Una hernia es el resultado de un punto débil en los músculos abdominales que permite que los órganos internos sobresalgan fuera de la cavidad abdominal. Por lo general, el tratamiento es quirúrgico y es una recomendación muy común de los médicos de atención primaria.[1] Sin embargo, antes y después de la cirugía, también hay medidas que puedes tomar por tu cuenta para contribuir a que se cure la hernia.

Parte 1
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Diagnosticar una hernia

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    Determina si estás en riesgo. Aunque las hernias también pueden aparecer después de la cirugía, las hernias inguinales son tipos mucho más comunes de hernias. Este es el tipo de hernia en la que un punto débil en los músculos abdominales permite que sobresalgan fuera de la cavidad abdominal. Aunque cualquiera puede tener una hernia, hay ciertos grupos de riesgo que son más propensos.
    • Los hombres son nueve veces más propensos que las mujeres a tener una hernia.[2]
    • Los hombres entre las edades de 40 y 59 están particularmente en riesgo de tener una hernia.
    • Las personas que regularmente levantan objetos pesados, así como los levantadores de pesas y los trabajadores manuales, están en mayor riesgo.
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    Aprende los factores de riesgo para las mujeres. Aunque las mujeres tienen un menor riesgo de desarrollar hernias, debes conocer las categorías de mujeres en las que hay mayor incidencia:
    • mujeres altas
    • mujeres con tos crónica
    • mujeres embarazadas u obesas que puedan tener una hernia umbilical[3]
    • mujeres con " hernias femorales" (las cuales tienden a causar obstrucción intestinal)
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    Toma nota de los conceptos erróneos comunes acerca de los factores de riesgo. Sorprendentemente, los hombres obesos y con sobrepeso no están en riesgo de tener hernia inguinal. Esto quizás se deba al estilo de vida sedentaria que evita el levantamiento de objetos pesados. El consumo de tabaco y alcohol tampoco tienen ningún efecto sobre las hernias inguinales.[4]
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    Identifica los síntomas de una hernia inguinal.[5] Las hernias inguinales se presentan como un bulto en la ingle, el cual empeora cuando se tensa. Las actividades que pueden hacer que el bulto empeore incluyen el estreñimiento, el levantamiento de objetos pesados, el trabajo manual o la tos y el estornudo. Este bulto se debe a los órganos del abdomen que sobresalen a través del tejido muscular debilitado. Por lo general, puedes empujarlos de vuelta al abdomen manualmente aplicando presión. El problema empieza cuando ya no puedes “reducir” la hernia o devolverla a la parte posterior de los músculos abdominales. Los siguientes son otros síntomas de la hernia:
    • El dolor que se puede describir como tirante o ardiente. La sensación puede empeorar después de la actividad física.
    • El dolor pasa cuando te recuestas boca arriba, cuando los órganos vuelven a su lugar correcto.
    • Un posible gorgoteo cuando los intestinos están en la hernia.
    • Un bulto rígido. Si no puedes empujar de vuelta la hernia, los intestinos pueden haber quedado atrapados o "encarcelados". Las hernias encarceladas requieren atención médica de emergencia.
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    Obtén una examinación física de un doctor.[6] Para diagnosticar una hernia, el doctor buscará primero un área abultada del tamaño de una pelota de golf en la ingle, cerca del hueso de la cadera. Te pedirá que te recuestes para ver si el bulto desaparece por sí solo. Es probable que manipule el bulto manualmente para ver si la hernia puede empujarse de vuelta detrás de la pared abdominal. Si el intestino está presente en la hernia, el doctor podrá escuchar el gorgoteo con un estetoscopio.
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    Permite que el doctor examine la hernia a través de la bolsa escrotal.[7] Con los pacientes hombres, el doctor puede tratar de sentir la hernia desde abajo para confirmar su presencia. Presionará hacia arriba con un dedo enguantado a través de la bolsa escrotal suelta. Luego, te pedirá que tosas o que pujes como si estuvieras defecando. Si tienes una hernia, él la sentirá golpeando a su dedo firmemente. El doctor chequeará ambos lados del escroto para hacer un diagnóstico preciso.
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    Si es necesario, sométete a un ultrasonido.[8] En la mayoría de los casos, el doctor será capaz de diagnosticar una hernia por medio de un simple examen físico. Sin embargo, en algunos casos, la hernia puede ser difícil de diagnosticar. Si el doctor no está seguro de su diagnóstico, es probable que ordene un ultrasonido, el cual confirmará visualmente la presencia de la hernia. El procedimiento es relativamente poco costoso y no es invasivo.
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    Habla de tus opciones con un doctor. Si tienes una hernia pequeña y asintomática, el doctor puede enviarte a casa con instrucciones sobre cómo controlar el estado de la hernia.[9] En la mayoría de los casos, las hernias desaparecen espontáneamente sin cirugía. Si observas que los síntomas empeoran, quizás necesites cirugía. La cirugía se recomienda a los pacientes con hernias grandes que se presentan con varios síntomas. Las personas que tienen hernias recurrentes después de una cirugía inicial necesitarán también cirugía. Las mujeres embarazadas y las mujeres que han dado a luz previamente tienen un riesgo mayor de tener hernias recurrentes.
    • Las hernias encarceladas son una emergencia quirúrgica y necesitan atención inmediata. Cuando esto sucede, los intestinos se obstruyen y se estrangulan, lo que corta el flujo sanguíneo.
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Parte 2
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Someterte a cirugía

