Si cae mucha agua en tu patio durante las tormentas, el jardín de lluvia es una opción maravillosa para evitar que el escurrimiento provoque una saturación excesiva. Dado que el jardín de lluvia emplea plantas de humedales nativas de la zona, estas pueden ser una adición atractiva y de poco mantenimiento para tu jardín. Explora el terreno para encontrar un lugar ideal para tu proyecto y luego cava una cuenca pequeña para llenarla con compost y añadirle las nuevas plantas. Una vez plantado el jardín de lluvia, quita la maleza y aplica mantillo de forma rutinaria para mantenerlo saludable.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Elegir un lugar

  1. 1
    Ubica el jardín al menos a 3 m (10 pies) de tu casa. Si el jardín se encuentra muy cerca de esta, el agua puede erosionar los cimientos, lo que provoca la inundación del sótano o problemas estructurales.[1] También mantén el jardín de lluvia lejos de las entradas para autos y las aceras para evitar la erosión de los senderos.[2]
    • Observa el patrón de drenaje de la lluvia en tu patio durante una tormenta. Trata de colocar tu jardín cerca de donde fluye naturalmente la escorrentía.
  2. 2
    Mide la pendiente de la zona. Con la ayuda de una tabla de madera recta y larga y un nivelador de carpintero, mide la pendiente de la zona proyectada. Para llevar suficiente agua de lluvia al jardín, necesitarás una pendiente mínima de 2,5 cm (1 pulgada) en 1,3 m (4 1/2 pies) o de 2 %. Si no tienes esta pendiente natural, deberás crearla cavando.[3]
    • Dado que el jardín de lluvia evita el desbordamiento del agua en tu patio, necesitarás una pendiente de 2 % como mínimo.
  3. 3
    Prueba la tierra del lugar. Antes de empezar a cavar, inspecciona la tierra para asegurarte de que sea adecuada para el jardín. Aunque el jardín de lluvia puede desarrollarse con tierras menos permeables como la arcilla, le va mejor con tierras bien drenadas o arenosas. Cava un agujero de poca profundidad en la zona proyectada y llénalo con agua. Si esta se mantiene en el agujero por dos días, la tierra no es tan permeable como para construir un jardín de lluvia.
    • Si toda la tierra de la zona es impermeable, puedes crear tú mismo una tierra adecuada. La tierra ideal para el jardín de lluvia es 30 % arena, 30 a 40 % capa vegetal margosa y 30 a 40 % materia orgánica. Combina esta mezcla con la tierra existente para un drenaje apropiado.[4]
  4. 4
    Traza el tamaño del jardín utilizando estacas y cuerda. En general, el tamaño del jardín de lluvia varía entre 30,5 y 91,4 metros cuadrados (100 y 300 pies cuadrados). Si lo haces más pequeño, no habrá espacio para una variedad de plantas. Si lo haces más grande, tendrás dificultades para cavar y garantizar una pendiente ideal.[5]
    • La dimensión del jardín de lluvia variará según los patrones climáticos de la zona. Si cae abundante lluvia, necesitarás un jardín grande. Sin embargo, los jardines pequeños también ayudan a controlar la escorrentía.
  5. 5
    Planea la profundidad del jardín basándote en su pendiente. Normalmente, el jardín de lluvia tiene una profundidad de 10 a 20 cm (4 a 8 pulgadas). Si la pendiente del lugar elegido es inferior al 4 %, la profundidad del jardín debe ser entre 7,5 y 12 cm (3 y 5 pulgadas). Para las pendientes de 5 a 7 %, la profundidad del jardín debe ser de 15 a 17,5 cm (6 a 7 pulgadas). Las pendientes entre 8 y 12 % quedarán mejor con 20 cm (8 pulgadas) de profundidad.[6]
    • Un jardín de lluvia con una profundidad superior a 20 cm (8 pulgadas) o una pendiente mayor a 12 % no son lo ideal. Esto representa un peligro de tropiezo y suele retener el agua por mucho tiempo, lo que lo convierte más en un estanque que en un jardín de lluvia.
    Anuncio

