La cúrcuma es una planta que puedes cosechar para hacer polvo de cúrcuma, una especia que tiene un sabor fuerte y amargo que recuerda al jengibre. Para cultivarla, debes plantar un rizoma de cúrcuma, que es un pedazo de la raíz inmadura. Cultivar cúrcuma es fácil siempre que puedas vigilar y regar el rizoma constantemente. Esto no será muy difícil, ya que la mayor parte del proceso de cultivo puede tener lugar en interiores y no requiere luz solar. Para cultivar la cúrcuma, compra algunos rizomas, plántalos en macetas o jardineras más pequeñas y luego trasplántalos al exterior después de 6 a 10 meses antes de cosecharlos.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Preparar los rizomas para sembrarlos

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    Planta la cúrcuma en el interior a fines del invierno. La cúrcuma tarda mucho en brotar, pero afortunadamente lo puedes hacer en interiores durante el invierno. Tampoco requerirá luz hasta que comience a brotar, por lo que no debes preocuparte por ocupar un espacio grande cerca de una ventana durante los 5 a 6 meses necesarios para que broten los tallos.[1]
    • Si vives en un clima más cálido y quieres tener la cúrcuma afuera, puedes plantar los rizomas en el jardín. Hazlo en invierno después de que pase la última helada para que broten en los meses de verano. Sin embargo, no podrás hacerlo si la temperatura baja a menos de 10 ºC (50 ºF) en invierno.
    • Si vas a plantar la cúrcuma al aire libre, hazlo en un invernadero con una jardinera si puedes. Las raíces de la cúrcuma requieren mucho espacio y humedad para crecer desde el principio.
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    Compra algunos rizomas de cúrcuma en un mercado o una tienda de alimentos saludables. Debes comprar rizomas de cúrcuma para cultivarla. Se parecen a la raíz del jengibre y los puedes encontrar en la mayoría de las tiendas de abarrotes o de alimentos saludables. Busca rizomas que tengan muchas protuberancias pequeñas en la parte redonda que sobresale de la raíz. Estos se denominan yemas y la cantidad que tiene un rizoma determina el tamaño de la planta.[2]
    • Si no consigues rizomas en una tienda cerca de donde vives, puedes comprarlos en línea.

    Consejo: si no consigues los rizomas de cúrcuma en la tienda local, búscalos en una tienda de comestibles asiática o india. La cúrcuma es un ingrediente popular en muchos platos asiáticos e indios.

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    Consigue macetas que tengan al menos 30 cm (12 pulgadas) de profundidad y de 30 a 45 cm (12 a 18 pulgadas) de ancho. Una vez que plantes los rizomas, requerirán mucho espacio en la maceta para crecer. La cúrcuma puede crecer hasta 1 m (3,5 pies) de altura, por lo que debes elegir una maceta que sea lo suficientemente grande para soportarla a medida que crece. Las macetas o jardineras de cerámica o de plástico funcionan muy bien para la cúrcuma.[3]
    • Usa una jardinera o una maceta con buen drenaje en el fondo.
    • Puedes utilizar jardineras en lugar de macetas si tienen las mismas dimensiones.
    • Si vas a plantar la cúrcuma al aire libre, podrías usar una maceta para asegurarte de que el rizoma tenga suficiente espacio debajo para crecer. Una jardinera simple con una profundidad de 30 a 60 cm (1 o 2 pies) será más que suficiente.
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    Si el rizoma traía un tallo, córtalo. Dependiendo de la marca y el estilo del rizoma que compres, es posible que aún esté adherido al tallo. El tallo parece un pedazo grueso de ajo seco y puede tener ramas pequeñas que parecen pelos sobresalientes. Si los rizomas están secos, puedes arrancarlos. De lo contrario, corta el tallo con un cuchillo.[4]
    • Puedes cortar el rizoma en secciones más reducidas si tienes macetas o jardineras más pequeñas.
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    Corta los rizomas en pedazos de 5 a 15 cm (2 a 6 pulgadas), de modo que cada uno tenga 2 o 3 yemas. Inspecciona un pedazo de rizoma y cuenta cuántas yemas tiene. Las yemas son protuberancias pequeñas que se extienden fuera de la sección principal. Corta secciones del rizoma en pedazos más pequeños de manera que cada uno tenga 2 o 3 yemas.[5]

