Puedes tener dificultades para determinar si un gato en la calle se ha perdido, es salvaje o tan solo está paseando por el vecindario. No obstante, si llegas a encontrar a una mascota callejera, tu amabilidad podría salvarle la vida y reunirla con su familia. Mantente a salvo y nunca trates de atrapar a un gato solo con las manos, ya que estos animales pueden rasguñar o morder si entran en pánico, y pueden transmitir enfermedades a las personas y otras mascotas.

Método 1
Método 1 de 3:
Acercarte o capturar a un gato

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    Distingue entre un animal callejero y una mascota. Tanto las mascotas callejeras perdidas como las de exterior pueden ser asustadizas o amigables, por lo que tendrás dificultades para diferenciarlas según su comportamiento. Es probable que el gato sea callejero si tiene el pelo desordenado o sucio, o si luce delgado o lesionado. Si te permite tocarlo, deberás revisarle las almohadillas plantares. Los gatos callejeros que han vivido al aire libre por unas semanas tendrán patas duras y callosas, en comparación con las patas suaves de una mascota familiar.
    • Si el gato trata de ocultarse, no te mira y no maúlla, podría ser uno salvaje que nunca ha sido mascota.
    • Mantente al tanto de los anuncios de gatos perdidos en las ventanas de las tiendas y los postes telefónicos en tu vecindario, y en los periódicos y las páginas web de la localidad.
    • Sé más cauteloso durante el invierno. Los gatos callejeros se desesperan por encontrar refugio y comida durante dicho periodo, y es poco probable que las mascotas pasen mucho tiempo al aire libre. Las huellas frescas luego de una nevada son una manera sencilla de identificar a los animales callejeros si despiertas antes de que inicie el tráfico congestionado.
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    Intenta acercarte al gato callejero. Si crees que el gato es callejero, deberás acercártele con lentitud mientras le hablas con un tono de voz suave. Si se comporta de forma asustadiza, puedes agacharte a su altura. Mantén la mano extendida y llámalo con un tono de voz dulce. Si esto no funciona, regresa al área en otro momento con un alimento de olor fuerte, como atún o hígado seco.[1]
    • Usa diferentes tonos, ya que algunos gatos responderán mejor a una voz más alta o baja, o incluso a sonidos de maullido.
    • No te acerques demasiado si el gato parece estar tenso o nervioso. Si se siente arrinconado, podría morder o rasguñar.
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    Observa si tiene etiquetas. Si tiene etiquetas y te deja acercarte lo suficiente como para leer el número telefónico o la dirección en ellas, deberás comunicarte con los dueños para determinar si el gato puede estar al aire libre.
    • Algunas etiquetas tienen la información de contacto de una clínica veterinaria. Quizás el veterinario no tenga una autorización legal para darte la información de contacto del dueño, pero podría darle tu mensaje.
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    Bríndale refugio, agua y menta gatuna a un posible gato callejero. Esto podría ser de utilidad para mantener a un gato perdido cerca de ti hasta que puedas ayudarlo. Deja la comida al aire libre a altas horas de la noche en un espacio pequeño al que un gato podría acceder, pero un animal más grande no.
    • En temperaturas bajo cero, el aceite de una lata de sardinas sobre comida para mascotas funcionará muy bien.
    • Solo deja la comida afuera cuando empieces a creer que hay un gato callejero, ya que esto podría atraer a animales salvajes o las mascotas de otras personas (las cuales podrían seguir dietas controladas).
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    Contempla la opción de contratar a un profesional. Si no puedes acercarte al gato, podrías pedirle al centro de control de animales o al refugio de animales de la localidad que lo capturen. Averigua sobre sus políticas antes de llamar, en especial si el gato no tiene etiquetas. Muchos refugios administran eutanasia a los gatos que parecen no ser aptos para la adopción. Otros brindan un programa más compasivo de atrapar, esterilizar y liberar; de modo que el animal pueda regresar al aire libre, pero sin aumentar la población de gatos salvajes.
    • Por lo general, los refugios brindan una mejor probabilidad de que estos gatos tengan una buena vida, en comparación a la que tendrían en las calles. En un refugio, el gato no morirá por hambre, lesiones o al quedar expuesto.