Parte 2
Parte 2 de 4:
Comprar plantas

  1. 1
    Elige plantas nativas de tu zona. Las plantas que crecen bien en los jardines de lluvia son resistentes y saludables. Tu jardín de lluvia requerirá muy poco mantenimiento con las plantas regionales, puesto que estarán adaptadas al clima y a las variaciones en las precipitaciones de la zona.[7]
    • El lugar más adecuado para comprar plantas nativas es en los viveros locales.
  2. 2
    Compra plantas perennes que ya hayan alcanzado la madurez. Las plantas más jóvenes no se desarrollarán tan bien con cantidades elevadas de agua, por eso evita comprar semillas o plantones. Sus sistemas radiculares no están lo bastante desarrollados para soportar los chubascos. Dado que las plantas perennes duran varios años, las de al menos 1 o 2 años de edad tendrán sistemas radiculares establecidos.
    • Cuando vayas al vivero de tu localidad, pide plantas maduras para evitar que te den plantones.
  3. 3
    Busca plantas que crezcan bien en los humedales. Elige plantas que puedan soportar muchos chubascos. Si vives en Estados Unidos, visita la página web del Cuerpo de ingenieros del ejército para encontrar la lista nacional de plantas de humedales. Otra alternativa es consultar las revistas de jardinería locales o preguntar en el vivero de tu ciudad qué plantas de humedales se desarrollan en tu clima.[8]
  4. 4
    Añade arbustos para proteger el terreno contra la erosión. Las plantas con sistemas radiculares densos sostienen mejor al jardín de lluvia. Por lo general, los arbustos poseen sistemas radiculares desarrollados que absorben el exceso de agua e impiden la erosión del terreno. Busca arbustos que mejor se adapten a las condiciones de la tierra. En su mayoría, los arbustos prefieren tierras bien drenadas en vez de la arcilla.[9]
    • Las condiciones ideales para el crecimiento de los arbustos son húmedas pero no demasiado saturadas. Añade varios arbustos al jardín de lluvia con escorrentías muy excesivas.[10]
    Anuncio

Parte 3
Parte 3 de 4:
Construir el jardín

  1. 1
    Cava la zona del jardín a la profundidad deseada. Hazlo cuando ya hayas delimitado con estacas las dimensiones del jardín de lluvia y medido la pendiente. Nivela la base del jardín con la tabla recta y plana y el nivelador de carpintero. Sigue midiendo la base del jardín hasta eliminar las principales protuberancias o cuestas.
    • Revisa de nuevo la pendiente del jardín para asegurarte de lograr una profundidad ideal.
  2. 2
    Construye una berma para contener el agua. La berma (o dique de tierra) impedirá que la escorrentía fluya fuera del jardín. Haz montículos elevados de tierra alrededor del perímetro del jardín con la tierra sobrante del cavado. Construye la berma con los costados en ligera pendiente, de modo que sea menos vulnerable a la erosión.[11]
  3. 3
    Llena la cuenca con tierra. Una vez cavado el jardín y añadida la berma, añade tierra al jardín de lluvia. Puedes utilizar tierra para jardín de lluvia premezclada o tierra vegetal para jardinería. Mezcla compost con tu tierra antes de incorporarla al jardín para aportar nutrientes que podrían faltarle a la tierra. El contenido de compost de tu tierra debe ser entre 20 y 30 %.[12]
    • El contenido de arcilla de tu tierra debe ser mínimo. Toma un puñado de tierra en la mano y apriétala. Si la tierra se mantiene compactada y no se desmorona al pincharla, el contenido de arcilla es muy elevado y deberás corregir la tierra.
  4. 4
    Añade las plantas elegidas. Colócalas a 3 m (1 pie) de distancia entre sí para dejar espacio para el crecimiento de las raíces. El jardín de lluvia puede tener desde tres hasta docenas de plantas, dependiendo de su tamaño.[13] Asegúrate de compactar mucha tierra alrededor de las raíces para evitar secar las plantas.
    • Coloca los arbustos entre las variedades de flores para destacar los colores entre las distintas plantas y darle al jardín un sistema radicular estable.[14]
    • Ciertas variedades de plantas tienen instrucciones específicas de plantación. Averigua los requerimientos de cada especie para no dañar las plantas.
    Anuncio

