Cultivar tu propia huerta es una experiencia muy gratificante que te permite ahorrar dinero al mismo tiempo que puedes crear un bellísimo lugar en tu patio o jardín. Si trabajas cuidadosamente con la tierra y pones el empeño requerido para cultivar tus propias verduras deliciosas, sentirás una gran satisfacción recogiendo tu deliciosa cosecha y disfrutándola en la cena. Aunque sembrar una huerta es más fácil de lo que tú piensas, hay algunas cosas que considerar cuando siembras por primera vez. Sigue las instrucciones a continuación para aprender a empezar a sembrar y cultivar tu propia huerta.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Tener en cuenta el tiempo

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    Averigua en que zona de rusticidad de la USDA vives. Las zonas de rusticidad están basadas en el promedio de las temperaturas invernales mínimas en un área designada y se dividen en categorías separadas de 10 grados Fahrenheit (12,22 Celsius). Te pueden decir cuales plantas se desarrollarán muy bien en el área y cuales plantas no lo harán. Además, puedes encontrar el mejor tiempo del año para sembrar basado en tu zona de rusticidad. Visita http://planthardiness.ars.usda.gov/ para encontrar la zona en la que vives. El mapa interactivo incluso mostrará información de los microclimas en tu patio.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Steve Masley

    Steve Masley

    Especialista del hogar y jardinería
    Steve Masley ha estado diseñando y manteniendo huertos orgánicos en el Área de la Bahía de San Francisco por más de 30 años. Es consultor de jardinería orgánica y fundador de Grow-It-Organically, un sitio web que enseña a clientes y estudiantes los entresijos de la horticultura orgánica. En 2007 y 2008, enseñó la práctica de campo de agricultura sostenible local en la Universidad de Stanford.
    Steve Masley
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    Especialista del hogar y jardinería


    Identifica tu temporada de cultivo. Steve Masley y Pat Browne, dueños de Grow it Organically, nos comentan: "Debes investigar las variedades adecuadas del clima. Por ejemplo, los tomates amarillos y anaranjados siempre llegan en una época muy tardía. Si vives en el norte, evita plantar tomates corazón de buey grandes o tomates anaranjados grandes, pues la temporada de cultivo no es lo suficientemente larga como para que maduren. En cambio, opta por unos tomates que maduren más rápido o a mitad de temporada, e intenta plantarlos en una etapa temporada de modo que puedan madurar para cuando comience a hacer frío".

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    Escoge un lugar que tenga al menos 6 horas de luz solar directa diaria. La mayoría de los vegetales requieren mucha luz solar para volverse plantas productivas, pero querrás variar la proporción entre luz y sombra para también poder sembrar plantas que no necesiten tanto sol. A pesar de esto, si tus vegetales no obtienen suficiente sol, no producirán muchos frutos y serán más susceptibles a las plagas. Es mejor tener una idea de que plantas quieres cultivar antes de escoger un sitio.
    • Puedes cultivar vegetales de hojas oscuras como el brócoli y la espinaca en los lugares de tu jardín que no tengan tanto sol. Si vives en un lugar con poco sol, no te desanimes. Todavía puedes tener una huerta magnífica, aunque probablemente no podrás sembrar tomates.
    • Alternativamente, si vives en un clima extremadamente cálido, querrás tener algo de sombra parcial para algunas variedades de verduras y así protegerlas del calor extremo. Por ejemplo, las arvejas (guisantes) de clima fresco se beneficiarán de crecer en sombra parcial.
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Parte 2
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Preparar tu área de siembra