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    Arma una trampa. Si preferirías atrapar al gato por tu cuenta, compra una trampa para gatos compasiva en una ferretería o pregunta en el centro de control de animales si tienen una que puedan prestarte. Cubre la placa de accionamiento y el fondo de metal de la trampa con periódico, de modo que el gato no evite pisarla por instinto. Coloca una cantidad pequeña de comida con olor fuerte como carnada. El arenque, la caballa y las sardinas enlatadas con aceite (pero no encurtidas) son opciones excelentes.
    • No configures la placa de accionamiento para que se active con facilidad. Si el gato la activa de forma prematura y escapa, quizás nunca regrese. Será mejor que corras el riesgo de que no se active, ya que podrás colocar más carnada y volver a intentarlo.
    • El exceso de comida creará un desorden si el gato entra en pánico y la dispersa o vomita.
    • En los días con clima muy frío, deberás cubrir la trampa con una sábana o toalla, y luego colocar nieve sobre esta cubierta para mantener al animal caliente y más tranquilo luego de haberlo atrapado.
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    Revisa la trampa de forma frecuente, pero cuidadosa. Revisa la trampa con la mayor frecuencia posible, pero acércate con lentitud para no asustarlo en el momento incorrecto. Si la trampa no funciona en 1 o 2 días, puedes probar este método a largo plazo:
    • Desactiva la trampa.
    • Coloca comida cerca de ella todos los días a la misma hora (de preferencia, al anochecer).
    • Acerca el área de alimentación a la trampa de manera gradual hasta dejar el alimento dentro de ella luego de un tiempo. Si el gato no entra, puedes cubrir la trampa con una toalla rociada con feromonas de gato.
    • Una vez que el animal coma en su interior de forma constante, podrás configurarla para que se active.
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    Decide qué hacer con el gato luego de atraparlo. Luego de haberlo capturado, deberás comunicarte con un refugio de tu localidad y consultar sobre las leyes locales. En algunas áreas, tendrás que llevar a las mascotas perdidas a un refugio, de modo que el dueño tenga la oportunidad de encontrarlo. Toma una decisión según la respuesta del refugio y la apariencia del gato:
    • Si no planeas cuidarlo en casa, coordina de antemano para que un refugio o el centro de control de animales lo recoja. Mantén al gato en la trampa en un área tranquila y oscura mientras espera. Minimiza el tiempo que tenga que esperar, ya que esto será muy estresante para él.
    • Las mascotas callejeras suelen tener el pelo sucio, maullar y hacer contacto visual. Luego de un tiempo, podrían relajarse, acercarse a la parte delantera de la jaula o explorar los juguetes o las personas que se acerquen a ella.[2] Ve a la siguiente sección para obtener consejos sobre cómo encontrar al dueño o adoptar al animal.
    • Por lo general, un gato salvaje (no domesticado) permanecerá en la parte posterior de la jaula, podría sacudirse o golpear las paredes de la misma, e ignorará a los juguetes y las personas.[3] Aprende más sobre la manera de sostener al animal, así como otras formas de confirmar que en verdad es salvaje.
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Método 2
Método 2 de 3:
Cuidar a un gato callejero

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    Sostenlo con el mayor cuidado. Incluso los gatos amigables suelen entrar en pánico al estar en una trampa. Usa guantes gruesos cuando estés cerca del gato y ten lista una toalla o una manta gruesas para lanzarlas sobre él si intenta atacarte. Evita cargarlo siempre que sea posible. Incluso si evitas las mordeduras y los rasguños, el animal podría sentir rencor contra la persona que lo sostenga.
    Si es totalmente necesario, deberás transferir al gato a una jaula de la siguiente manera:
    1. Coloca la jaula sobre su extremo con la puerta en la parte superior.
    2. Párate detrás del gato y sostenlo del cogote con firmeza usando tu mano dominante.
    3. Presiona hacia abajo el lomo del animal de inmediato con la otra mano hasta que puedas controlar ambas patas traseras.
    4. Estira los brazos lo más que puedas, levanta al gato y desciéndelo en la jaula introduciendo su trasero primero.
    5. Cierra la puerta sobre él con rapidez. Mantén presionada la puerta con una mano y sujeta la jaula entre tus piernas hasta cerrar el seguro de la puerta.
