El eructo (o regüeldo) es un fenómeno natural que todos hemos experimentado, muchas veces de forma involuntaria. Si bien es normal eructar ocasionalmente, los eructos frecuentes pueden ser síntomas de afecciones como la ERGE (enfermedad por reflujo gastroesofágico), la PEBID (proliferación excesiva de bacterias en el intestino delgado) y el síndrome del intestino permeable. Para dejar de eructar, debes tratar cualquier causa oculta. Evita tomar bebidas gasificadas, exceso de cafeína y bebidas alcohólicas. En vez de eso, opta por el agua o el té. Prueba eliminar de tu dieta los alimentos que producen gases como los frijoles, además de las comidas grasosas y picantes. También es útil ingerir comidas pequeñas de forma lenta. Si el eructo causa dolor o sucede con frecuencia, consulta con el médico.

Método 1
Método 1 de 3:
Minimizar tu aspiración excesiva de aire

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    Mastica con la boca cerrada. Cierra bien los labios justo después de tomar un bocado de alimento o un sorbo de líquido. No vuelvas a abrirlos hasta que lo hayas tragado todo. Así ya no tragarás aire adicional sin querer.[1]
    • De la misma manera, evita hablar mientras masticas. Hablar con la boca vacía no solo es de buena educación, sino también reduce la posibilidad de tragar aire.
    • También puedes pedirle a un amigo cercano o a un familiar que te observe cuando comes varias veces y que te avise si abres la boca al masticar.
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    Cuenta en reversa desde 5 después de cada bocado o sorbo. Ingerir sólidos o líquidos con rapidez puede generar una mayor entrada de aire al sistema digestivo, lo que a su vez provoca eructos. Come más lento haciendo una pausa y contando después de cada bocado. De este modo, tendrás una comida más relajante y reducirás el riesgo de gases.[2]
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    Toma lentamente de un vaso en vez de utilizar una pajilla. Al succionar el líquido con una pajilla, también eres más propenso a introducir un exceso de aire en el sistema digestivo. Tomar poco a poco te permite controlar mejor cuánto líquido ingieres a la vez.[3]
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    Evita masticar chicle o chupar caramelos duros. Si bien este hábito puede ser difícil de dejar, puede valer la pena. A medida que deshaces el caramelo en la boca, podrías abrir un poco los labios y succionar aire adicional sin querer. Este aire adicional puede provocar hipo o eructos poco después.[4]
    • Si te gusta mucho masticar chicle, será difícil dejar de hacerlo. Cuando tengas ganas de chicle o caramelos, toma un vaso de agua para reducir el antojo.
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    Trata los síntomas del resfriado o de alergias con rapidez. Si tienes la nariz o la garganta obstruida o congestionada, corres el riesgo de hacer entrar aire adicional al sistema digestivo cuando intentas respirar. Si te sientes mal, toma un descongestionante nasal para disminuir los síntomas y despejar las vías respiratorias. Respirar con más libertad también ayuda a reducir los eructos.
    • Otra forma de respirar mejor cuando estás congestionado es colocarte bandas nasales en el exterior de la nariz.
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    Si tu dentadura está floja o mal ajustada, ve al dentista para que la ajuste. Si debes corregir o ajustar tu dentadura mientras comes o durante el día, lo más probable es que estés permitiendo la entrada de aire adicional a tu sistema digestivo. Acude al dentista para ver si puede ajustar tu dentadura, de modo que deje de moverse durante tus actividades cotidianas.[5]
    • Si el ajuste solo está un poco flojo, el dentista hará las correcciones necesarias en su consultorio. Si el ajuste está muy mal, podrías necesitar una dentadura nueva.
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    Deja el cigarrillo. Al aspirar un cigarrillo, estás llevando aire a tus pulmones, pero parte de este puede irse al estómago y los intestinos. Fumar varios cigarrillos solo aumenta dicho efecto. El hábito de fumar irrita el sistema digestivo lo suficiente para provocarte eructos de forma regular.[6]
    • Fumar un cigarrillo electrónico también puede dar lugar a la acumulación excesiva de gases en el sistema digestivo.

