Cuando dos de tus amigos se pelean, esto puede ponerte en una posición incómoda. Tal vez estés cansado de escucharlos quejarse el uno del otro y de quedarte atrapado en medio de sus discusiones. Si quieres que tus amigos dejen de pelearse, entonces hay varias cosas que puedes hacer, como escucharlos, ofrecerte a actuar como mediador entre ellos mientras conversan y evitar tomar partido.

Método 1
Método 1 de 3:
Reunir todos los detalles

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    Escucha a cada uno de tus amigos. Una de las mejores cosas que puedes hacer por ambos amigos es simplemente escuchar lo que cada uno de ellos tenga que decir. Si te sientas con cada uno de ellos de manera individual, puedes ayudarlos a expresar cómo se sienten y también puede ayudarte a ver de qué se trata la pelea si no estás seguro. Pídele a cada uno de tus amigos que te guíe por su punto de vista y te explique por qué está molesto.
    • Asegúrate de reunirte con cada uno de tus amigos de forma separada o podrían empezar a pelearse frente a ti. Invita a cada uno a tu casa en días distintos.
    • Préstales toda tu atención cuando compartan su perspectiva. Aparta tu celular, apaga el televisor y retira cualquier distracción antes de empezar a escuchar. Cuando tu amigo hable, establece un contacto visual y muéstrale que lo estás escuchando asintiendo con la cabeza y diciendo frases neutrales como “Ajá” o “Ya veo”. Si algo no te queda claro, pídele a tu amigo que te lo aclare.[1]
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    Formula preguntas para averiguar lo que sucede.[2] Si tus amigos se niegan a contártelo, entonces es posible que tengas que formular algunas preguntas para que hablen. Formula preguntas abiertas para que te cuenten lo que sucede. Las preguntas abiertas son las que no se pueden responder con un simple “Sí” o “No”.[3]
    • Por ejemplo, podrías decir algo como “¿Qué sucedió contigo y con Joe el otro día?” o “Parece que estás molesto con Cristina. ¿Qué sucede?”.
    • Quizás tengas que formular un par de preguntas para que se abran, pero una vez que lo hagan, no los interrumpas.
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    Explica si algo no está claro o si es falso. Como tienes la perspectiva de una persona ajena, tal vez puedas aclarar algo si es falso. Esto podría ser sumamente útil si la discusión ha empezado por un chisme. Si tienes información que podría limar asperezas, entonces compártela.
    • Por ejemplo, si un amigo se molesta con el otro porque cree que ha dicho algo de él a sus espaldas, y tú sabes que esto no es cierto, entonces podrías decir algo como "No, eso es solo un rumor que alguien comenzó. Yo estaba allí y ella no dijo eso ".
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    Guárdate para ti lo que escuches. Después de hablar con cada uno de tus amigos de manera individual, podrías sentirte tentado a llamar a cada uno de ellos y a contar lo que el otro te dijo. Sin embargo, esta es una mala idea. Recuerda que ellos han compartido sus perspectivas y sentimientos contigo en confianza. No cuentes nada de lo que te hayan dicho a menos que tengas su permiso para hacerlo.

Método 2
Método 2 de 3:
Actuar como mediador en un conflicto

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    Escoge una hora y lugar para reunirse. Cuando tengas cualquier tipo de discusión seria, es mejor hacerlo en un lugar más o menos privado con pocas distracciones. Es mejor que sea un lugar neutral. No hagas que un amigo vaya a la casa del otro. Busca un lugar tranquilo afuera o haz que ellos se reúnan contigo en una cafetería.
    • Asegúrate de que tus intenciones para que se reúnan sean claras. Di algo como “He escuchado ambas partes de la historia. Creo que si los dos se sentaran y expresaran sus sentimientos, entonces podrían dejar esta pelea atrás. Los acompañaré y actuaré como mediador si es necesario”.
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    Asegúrate de que ambos estén calmados. Si ellos siguen emocionalmente cargados por la discusión, entonces tal vez no sea posible resolver el conflicto. Anímalos a ambos a llegar con un buen estado de ánimo.[4]
    • Por ejemplo, podrías animarlos a escuchar su “canción alegre” favorita antes de llegar a la reunión o pídeles que se tomen cinco minutos para respirar hondo y poner en orden sus pensamientos.
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    Anímalos a usar oraciones en primera persona. Esto puede ayudar cuando dos personas se pelean porque reduce las probabilidades de que se pongan a la defensiva. Las oraciones en segunda persona hacen que las personas se pongan a la defensiva.[5]
    • Por ejemplo, si uno de tus amigos dice “¡Haces que me sienta mal conmigo mismo!”, entonces el otro podría sentir la necesidad de defenderse. Esto puede iniciar un círculo de culpas y defensas que no llegará a ningún lugar.
    • Más bien, tu amigo podría decir algo como “Me siento mal cuando criticas lo que llevo puesto”. Esta frase coloca el énfasis en la manera en que el emisor se siente, a la vez que resalta el comportamiento de la otra persona”.
    • Habla con tus amigos acerca de la razón por la que es importante usar frases en primera persona durante su conversación y anímalos a hacerlo. Si notas que uno de ellos usa frases en segunda persona, entonces corrígelo con amabilidad. Dile algo como “¿Eso cómo te hace sentir?”.
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    Ayuda a calmar cualquier conflicto que aparezca. Si ellos empiezan a pelear frente a ti, es importante que calmes la situación. No dejes que continúe. Por ejemplo, si empiezan a levantarse la voz, entonces pide una pausa o sugiere que descansen por 15 minutos para tranquilizarse.[6]
    • Si tus amigos no pueden sentarse y hablar de este problema sin discutir, entonces tal vez tengas que pedirle a un adulto que actúe de mediador en el conflicto. Pregúntale a un profesor o padre si estaría dispuesto a actuar de mediador.
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    Pregúntales si algo no está claro. Anímalos a también formularse preguntas durante esta conversación. Tal vez la pelea haya sido causada por una desinformación o malentendido. Por lo tanto, puede ser útil formular preguntas.
    • Por ejemplo, si un amigo piensa que el otro lo ha dejado adrede fuera de algo, pero el otro amigo pensaba que él ya tenía planes, entonces esa información es fundamental.
    • Si sabes de cualquier malentendido, entonces podrías animar amablemente a un amigo a preguntarle al otro al respecto. Dile algo como “¿No querías preguntarle a Susana por qué no te invitó al cine el último fin de semana?”.
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    Fíjate si tus amigos están listos para perdonarse. Después de que ambos hayan hablado por un tiempo y hayan compartido sus sentimientos y perspectivas, a lo mejor estén dispuestos a pedir disculpas y perdonarse el uno al otro. Sin embargo, no trates de forzar esta situación. Si ellos se sienten listos para perdonar, entonces es probable que lo hagan.
    • Diles algo como “¿Se sienten mejor ahora que han hablado?”.
    • Si tus amigos siguen molestos el uno con el otro y no están listos para perdonarse y seguir adelante, entonces deja que sigan por caminos separados. Dependiendo de lo que haya sucedido entre ellos, es posible que solo necesiten un poco de tiempo separados.
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    Busca maneras de prevenir un problema similar. Para ayudar a tus amigos a llevarse mejor más adelante, también podría ser útil buscar una solución que podría prevenir un problema similar y hablar de maneras en que ellos pueden ponerla en práctica.[7] Esto puede revestir la forma de una nueva regla en la amistad o una promesa de hacer o no hacer algo.
    • Por ejemplo, si un amigo se ha molestado porque el otro no lo ha invitado a ir al cine el fin de semana, entonces el otro amigo podría aceptar enviarle un mensaje de texto aunque crea que está ocupado.