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    Prepara un lugar seguro en donde pueda permanecer. Lo ideal es que la habitación sea a prueba de escapes, tranquila, que nadie la use, que puedas limpiarla con facilidad y que esté casi vacía en su totalidad. Los baños adicionales y los pórticos totalmente cerrados servirán.[4] Ten lo siguiente en esta habitación:
    • Un asiento cómodo en donde puedas sentarte en silencio mientras el gato se acostumbra a ti.
    • Un escondite cómodo en el que el gato tenga una buena vista de la habitación. Una jaula para gatos en una repisa elevada funcionará para este fin.
    • Agua.
    • Arena sanitaria.
    • Puedes colocar un rascador, juguetes y una ventana (cerrada); pero el gato podría estar muy estresado como para usarlos.
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    Libera al animal con cuidado. Usa guantes y coloca la trampa o la jaula lejos de ti cuando dejes al gato libre. La mayoría de los gatos se escabullirán hacia el escondite, pero algunos tratarán de escapar.
    • Mantén la puerta cerrada. Los gatos pueden moverse con mucha rapidez y podrían saltar hacia ti para alcanzar la salida.
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    Aísla al gato de los demás animales en la casa. La habitación segura no deberá tener ningún acceso a los demás animales de la casa, y no deberán ser capaces de olerse el uno al otro por debajo de las puertas, ya que las enfermedades pueden transmitirse de esta manera. Cambia tus zapatos y ropa, y lávate las manos y toda piel expuesta siempre que salgas de la habitación segura, así evitarás la transmisión de enfermedades a otros animales.
    • Los gatos también pueden transmitir enfermedades a las personas. Si el gato te muerde, lava la herida con agua y jabón, y consulta de inmediato con el doctor sobre el riesgo de sufrir de rabia, la cual es una enfermedad mortal si no se recibe una vacuna de inmediato. Si el gato te rasguña, lávate con agua y jabón, y ve al doctor si el área se enrojece o se hincha, o si desarrollas ganglios linfáticos hinchados, dolor de cabeza, fiebre o agotamiento.[5]
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    Deja que el gato se calme por unas horas. Una vez que se haya calmado un poco, deberás ingresar a la habitación en silencio y llevar comida y una cámara. Trata de ver bien al animal. Lo ideal es que puedas tomar una buena foto, así podrás empezar a buscar a su dueño de inmediato.
    • Es poco probable que actúe de forma agresiva, pero deberás irte de inmediato si notas estos signos de alerta: orejas planas; escleróticas visibles o pupilas muy anchas; una apariencia tensa y encorvada; o un movimiento lento hacia ti con la cabeza baja.
    • El siseo y los gruñidos suaves sin ningún otro signo de alerta indicarán que el gato tiene miedo.[6] No te acerques, pero tampoco temas que te ataque.
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    Trata de encontrar al dueño. Empieza a buscar a los dueños del gato tan pronto como puedas. Si el gato no tiene etiquetas, prueba estos métodos:
    • Cuéntales a tus vecinos.
    • Haz que un veterinario revise si tiene un microchip de identificación.
    • Comunícate con los refugios locales y pregunta si alguien ha llamado para saber si hay un gato perdido que coincida con su descripción.
    • Coloca volantes con la palabra ENCONTRADO en letras grandes sobre una foto de la cara del gato.
    • Revisa la sección de animales perdidos en el periódico local. Quizás puedas colocar un anuncio de mascota encontrada de forma gratuita.
    • No brindes información que lo identifique, salvo su color o fotos de su cara.
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    Responde a los posibles dueños. Si alguien te llama en respuesta a tus esfuerzos, hazle unas preguntas sobre el sexo o las marcas del animal a fin de confirmar la identidad del dueño. Si el gato no tiene marcas que lo caractericen, pide un registro médico o de vacunación que incluya una descripción del gato, o la información de contacto del veterinario. Es poco probable, pero quizás una persona deshonesta llame fingiendo ser el dueño con el fin de vender al gato o adoptarlo gratis.
    • Si el gato no ha sido vacunado o esterilizado (y ha escapado a una edad en la que se debió someter a este procedimiento), podrás notificar a un refugio sobre la situación. El refugio podría estar dispuesto a aceptar al gato y solicitar a los dueños que le realicen estos procedimientos médicos antes de devolver al animal.
