Es posible que tomar decisiones sea difícil, sobre todo si sientes que muchas cosas están en la cuerda floja. Cuando eliges a una pareja romántica, una carrera profesional o un auto nuevo, quizás temas tomar la decisión equivocada. Si abordas la decisión de forma consciente, podrás aclarar tu mente y analizar las opciones. Luego, puedes contrastar los beneficios y los inconvenientes. Tu instinto puede ayudarte a decidir lo que más te conviene.

Método 1
Método 1 de 3:
Abordar la decisión de forma consciente

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    Medita para despejar tu mente. Siéntate o acuéstate con comodidad, cierra los ojos y concéntrate únicamente en tu respiración durante 10 minutos. Trata de sacar la decisión de tu mente y concéntrate en despojarte de la tensión física del cuerpo.[1]
    • Para disminuir los niveles de estrés, puedes usar una aplicación de meditación guiada, como Relax, o asistir a una clase de atención plena en tu localidad. Concéntrate en respirar de manera profunda en un lugar tranquilo, alejado del teléfono y otras distracciones.
    • Algunas veces, la importancia de una decisión puede intimidarte, pero la meditación puede ayudarte a localizar tus verdaderos sentimientos y a disminuir la ansiedad causada por la decisión que debes tomar.
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    Enfócate en lo que sea correcto para ti y no en lo que podría ser correcto para los demás. Analiza si las opiniones externas le han agregado un peso a la decisión que tomarás. ¿Un amigo, un maestro o tu jefe te han expresado su opinión? Tomar una decisión para agradar a otras personas en lugar de a ti mismo podría hacerte sentir infeliz al final de cuentas, porque no satisface tus necesidades y metas.[2]
    • Trata de alejar de forma consciente los pensamientos de los demás cuando medites en la decisión.
    • Por ejemplo, si a tu mejor amiga le fascina la cultura italiana, es muy evidente que decidirá ir a estudiar a Italia y no a Francia si tiene la oportunidad de ir al extranjero. Esto no significa que lo mismo sea adecuado para ti.
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    Acepta los sentimientos de incomodidad que acompañen la decisión. No te impacientes si la decisión te provoca estrés o incomodidad. Trata de interpretarlo como una señal de que esta encrucijada es importante para ti.[3]
    • Evita reprocharte por tener que rechazar una de las opciones. Las decisiones importantes son difíciles de tomar y el reproche no te permitirá sentirte en paz con tu decisión.
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    Recuerda que quizás ambas opciones funcionen para ti. No olvides que quizás sea difícil tomar una decisión cuando te presentan varias opciones buenas. Dale a la situación un giro positivo para eliminar un poco de la presión: en lugar de sentirte atrapado, siéntete afortunado de tener 2 buenas opciones.[4]
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Método 2
Método 2 de 3:
Comparar las opciones