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    Aprende qué ocurre durante una cirugía abierta de hernia.[10] La gran mayoría de cirugías de hernia son abiertas. Durante este procedimiento, la cirugía separará primero la hernia de sus tejidos circundantes. Luego, el doctor extraerá el saco herniario o empujará de vuelta los intestinos a la cavidad abdominal. Los músculos abdominales debilitados deben cerrarse con puntos firmes.
    • Debido a que esta cirugía abre los músculos abdominales, algunas personas experimentan una mayor debilidad muscular después de una cirugía de hernia. Para prevenirlo, los cirujanos suelen coser un pedazo de red en la pared abdominal. Esto ayuda a fortalecer la pared y a prevenir una recurrencia.
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    Considera someterte a una cirugía laparoscópica.[11] Aproximadamente, solo el 10 % de las cirugías de hernia se hacen laparoscópicamente. En vez de hacer un corte grande en tus músculos abdominales, lo que los debilita potencialmente más, el cirujano hará tres o cuatro cortes más pequeños. Usará un laparoscopio (una pequeña cámara instalada en un tubo delgado y largo) para ver el interior del cuerpo en vez de abrir al paciente. El laparoscopio y los instrumentos quirúrgicos se insertarán a través de pequeñas incisiones; sin embargo, por lo demás, la cirugía es la misma que una cirugía abierta.
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    Pregunta a un doctor qué cirugía es la mejor opción para ti.[12] Las cirugías abiertas son más comunes y es probable que los cirujanos se sientan más cómodos con estas. También proveen una vista más clara del tejido que se manipula. Esta es la razón por la que la recomiendan para hernias grandes o complicadas. Sin embargo, una cirugía laparoscópica se cura más rápido, tiene una menor probabilidad de cicatrices y causa menos dolor.
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    Prepárate para la cirugía.[13] Asegúrate de que los doctores tengan una lista actualizada de todos los medicamentos (los prescritos y los de venta libre) y los suplementos que tomas. La noche anterior a la cirugía debes ayunar después de la medianoche. Esto incluye alimentos y líquidos. Pregunta al doctor si podrás salir del hospital el mismo día de la cirugía. Si deseas, asegúrate de que alguien te lleve a casa del hospital.
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    Si es necesario, permanece en el hospital para el control.[14] Si tienes una hernia o una cirugía complicada, se te puede pedir que permanezcas en el hospital por algunos días después de la cirugía. Específicamente, controlarán tu dieta para asegurarse de que vuelvas fácilmente a las cantidades normales de comida. En algunos casos, un retorno abrupto a una dieta normal puede causar una parálisis intestinal.
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Parte 3
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Recuperarte de la cirugía en casa