Método 2
Método 2 de 3:
Realizar cambios en tu alimentación

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    Toma bebidas sin gas. Opta por el agua, el té, el café o incluso los jugos. Las bebidas gasificadas como las gaseosas y la cerveza contienen gases que se acumulan en el sistema digestivo y te hacen eructar. Si no puedes evitar tomar una bebida gasificada, hazlo poco a poco tomando sorbos pequeños para romper los gases.[7]
    • De la misma manera, elige agua de botella sin gas para disminuir el riesgo de eructar.
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    Incluye menos productos que causan gases en tu dieta. Los frijoles horneados, las lentejas, el brócoli, la coliflor, el repollo, las coles de Bruselas, las cebollas, la lechuga y el chocolate pueden provocar gases durante la digestión. Las frutas (como las manzanas, los duraznos y las peras) también pueden generar hinchazón e irritar el sistema digestivo. Identifica los alimentos que podrían ser responsables de tus problemas digestivos y exclúyelos de tu dieta uno a la vez.[8]
    • Asimismo, evita los alimentos con una gran cantidad de aire, incluidas las mousses, los suflés y la crema batida. Mientras más aire introduzcas en tu organismo, más aire tendrá que salir en algún momento.
    • Algunas personas también consideran que eliminar el gluten de la dieta ayuda a disminuir los eructos.
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    Ingiere 4 a 6 comidas pequeñas a lo largo del día. Programa dichas comidas cada 3 o 4 horas, de modo que te mantengas con energía. Es mejor si cada una incluye una proteína como el pollo para sentirte saciado por más tiempo. Esta es una excelente forma de evitar ingerir comidas abundantes, lo que puede producir hinchazón, malestar estomacal y eructos.[9]
    • Un ejemplo de comida pequeña saludable es huevos revueltos con una tostada.

Método 3
Método 3 de 3:
Evitar los síntomas de acidez estomacal

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    No te eches justo después de comer. La sensación de ardor que sientes aproximarse desde el estómago hacia tu garganta después o durante la comida se llama acidez estomacal. Si comes comidas muy abundantes o te echas justo después de comer, podrías estar promoviendo la acidez estomacal. Los eructos suelen acompañar a este problema como un síntoma de malestar digestivo general.[10]
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    Toma un antiácido de venta libre que contenga simeticona. Mylanta Gas y Gas-X son dos de los medicamentos más populares. Estos disuelven y rompen las burbujas de gas que entran en el sistema digestivo. Los productos similares, como Beano, eliminan los gases que producen ciertos alimentos.[11]
    • Muchos de estos medicamentos de venta libre también combaten la flatulencia general.
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    Si los síntomas empeoran, contáctate con el médico. Si empiezas a sentir dolores frecuentes o intensos en el estómago o el abdomen, esto podría deberse a un problema digestivo grave. Las heces sueltas o sanguinolentas pueden indicar lo mismo. Si empiezas a bajar de peso con rapidez, los eructos podrían ser un indicador de que el cuerpo procesa los alimentos de forma incorrecta.[12]
    • De la misma manera, la acidez estomacal puede producir un dolor leve en la zona del pecho. Sin embargo, este nunca debe volverse muy doloroso o irradiarse.
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    Hazte una endoscopia para descartar la ERGE. La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) inflama el revestimiento intestinal y puede producir eructos excesivos. Para diagnosticarla, el médico introducirá un tubo flexible con una cámara en la garganta para examinar tu sistema digestivo.[13]
    • La ERGE también puede provocar acidez estomacal y úlceras en el intestino.

Consejos

  • Si te dan ganas de bostezar, trata de controlarlas. Tener la boca bien abierta puede hacerte tragar mucho aire.

Advertencias

  • El exceso de peso puede ejercer presión adicional en el estómago y provocar eructos. Si este es tu caso, sigue un régimen de ejercicios y un plan nutricional para perder esos kilos demás y reducir los eructos.

Acerca de este wikiHow

Luba Lee, FNP-BC, MS
Coescrito por:
Junta de revisión médica
Este artículo fue coescrito por Luba Lee, FNP-BC, MS. Luba Lee es una enfermera profesional certificada en Tennessee. Recibió su maestría en Ciencias de Enfermería en la Universidad de Tennesee en 2006. Este artículo ha sido visto 92 506 veces.