y capítulos aislados. Asegúrate de preguntarle a tu maestro sobre el contenido en específico que vendrá en el examen para estudiar solo esa información.
    • Si tienes dudas sobre qué estudiar, asegúrate de estudiar información nueva. Mientras que muchos maestros disfrutan poner información que habían visto de hace tiempo ara probar tu memoria, es más probable que se enfoquen en los capítulos, lecturas e información más reciente. La mayoría de los maestros no quieren engañarte.
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    Lee el libro de texto y cualquier otro material de lectura que tengas. Dependiendo de la clase para la cual estés estudiando, lo fuente más importante de información es el libro de texto y demás lecturas que haya asignado el maestro. Muchos libros de texto ya indican cuáles son los conceptos más importantes para que puedas estudiarlos, por lo cual son excelentes fuentes de estudio.
    • Vuelve a leer tu material para aislar las ideas principales que vas a incluir en tu guía. Cuando estés revisando tu material, no es necesario leerlo palabra por palabra. En lugar de eso, revisa los conceptos principales para recordar de qué se está hablando y marca esta información para incluirla en tu guía de estudio. Este, en sí, es un buen primer paso para empezar a estudiar para tu examen.
    • Busca el resumen del capítulo o las preguntas de estudio para guiar el contenido de tu guía. Si el libro de texto tiene una lista de preguntas y conceptos, cópialos en tus notas para incluirlos en tu guía de estudio. Incluso si tu maestro no basa los exámenes en el libro de texto, conocer información extra te ayuda a prepararte para las preguntas que puedan venir en el examen.
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    Reúne y “traduce” las notas de clase. Reúne todas las notas de tus lecturas, incluyendo cualquier guía y demás material suplementario que te haya dado el maestro. Dependiendo del enfoque y el contenido del curso, las notas de clase pueden ser tan importantes (si no es que más) que el libro de texto y las lecturas.
    • A veces, las notas en clase pueden ser un desastre, ser confusas y difíciles de leer, así que es bueno hacer una guía de estudio simplemente como una versión limpia de todas tus notas. Ahorra un poco de tiempo volviendo a copiar tus notas, pero no las copies palabra por palabra, solo los conceptos e ideas más importantes que indicó el maestro. Tradúcelas en algo conciso para tu guía de estudio.
    • Si no te gusta tomar notas, pídeselas a un amigo. Solo ten mucho cuidado con ellas y asegúrate de regresárselas con tiempo. Devuélvele el favor en un futuro asegurándote de tomar bien tus notas y dejando que las use tu amigo.
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    Busca definiciones, explicaciones y fuentes adicionales. A veces, para unos temas, una investigación externa puede ser útil o incluso necesaria. Si tus notas y el texto no son suficientes, asegúrate de entender el concepto buscando fuentes externas para clarificar temas que no entiendes. Explorar por completo un tema en particular hará que obtengas una perspectiva y entendimiento único sobre dicho tema para poder utilizar en el examen.
    • Si estás estudiando para un examen final, asegúrate de recolectar tus exámenes pasados, guías de estudio y manuales. Estos te pueden servir para formar tu guía de estudio.
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    Enfócate en los conceptos principales de cada capítulo y lectura. Identifica los conceptos más importantes en una sección o capítulo en particular y asegúrate de entender eso en vez de información más específica pero menos importante. Dependiendo del tema, algunos detalles específicos como fechas, fórmulas o definiciones pueden ser importantes, pero el tema es mucho más importante.
    • Cuando estés repasando matemáticas o temas de ciencia, asegúrate de memorizar las fórmulas (si lo necesitas), pero recuerda que saber cómo aplicar dichas fórmulas es mucho más importante. Entiende cómo usar la fórmula y cuándo usarla. El concepto detrás de la fórmula es mucho más importante que la fórmula en sí. Esto también es relevante en temas de física, química y demás ciencias, en las cuales es útil crear ejemplos prácticos que apliquen el material a situaciones de la vida real.
    • Cuando estés repasando literatura en español, asegúrate de recordar los nombres de todos los personajes en el libro sobre el cual te van a examinar, pero enfócate más en la trama, el significado de la historia y en otros temas en la lectura más que en los detalles específicos. Si se te olvida el nombre de un personaje y solo pones “la hermana del personaje principal” no importará mucho si el ensayo es muy completo e incluye información más importante.
    • Cuando estés repasando historia, es muy común pasar mucho tiempo memorizando hechos históricos y vocabulario, pero también es muy importante entender los temas del periodo de historia que estás estudiando, y la razón por la cual esos hechos son importantes. Entiende la relación entre todos los nombres y fechas, y nunca te equivocarás.
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    Organiza la información por orden de prioridad. Condensa todo el material de estudio en secciones, eso hará que estudiar sea más conveniente que leer todo el capítulo entero. Usa encabezados en negritas para diferentes secciones de información y considera organizar la información en una lista con viñetas para poder acceder a ella de manera rápida y eficaz.
    • Identifica, explica y demuestra la relación entre las ideas y conceptos en tu guía agrupando las guías de estudio en paquetes vinculados para así estudiar toda la información relacionada. Si estás estudiando para tu examen final de historia, sería bueno juntar toda la información de la guerra en un solo grupo de estudio, o toda la información de varios presidentes en otro grupo, para así solo estar buscando los temas comunes.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Usa las guías de estudio

