Cultivar tu propio jengibre es sencillo y satisfactorio ya que, una vez plantado, solo necesita agua y paciencia para madurar y convertirse en un ingrediente delicioso y aromático. Esta guía se concentra en las especies comestibles, pero la mayoría de las plantas ornamentales de jengibre de flor se cultivan en condiciones similares.

Parte 1
Parte 1 de 2:
Plantar el jengibre

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    Comienza a plantar a principios de la primavera. El jengibre es una planta tropical que no sobrevive a las heladas. Planta después de la última helada de la primavera o al inicio de la temporada de lluvias si vives en los trópicos.[1] Si en tu área el clima tiene una temporada de crecimiento corta, puedes cultivar la planta bajo techo.
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    Escoge tu planta de jengibre. Hay muchas especies de jengibre. Para cultivar la variedad comestible más común, Zingiber officinale, todo lo que necesitas es una raíz de jengibre de la tienda o supermercado. Puedes encontrar plantas ornamentales de jengibre con flores de colores vibrantes en un vivero, pero estas suelen no ser comestibles.[2]
    • Escoge raíces de jengibre, técnicamente rizomas, que sean carnosas y que estén libres de arrugas, con ojos visibles (puntos pequeños) al final de los "dedos". Los ojos que ya comenzaron a ponerse verdes son lo ideal, pero no son necesarios.[3]
    • Si puedes, compra jengibre orgánico. El jengibre no orgánico podría haber sido tratado con un inhibidor de crecimiento.[4] Algunos jardineros han descubierto que remojar el jengibre con agua tibia toda una noche ayuda a estimular a las plantas inhibidas.[5]
    • Ten presente que esta guía explica los pasos para el cultivo del Zingiber officinale. La mayoría de las especies Zingiber crecerán bajo condiciones similares pero, para obtener los mejores resultados, sigue las indicaciones que te den en el vivero.
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    Corta el rizoma en trozos (opcional). Si quieres cultivar más de una planta, corta el jengibre con un cuchillo o tijera de podar desinfectada. Cualquier trozo de un mínimo de entre 2,50 y 3,75 centímetros (1 y 1,50 pulgadas) de ancho con uno o más ojos puede desarrollar una planta separada. Después de cortarlos, deja los trozos en un lugar seco por algunos días, a fin de permitirles sanar. Estos desarrollarán un callo protector sobre la superficie cortada, lo que reducirá el riesgo de infecciones.[6]
    • Cada trozo de jengibre requiere de 20 centímetros (8 pulgadas) de espacio. Si necesitas ahorrar espacio, usa trozos más grandes.
    • Considera que un trozo con tres o más ojos tiene más posibilidades de brotar.
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    Prepara la tierra. El jengibre se desarrolla mejor en tierra de buena calidad y de buen drenaje. Será suficiente con mezclar tierra de jardín con compost bien descompuesto.[7] Si tu tierra es de mala calidad o contiene mucha arcilla, compra tierra fértil para macetas.
    • Si quieres vigilar más de cerca a tus plantas de jengibre, puedes comenzar plantándolas en una bandeja de inicio llena de musgo esfagno o de fibra de coco.[8] Estos materiales tienen buen drenaje y evitan que las plantas jóvenes se pudran. Ten presente que tendrás que trasplantar el jengibre a la tierra una vez que se formen las hojas, pues esto podría ser traumático para las plantas.
    • Tal como la mayoría de las plantas de jardín, el jengibre prefiere tierras levemente ácidas. Si la tierra de tu área es alcalina, ajústala a un pH de entre 6,1 y 6,5 con un kit de pH comercial.[9]
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    Escoge un lugar. El jengibre prefiere la sombra parcial o las áreas que solo reciben el sol matutino, lejos de otras raíces grandes.[10] El sitio para el cultivo debe estar protegido del viento y ser húmedo pero no lodoso. Si la planta de jengibre todavía no ha germinado, la temperatura de la tierra tiene que ser cálida, idealmente debe oscilar entre los 22 y los 25 grados Celsius (71 y 77 grados Fahrenheit).[11]
    • Si cultivas el jengibre en macetas, escoge unas que tengan al menos 30 centímetros (12 pulgadas) de profundidad. Las macetas de plástico son mejores que las de barro, siempre y cuando les hagas varios hoyos de drenaje en la base.[12]
    • El jengibre puede crecer a la sombra en los trópicos, pero este tipo de ubicaciones pueden ser demasiado frescas en otras latitudes.
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    Planta el jengibre. Planta cada trozo de jengibre a una profundidad de entre 5 y 10 centímetros en tierra suelta, con los ojos apuntando hacia arriba.[13] Si lo vas a plantar en hileras, mantén una separación de 20 centímetros (8 pulgadas) entre trozo y trozo y si lo harás en macetas, planta entre 2 y 3 trozos por maceta grande, de 35 centímetros (14 pulgadas) de diámetro.[14]
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Parte 2
Parte 2 de 2:
Cuidar el jengibre en crecimiento

