Es muy común que algunos días no tengas ganas de hacer absolutamente nada. Quizás has trabajado duro toda la semana, no has descansado bien o has perdido la motivación a medida que has ido tachando las tareas de la lista de “cosas por hacer”. Si a pesar de tus esfuerzos no logras hacer nada, quizás necesites desesperadamente un día de descanso. Olvídate por un momento de los recados o de vestirte con las prendas adecuadas. Simplemente acomódate en el sofá, disfruta de un delicioso helado y permítete tener un día de descanso y relajación. Esto podría ser aún más beneficioso de lo que crees.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Aprovechar el día de descanso

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    Duerme hasta tarde. Aprovecha esta oportunidad para recuperar el sueño perdido a lo largo de la semana. Recuerda que no tienes obligaciones ni horarios por hoy. Apaga el despertador y duerme hasta despertarte de manera natural. El buen descanso es fundamental para recuperar el bienestar del cuerpo y la mente. Las personas que duermen bien suelen ser más saludables.[1]
    • Duerme una o dos siestas largas durante el día si estás acostumbrado a levantarte temprano y no logras romper este hábito.[2]
    • Ten en cuenta que no será posible compensar las horas de sueño perdidas. Una vez que las has perdido, no hay vuelta atrás. Por lo tanto, intenta adoptar hábitos regulares y saludables de sueño para poder estar siempre bien descansado.[3]
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    Vístete cómodamente. Deja las prendas sociales en el armario y ponte un pijama desgastado o pantalones suaves y holgados. Luego, dirígete al sofá y envuélvete con una manta caliente. Tu comodidad debe ser lo más importante.
    • Quédate en ropa interior si lo deseas. ¡Eres libre de hacer lo que quieras!
    • No te preocupes por tu apariencia durante este día de descanso. Deja el desodorante y el maquillaje de lado. No es necesario que te ocupes de tu aspecto hoy. Hazte un rodete desprolijo o simplemente déjate el cabello suelto.
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    Pasa el día en frente de la televisión. Relájate y pasa horas mirando una maratón de tus series o películas favoritas. Lee todas las listas de Netflix o simplemente vuelve a ver “I Love Lucy” por enésima vez. La televisión puede ser una gran compañía a la hora de relajarse y colocar el cerebro en piloto automático por un rato.[4]
    • La risa es el mejor remedio. Por lo tanto, mira alguna comedia o invita a un amigo para divertirse juntos y reírse para quemar calorías, reducir el estrés y fortalecer el sistema inmunitario.[5]
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    Escucha música. Selecciona tus mejores auriculares y relájate con tus álbumes de música preferidos. Canta junto a la melodía, baila al compás de la música y suéltate por completo. La música estimula la relajación y puede ayudar a reducir los sentimientos del estrés y la ansiedad.[6]
    • Sé tu propio DJ. Crea listas de canciones personalizadas para proporcionarle un clima perfecto a tu día de descanso.
    • Prueba servicios de streaming como Spotify, Google Play y Pandora Radio para encontrar un catálogo muy amplio de estilos musicales, artistas, álbumes y canciones.[7]
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    Pide comida a domicilio. No te preocupes por prepararte el desayuno, el almuerzo o la cena. Simplemente pide una pizza o llama a tu restaurante chino favorito para pedir Lo Mein y rollitos de primavera. Tener que pensar en qué comer y luego tener que preparar la comida solo incrementará tu nivel de estrés diario. Por lo tanto, simplifica las cosas y escoge una comida deliciosa. ¡Ni siquiera tendrás que levantarte del sofá![8]
    • Una maratón en frente de la televisión puede ser la oportunidad perfecta para dejar de lado las preocupaciones de la dieta y para comer lo que desees.
    • En algunos países, existen aplicaciones para teléfonos para pedir fácilmente comida en tu restaurante favorito y recibirla en la puerta de tu casa.[9]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Aprovechar el momento de silencio y tranquilidad

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    Apaga los dispositivos electrónicos. Silencia todas las notificaciones y alertas de tu teléfono y otros dispositivos. En caso de ser necesario, coloca el teléfono, la tablet y la computadora portátil en otra habitación para resistir la tentación de utilizar estos dispositivos a lo largo del día. Es posible que pierdas mucho tiempo con estos objetos en el día a día.[10]
    • Evita usar las redes sociales. Generalmente, las personas experimentan una especie de adicción a la sobrecarga de información de las noticias, fotografías y actividades que consumen mucho tiempo. Aprovecha tu día libre para conectarte contigo mismo y con el mundo que te rodea.[11]
    • Asegúrate de avisarles a las personas más cercanas que te tomarás un día de descanso para que no piensen que estás ignorando sus mensajes.
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    Lee un poco. Abre ese libro que estás queriendo leer hace mucho o simplemente escoge uno al azar de la estantería. Sumérgete en las increíbles historias y los fascinantes personajes a medida que vas pasando las hojas. Leer es una de las actividades más beneficiosas para el ser humano, ya que estimula la mente y es altamente relajante.[12]
    • Después de unas horas de lectura, posiblemente te sientas más satisfecho y más sagaz.[13]
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    Toma un baño largo y caliente. ¿Cuándo fue la última vez que te has consentido con un baño especial y lujoso en la bañera? Entra al agua y siente cómo la tensión se disuelve. Para una mayor relajación, añade al agua jabón para hacer espuma y burbujas, fragancias y aceites esenciales hidratantes.[14]
    • Apaga las luces y enciende algunas velas alrededor de la bañera para sentir que estás como en un spa.
    • Escoge música suave o lleva un libro a la bañera para matar dos pájaros de un tiro.
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    Disfruta el silencio. Deja todo de lado por algunas horas y simplemente aprovecha la quietud que te rodea. Si quieres estirar las piernas, haz una caminata en un lugar tranquilo y silencioso. Quizás sientas que la vorágine diaria te bombardea con distracciones sensoriales constantemente y te sobrecarga mentalmente después de algún tiempo. Por lo tanto, intenta refrescar tu mente y esfuérzate por no pensar en nada (para variar).[15]
    • Aunque no salgas de la cama en todo el día, puedes disfrutar de un ambiente libre de planeamientos, conflictos, llamados telefónicos y tareas laborales.
    • Si tienes hijos pequeños, contrata a una niñera o pídele a un amigo o familiar que los cuide todo el día. Todas las personas tienen derecho a tener un tiempo consigo mismas.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Permitirte disfrutar de un día de descanso