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    Alimenta y cuida al gato siguiendo un horario constante. Siempre lleva la comida en persona y, si el gato lo permite, siéntate en la habitación mientras come. La comida será tu mejor herramienta para ganarte su confianza. Deja que coma solo si no lo hará en tu presencia, pero cerciórate de que te vea dándole la comida.
    • Una rutina predecible permitirá que el gato anticipe tus visitas, lo que te permitirá entrar sin asustarlo tanto y ayudarlo a asociarte con la comida.
    • Siéntate en la silla y lee en silencio por unos minutos, como mínimo unas veces al día. Procura ser lo menos amenazante posible: muévete con lentitud, mantente lo más pequeño que puedas al encorvarte, no hagas contacto visual, cierra los ojos y finge que duermes, y habla con voz baja o no lo hagas en lo absoluto.
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    Trata de tocar al gato. Podrías requerir 2 o 3 semanas de varias interacciones diarias breves para lograr que el gato actúe de forma tranquila y coma bien alrededor tuyo. Una vez que alcances este punto, extiende la mano con lentitud para colocar una golosina muy deliciosa cerca de él. Deja la golosina lo más cerca posible del gato antes de que se encoja, gruña o realice otro comportamiento que lo haga lucir como si se sintiera amenazado. No lances la golosina ni extiendas los dedos. Repítelo acercando la mano hasta donde el gato lo permita. Con el tiempo, podrías ser capaz de acercar la mano lo suficiente como para que el gato la olfatee. Permite que lo haga y luego retira la mano. Si se acerca, trata de acariciarle los omóplatos con lentitud, o cualquier área que frote contra ti. Hazlo de forma lenta, ya que el gato podría tener una lesión sensible.
    • Presta atención a su lenguaje corporal. La mayoría de los gatos callejeros te permitirán tocarlos cuando se hayan calmado, y casi todos brindarán una señal de alerta si se sienten incómodos. Quizás puedas ignorar un siseo breve siempre y cuando no continúe ni se convierta en gruñidos.
    • Hay un riesgo considerable de sufrir una lesión si el gato es salvaje. Si no tiene collar y no ha maullado ni se te ha acercado, identifica los signos de un gato salvaje.
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    Adopta al gato. Si has realizado un esfuerzo razonable para encontrar al dueño (lo que requiere la ley en algunas áreas) y nadie ha respondido después de un mes, podrías adoptar al gato o entregarlo a un refugio. Si optas por dejar que el animal se quede en tu casa de manera permanente, deberás seguir estos pasos:
    • Haz que un veterinario le realice un examen físico y una prueba de leucemia felina, el virus de inmunodeficiencia felina (VIF), el distemper felino, la rabia y los parásitos; y que le brinde las vacunas o los tratamientos necesarios. No dejes que el gato entre en contacto con otras mascotas de la casa hasta que el veterinario lo trate, ni siquiera que toquen la misma ropa.[7]
    • Si el gato no está esterilizado, somételo a este procedimiento para mejorar su salud y su comportamiento. Busca clínicas de esterilización y castrado de bajo costo si el precio es un problema.
    • Haz que el gato conozca el resto de la casa y a sus miembros de manera gradual, una habitación o animal a la vez.
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Método 3
Método 3 de 3:
Sostener a un gato salvaje

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    Confirma que el gato es salvaje. Los gatos salvajes nunca han sido mascotas, y no habrán aprendido a maullar o hacer contacto visual con las personas. Su pelaje suele estar limpio y cuidado en comparación con el de los gatos callejeros, ya que están acostumbrados a cuidar de sí mismos. También deberás identificar estos signos característicos:
    • Los gatos salvajes que están solos suelen ser machos no castrados. Estos tienen una contextura más voluminosa y muscular, y mejillas más llenas que las de las mascotas esterilizadas.[8] Algunos de estos machos tienen un pelaje puntiagudo y un área grasosa o sin pelo en la base de la cola.[9]
    • La punta cortada de una oreja es un signo internacional de que el gato ha sido esterilizado o castrado.[10]
    • Las hembras salvajes suelen vivir en colonias pequeñas alrededor de los basureros u otras fuentes de comida. Cuando se encuentran solas, puedes tener dificultades para diferenciarlas de los gatos callejeros. Una gata preñada o lactante (con tetillas y mamas agrandadas) por lo general será salvaje.[11] [12]
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    Haz que castren o esterilicen al gato. Si parece no tener una oreja cortada, deberás llevarlo al veterinario para que lo castren o esterilicen. Siempre somete al animal a estos procedimientos antes de liberarlo, así presentará menos comportamientos molestos (como rociar con orina o aullar) y no aumentará la población de gatos salvajes. Si el refugio o la clínica veterinaria forma parte de un programa de atrapar, esterilizar y liberar; podría realizar la cirugía de forma gratuita. Lleva al animal a la clínica de inmediato, de modo que no quede confinado a la trampa por más de 12 horas.[13]
    • Si decides involucrarte más con uno de estos programas, deberás comprar una jaula de transferencia. Esta es una trampa y jaula con puertas que se unen, de modo que el gato pueda acceder al espacio más grande sin escapar.[14]
    • También podrás aprender a diferenciar directamente si el gato está esterilizado. Tendrás que seguir estas pautas para las hermbras y los machos. Esto suele requerir que sostengas al gato, por lo que no es recomendable hasta ganar experiencia bajo una supervisión profesional.
