Quizás no te sientas feliz con tu matrimonio desde hace años. Tal vez pienses en el divorcio desde hace dos o tres años. Quizás lo único que te aferre a tu esposo es la culpa por separar la familia. Sin embargo, después de mucha reflexión (y tal vez, consejos de los demás), hayas decidido que es hora de decirle a tu esposo que quieres el divorcio. Si bien puede ser una conversación difícil, es posible tener un diálogo claro y efectivo con él.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Prepararte para la conversación

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    Evalúa los motivos por los que quieres divorciarte. Con frecuencia, las personas amenazan con el divorcio durante las discusiones acaloradas, impulsadas por la ira o la frustración, con la intención de ganar poder o control por encima del otro para que considere seriamente la posibilidad de cambiar de verdad.[1]
    • Recuerda que el divorcio es una decisión muy importante a nivel mental, emocional y financiero. Comprende que tendrás que dejar ir un vínculo emocional fuerte con tu pareja, por lo que debes tomar la decisión desde una perspectiva clara e impasible.
    • Pregúntate cuál es tu intención con respecto al divorcio. Cualquier otro asunto, más allá de darle un fin al matrimonio, es un indicativo de que quizás no estés preparada para divorciarte. El divorcio no tiene el poder de corregir los problemas o cambiar al otro. Tan solo sirve para finalizar el matrimonio y la relación con tu pareja.
    • Ten en cuenta que los cónyuges que amenazan constantemente con el divorcio pueden perder credibilidad consigo mismos y con sus parejas. Por lo tanto, si en verdad quieres divorciarte, tendrás que expresárselo a tu esposo de manera clara, pero apropiada.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Jin S. Kim, MA

    Jin S. Kim, MA

    Terapeuta licenciado en matrimonio y familia
    Jin Kim es un terapeuta licenciado en matrimonio y familia que reside en Los Ángeles, California. Jin se especializa en trabajar con personas que forman parte de la comunidad LGBTQ, personas de color y aquellos que pueden tener desafíos relacionados con la reconciliación de identidades múltiples e interseccionales. Jin recibiço su maestría en Psicología Clínica en la Universidad de Antioch con sede en Los Ángeles, con una especialización en Psicología Afirmativa de LGBT en 2015.
    Jin S. Kim, MA
    Jin S. Kim, MA
    Terapeuta licenciado en matrimonio y familia

    Estas características podrían indicar que el matrimonio se encamina hacia el divorcio: John Gottman, un psicólogo de renombre e investigador, ha estudiado los motivos por los que algunos matrimonios funcionan y otros, no. Ha descubierto que existen cuatro indicadores del divorcio: crítica, actitud defensiva, desprecio y actitud evasiva, que es cuando una persona se cierra durante una conversación acalorada.

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    Procura no atacar por la espalda a tu esposo. En la mayoría de los casos, ambos cónyuges son conscientes de que algo malo ocurre. Quizás hayan probado con terapia de matrimonio, hayan recibido un asesoramiento individual o hayan conversado acerca de los problemas de la relación. En caso de ser posible, prueben con un asesoramiento o una terapia juntos antes de comenzar a hablar acerca del divorcio.[2]
    • Si los sentimientos son mutuos, tú y tu esposo tienen más opciones. En cambio, si tu pareja no tiene idea de la situación, la conversación puede ser devastadora. Sorprenderlo con estas noticias duras también podría hacer que la transición sea más difícil para ambos durante la separación.
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    Practica lo que quieres decir. Sin dudas, la conversación con tu esposo será muy dura. Toma un papel y escribe algunas cosas que podrías decir al informarle que quieres el divorcio.[3]
    • Ten en cuenta que se trata de una mala noticia, por lo que posiblemente despierte emociones fuertes. Redacta algunas oraciones que no contengan un vocabulario demasiado fuerte o un tono de enojo.
    • Enfócate en utilizar un vocabulario neutro. Usa afirmaciones en primera persona, como “Juan, tengo que darte una noticia muy difícil. He llegado a la conclusión de que tenemos que divorciarnos”.
    • Evita darle falsas esperanzas si realmente quieres divorciarte. Decirle algo como “No me he sentido feliz durante mucho tiempo, pero quiero ver si podemos trabajar algunas de las cosas que me molestan” solo le dará la impresión de que quieres reparar el matrimonio. Por lo tanto, evita este tipo de afirmaciones si esta no es tu intención.[4]
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    Encuentra un lugar tranquilo y privado. Escoge un momento en que puedan estar a solas y nadie interrumpa la conversación. Además, procura que sea en un lugar de la casa, como la sala de estar o el comedor, que sea cómodo y tranquilo.
    • Apaga el celular y dile a tu esposo que haga lo mismo. Si tienen hijos en común, pídele a un familiar que los cuide mientras hablas con tu esposo.
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    Pídele a alguien que esté presente durante la conversación si temes por tu seguridad. Quizás quieras divorciarte por motivos problemáticos, como el comportamiento abusivo o el enojo de tu esposo. En este caso, considera la posibilidad de pedirle a alguien que esté presente, como un terapeuta o consejero, o escoge un lugar público para hablar.[5]
    • Ten en cuenta que no podrás controlar la forma en que tu esposo reciba las noticias. Sin embargo, en el caso de haber sufrido violencia o abuso durante la relación, asegúrate de que haya otra persona en la sala contigo.
    • También puedes decirle que quieres el divorcio por teléfono si temes por tu seguridad y no quieres decírselo en persona.

