Al imaginar cómo será tu vida en el futuro, es probable que te visualices haciendo realidad tus sueños. Ya sea que tu objetivo sea correr una maratón, escribir un libro, aprender a tocar un instrumento o desarrollar una profesión, puedes hacer cualquier cosa si es importante para ti y te ciñes a ello. Simplemente empieza y podrías sorprenderte con lo que te es posible lograr.

Método 1
Método 1 de 4:
Dar los primeros pasos

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    Establece un objetivo específico y medible de forma que puedas monitorear tu progreso. En primer lugar, define lo que quieras hacer. Luego, determina la forma como puedas medir tu progreso hacia tu objetivo. Por último, establece un periodo de tiempo básico para lograr tu objetivo. Esto te facilitará medir tu progreso.[1]
    • Por ejemplo, imagina que tu objetivo es bajar de peso. Es posible que al principio decidas que quieres bajar (50 libras). Podrías pesarte todas las semanas como una forma de trazar tu progreso y podrías establecer un periodo de un año.
    • De forma similar, quizás quieras empezar un canal de YouTube. Podrías establecer el objetivo de publicar un video nuevo todas las semanas y trazar tu progreso monitoreando la frecuencia con la que publiques y la cantidad de visitas que recibas.

    Consejo: ten flexibilidad acerca del periodo de tiempo que te hayas establecido y los planes para monitorear tu progreso. Es probable que te topes con obstáculos y, por ende, quizás debas hacer ajustes para mantenerte encaminado.

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    Divide tu objetivo en pasos más pequeños. Debido a que un objetivo grande puede ser difícil de abordar, hazlo paso a paso. Identifica los pasos que debas seguir para lograr tu objetivo y luego elabora una lista de ellos en el orden en el que debas seguirlos. Tacha cada paso al completarlo.[2]
    • Por ejemplo, imagina que quieres escribir una novela. Es posible que los pasos más pequeños sean planificar tu historia, crear un bosquejo, escribir un primer borrador, pedir retroalimentación, hacer revisiones y escribir un segundo borrador.
    • En caso de que quieras redecorar tu dormitorio, quizás los pasos más pequeños sean elegir un tema, elegir los colores, trazar un plan, pintar las paredes, comprar artículos nuevos, ordenar tus muebles y colocar la decoración.
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    Da un paso pequeño y fácil para empezar a trabajar en tu objetivo. Suele ser difícil empezar, sobre todo si no estás seguro en cuanto a cómo cruzarás la meta. Al principio, evita preocuparte por el resultado final. En cambio, tan solo haz una pequeña acción que contribuya a tu objetivo. Separa alrededor de entre 15 y 30 minutos para hacer una tarea simple.[3]
    • Por ejemplo, imagina que quieres aprender a tocar la guitarra. Podrías dedicar 15 minutos a leer sobre los acordes y tratar de colocar las manos en la posición correcta.
    • En caso de que tu objetivo sea hacer cerámica, podrías dedicar 15 minutos a aprender los términos que necesitarás o experimentar con una bola pequeña de arcilla.
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    Exígete a salir de tu zona de confort. ¡No temas probar cosas que te den miedo! Salir de tu zona de confort te será de ayuda para crecer y desarrollarte como persona. Elabora una lista de cosas nuevas que quieras probar para ayudarte a alcanzar tu objetivo y luego tacha lentamente cada una de ellas.[4]
    • Por ejemplo, imagina que quieres ser cantante. Es posible que tu lista incluya cosas como "cantar karaoke en público", "presentarte a una audición para un musical en el teatro comunitario", "publicar un video cantando en línea" y "asistir a un taller de canto".
    • De forma similar, imagina que tu objetivo es trepar una montaña. Es posible que tu lista de desafíos incluya "practicar escalada en interiores", "correr en graderías" y "levantar pesas con un entrenador".
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    Evita compararte con alguien más. Si bien es comprensible que quieras comparar tu progreso con el de otra persona, por lo general esto hace más mal que bien. Mide en cambio tu progreso según los objetivos que te hayas establecido y la forma como hayas mejorado con el tiempo. Trata de ignorar lo que los demás hagan.[5]
    • Por ejemplo, imagina que tu objetivo es correr una maratón. No es justo para ti que te compares con alguien que haya estado corriendo maratones durante años, ya que ha tenido más tiempo para trabajar en ello. De forma similar, no sería justo para ti que te compares con tu amigo que tiene un negocio próspero, ya que ese no es tu objetivo.
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Método 2
Método 2 de 4:
Practicar una habilidad nueva

