Cuidar tu personalidad es igual de importante que cuidar tu apariencia exterior. Cuando te esfuerces constantemente en desarrollar buenas características de personalidad y disminuir las malas, harás más amigos, te desempeñarás mejor en el trabajo y te sentirás más feliz en general. Tu personalidad no es inmodificable, incluso siendo adulto. Por lo tanto, es completamente posible realizar algunos cambios para mejor. Para cuidar tu personalidad, primero trázate algunos objetivos. Después de eso, esfuérzate en fortalecer tus características positivas y perfeccionar tus habilidades interpersonales.

Método 1
Método 1 de 3:
Establecer objetivos de personalidad

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    Ten más autoconciencia. Eres una persona compleja que se enfrenta a muchas experiencias complejas a diario. Por eso, podrías olvidarte de concentrarte en tu yo interior y prestar atención a la manera en que tus palabras y comportamiento no solo te afectan a ti, sino también a los demás. Tener más autoconciencia de tus características de personalidad actuales y de la manera en que te afectan a ti y a los demás te ayudará a identificar las áreas que a lo mejor quieras cambiar. Estas son las principales áreas de autoconciencia: características de personalidad, valores, moral, creencias, hábitos, necesidades emocionales y psicológicas.
    • La autoconciencia de tu personalidad puede ayudarte a recorrer mejor el mundo sintiéndote atraído hacia las situaciones que te dan experiencias positivas y recompensas, y evitando las situaciones que pueden ser destructivas y estresarte mucho. En otras palabras, la autoconciencia de tu personalidad te ayudará a analizar la manera en que reaccionas y lo que sientes sobre las cosas para ayudarte a tomar mejores decisiones en la vida.
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    Elabora una lista de las características de personalidad que quieres desarrollar o fortalecer. Pueden ser características que ya tienes en cierto nivel. También pueden ser características que no tienes en la actualidad, pero que te gustaría tener.[1]
    • Por ejemplo, tal vez seas una persona naturalmente tímida que quiere ser más extrovertida.
    • Si ya eres creativo, quizás tomes la decisión de esforzarte en aplicar tu creatividad en más áreas de tu vida.
    • No trabajes en demasiadas características de personalidad a la vez. Escoge solo una o dos al inicio para que no te sientas abrumado.
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    Anota algunos hábitos que quieras disminuir. Si tienes algún aspecto que no te gusta, anótalo. Las características que te molestan o que dificultan tu vida son buenas candidatas para esta lista.[2]
    • Por ejemplo, si tienes a interrumpir a los demás, quizás decidas que quieres dejar ese hábito.
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    Ve de lo pequeño a lo grande. Las características de personalidad son construcciones que representan quién eres como persona. Estas características se descomponen más en hábitos diarios. Recuerda que tu cambio de hábitos debe incluir las principales características de personalidad que influyen en los hábitos negativos.
    • Por ejemplo, es posible que te desagrade tu hábito de interrumpir a los demás. Este hábito se alinea con la característica de personalidad de egocentrismo. Este tipo de característica podría presentarse en otros hábitos como hacer berrinches cuando no te sales con la tuya o chismosear.
    • Mira atentamente tus hábitos para encontrar la característica más importante. Luego, identifica otros hábitos similares indicados por esa característica.
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    Crea un plan. Revisa tus listas y piensa cómo puedes convertirlas en realidad. Haz una nueva lista de medidas específicas que puedes adoptar para mejorar tu personalidad.
    • Asegúrate de que tus acciones se concentren en las situaciones cotidianas con las que lidias a menudo.
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    Pon en práctica nuevas acciones. Después de haber elaborado una lista de acciones factibles, empieza a implementarlas en tu vida cotidiana. Los nuevos hábitos se desarrollan cambiando los negativos por opciones más positivas y adaptables. Involucra en tu vida más hábitos positivos y poco a poco eliminarás los antiguos.
    • Por ejemplo, si quieres ser más puntual, podrías comprometerte a salir a trabajar cada mañana 5 minutos más temprano de lo normal