Parte 2
Parte 2 de 3:
Decirle a tu esposo

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    Sé amable, directa y procura estar tranquila. Trata la conversación con toda la amabilidad que usarías si tuvieras que decirle que un ser querido ha muerto. Sé directa, pero también compasiva.[6]
    • Ser respetuosa durante la conversación también hará que sea más sencillo hablar de otros asuntos logísticos, como la custodia compartida de los hijos (si correspondiera) y la división de los bienes.
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    Enfócate en usar un vocabulario neutro y afirmaciones en primera persona. No intentes adivinar cómo se siente tu esposo con respecto al matrimonio. En cambio, infórmale cuáles son tus sentimientos y evita culparlo o avergonzarlo.[7]
    • Por ejemplo, puedes decirle “Sé que esta noticia será difícil de procesar, pero creo que nuestro matrimonio ha terminado y quiero el divorcio” o “Sabes que lo hemos intentado, pero las cosas entre tú y yo ya no funcionan, y no creo que la terapia o el asesoramiento nos sirva. Creo que el matrimonio ha terminado y quiero el divorcio”.
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    Prepárate para recibir una reacción furiosa. Por más que tu esposo sepa que tienen problemas, posiblemente se enoje cuando le digas que quieres el divorcio. Sin embargo, es importante que no tomes represalias, te defiendas o intentes justificar tu decisión.[8]
    • Por ejemplo, quizás responda algo así como “Este es otro ejemplo de cómo quieres evitar tus responsabilidades. Eres muy egoísta y solo piensas en ti. Te he dado todo lo que he podido. Me he esforzado mucho por formar esta familia y este hogar. No merezco esto, y los niños tampoco”.
    • Evita una respuesta como “No me des lecciones. Me voy porque estoy harta y cansada de tu comportamiento infantil. Estoy cansada de vivir en esta casa y de vivir sin sexo o afecto. He intentado que este matrimonio funcione, pero me bloqueas cada vez que te pido que cambies”. Esta respuesta quizás te haga sentir bien por dos minutos, pero llevará a una discusión más fuerte.
    • En cambio, puedes responder “Sé que esto es muy doloroso, y lamento mucho tener que tomar esta decisión, pero no existe otra alternativa. No siento que debamos seguir intentándolo. Hay una distancia demasiado grande entre los dos como para poder superarla”.
    • Esta respuesta es mejor porque no mostrarás enojo o una actitud defensiva. En cambio, le demostrarás que sientes que es la decisión correcta, y que no surge a partir de una actitud de defensa. También le harás saber que eres consciente de que cualquier enojo o actitud defensiva por tu parte solo creará más ira y dolor entre ambos.
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    Aborda la posibilidad de una separación de prueba. Una vez que la ira inicial se apacigüe, tu esposo podría intentar negociar los términos de la separación. Quizás te pida una separación de prueba, en que ambos estarán separados, pero legalmente casados. Tal vez te pida que prueben hacer terapia o recibir asesoramiento una vez más. Por lo tanto, procura estar preparada para este tipo de preguntas, en especial si crees que tu esposo estará devastado por tu intención de divorciarte.[9]
    • Si realmente quieres divorciarte, transmite tu decisión con firmeza. Puedes decirle “No creo que una separación de prueba sea la solución. Hemos intentado reparar el matrimonio y no creo que, a estas alturas, pueda funcionar”.
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    Evita abordar los detalles del divorcio de inmediato. La conversación inicial posiblemente esté cargada de emociones. Por lo tanto, no te apresures por resolver los detalles del divorcio al decirle que quieres separarte.[10]
    • Reafírmale que quieres trabajar con él para alcanzar una separación justa y civilizada, y recurrir a un abogado para determinar el mejor acuerdo para ambos.
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    Dale tiempo para procesar la información. Si bien ambos estarán ansiosos por el futuro y los detalles del divorcio, dile que puede tomarse un tiempo para pensar en la conversación.[11]
    • Reconoce que el divorcio conllevará cambios importantes para ambos. Luego, dile que te quedarás en la casa de un familiar o un amigo durante algunos días. También puedes pedirle que se quede en otro lugar para que pueda procesar la información.
    • Por ejemplo, puedes decirle “Gracias por escuchar mis pensamientos. Realmente lo valoro. Sé que hay mucho que procesar. Tómate tu tiempo para pensar en lo que te he dicho”.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Jin S. Kim, MA