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    Incluye todo lo que necesites estudiar y después llévate esa información a todas partes. Si te aseguras de tener todo lo que necesitas para el examen en tu guía de estudio, puedes dejar tu libro de texto en casa y solo llevar contigo un par de hojas. Esto es especialmente importante en exámenes acumulativos, en los cuales van a incluir mucha información. Tener que leer todos los capítulos uno por uno puede ser muy abrumador, mientras que si solo lees tus notas esto será más rápido y eficaz.
    • Saca tu guía de estudio en el autobús o mientras estás viendo al tele. Entre más le des vuelta a la información, más cerca estarás de memorizar todo.
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    Subraya el material que se te haga difícil para volver a repasarlo antes del examen. Si tienes problemas para recordar una fórmula en específico o para recordar un concepto, subráyalo en un color que ya tengas designado, como el azul, y continúa estudiando el resto del material. Cuando vayas a repasarlo de nuevo, empieza por todo lo que subrayaste de azul y asegúrate de aprendértelo antes del examen. Esto puede ser una forma muy útil para recordar no solo de lo que tienes que aprender, si no también para tener pequeñas metas que debes ir cumpliendo al momento de estudiar.
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    Estudia en más de un lugar. Algunos estudios muestran que cambiar de ubicación al estudiar puede incrementar tu habilidad para memorizar la información. En otras palabras, si no haces más que estudiar en tu cuarto, puede ser más difícil recordar información que si hubieras estudiado un poco en tu habitación, un poco más en el patio y un poco más en la cafetería durante la escuela.[4]
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    Programa tu estudio. Crea tus guías de estudio tan pronto como te sea posible para así tener tiempo de estudiarlas antes de que tengas que presentar. En un par de semanas antes del examen, divide tu tiempo para estudiar todos los temas y secciones de cada tema que debes estudiar, para así asegurarte de tener suficiente tiempo para cada área en específico. No intentes aprenderte todo al último minuto.
    • Si tienes problemas de ansiedad y tiendes a entrar en pánico antes del examen, es muy buena idea crear un programa y poner fechas límite para ir aprendiendo todos los temas. Si sabes que debes de cubrir los primeros dos capítulos para esta semana, antes de seguir con el tercer y cuarto capítulo para la semana entrante, eso significa que tienes toda una semana para dedicarle a los primeros dos capítulos y no necesitas preocuparte por los demás capítulos hasta la siguiente semana.
    • Coloca tus estudios en diferentes compartimientos y solo enfócate en uno a la vez. No cambies de tema en tema, enfócate en uno hasta completarlo y después sigue con el otro.

Consejos

  • Las palabras que estén subrayadas o las definiciones de palabras en los libros de texto a menudo son puntos claves y son unos muy buenos indicadores del material para tu guía de estudios.
  • Ten en mente que cada formato de guía de estudio tiene diferentes fortalezas y debilidades, y también existen muchos estilos diferentes de aprendizaje. Por lo tanto, si quieres que una guía de estudios se adapte apropiadamente a tu tema o a diferentes tipos de aprendizaje, tienes que usar más de un formato. Por ejemplo, los mapas y los diagramas son más útiles para los que se les hace más fácil aprender usando medios visuales, mientras que las tarjetas de información son más útiles para los que aprenden por medios auditivos ya que las estarán recitando constantemente.
  • Intenta ser lo más conciso que puedas. Evita usar información innecesaria.

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Categorías: Técnicas de estudio