Parte 2
Parte 2 de 4:
Plantar los rizomas

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    Llena cada maceta o jardinera con 7 a 15 cm (3 a 6 pulgadas) de tierra para macetas. Mira la etiqueta en la bolsa para encontrar una tierra ligeramente alcalina con un pH entre 6 y 8. Vierte la tierra en la maceta para llenar el tercio inferior del recipiente. No es necesario que limpies la tierra, pero puedes moverla con las manos para que quede plana si quieres.[6]
    • El pH es el nivel de acidez en la tierra. La cúrcuma crece mejor en tierras ligeramente ácidas.
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    Coloca una sección del rizoma sobre la tierra con las yemas hacia arriba. Pon un rizoma en el centro de la tierra. Gíralo de manera que la mayoría de las yemas miren hacia la abertura de la maceta. Si las yemas están en lados diferentes del rizoma, gíralo para que la mayoría apunten hacia la apertura de la maceta, incluso si están en ángulo.[7]
    • Los tallos de la planta de cúrcuma saldrán de las yemas, por lo tanto, siempre que la mayoría miren hacia la abertura de la maceta, es probable que crezcan en esa dirección.
    • No te preocupes si un tallo crece en el fondo de la maceta o la jardinera. Simplemente morirá cuando no logre recibir luz solar después de crecer.
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    Cubre el rizoma con tierra para macetas, dejando de 3 a 5 cm (1 a 2 pulgadas) en la parte superior. Llena el resto de la maceta o la jardinera con la tierra. Inclina la bolsa abierta de tierra sobre la parte superior de la maceta o la jardinera, e inclínala hacia abajo para verterla. Cubre cada sección de la maceta o la jardinera por igual hasta que tenga un poco de espacio en la parte superior.
    • Algunos antiguos métodos asiáticos o indios para cosechar la cúrcuma implican cubrir el rizoma en estiércol, fertilizante o compost. Generalmente, esto no se recomienda por motivos de salud.
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    Riega bien las macetas o las jardineras hasta que la tierra esté visiblemente húmeda. Llena una regadera o un recipiente grande con agua del grifo y viértela generosamente sobre la superficie de la maceta o la jardinera hasta que hayas mojado cada sección de la tierra. Riega hasta que la tierra esté visiblemente húmeda. Hazlo lentamente para no ahogar el rizoma.[8]
    • Asegúrate de que haya una base para la maceta o la jardinera si tiene orificios de drenaje en el fondo para no ensuciar.
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    Mete las macetas o las jardineras en bolsas de plástico transparente. Mételas en bolsas para macetas o bolsas de basura de plástico grandes. Coloca cada una en la base de una bolsa individual y dobla la parte de arriba de manera que la apertura quede un poco restringida. Coloca la cúrcuma en el área en donde piensas mantenerla.[9]
    • Si vas a plantar la cúrcuma en un jardín, hazlo en un invernadero si puedes. De lo contrario, podrías hacer un miniinvernadero para las plantas.
    • La cúrcuma puede crecer sin una bolsa de plástico ni un invernadero, pero es esencial mantener la planta húmeda para que brote. Si no puedes ponerla en un invernadero ni en una bolsa, rocíala todos los días con un atomizador lleno de agua.
    • No es necesario que selles la bolsa. De hecho, es mejor que tenga un poco de flujo de aire para promover el crecimiento.
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    Guarda las macetas o las jardineras en un lugar cálido. Los rizomas de cúrcuma crecen a una temperatura de 20 a 35 ºC (70 a 95 ºF). Si la temperatura desciende por debajo de los 10 ºC (50 ºF), la planta podría morir antes de que haya tenido la oportunidad de brotar.[10]
    • Si no tienes un lugar cálido para almacenar la cúrcuma, mantenla tibia con una almohadilla de calefacción o una lámpara de escritorio.
    • Si no quieres mantener la cúrcuma tibia de manera artificial y no tienes un lugar apropiado para almacenarla, colócala en una hielera plástica grande en una sección templada de la casa.
    • No importa si las plantas están expuestas a la luz en esta etapa del cultivo.
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    Riega la cúrcuma cada 2 o 3 días para mantener la tierra húmeda. Debes regar los rizomas con regularidad, especialmente si vives en un clima más cálido donde es probable que el agua se evapore muy rápidamente. Revisa la cúrcuma una vez cada dos días para ver si la tierra está húmeda. Si todavía está un poco húmeda, puedes esperar un día más antes de revisar. Riega los rizomas con agua del grifo hasta que la superficie de la tierra esté visiblemente húmeda.[11]

    Consejo: si hace frío o si la tierra aún está húmeda cuando la vayas a regar, no es necesario hacerlo inmediatamente. Sin embargo, si quieres mantener el nivel de humedad alto, puedes rociarla con un atomizador.