Método 3
Método 3 de 3:
Permanecer neutral

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    No tomes partido. Si tienes dos amigos que se pelean, quizás te parezca que ambos tratan de convencerte de que te pongas de su lado. En la mayoría de las situaciones, lo mejor es permanecer neutral y no tomar partido. Más bien, ayúdalos a ambos a pensar en la razón por la que se pelean y en apoyarlos para que se puedan reconciliar.[8]
    • Siempre hay excepciones a esta “norma”, pero depende de ti determinar cuándo hacer esa excepción basado en tus creencias y juicio moral personal.
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    Establece algunos límites. Antes de tomar la decisión de apoyar a tus amigos durante la pelea, posiblemente como un mediador, establece algunos límites. Por ejemplo, asegúrate de que comprendan que no eres un cartero y que no serás el que lleve los mensajes de un amigo al otro. Si ellos quieren enviarse un mensaje, tienen que hacerlo ellos mismos.[9]
    • Otro límite podría ser decirles a tus amigos que no los ayudarás si simplemente empiezan a despotricar y arrojar comentarios desagradables el uno sobre el otro. Tu meta es ayudarlos a llegar a una solución, no a que se traten mal el uno al otro.
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    Evita aconsejarlos. Podría parecer poco práctico, pero tal vez quieras evitar aconsejar a cualquiera de tus amigos. No es porque seas poco servicial, sino porque deben llegar a una solución por su propia cuenta. Debes estar a su lado para apoyarlos, pero no puedes proporcionarles una solución.[10]
    • En lugar de aconsejarlos, formúlales más preguntas. Por ejemplo, si te das cuenta de que uno de tus amigos no puede ver un punto de vista específico de tu otro amigo, formula preguntas que lo lleven a darse cuenta y a comprender ese punto de vista.
    • Debes saber que si ofreces un consejo que al final no funciona bien, podrías terminar siendo objeto de las acusaciones de uno o ambos de tus amigos por la mala situación en la que se encuentran.
    • Si sientes la necesidad de ofrecer algún tipo de consejo, pregunta primero. No brindes un consejo si no te lo piden. Tal vez tu amigo ya sepa qué va a hacer con la situación y simplemente esté buscando un hombro en el que apoyarse, no consejos.

Advertencias

  • Es importante que los amigos, padres y profesores reconozcan cuándo una pelea entre niños o adolescentes ha llegado a algo peligroso, como un daño físico grave, acoso sexual o acoso. Encontrar una solución para tales conflictos graves será muy diferente a un desacuerdo general entre amigos. Si crees que un amigo está acosando a otro, entonces habla con un padre o profesor al respecto.
  • Sugiéreles que reciban consejería juntos.

Acerca de este wikiHow

Jin S. Kim, MA
Coescrito por:
Terapeuta licenciado en matrimonio y familia
Este artículo fue coescrito por Jin S. Kim, MA. Jin Kim es un terapeuta licenciado en matrimonio y familia que reside en Los Ángeles, California. Jin se especializa en trabajar con personas que forman parte de la comunidad LGBTQ, personas de color y aquellos que pueden tener desafíos relacionados con la reconciliación de identidades múltiples e interseccionales. Jin recibiço su maestría en Psicología Clínica en la Universidad de Antioch con sede en Los Ángeles, con una especialización en Psicología Afirmativa de LGBT en 2015. Este artículo ha sido visto 15 455 veces.