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    No te sientas culpable. Deja de pensar en las responsabilidades por algunas horas y utiliza esa energía para nutrirte y para poder regresar a la rutina diaria con una mayor vitalidad. No existe ningún motivo por el cual debas sentirte culpable por tener un tiempo de ocio ocasional. De hecho, tal vez sea exactamente lo que precisas en este momento. La sobrecarga laboral, el estrés y el cansancio se acumulan con el tiempo, por lo cual es importante que puedas relajarte para poder seguir cumpliendo con las exigencias del trabajo, los estudios o la carrera, la familia, las relaciones, etc.[16]
    • Si estás convencido de que estás haciendo algo malo, no podrás aprovechar tu día de descanso.
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    Ten en cuenta la pereza como una forma de terapia. Pasa algún tiempo sin hacer nada por el bien de tu salud mental. Algunos estudios han demostrado que un descanso merecido es extremadamente restaurador y tiene un gran impacto positivo en la productividad y la motivación de las personas al regresar al trabajo. Por lo tanto, intenta considerar este tiempo libre como un favor para ti mismo. De esta forma, no sentirás que estás desperdiciando el día.[17]
    • Así como te tomas pausas en el trabajo, programa días ociosos para interrumpir los períodos largos de actividades demandantes y los ajetreos del día a día.
    • El tiempo libre es como una inversión para el éxito. La idea es cuidarte mejor para poder cuidar mejor tu vida al día siguiente.[18]
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    Busca el equilibrio. Esfuérzate por lograr el equilibrio correcto entre las responsabilidades y el descanso. La mayoría de las personas tienen dos días libres por semana (generalmente, los fines de semana), pero quizás este tiempo no sea suficiente para obtener el descanso necesario para poder dedicarte por completo al trabajo. Quizás sientas que tendrías que hacer más. Esto es normal. Sin embargo, más horas de trabajo sin pausa solo te provocarán un mayor agotamiento y, por lo tanto, terminarás perjudicando tu desempeño profesional. Es importante que te tomes un descanso de vez en cuando para poder recuperar las energías y la productividad.[19]
    • Si tus responsabilidades lo permiten, reserva uno o dos días adicionales por mes para no hacer nada.
    • Ten en cuenta que muchos días de descanso pueden ser contraproducentes. Por lo tanto, usa el criterio y el sentido común. Asegúrate de haber completado las tareas más importantes antes de dejar las responsabilidades de lado por un día. Si notas que te estás tomando demasiado tiempo de ocio y no puedes cumplir con los plazos de las tareas (más de tres días por semana de manera regular), quizás tengas que reconsiderar tus prioridades.

Consejos

  • Relájate al aire libre si el clima está agradable.
  • Invita a un amigo o ser querido para poder disfrutar el día de descanso a tu lado. Las relaciones sociales funcionan como un medicamento para el cansancio y el agotamiento laboral.
  • Un día de descanso puede ser extremadamente reconfortante luego de una situación estresante o una ruptura. Ordena tus ideas antes de regresar a la rutina diaria.
  • Programa algún tiempo libre para recompensarte por varios días de trabajo seguidos, por alcanzar un objetivo o por finalizar un proyecto importante.
  • Asegúrate de levantarte y moverte de vez en cuando para aflojar el cuerpo.

Advertencias

  • En el caso de que otras personas dependan de ti (como niños pequeños, pacientes o empleados), quizás no puedas tomarte muchos días de descanso como el resto de las personas. Por lo tanto, intenta relajarte siempre que sea posible. Incluso unas pocas horas ocasionales serán mejor que nada.
  • El tiempo de ocio no le hace mal a nadie e incluso puede ser muy beneficioso, siempre y cuando se practique con moderación. Sin embargo, el exceso de pereza puede generar problemas. Por lo tanto, ten cuidado de no ser tan indulgente contigo mismo, ya que podrías terminar ignorando otros aspectos importantes de tu vida.

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Categorías: Felicidad y optimismo