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    Terapeuta licenciado en matrimonio y familia
    Jin Kim es un terapeuta licenciado en matrimonio y familia que reside en Los Ángeles, California. Jin se especializa en trabajar con personas que forman parte de la comunidad LGBTQ, personas de color y aquellos que pueden tener desafíos relacionados con la reconciliación de identidades múltiples e interseccionales. Jin recibiço su maestría en Psicología Clínica en la Universidad de Antioch con sede en Los Ángeles, con una especialización en Psicología Afirmativa de LGBT en 2015.
    Jin S. Kim, MA
    Jin S. Kim, MA
    Terapeuta licenciado en matrimonio y familia

    Ambos deben enfocarse en sí mismos en este momento. Por lo general, el divorcio es un proceso difícil e intenso a nivel emocional. Además de las preparaciones legales necesarias, ambos deben enfocarse en su salud mental al visitar a un terapeuta con licencia, pasar tiempo de manera regular con su red de apoyo, y adoptar medidas de autocuidado que aborden su bienestar físico y emocional.

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    Determinen la modalidad de convivencia. Siempre es una buena idea determinar si ambos seguirán viviendo en la casa o alguno deberá mudarse. Llegar a un acuerdo con respecto a este tema les permitirá adaptarse a este gran cambio. Recuérdale a tu esposo que este acuerdo es temporal hasta que finalice el divorcio.
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    Conversen acerca de la forma en que compartirán las noticias con sus hijos, en caso de tener. Si tú y tu esposo tienen hijos, tendrán que acordar el mejor momento y lugar para informarles acerca de la situación. Siéntense con sus hijos después de cenar en una zona común, como la sala de estar o el comedor para explicarles los detalles del divorcio.[12]
    • Diles la verdad. Los niños tienen derecho a conocer el motivo del divorcio, pero las razones demasiado específicas solo los confundirán. Escoge algo simple y sincero como “Ya no nos llevamos bien”. Quizás tengas que recordarles que, si bien los padres ya no pueden llevarse bien, no dejarán de amar a sus hijos, ni se divorciarán de ellos. Por lo general, los niños más pequeños no necesitan tantos detalles, mientras que los más grandes podrían querer más información acerca del divorcio.
    • Diles que los amas. Por muy simple que esto parezca, hacerles saber a tus hijos que tu amor por ellos no ha cambiado es un mensaje poderoso. Diles que seguirás cuidándolos como siempre en todos los sentidos, desde preparar sus desayunos hasta ayudarlos con las tareas, y que ambos estarán siempre para ellos.
    • Menciona los cambios. Anticipa las preguntas de tus hijos con respecto a los cambios en sus vidas al reconocer que algunas cosas cambiarán de aquí en adelante, y que otras serán iguales. Diles que pueden abordar cada detalle juntos sobre la marcha.
    • Evita la culpa. No critiques a tu esposo o a sus acciones. Acuerden por anticipado mostrar un frente unido e informarles los mismos motivos a los niños. Expliquen la situación de convivencia temporal y cuando el divorcio finalice.
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    Mantén la distancia. Si bien puede ser tentador consolar a tu esposo a través de las muestras de afecto físico, es importante conservar la distancia y no recaer en los hábitos del matrimonio. El objetivo es que evites enviarle señales confusas o herirlo aún más al conservar las muestras de afecto físico o emocional. Demuéstrale que en verdad quieres divorciarte al mantener la distancia.[13]
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    Llévate a los niños si tu esposo tiene un comportamiento abusivo. No tengas miedo de llevarte a los niños si tu esposo amenaza con quitártelos. De hecho, un juez podría ser más compasivo contigo si alejas a los niños de una situación potencialmente peligrosa al estar con tu esposo.[14]
    • En el caso de tener un esposo controlador, es importante que le des el menor poder posible, y esto significa llevarte a los niños para que no pueda controlarlos.
    • Quizás tengas que pedirle ayuda a un amigo para dejar la casa y escaparte de tu esposo.
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    Obtén una orden de restricción si temes por tu seguridad. Si quieres divorciarte de un esposo abusivo, es importante que crees un plan con anticipación para garantizar tu protección y la de tus hijos, en caso de tener. Una orden de restricción te proporcionará una forma legal de crear una distancia entre tú y tu esposo. Considera la posibilidad de solicitarla antes de decirle a tu esposo que quieres divorciarte, o una vez que tú y tus hijos se encuentren en un lugar seguro lejos de él.[15]
    • El momento más peligroso para una mujer que sufre abusos ocurre dentro de las primeras 24 horas de la emisión de la orden de restricción. Si te sientes insegura y decides obtener una orden de restricción, pídele a la policía que te lleve a tu casa. También puedes comunicarte con un refugio local para saber si puedes quedarte en una casa segura hasta que las cosas se acomoden.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Seguir adelante con el divorcio