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    Programa sesiones de práctica en tu horario semanal. La práctica surte el mayor efecto cuando la haces con frecuencia. Esparce tus sesiones de práctica en el transcurso de la semana. Separa entre 15 minutos y una hora para practicar en los días que puedas.[6]
    • Por ejemplo, podrías tomar la decisión de practicar 4 días a la semana: los lunes, miércoles, viernes y sábados.
    • Evita tratar de realizar toda la práctica en un día. Es mejor practicar entre 15 y 30 minutos 4 veces por semana que 4 horas en un mismo día.
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    Enfoca toda tu atención en la tarea que te ocupe durante la práctica. Estar distraído durante las sesiones de práctica hará que aprendas menos y no mejores con tanta rapidez. Al practicar, debes hacer tu mejor esfuerzo por bloquear las distracciones. Dirige todos tus pensamientos hacia lo que estés haciendo.[7]
    • Quizás te sea de ayuda apagar las distracciones (por ejemplo, tu teléfono o el televisor) de ser posible.
    • En caso de que vivas con tu familia o con compañeros de piso, pídeles que no te molesten mientras estés practicando.
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    Hazle cambios pequeños a la práctica cada vez como una forma de ayudarte a crecer. Quizás consideres que la repetición te servirá para dominar una habilidad, y esto en parte es verdad, pero hacer algo exactamente del mismo modo cada vez no te será de ayuda para mejorar con tanta rapidez como ocurrirá si cambias las cosas. Haz el intento de que cada una de tus sesiones de práctica sea un poco diferente para ayudar a que sigas creciendo.[8]
    • Por ejemplo, imagina que estás intentando correr una maratón. Entre los cambios que podrías hacer se encuentran correr sobre un terreno distinto, cambiar de ruta, correr con un compañero, correr por una pendiente o realizar entrenamiento cruzado.
    • En caso de que tu objetivo sea escribir una novela, podrías trasladarte a un nuevo espacio de trabajo, tratar de escuchar música o tratar de incorporar una consigna a tu idea.
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    Pide retroalimentación a una persona conocedora para ayudarte a mejorar. La retroalimentación buena puede servirte para reconocer lo que estés haciendo bien y aquello en lo que podrías mejorar. Si quieres asegurarte de obtener retroalimentación buena, conversa con alguien que tenga conocimiento o pericia sobre lo que hagas. Ten cuidado de que sea una persona en quien puedas confiar para que sea honesta contigo sin dejar de ser amable.[9]
    • Imagina que estás intentando hacer que tu arte entre en una galería local. Es probable que tus padres no puedan darte una buena retroalimentación sobre tu arte, pero un profesor de arte o propietario de una galería sí podrían.
    • De forma similar, imagina que quieres ser el chef de tu propio restaurante. Pídele a otro chef que califique tus recetas o invita a los amantes de la buena comida en tu vida a una cena de prueba.
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    Deja ir la idea de la perfección. Nadie es perfecto, y luchar por alcanzar la perfección puede hacer que no logres tus objetivos. No trates de ser perfecto sino, en cambio, tan solo trata de hacer tu mejor esfuerzo, ya que es lo único que puedes hacer. Asimismo, mantente enfocado en mejorar de manera constante.[10]
    • Es probable que se necesite trabajo duro y mucha práctica para que puedas ser bueno en lo que intentas hacer. ¡No te rindas! Puedes volverte bueno en algo si te ciñes a ello.
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    No temas volver a empezar. Es probable que haya días en los que las cosas no te salgan bien o en los que consideres que fracasaste. Esto es perfectamente normal, y todas las personas exitosas tienen días como estos. Debes darte permiso para empezar de nuevo en caso de que las cosas no estén funcionando.[11]
    • Por ejemplo, imagina que tienes el objetivo de correr una maratón pero te sientes agotado con tu plan de ejercicios. Podrías volver a empezar con un plan de entrenamiento completamente nuevo.
    • De forma similar, imagina que quieres escribir una novela pero odias lo que has escrito. No hay problema con comenzar un borrador nuevo. Tan solo sigue adelante.
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Método 3
Método 3 de 4:
Crear un hábito