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    Conserva al gato durante toda la noche. Los gatos suelen requerir 24 horas para recuperarse de una cirugía, pero algunas hembras requieren 48. Mantén la trampa o la jaula cubierta, y llévala a una habitación con la temperatura controlada, ya que los gatos que se están recuperando de la anestesia no pueden controlar la temperatura corporal. Mantén la habitación lo más tranquila posible y no dejes que ninguna otra persona o mascota entre. Supervisa al gato con atención:[15]
    • Alimenta a los gatitos poco después de que despierten, y a los adultos 8 horas después de que despierten. Para hacerlo, abre un espacio pequeño en la puerta de la trampa e introduce un poco de comida y agua en una tapa plástica, sin meter la mano. Si no puedes hacerlo de forma segura, no lo hagas; el gato podrá encargarse. Es probable que no coma de inmediato.[16]
    • Llama al número de emergencia de la clínica (o al número que te hayan pedido que llames) si el gato tiene hemorragia o dificultad para respirar, si vomita o no despierta.[17] Si el gato vomita mientras duerme, inclina un poco la trampa de modo que el vómito no vaya a su garganta.[18]
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    Libéralo. Un gato salvaje adulto casi nunca podrá socializarse lo suficiente como para volverse una mascota de interior. Lleva la jaula al mismo lugar en el que lo hayas atrapado, ábrela y espera hasta que el gato salga por su cuenta.[19]
    • Desinfecta y enjuaga la trampa de forma minuciosa antes de usarla para otro animal.
    • Si no quieres que el gato viva en tu vecindario, deberás llevarlo a un refugio. Es poco común que les vaya bien al liberarlos en un nuevo lugar, pero el personal del refugio deberá saber cómo aumentar las probabilidades de tener éxito.[20]
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    Ayuda al gato salvaje. Si te gustaría ayudarlo, podrás dejar comida y agua cerca del lugar en donde lo hayas atrapado. Los gatos salvajes son muy vulnerables a los climas fríos, y podrían beneficiarse al tener un refugio y una fuente de agua (un tazón de agua térmico) durante el invierno.
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    Doma al gato salvaje. Si el gato muestra un comportamiento amigable en torno a las personas, o tiene un máximo de 4 meses de edad, podrías adoptarlo como una mascota semidomesticada.[21] El primer paso es llevarlo al veterinario para que lo desparasite y le administre sus vacunas. Luego deberás presentarle poco a poco tu casa, una habitación a la vez, ya que esto podría ayudarte a socializar al animal con éxito. Ten en cuenta que esto es muy difícil para los gatos adultos totalmente salvajes, y podrías tener que liberarlo si esto no funciona.
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Consejos

  • Los gatos callejeros suelen estar deshidratados. Ofrécele cantidades pequeñas de comida de gato enlatada o atún, con un poco más de agua agregada. Por lo general, esta “sopa” mejorará la salud y la apariencia del gato con rapidez.