Método 2
Método 2 de 3:
Desarrollar características positivas

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    Presta atención a tus necesidades. Tal como Maslow planteó en su jerarquía de necesidades, los seres humanos tienen varias necesidades psicológicas que determinan sus comportamientos y la manera en que podrían reaccionar o responder en diversas situaciones. Estas son necesidades tales como el poder y el control, la pertenencia, el afecto o el amor, la estima, el logro y la autorrealización.
    • Tomar conciencia y prestar atención a tus necesidades y a la manera en que afectan tus comportamientos te ayudará a comprender la manera en que esto afecta tus relaciones interpersonales.
    • Tus necesidades impulsan tu motivación. Si no se satisfacen tus necesidades, podrías presentar una disminución en tu motivación, frustrarte más y tener más conflictos y estrés en tu vida.
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    Adopta una mentalidad positiva. La positividad es una característica fundamental para una personalidad bien cuidada. Para ser más positivo, adquiere el hábito de buscar el lado bueno de las personas y las situaciones, en lugar de encontrar razones para criticarlas. Cuando las cosas vayan mal, concéntrate en lo que puedes cambiar en vez de concentrarte en lo que no puedes cambiar.[3]
    • Una mentalidad positiva atraerá a más personas hacia ti, mientras que una negativa las repelerá.
    • Tener una mentalidad positiva no quiere decir que tengas que estar feliz todo el tiempo ni que tengas que disfrutar las malas situaciones. Más bien, significa buscar el lado bueno y hacer lo que puedas para mejorar las cosas.
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    Desarrolla tus intereses y pasatiempos. Mantén una personalidad equilibrada explorando varios intereses y actividades. Si ya tienes pasatiempos, separa un poco de tiempo cada día o cada semana para trabajar en ellos. Si crees que tu personalidad podría utilizar un redondeo, aprende uno o dos pasatiempos que siempre hayas querido aprender o busca una clase o un grupo al que puedas unirte.[4]
    • Por ejemplo, si has estado dedicando la mayor parte de tu tiempo y energía al trabajo, toma una clase de cocina o una clase de baile para mejorar tu equilibrio entre el trabajo y la vida.
    • Las clases, los clubs y grupos son excelentes lugares para conocer nuevas personas a la vez que expandes tus horizontes.
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    Ten un propósito. La mayoría de las personas con personalidades fuertes y atractivas tienen algún tipo de misión en la vida. Piensa en lo que quieres lograr y luego trázate objetivos que te ayuden a llegar ahí. Evita desperdiciar tu tiempo en cosas que realmente no te importan.[5]
    • No es necesario que tus objetivos de la vida sean grandes, siempre y cuando sean importantes para ti.
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    Aprende lo más que puedas. Mantenerte bien informado es un aspecto importante de cuidar tu personalidad. Mantente al día en los acontecimientos importantes en el mundo leyendo periódicos y revistas. Si te interesa mucho un campo como la historia o la tecnología, lee libros y mira documentales acerca de ese tema.[6]
    • Aprender sobre el mundo te dará más cosas de qué hablar con los demás.
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    Preséntate de una manera que refleje tu personalidad ideal. La manera en que te vistes, peinas y comportas envía un mensaje a los demás sobre quién eres. Asegúrate de tener una buena postura, de que tu ropa esté bien cuidada y sea apropiada y de sentirte orgulloso de tu apariencia en general.[7]
    • Si no te sientes contento con la manera en que te presentas, invierte en algo que te haga sentir más seguro, como algunas prendas favorecedoras o un buen corte de cabello. No es necesario que esto sea caro.

Método 3
Método 3 de 3:
Fortalecer tus habilidades interpersonales

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    Sonríe. Cuando sonríes, inmediatamente luces más amigable, más simpático y más digno de confianza para los demás. La sonrisa también puede mejorar tu estado de ánimo y ayudarte a mantener una mentalidad positiva, ambos de los cuales mejorarán tus interacciones con los demás .[8]
    • No sonrías todo el tiempo: eso se verá poco natural. Concéntrate en sonreír cuando saludes a los demás y en las conversaciones.
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    Conéctate con un apoyo profesional para que te guíe. A veces, es posible que necesitas un poco de orientación adicional para desarrollar tus habilidades de comunicación interpersonal. Por ejemplo, las personas con problemas de salud mental como ansiedad social, trastorno de personalidad limítrofe, entre otros, podrían necesitar la asistencia de un terapeuta o instructor profesional para que les ayuden a interactuar y desarrollar relaciones más estrechas. La manera en que te comunicas con los demás tiene un impacto significativo en la calidad de tus relaciones.
    • El apoyo profesional puede ser en la forma de consejería individual o grupal. El tipo de terapia que normalmente se usa en este tipo de contextos es la terapia conductual dialéctica (terapia conversacional) y el entrenamiento de la conciencia plena. El objetivo es enseñar a los clientes habilidades que les ayudarán a entablar conversaciones de una manera más reflexiva e intencional, en lugar de reaccionar al estrés interior y a las emociones de una forma negativa.
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    Utiliza buenas habilidades auditivas. Interésate en los demás y concéntrate en lo que tengan que decir. Toma en cuenta su lenguaje corporal y tono de voz cuando hables. Formula preguntas para guiar la conversación y averiguar más de ellos.[9]
    • Cuando te intereses sinceramente en los demás, tendrás conversaciones más satisfactorias y por instinto les agradarás más a los demás.
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    Ten buenos modales. Sigue las normas de etiqueta y siempre trata a los demás con cortesía. No te olvides de lo básico, como decir “Por favor” y “Gracias” y no interrumpir a los demás cuando hablan.[10]
    • Si tienes que pulir un poco tus modales, busca un libro de etiqueta en la biblioteca de tu localidad o busca consejos de buenos modales en línea.
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    Evita chismosear. Chismosear acerca de los demás hace que parezcas miserable e inseguro. Debilita la confianza de los demás en ti e incluso podría costarte relaciones importantes. No digas nada detrás de una persona a menos que estuvieras dispuesto a decirlo frente a ella.[11]
    • Si otras personas tratan que chismosees con ellas, redirecciona la conversación. Pregunta algo como “¿Qué vas a hacer este fin de semana?”.
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    Ayuda a los demás. Siempre que puedas, intenta hacerle un favor a alguien o alegrar su día. Te sentirás bien por darle una mano y esa persona te verá como alguien reflexivo y confiable.[12]
    • Por ejemplo, saca a un amigo a almorzar cuando se sienta triste o lleva a tu colega al trabajo en tu auto cuando el suyo esté en la tienda.

Acerca de este wikiHow

Tasha Rube, LMSW
Coescrito por:
Máster en Trabajo Social con licencia
Este artículo fue coescrito por Tasha Rube, LMSW. Tasha Rube es una trabajadora social con licencia con sede en Kansas City, Kansas. Tasha está afiliada al Centro Médico VA Dwight D. Eisenhower en Leavenworth, Kansas. Recibió su maestría en Trabajo Social en la Universidad de Missouri en 2014. Este artículo ha sido visto 9785 veces.