Parte 4
Parte 4 de 4:
Mantener el jardín

  1. 1
    Añade mantillo al jardín durante los primeros dos años. El mantillo mantiene la tierra húmeda y nutre las plantas mientras se adaptan a la tierra. Es preferible utilizar mantillos más pesados (como pelo de gorila y virutas de madera o piedras) para el jardín de lluvia, ya que así evitarás que floten. Es mejor utilizar una capa de 5 a 7,5 cm (2 a 3 pulgadas) que cubra la capa superficial de tierra.[15]
    • Al final del segundo año, ya no es necesario aplicar mantillo, pero puedes continuar haciéndolo para fines estéticos.
  2. 2
    Riega las plantas de forma regular, sobre todo en periodos de sequía. Durante los primeros años o en los periodos de intensa sequía, será necesario regar el jardín aparte de la escorrentía que recibe. Riégalo con 2,5 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) de agua por semana. Al cabo de varios años, las plantas poseerán sistemas radiculares plenamente establecidos y requerirán menos cuidados. En adelante, solo riégalo si no ha llovido por 10 días (o si notas algún signo de riego escaso).[16]
    • Signos de riego excesivo: hojas amarillentas o amarronadas, lesiones o ampollas en las plantas y raíces viscosas y grises.[17]
    • Signos de riego escaso: crecimiento interrumpido, tierra seca, marchitez de las plantas y hojas secas y decoloradas.[18]
  3. 3
    Quita la maleza del jardín con regularidad. Los primeros años, el jardín será susceptible a la maleza, así que obsérvalo de forma regular. Arranca la maleza desde la raíz para evitar que vuelva a crecer. Lo ideal es hacerlo una o dos veces al mes para mantener las plantas saludables.[19]
    • Al cabo de varios años, el jardín será lo bastante fuerte para sostenerse a sí mismo más allá de la maleza ocasional.
  4. 4
    Inspecciona el jardín con frecuencia. Entra al jardín de lluvia una vez por semana para observar si hay signos de erosión o plantas enfermas. Si el agua ha traído basura a tu jardín, sácala junto con la maleza invasora. Revísalo varios días después de las tormentas de lluvia para comprobar que no haya agua estancada.[20]
    • Si el jardín de lluvia presenta agua estancada por varios días, las plantas podrían hidratarse en exceso. Añádele más mantillo orgánico y tierra vegetal para elevar la zona y absorber el agua con rapidez.
    • Si el jardín se encuentra bajo un tubo de bajada pluvial, limpia las canaletas de forma regular, de modo que el agua pueda llegar a las plantas.
    Anuncio

Consejos

  • Añade piedras decorativas para evitar que la lluvia arrastre a las plantas más pequeñas.
  • El jardín de lluvia también reduce la cantidad de contaminantes que llega a los estanques y humedales locales. Es ideal para una opción de jardinería ecológica.[21]
  • Elige plantas de distintas alturas para darle variedad al jardín de lluvia.
Anuncio

Advertencias

  • Las plantas jóvenes no soportan el exceso de escorrentía hasta que se hayan desarrollado sus sistemas radiculares.
  • No pongas el jardín de lluvia debajo de las copas de los árboles. Las plantas se desarrollarán mejor si reciben abundante luz del sol además del agua.
  • Tampoco lo ubiques sobre una fosa séptica o las conexiones subterráneas de servicios públicos. Llama al departamento de servicios públicos subterráneos para solicitar que marquen dichas zonas antes de empezar a cavar.
Anuncio

Cosas que necesitarás

  • una tabla recta y larga
  • un nivelador de carpintero
  • estacas
  • cuerda para patio
  • una pala
  • tierra para jardín de lluvia mezclada (opcional)
  • plantas de humedales nativas
  • arbustos
  • compost
  • mantillo

Acerca de este wikiHow

Lauren Kurtz
Coescrito por:
Horticultora profesional
Este artículo fue coescrito por Lauren Kurtz. Lauren Kurtz es especialista en naturalismo y horticultura. Lauren ha trabajado para Aurora, Colorado administrando el jardín Water-Wise en el Centro Municipal de Aurora para el Departamento de Conservación del Agua. Recibió una licenciatura en estudios ambientales y de sostenibilidad en la universidad Western Michigan en 2014. Este artículo ha sido visto 24 285 veces.
Anuncio