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    Mantén húmeda la tierra. Riega levemente justo después de plantar el jengibre. Revisa la tierra todos los días y riega justo antes de que se seque por completo.[15] La tierra con demasiada agua pudrirá las plantas rápidamente, así que reduce la frecuencia del riego o mejora el drenaje de la tierra si el agua no se drena rápidamente.
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    Vigila la germinación. El jengibre crece con lentitud, especialmente lejos de los trópicos. Si tienes suerte, podría aparecer un brote a los pocos días de sembrarlo pero de no ser así, sigue regando por un par de semanas antes de darte por vencido con una planta.
    • Apégate al mismo tratamiento de riego después de que germinen las plantas.
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    Fertiliza mensualmente (opcional). La fertilización no es necesaria si el jengibre está plantado en tierra fértil, especialmente si le añadiste compost. Si la tierra es pobre o quieres mejorar su calidad, enriquécela con una pequeña cantidad de fertilizante líquido completo una vez al mes.[16]
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    Ponle mantillo al jengibre cultivado al aire libre. Una vez que el jengibre haya brotado, el mantillo lo mantendrá a una temperatura cálida y ayudará a combatir las malezas, que con mucha facilidad podrían ganarle la batalla al jengibre, que crece lentamente. Una capa gruesa de mantillo es indispensable si la temperatura de la tierra baja a menos de 10 grados Celsius (50 grados Fahrenheit) durante la temporada de crecimiento.[17]
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    Deja que el suelo se seque cuando los tallos mueran. Los tallos de la planta de jengibre se tornarán amarillos a fines del verano o principios del otoño, cuando comiencen a bajar las temperaturas. Reduce el agua cuando esto suceda y deja de regar por completo una vez que mueran los tallos.
    • La planta de jengibre podría no florecer los primeros uno o dos años después de plantarla o si la temporada de crecimiento es corta.
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    Deja que la planta madure antes de cosecharla. El jengibre desarrolla un sabor mucho más fuerte si se le permite desarrollarse en la tierra. Una vez que muera el tallo, y al menos 8 meses después de haberlo plantado, desentierra el rizoma de jengibre. Cortar algunos trozos de la planta para cocinar no la matará, siempre y cuando dejes algunos ojos en el rizoma.[18]
    • El jengibre joven, que generalmente se utiliza para preparar encurtidos, en ocasiones se cosecha entre 3 y 4 meses después de haberlo plantado. El jengibre joven debe ser cosechado con cuidado debido a su cáscara fina y fácil de lastimar.[19]
    • Usa un cuchillo desinfectado para cortar la planta.
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    Prepárate para el clima frío. A no ser que vivas en los trópicos, es recomendable poner el jengibre bajo techo para protegerlo del invierno. Guárdalo en un lugar seco y cálido. Si dejas el jengibre al aire libre, cúbrelo con una capa gruesa de mantillo ni bien la temperatura baje a menos de 10 grados Celsius (50 grados Fahrenheit). El jengibre es una planta perenne en climas cálidos, pero rara vez sobrevive a las heladas.
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Consejos

  • El jengibre es vulnerable a algunas pestes y enfermedades, especialmente si se riega de más. Tu mejor fuente de asesoría sobre las pestes locales es un vivero o universidad de agricultura de tu localidad.
  • El Zingiber officinale crece hasta alcanzar una altura de entre 60 y 90 centímetros (2 y 3 pies). Algunas variedades ornamentales crecen mucho más.
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Cosas que necesitarás

  • Rizoma de jengibre
  • Tijera de podar o cuchillo
  • Tierra fértil
  • Compost o fertilizante
  • Macetas de plástico (opcional)
  • Musgo esfagno (opcional)

Acerca de este wikiHow

Andrew Carberry, MPH
Coescrito por:
Especialista en sistemas alimentarios
Este artículo fue coescrito por Andrew Carberry, MPH. Andrew Carberry ha estado trabajando en sistemas alimentarios desde 2008. Tiene una maestría en Nutrición de Salud Pública y, Planificación y Administración de Salud Pública de la Universidad de Tennessee-Knoxville. Este artículo ha sido visto 289 848 veces.
Resumen del artículoX

Para cultivar una planta de jengibre, busca una raíz regordeta de jengibre que no tenga arrugas, brotes visibles ni ojos. Una vez pasado el peligro de las heladas, planta cada jengibre de 5 a 10 cm (2 a 4 pulgadas) de profundidad en una mezcla de tierra abonada y composta rica en nutrientes, con los ojos hacia arriba. Luego, ponlo en un lugar cálido y con sombra. Cuando germine, mantén la tierra húmeda y abónala 1 vez al mes. Deja que la tierra se reseque mientras los tallos mueren a fines del verano o a principio del otoño y luego cosecha el jengibre o ponlo en interiores durante el invierno. Si quieres consejos para preparar la tierra para la planta de jengibre, ¡sigue leyendo!

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