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    Enfócate en los comportamientos positivos en lugar de evitar los comportamientos poco útiles. Es probable que tengas unos cuantos hábitos "malos" que esperes reemplazar por hábitos "buenos". En lugar de tratar de dejar los hábitos "malos", enfócate en incorporar a tu vida los comportamientos positivos que quieras tener. Esto te alejará suavemente de los comportamientos que quieras dejar y que puedes reemplazar por comportamientos buenos.[12]
    • Por ejemplo, imagina que quieres empezar a seguir una dieta de base vegetal. Evita enfocar tu atención en eliminar la carne sino, en cambio, elige comidas y bocadillos de base vegetal.
    • De forma similar, imagina que quieres reducir la frecuencia con la que juegues videojuegos de forma que puedas hacer más ejercicio. En lugar de preocuparte por la cantidad de tiempo que juegues videojuegos, programa tus rutinas de ejercicios y enfócate en alcanzar ese objetivo.
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    Elimina las tentaciones de volver a caer en los hábitos malos. Es muy difícil mantener un hábito nuevo, sobre todo cuando sientes la tentación constante de regresar a los hábitos malos. Recorre tu casa y tu espacio de trabajo y elimina las cosas que podrían tentarte a tener recaídas. De ser necesario, haz algunos cambios a tu rutina para ayudarte a evitar la tentación.[13]
    • En tu casa, podrías deshacerte de tentaciones como la comida poco saludable o el desorden. De forma similar, podrías colocar tu sistema de videojuegos de forma que tengas que conectarlo para jugar.
    • Al trabajar, podrías poner tu teléfono en modo silencioso de forma que no te distraigas con las notificaciones o podrías desconectar el televisor.
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    Dispón pistas para recordarte los comportamientos que quieras tener. Al igual que las tentaciones pueden hacer que recaigas en los hábitos malos, las pistas ambientales pueden servirte para practicar los hábitos nuevos. Dispón recordatorios visuales de los comportamientos que quieras tener. Estas son algunas ideas:[14]
    • Extiende tu ropa de gimnasio para recordarte hacer ejercicio.
    • Dispón tu computadora portátil y el bosquejo de tu libro como una pista para que escribas.
    • Coloca alimentos saludables en la parte delantera del refrigerador de forma que los tomes primero.
    • Mantén tu instrumento musical afuera sobre un soporte o una mesa para que se te facilite practicar.
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    Rinde cuentas por ceñirte a tu hábito nuevo. La rendición de cuentas puede serte de ayuda para ceñirte a tu hábito nuevo de forma que sea más probable que tengas éxito. Elige una medida de rendición de cuentas que te funcione. Podrías probar con una de las siguientes:[15]
    • reclutar a un compañero de rendición de cuentas
    • contarles sobre tu objetivo a las personas en tu vida
    • inscribirte en una clase o actividad relacionadas con tu objetivo
    • publicar en línea acerca de tu progreso
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    Recompénsate por practicar tu hábito nuevo. Será más probable que continúes con un hábito si te sientes recompensado por ello. En su mayoría, los hábitos positivos conllevan beneficios grandes a largo plazo, pero puede ser difícil ceñirte a ellos el tiempo suficiente como para observar resultados. Puedes estimularte a seguir adelante disponiéndote un sistema de recompensas.[16]
    • Por ejemplo, podrías darte 15 minutos de tiempo de videojuegos después de trabajar en un objetivo. De forma similar, si completas todas las sesiones de práctica para esa semana, podrías comprarte un artículo nuevo que tenga relación con tu objetivo.
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Método 4
Método 4 de 4:
Mantenerte motivado