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    Reposa y cuida de ti mismo durante el periodo de recuperación.[15] Probablemente tomará alrededor de cuatro o seis semanas para recuperarse de una cirugía abierta de hernia. Las cirugías laparoscópicas tienen un tiempo mucho más corto de recuperación (una o dos semanas). El equipo médico te dará instrucciones detalladas acerca de cuándo puedes reanudar las actividades normales. Hasta entonces, reposa para no debilitar más los cortes frescos en tus músculos abdominales.
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    Toma una caminata ligera el día de la cirugía.[16] Aunque acabas de someterte a una cirugía, es importante que te pongas de pie y que te muevas tan pronto como te sientas listo. Esto le da un impulso al proceso de recuperación, pero más importantemente, previene la formación de coágulos sanguíneos.
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    Limita el esfuerzo físico intenso durante el periodo de recuperación. Ambos tipos de cirugía permitirán que vuelvas a las actividades normales después de dos o tres días. Pero no debes hacer ninguna actividad enérgica ni levantar nada que pese más de 9 kilos (20 libras) por una o dos semanas.[17] Después de una cirugía abierta de hernia, debes evitar la actividad enérgica de levantar cualquier cosa que pese más de 2,25 a 4,5 kilos (5 a 10 libras) por tres semanas.[18] En ambos casos, remítete al criterio del doctor al decidir cuándo puedes volver a levantar objetos pesados.
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    Vuelve a una dieta normal.[19] Técnicamente, no hay restricciones con respecto a la dieta después de una cirugía de hernia.[20] Sin embargo, algunos pacientes sienten náuseas por algunos días después de la cirugía. En ese caso, empieza con una dieta líquida de agua, jugos, batidos y caldos o sopas. Haz la transición a alimentos suaves como bananas o puré de papas y vuelve gradualmente a una dieta normal. También debes empezar con comidas más pequeñas y volver gradualmente a las comidas de tamaño normal.
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    Cuida tus incisiones quirúrgicas.[21] En ambos tipos de cirugía, tu incisión se cubrirá con un vendaje quirúrgico o cintas esterilizadas. Si se cubre con gasa o con curitas, cámbialas según sea necesario. Si la cirugía hizo uso de cintas esterilizadas, deja que se caigan por su cuenta.
    • Mantén las incisiones secas por 24 o 48 horas después de la cirugía. Cúbrelas en algo como un producto de cocina de "sellado a presión" para mantenerlas secas en la ducha.
    • Después de 48 horas, expón las incisiones al agua de la ducha y sécalas suavemente con palmaditas. Luego vuelve a aplicar un vendaje nuevo.
    • No permitas que las incisiones se mojen (en la bañera, en la piscina o en el mar) por 10 o 14 días después de una cirugía laparoscópica o por 4 o 6 semanas después de una cirugía abierta de hernia.[22]
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    Asiste a una cita postoperatoria con el cirujano. Aunque te sientas bien y creas que no tienes complicaciones, es importante asistir a una cita postoperatoria con el doctor. Esto ayuda a asegurar que las cosas estén evolucionando bien y a minimizar el riesgo de complicaciones postoperatorias.
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    Toma suavizantes de heces.[23] Durante este procedimiento, el cirujano usa un anestésico que paraliza al intestino. Como resultado, es probable que estés estreñido por aproximadamente una semana después de la cirugía. Lo último que deseas hacer después de una cirugía de hernia es hacer esfuerzo durante las deposiciones (lo que posiblemente puede hacer más daño). Para prevenirlo, usa un suavizante de heces de venta libre como la leche de magnesia o Metamucil.
    • Si no quieres usar suavizantes de heces, lo mejor que puedes hacer es permanecer hidratado. Bebe al menos ocho o diez vasos de 235 ml (8 oz) de agua al día.
    • Bebe jugo de ciruela y de manzana para suavizar naturalmente las heces.
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    Ponte en contacto con el doctor si observas signos de complicación. Aunque las cirugías de hernia son muy comunes, todas las cirugías tienen un riesgo de complicación. Contacta al doctor si tienes fiebre de más de 38,5 °C (101,5 °F), dolor o hinchazón en la pantorrilla, o problemas para respirar. También se debe informar del aumento de secreción en una incisión y del color alterado de la piel. Sin embargo, debes ir inmediatamente a una sala de emergencia si observas cualquiera de los siguientes síntomas:
    • sangrado excesivo de una incisión
    • vómito
    • cambio en el estado mental (confusión, mareo o pérdida de la conciencia)
    • incapacidad de respirar
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Advertencias

  • Una hernia es un problema serio. No dejes de ir al médico.
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Acerca de este wikiHow

Victor Catania, MD
Coescrito por:
Médico de medicina familiar
Este artículo fue coescrito por Victor Catania, MD. El Dr. Catania es un médico en medicina familiar certificado por el colegio oficial en Pensilvania. Recibió su maestría en la Universidad Médica de las Américas en 2012 y completó su residencia en medicina familiar en el Hospital Robert Packer. Es miembro de la Junta Americana de Medicina Familiar. Este artículo ha sido visto 66 914 veces.
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