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    Escoge la base de tu jardín. Decide si plantarás tu huerta directamente en el suelo o si construirás una jardinera para elevar tus vegetales unos cuantos centímetros sobre el suelo. Alternativamente, querrás sembrar distintas variedades de verduras en su propia maceta. Tu decisión depende de la calidad de la tierra y la tendencia de tu sembradío a inundarse. Si tienes baja calidad de tierra y poco drenaje, querrás construir una jardinera de suelo elevado.
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    Ara la tierra. Muchas verduras requieren una tierra rica en nutrientes, fértil y suelta (no compacta) para crecer bien. Utiliza un azadón de buena calidad o una buena pala para separar la tierra y prepararla para sembrar. Puedes evitar esta labor por completo si escoges construir una jardinera de suelo elevado y llenarla con tierra comprada en una tienda y mezclada previamente.
    • Asegúrate de que tu área de siembra no tenga piedras ni aglomeraciones de tierra para permitir que las raíces se expandan, tus retoños crezcan y se vuelvan plantas saludables y productivas.
    • Asegúrate de eliminar cualquier maleza o plantas no deseadas de tu espacio de siembra. Éstas solo competirán con tus plantas por espacio y pueden traer consigo pestes dañinas.
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    Analiza el pH (acidez o alcalinidad) de tu suelo. El pH está basado en una escala del 1 al 14, con un pH de 7,0 siendo neutro, cifras debajo de 7,0 siendo ácido, y cifras sobre 7,0 siendo alcalino. La mayoría de los vegetales crecen en una tierra un poco ácida con cifras entre 6,0 a 6,5. Tierra muy ácida dañará las raíces de las plantas y causará que tus vegetales no produzcan mucho fruto. Analiza el pH de tu suelo al visitar la oficina de extensión agraria de tu condado y consigue los suministros necesarios e instrucciones para el análisis. También puedes pagarle a alguna compañía para que analice tu suelo.
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    Abona la tierra. A la mayoría de las hortalizas les gusta la tierra que es rica en materia orgánica. Puedes mejorar la fertilidad de tu suelo añadiéndole esfagno (también conocido como musgo de turbera), composta, harina de sangre, emulsión de pescado, etc. Los fertilizantes más comunes y recomendados para huertas son los que contienen nitrógeno, fósforo y potasio.
    • Prueba una de estas combinaciones de fertilizantes en tu huerta: una libra de fertilizante de 10-10-10 o dos libras de fertilizante de 5-10-5 por cada 30,5m (100 pies) de jardín. La primera cifra se refiere al porcentaje en peso de nitrógeno, el segundo al porcentaje en peso de fósforo, y el tercero al porcentaje en peso de potasio.
    • Demasiado nitrógeno puede dañar las plantas, causando una reducción en la cosecha. Alternativamente, demasiado fósforo puede aumentar la posibilidad de clorosis.
    • También puedes agregar hierro, cobre, manganeso y zinc en pequeñas cantidades para nutrir el suelo.
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    Riega la tierra minuciosamente. La mayoría de las verduras no aguantan bien los tiempos de sequía. Asegúrate de que riegues la tierra antes de sembrar tus semillas o plantar tus retoños y mantén el sembradío húmedo durante el proceso de crecimiento.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Escoger los tipos de verduras