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    Espera de 6 a 10 meses a que la cúrcuma crezca. La cúrcuma comenzará a brotar después de regarla de 6 a 10 meses en un clima cálido. Cuando veas que un tallo comienza a sobresalir de la maceta o la jardinera, significa que ha comenzado a convertirse en una planta madura. Deja las plantas de cúrcuma donde están hasta que los tallos crezcan de 10 a 20 cm (4 a 8 pulgadas) de largo.[12]

Parte 3
Parte 3 de 4:
Trasplantar los tallos al aire libre

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    Trasplanta los tallos a la maceta final una vez que alcancen los 10 a 20 cm (4 a 8 pulgadas) de largo. Una vez que hayan emergido los tallos, debes trasplantarlos a una maceta o una sección más grande del jardín donde estén expuestos a la luz solar. Para trasplantarla, vierte tierra hasta la mitad de la maceta nueva. Mete las manos en la tierra de la maceta de cúrcuma alrededor de la raíz para encontrar el rizoma. Levántalo con cuidado de la tierra, quitando la capa superior con la mano según sea necesario. Separa las plantas que coloques en la misma maceta o jardinera al menos 45 cm (1,5 pies) una de otra.[13]
    • Usa la misma tierra que usaste para plantar el rizoma originalmente.
    • Si vas a cultivar la cúrcuma en el jardín, no es necesario que la trasplantes.
    • Si vas a trasplantarlas a una jardinera, cava un hoyo de modo que la planta tenga al menos 45 cm (1,5 pies) de espacio a su alrededor en todas direcciones.

    Consejo: cualquier maceta que tenga al menos el doble del tamaño del recipiente original proporcionará más que suficiente espacio para la planta.

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    Coloca las plantas bajo sombra parcial una vez que estén en una maceta o una jardinera más grande. Busca un lugar con sombra parcial para que las hojas no se quemen mientras se adaptan a la luz solar. Cuando las hayas trasplantado a un recipiente más grande, colócalas al aire libre para exponerlas a la luz solar y así continúen creciendo. La cúrcuma no requiere mucha luz para mantenerse saludable, y mantenerla en sombra parcial durante al menos parte del día asegurará que las hojas no se sequen rápidamente.[14]
    • Tendrás que guardar la cúrcuma en el interior cerca de una ventana si la temperatura al aire libre es menor que 10 ºC (50 ºF).
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    Riega las plantas de exterior cada 2 o 3 días. Es esencial que coloques las plantas al aire libre cuando las hojas hayan crecido, ya que requerirá luz solar para crecer. Continúa regándola como lo hacías normalmente cuando estaba en el interior para que no se seque. Si no recibe suficiente agua, comenzará a morir.[15]
    • Usa la configuración para rociar de la manguera para regar la planta sin dañar las hojas.
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    Mantente atento a daños o manchas en la planta. Si encuentras mucho daño físico en las hojas, podría ser una señal de que hay una infestación de trips o una oruga que se alimenta de la planta. Usa un pesticida orgánico como aceite de neem o un tratamiento de tierra no tóxico para ahuyentar los insectos no deseados.[16] Cuando saques o inspecciones un rizoma, si luce gris o pálido, podría ser una señal de daño causado por cochinilla. Tira el rizoma para que la infestación no se propague y luego trata la tierra con dimetoato.
    • Con frecuencia, las plantas de cúrcuma no son atractivas para muchos insectos en las regiones templadas del mundo. ¡Incluso puedes usar la cúrcuma en polvo como pesticida para algunos cultivos!