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    Monitorea tu progreso de forma que puedas ver cuánto has avanzado. Es posible que no te des cuenta de lo mucho que hayas progresado si no lo monitoreas. Prueba con distintas formas de monitorearte para determinar qué es lo que te funciona. Estas son algunas ideas:[17]
    • Coloca una estrella en tu calendario los días en los que trabajes en tu objetivo.
    • Publica fotografías de tu progreso en línea.
    • Cuéntale a tu amigo acerca de tu progreso.
    • Lleva un diario de objetivos para monitorear lo que hagas.
    • Lleva una lista de tus logros que marquen hitos.
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    Celebra tus logros pequeños como una forma de estimularte a seguir adelante. Lograr un objetivo grande suele tomar un tiempo. Sin embargo, es probable que logres muchos objetivos pequeños en el transcurso. Esfuérzate por celebrar cada vez que logres un pequeño paso en tu trayecto hacia tu objetivo. De este modo, te recordarás que estás progresando y te ayudarás a mantenerte encaminado.[18]
    • Por ejemplo, en caso de que quieras correr una maratón, podrías celebrar cada vez que termines una carrera más corta (por ejemplo, carreras de 5 km, 10 km y medias maratones).
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    Utiliza el diálogo interno positivo para hacerte sentir confianza. La forma como te hables a ti mismo puede tener un gran impacto sobre lo que puedas lograr. Repítete afirmaciones de apoyo y desafía los pensamientos negativos que tengas. Podrías incluso probar con usar afirmaciones positivas.[19]
    • Dite a ti mismo cosas como "Puedo hacer esto", "Estoy progresando mucho" y "Puedo hacer cualquier cosa que me proponga".
    • En caso de que te atrapes teniendo pensamientos como "Esto es muy difícil", desafíalo. Dite a ti mismo: "He hecho cosas difíciles en el pasado y también puedo hacer esto".
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    Rodéate de personas que te motiven. Identifica a las personas en tu vida que te hagan sentir alegre y capaz de lograr tus objetivos. Asimismo, busca nuevos amigos que tengan objetivos similares. Pasa más tiempo con estas personas, ya que te ayudarán a mantenerte motivado.[20]
    • Considera la posibilidad de pasar menos tiempo con personas que intenten hundirte. En caso de que alguien no apoye tus objetivos, es probable que no sea un buen amigo para ti.
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    Trata tus fracasos como lecciones de forma que no dejes de mejorar. Si bien cometer errores se siente horrible, constituye una parte normal del proceso hacia el éxito. Todos experimentan el fracaso y, en ocasiones, es la única forma de aprender a hacer algo bien. Cuando te equivoques, haz el intento de encontrar la lección en lo que haya ocurrido y luego vuelve a intentarlo.[21]
    • Por ejemplo, imagina que te presentas a una audición para un papel en una obra de teatro pero no te eligen. Podrías conversar con el director para averiguar cómo podría mejorar tu audición.
    • De forma similar, quizás intentes correr una maratón pero no puedas terminar. Es posible que esta experiencia haga que te des cuenta de que debes cambiar tu régimen de entrenamiento.
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Consejos

  • No te preocupes por lo que digan los demás acerca de lo que quieras hacer. Tan solo cree en ti mismo y sigue tus sueños.
  • No es necesario que compres muchos suministros para empezar. Empieza por donde estés y enfócate en dar pasos pequeños.
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