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    Ten en cuenta cuándo plantar: La mayoría de los vegetales se plantan afuera alrededor de la última helada de primavera y se cosechan entre la mitad del verano y el final del otoño. Consulta las instrucciones específicas de crecimiento de cada verdura que cultives. Para disfrutar de una gran variedad de vegetales por toda la temporada de cultivo, siembra vegetales que estén listos para cosecharse a distintas épocas del año. De esa manera, no estarás sin vegetales frescos por mucho tiempo.
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    Ten en cuenta cuánto plantar. Muchas veces, los jardineros novatos se dejan llevar por su nuevo pasatiempo y terminan plantando mucho más de lo que pueden comer o cuidar. Ten presente que algunas plantas, como los tomates, pimientos y calabacines producen durante toda la temporada de cultivo; mientras que otras como las zanahorias, rábanos y maíz, producen sólo una vez.
    • Para tener mejores resultados, siembra una mezcla de plantas que produzcan continuamente y de plantas que produzcan una sola vez en tu huerta. Generalmente, puedes plantar menos de los vegetales de producción continua y más de los que producen una sola vez para lograr un buen equilibrio en tu jardín.
    • Asegúrate de darle a cada planta suficiente espacio para desarrollarse y crecer en tu jardín. Tal vez tengas que ralear algunas plantas cuando crezcan para evitar una aglomeración.
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    Pregúntale a tu familia qué vegetales les gusta comer. Ten en mente los vegetales favoritos de tu familia cuando siembres tu jardín. Si cultivas los vegetales que más compras, puedes ahorrar en gastos de comida.
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    Considera cultivar vegetales que sean difíciles de encontrar. Muchas tiendas solamente tienen las verduras esenciales. Los supermercados generalmente tienen una variedad de tomate o de pimientos, haciendo difícil encontrar una variedad interesante o exótica. Si tu clima lo permite, contempla sembrar vegetales que sean difíciles de ubicar o comprar en tu área. Además de que podrías cocinar con verduras especiales, y también puede ser un buen regalo para familiares, vecinos y amigos.
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    Evita plantas que los animales y plagas en tu área se pueden comer. Ten cuidado de las diferentes variedades de vegetales que a tu fauna local le encantará devorar. Para proteger a tus hortalizas de pájaros y venados, puedes colocar una cerca cubriendo tu huerta para prevenir que ésta sea atacada por depredadores busca verduras.
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    Decide entre sembrar semillas o trasplantar retoños. La mayoría de los vegetales pueden sembrarse a partir de semillas o pueden comprarse como retoños para transferirse directamente al suelo o a una jardinera.
    • Aunque las semillas de algunos vegetales como las zanahorias pueden ser muy fáciles de sembrar, otros como los tomates pueden ser más difíciles. Investiga el proceso para sembrar las semillas de cada variedad de vegetal antes de escoger un método de siembra.
    • Tal vez quieras colocar la semilla en una maceta dentro de la casa antes de trasplantar los retoños al jardín. Consulta una guía de cultivo para cada vegetal a fin de llegar a entender las épocas de siembra y la temperatura que la mayoría de los vegetales puedan aguantar.
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    Dale un espacio adecuado a tus plantas. Mientras que algunas guías de jardinería sugieren sembrar en filas, otras sugieren que sembrar cada clase de vegetal de forma triangular permite preservar espacio en el jardín. Lo importante es que tus plantas no estén sembradas muy juntas, para prevenir que compitan con plantas vecinas por el espacio.
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    Aprende a cuidar de tus plantas. Cada tipo de planta necesita un cuidado ligeramente, y en algunos casos radicalmente, diferente. Investiga un poco para saber cuánta agua necesitan tus plantas, si requieren ser podadas, recortadas, o no lo necesitan; cuán frecuentemente deben de ser abonadas, y cuándo están listas para la cosecha.
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Consejos

  • Quitar las malas hierbas temprano es muy importante ya que la maleza puede quitar agua, nutrientes y luz que debería estar yendo a tus vegetales.
  • En los primeros días de tu huerta, todas tus plantas son vulnerables. Planta en grandes cantidades para asegurar de que algunas de tus plantas sobrevivan, y toma medidas contra las plagas.
  • Una malla metálica puede ser utilizada para evitar que los animales se coman las plantas.
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Acerca de este wikiHow

Steve Masley
Coescrito por:
Especialista del hogar y jardinería
Este artículo fue coescrito por Steve Masley. Steve Masley ha estado diseñando y manteniendo huertos orgánicos en el Área de la Bahía de San Francisco por más de 30 años. Es consultor de jardinería orgánica y fundador de Grow-It-Organically, un sitio web que enseña a clientes y estudiantes los entresijos de la horticultura orgánica. En 2007 y 2008, enseñó la práctica de campo de agricultura sostenible local en la Universidad de Stanford. Este artículo ha sido visto 11 919 veces.
Categorías: Siembra y cultivos
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