Parte 4
Parte 4 de 4:
Cosechar la planta

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    Cosecha la cúrcuma cuando las hojas y el tallo comiencen a tornarse marrón y secarse. En algún momento de los próximos 2 o 3 meses, la planta de cúrcuma se tornará marrón y se secará. Este es el mejor momento para cosecharla. Si continúas dejando que la planta crezca, se pudrirá lentamente con el tiempo y eso arruinará cualquier cúrcuma que puedas cosechar.[17]
    • Sabrás que la cúrcuma está casi lista para cosechar si parece que tiene dificultades para retener el agua y se seca rápidamente.
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    Corta los tallos de la planta de 3 a 8 cm (1 a 3 pulgadas) de la tierra. Para cosechar la cúrcuma, debes sacar los rizomas adultos que hay debajo de la tierra. Para comenzar, usa tijeras de jardín o un cuchillo para quitar los tallos cerca de la tierra. Convierte las hojas en compost para desecharlas.[18]
    • Si la planta está lo suficientemente seca, podrás simplemente romper el tallo cerca del fondo.
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    Quita el rizoma y límpialo en el lavabo. Cuando hayas cortado el tallo, saca el resto de la planta de la tierra con la mano. Corta o rompe las secciones restantes del tallo, y lava el rizoma maduro en el lavabo. Ponlo bajo una corriente de agua tibia y frótalo suavemente con la mano para eliminar la tierra y la suciedad.[19]
    • No frotes el rizoma con fuerza. Solo debes quitar las capas externas de suciedad y tierra antes de molerlo, usarlo o almacenarlo.
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    Guarda los rizomas maduros en el refrigerador si no piensas usarlos. Coloca los rizomas que no piensas usar en una bolsa de plástico hermética o en un recipiente para almacenar. Puedes guardarlos en el refrigerador hasta por 6 meses sin dañar el sabor de la cúrcuma.[20]

    Consejo: si quieres, puedes volver a plantar los rizomas después de haberlos guardado en el refrigerador. Siempre que no hayas hervido ni cocido el rizoma, podrás volver a plantarlo utilizando el mismo proceso.

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    Hierve y pela un rizoma como preparativo para molerlo. Si quieres preparar un rizoma para molerlo, límpialo y hiérvelo en una olla con agua. Cuando el agua hierva, baja la temperatura a fuego lento. Después de 45 a 60 minutos, escurre la olla en un colador o un tamiz. Puedes frotar la cáscara del rizoma después de hervirlo para quitarla, aunque no hay problema si la dejas.[21]
    • Sabrás que el rizoma está listo para moler si puedes perforarlo fácilmente con un tenedor después de hervirlo.
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    Muele el rizoma para hacer polvo de cúrcuma. Deja secar el rizoma bajo el sol durante un día completo. Ponte guantes de goma antes de hacerlo, ya que el polvo de color naranja que crearás no es fácil de quitar de la piel. Corta el rizoma en pedazos más pequeños y luego muélelo con un molinillo de especias, un triturador o un mortero hasta que quede un polvo fino.[22]
    • Si quieres, puedes usar un deshidratador de alimentos a 60 ºC (140 ºF) para secar el rizoma más rápidamente. Cuando esté quebradizo y seco, estará listo para cortar y moler. Por lo general, este proceso tarda entre 30 y 45 minutos.
    • Guarda la cúrcuma en polvo en un recipiente hermético diseñado para almacenar alimentos para uso futuro.

Advertencias

  • No tritures ningún rizoma que haya sido tratado con un pesticida no orgánico. Más bien, lávalos y vuelve a plantarlos para otro ciclo antes de usarlos.
  • Si las plantas de cúrcuma comienzan a oler mal mientras las almacenas en el interior, podría ser una señal de que los rizomas se están pudriendo por el exceso de agua.
  • La cúrcuma tarda mucho en crecer y requiere mucha agua para mantenerse saludable. Si sabes que te vas a ausentar durante un largo período de tiempo en algún momento del próximo año, es mejor que retrases el cultivo de la cúrcuma.

Cosas que necesitarás

  • macetas
  • jardineras
  • rizomas de cúrcuma
  • tierra para macetas
  • bolsas de plástico
  • refrigerador (opcional)
  • lámpara (opcional)
  • almohadilla de calefacción (opcional)
  • guantes de goma
  • molinillo de especias, triturador o mortero y maja

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