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    Contrata a un abogado. Es mucho más fácil tener una postura de colaboración durante el divorcio. Además, es menos costoso si ambos pueden llegar a un acuerdo con respecto a los problemas sin recurrir a la ley.[16]
    • En el caso de no llegar a un consenso, asegúrate de contratar a un abogado que esté dispuesto a litigar tu caso frente a un juez. El profesional debe reconocer el valor de llegar a un acuerdo rápido, pero también debe estar dispuesto a defenderte en la corte, en caso de ser necesario.
    • Entrevista a al menos tres abogados antes de escoger uno. Busca un profesional especializado en divorcio que tenga al menos entre 5 y 10 años de experiencia con el derecho familiar y de divorcio.
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    Reúne tu información financiera. Es importante que tengas una idea clara de la situación financiera de ambos. Uno de los objetivos principales del divorcio es lograr una distribución equitativa de los bienes y las deudas maritales. Para obtener una parte justa, es importante que sepas qué es lo deben y qué es lo que poseen. Para ello, ten en cuenta los siguientes pasos:[17]
    • Haz una lista de los bienes posibles que posees de manera total o parcial. Algunos de los bienes maritales compartidos son obvios. El hogar marital, las cuentas financieras y los vehículos son bienes que se deben dividir de manera equitativa. Otros bienes incluyen a las obras de arte, los planes de pensiones, las herencias o las pertenencias compradas después del matrimonio.
    • Reúne toda la documentación de cada bien, incluyendo al valor real, la fecha y el lugar de compra de los bienes, y si se ha comprado con fondos conjuntos o separados. Entrégale toda la documentación a tu abogado y conserva una copia para tus registros.
    • Determina la deuda en el matrimonio. A la hora de determinar lo que debes, no importa el nombre que figure en la deuda. La deuda marital se divide en función de quién tiene una mejor situación financiera para pagarla, no por el nombre que figure. La manera más sencilla de determinar la deuda marital es obtener una copia de tu informe crediticio. También debes entregarle esta información a tu abogado.
    • Determina tus ingresos. Si tú y tu esposo son empleados asalariados, entrégale una copia a tu abogado de los recibos de pago más recientes y tu declaración de ingresos más reciente.
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    Prepara un presupuesto posterior al divorcio. Es importante que determines cómo vivir una vez que te divorcies.[18]
    • Piensa en tus costos de vida y la cantidad de ingresos que tendrás después del divorcio. Algunas mujeres experimentan una reducción importante de sus ingresos después del divorcio. Por lo tanto, evita quedar atrapada con facturas que no puedas pagar al crear un presupuesto.
    • Determinar tus gastos después del divorcio también afectará la forma en que negocies el acuerdo de divorcio. Tu abogado puede usar esta información para determinar las opciones de acuerdo o lo que podrías pedir si el caso llegara a la corte.

Acerca de este wikiHow

Jin S. Kim, MA
Coescrito por:
Terapeuta licenciado en matrimonio y familia
Este artículo fue coescrito por Jin S. Kim, MA. Jin Kim es un terapeuta licenciado en matrimonio y familia que reside en Los Ángeles, California. Jin se especializa en trabajar con personas que forman parte de la comunidad LGBTQ, personas de color y aquellos que pueden tener desafíos relacionados con la reconciliación de identidades múltiples e interseccionales. Jin recibiço su maestría en Psicología Clínica en la Universidad de Antioch con sede en Los Ángeles, con una especialización en Psicología Afirmativa de LGBT en 2015. Este artículo ha sido visto 11 240 veces.
Categorías: Divorcio