  • Si encuentras un gato callejero enfermo o lesionado al conducir, retíralo de forma segura del camino y señálales a los demás autos que deben bajar la velocidad. Si es posible, bloquea el acceso del gato al camino o atráelo hacia tu auto con comida. Llama al centro de control de animales en lugar de tratar de transportar al gato por tu cuenta, ya que podría desesperarse e interrumpirte mientras conduces.[22]
  • Si los gatos callejeros son comunes en los caminos de tu localidad, ten una jaula para gatos y una funda de almohada o bolsa para reconfortarlo en tu auto. Si encuentras un gato lesionado en el camino y puedes acceder a él de forma segura y lejos del tráfico, envuélvelo con cuidado con la funda de almohada, colócalo en la jaula y llévalo a la veterinaria o una organización humanitaria. Comunícate con el centro de antemano para consultar sobre los costos. Algunas clínicas de emergencia de atención las 24 horas o las organizaciones humanitarias con buen financiamiento tratarán a los gatos callejeros lesionados de manera gratuita. Muchos otros centros no tendrán el dinero necesario y te cobrarán los costos médicos si llevas un gato.
  • Identifica los signos de los gatos sueltos en tu vecindario, como las bolsas de basura destrozadas, los aullidos por la noche o el comportamiento nervioso de tus propias mascotas (en especial, mirar la puerta o la ventana).
  • Quizás hayas oído los rumores de que las personas intentan reclamar como suyos a los gatos callejeros para venderlos de manera ilegal a laboratorios de investigación. Esto es cierto, pero ocurre muy pocas veces con los gatos, por lo menos en los Estados Unidos. En el 2007, los vendedores de EE.UU. recolectaron menos de 300 gatos de otras personas, y no todos ellos fueron robos o engaños.[23] Aun así, si tratas de encontrarle un nuevo hogar a un gato callejero, visita la posible casa y rechaza a la persona si algo parece sospechoso.[24]
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Advertencias

  • Los gatos callejeros y los salvajes son propensos a las enfermedades si no se les vacuna y desparasita. Estos son algunos síntomas de enfermedad: secreciones en la nariz y los ojos, estornudos y tos, dificultad para respirar o sonidos fuertes al respirar, ojos hundidos, huesos protuberantes y un cuerpo delgado, piel escamosa o reseca, pérdida de pelo, vómitos, diarrea, negarse a comer o tomar agua, y dificultad para moverse o dar solo unos pasos y volver a recostarse. Cualquiera de estos signos indicará que el animal requiere atención médica rápida.
  • Si entregas el gato al refugio y nadie lo reclama, podrían administrarle eutanasia (dicho de otro modo, podrían dormirlo). Si esta no es tu intención, deberás dejarlo en un refugio en donde no maten a los animales, en lugar de uno en el que se le aplique eutanasia a las mascotas no reclamadas.[25] [26] Anima a los dueños de gatos que conozcas a contemplar la opción de adoptar a otro gato para así brindarles un hogar a los que podrían recibir eutanasia.
  • Si el gato te muerde, lava la herida de inmediato con agua y jabón, y luego comunícate con el doctor. Un gato salvaje o uno callejero no vacunado podrían transmitir la rabia. La rabia es 100 % mortal en las personas, pero puede prevenirse con una vacuna antirrábica inmediata.[27] El doctor podrá aconsejarte según lo común que sea la rabia en tu área.
  • Recuerda que los gatos pueden portar enfermedades, como el VIF y el virus de la leucemia felina. Ellos pueden transmitir estos virus a otros gatos, y pueden generar problemas de salud muy graves. Antes de llevar a un gato, ¡deberás cuidar los tuyos primero! Esto comprende a protegerlos de los gatos callejeros y salvajes, y hacer que reciban todas sus vacunas.
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Acerca de este wikiHow

Carrie Seay, MS-CABAC, KPA-CTP, CBCC-KA
Coescrito por:
Consultora de comportamiento felino
Este artículo fue coescrito por Carrie Seay, MS-CABAC, KPA-CTP, CBCC-KA. Carrie Seay es consultora de comportamiento felino y la propietaria de Carrie Pawpins en Phoenix, Arizona. Con más de una década de experiencia, se especializa en trabajar con propietarios de gatos para prevenir y eliminar los problemas de comportamiento en los gatos. Carrie tiene una licenciatura en Biología recibida en la Universidad del Norte de Arizona y una maestría en Análisis y consejería de comportamiento de animales de compañía recibida en The American College of Applied Science. Cuenta con múltiples certificaciones de programas de capacitación reconocidos como la academia Karen Pryor. Este artículo ha sido visto 66 478 veces.
Categorías: Rescate de animales
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