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    Haz una lista de las ventajas y desventajas de cada opción para descubrir lo que prefieres. Haz una lista de dos columnas para cada opción: una columna para las ventajas y una para las desventajas. Escribe los beneficios y los inconvenientes de cada opción. Cuando termines, cuenta cuál de las opciones te dará más beneficios que inconvenientes.
    • Con frecuencia, el simple hecho de hacer la lista te ayudará a aclarar tus sentimientos. Quizás le agregues conscientemente más ventajas a una opción para poder elegirla.
    • En lugar de que esta preferencia te parezca algo negativo, mírala como algo excelente, porque te ayudará a comprender que te sientes más atraído por una opción.
    • Puedes asignarle un número a cada elemento para saber qué tan positivo o negativo es. Una característica muy favorable podría sumarle 5 puntos a la lista de ventajas y algo ligeramente negativo podría agregarle 1 punto a la lista de desventajas. Resta el total de las desventajas del total de las ventajas. La opción que obtenga el número mayor podría ser la correcta.
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    Haz una lista de las consecuencias negativas de cada opción para evitar los riesgos. Enumera las posibles consecuencias negativas a corto y a largo plazo de elegir cada opción. Esta es una buena forma de limitar la decisión si consideras que en verdad tienes dos opciones excelentes y no puedes equivocarte.[5]
    • Ten en cuenta las oportunidades que podrías perder si eliges una opción.
    • Por ejemplo, si vives en los Estados Unidos y estás pensando mudarte a Italia, quizás pierdas la oportunidad de obtener una matrícula estatal en una universidad local.
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    Déjate guiar por tu instinto para crear una lista solo de ventajas. Haz una lista con todos los beneficios o ventajas que te ofrecen ambas opciones. Luego, revisa rápidamente la lista y asígnale cada beneficio a una sola opción. No lo pienses demasiado; solo déjate llevar por tu instinto. Revisa la lista final y mira a qué opción le asignaste más beneficios.
    • Es posible que ambas opciones compartan algunos beneficios. Este ejercicio te ayudará a decidir qué opción consideras más útil para lograr algunas metas o esperanzas.
    • Por ejemplo, supongamos que tienes dos destinos para ir de vacaciones. Ambos podrían ser deseos en tu “lista de cosas por hacer antes de morir”. Escribe ese título en la lista de ventajas. Si la revisas rápidamente, quizás descubras que un destino te parece más imperdible que el otro.
    • Además, podrás determinar simplemente cómo te sentiste cuando enfrentaste la decisión por primera vez. Si preferiste de inmediato un lado y no el otro, quizás esa sea la decisión correcta para ti.
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    Usa algunos recursos profesionales para comparar las dos opciones de forma objetiva. Si necesitas comparar dos productos para tomar una decisión, busca algunos recursos confiables donde se muestren las calificaciones de los consumidores, como Consumer Reports o CNet. Puedes comparar las dos opciones de forma directa según sus características, clasificaciones de seguridad y la satisfacción general de los clientes.[6]
    • Estos sitios web son una forma excelente de analizar un producto con claridad porque te permiten darles prioridad a los aspectos más importantes de tu decisión.
    • Por ejemplo, si quieres elegir entre 2 asientos de auto para bebé y tu mayor prioridad es la seguridad, podrás tomar una decisión informada con base en una investigación objetiva usando este método.
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    Analiza si en verdad debes elegir solo una opción. Averigua si hay alguna forma en que las dos opciones funcionen juntas, ya sea modificando el horario o haciendo una después de la otra. Algunas veces, aunque parezca que dos opciones son contradictorias entre sí, en realidad existe una forma de coordinarlas.[7]
    • Por ejemplo, quizás pienses que debes decidir si tomar lecciones de violín o integrar una liga de futbol, cuando en realidad tu horario te permite hacer ambas actividades en distintos días de la semana.
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Método 3
Método 3 de 3:
Tomar una decisión difícil

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    Habla con un amigo o un pariente de confianza. Busca a alguien a quien la decisión no le afecte de forma directa, pero que te conozca bien. Dile que confías en su opinión y quieres saber qué piensa que sería conveniente para ti.[8]
    • Podrías decirle “Tengo dificultades para decidir si debo elegir el trabajo en Tulsa o en Boston. Según lo que conoces de mi personalidad y mis metas profesionales, ¿cuál piensas que sería la mejor opción para mí?”.
    • Quizás sea de utilidad escuchar la confirmación de un ser querido sobre la elección que sospechabas.
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    Lanza una moneda si estás atrapado. Asígnale una de las opciones a cada lado de la moneda. Lánzala al aire. El lado que quede boca arriba cuando caiga será la opción que deberás elegir.[9]
    • Aunque quizás esto te parezca arbitrario, si en verdad estás atorado, este ejercicio podría ayudarte a tomar una decisión difícil y seguir adelante.
    • Si sufres cuando la moneda cae, quizás signifique que deberías tomar la otra decisión.
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    Elige la opción que requiera menos energía si tienes dos opciones buenas. Elige la opción que mejor se ajuste con el resto de tu vida y tus prioridades para que sea más fácil. Una decisión que implique reorganizar tu vida completa quizás te provoque más ansiedad y estrés de lo que valdría la pena.[10]
    • Por ejemplo, aunque quizás quieras tener un perro, finalizar un contrato de arrendamiento para mudarte a un apartamento adecuado para perros podría provocarte mucho estrés y sacrificios financieros.
    • Piensa en lo peor que podría pasar con cada decisión. Si debes decidir comprar un auto o una moto, ten en cuenta que el auto podría ser más seguro si sufres un accidente.
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    Busca la ayuda de un terapeuta para analizar tus sentimientos difíciles. Si te sientes paralizado a causa de la decisión, consulta con un consejero profesional o un profesional de la salud mental. Estos profesionales pueden ayudarte a desarrollar una estrategia para tomar decisiones que te permita sentirte seguro para continuar.[11]
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Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 32 560 veces.
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