Que te abandone un amigo a veces es peor que ser abandonado por tu pareja. Las rupturas nunca son divertidas y perder a un amigo puede ser doloroso. Si tienes dificultades para enfrentar que tu amigo te abandone, no te preocupes. La buena noticia es que hay cosas que puedes hacer para enfrentar su pérdida hasta poder recuperarte y seguir adelante. Para ayudarte, hemos elaborado una lista de cosas que puedes hacer para controlar mejor tus emociones y cuidarte mientras tanto.

Método 1
Método 1 de 12:
Pasa tiempo con las personas que te valoran.

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    Disfruta de hacer cosas con las personas que amas. Sal con algunos de tus demás amigos o visita a familiares que no hayas visto por buen tiempo. Disfruta de estar en compañía de las personas que te quieren y busca actividades divertidas o relajantes para distraer tu mente de tu examigo.[1]
    • Por ejemplo, sal a cenar con algunos viejos amigos o reúnete con tu hermano y mira una película.

Método 2
Método 2 de 12:
Haz cosas que disfrutes hacer.

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    Vuelve a las actividades que amas. Adopta una nueva rutina que incluya tiempo para las cosas que te hacen feliz. Haz cosas que te den alegría y te ayuden a conectarte con otras personas. Esto te ayudará a asimilar la pérdida de tu amistad.[2]
    • Por ejemplo, si solías reunirte con amigos para jugar videojuegos o hacer ejercicios, vuelve a hacerlo. Las actividades familiares pueden hacerte sentir bien y despejar tu mente de la pérdida de tu amigo.

Método 3
Método 3 de 12:
Busca algo nuevo en qué ocupar tu tiempo.

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    Utiliza nuevas actividades para ocupar el espacio que ha dejado tu amigo. Si hay algo que siempre has querido probar, ahora es el momento perfecto para hacerlo. Mantenerte ocupado te distraerá de la pérdida de tu amistad y a su vez, te ayudará a llenar el tiempo que solías pasar con tu amigo con nuevos pasatiempos o actividades.[3] Puede tratarse de algo divertido como una clase de cocina o algo desafiante como correr una maratón.[4]
    • Busca clases o clubes en línea si estás tratando de probar algo nuevo. Por ejemplo, si siempre has querido probar la escalada en roca, es probable que exista un gimnasio o club local en el que puedas inscribirte para aprender a hacerlo.

Método 4
Método 4 de 12:
Esfuérzate por conocer nuevas personas.

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    Cultiva nuevas amistades que reemplacen a las antiguas. Solo por el hecho de que tu amigo te haya abandonado no significa que nunca tendrás otros amigos. Trata de unirte a un grupo de interés específico en las redes sociales, toma una clase educativa o de ejercicios o involúcrate en tu comunidad. Puedes conocer personas que tengan mucho en común contigo.[5]
    • Por ejemplo, si te encanta la jardinería, busca grupos de jardinería locales a los que puedas unirte. Conocerás a otras personas que comparten tus intereses.
    • Una clase de ejercicios puede ser una manera excelente de ponerte en forma y hacer nuevos amigos al mismo tiempo.

Método 5
Método 5 de 12:
Habla de tus sentimientos con personas de confianza.

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    Puedes sentirte menos solo al hablar de tus sentimientos. Acércate a las personas con las que sientas que puedes hablar, sobre todo aquellas que han atravesado rupturas difíciles anteriormente. No trates de lidiar con el dolor por tu cuenta. Habla con las personas en las que confías sobre cómo te sientes para que puedan identificarse contigo y hacerte sentir menos solo.[6]

Método 6
Método 6 de 12:
Escribe una carta de despedida para ti mismo.

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    Nadie tiene que leerla, pero ayudará a expresar tus sentimientos. Aunque hablar con otras personas puede ayudarte a sentirte menos solo, escribir una nota sobre cómo te sientes para ti mismo puede ayudar a aceptar tus propias emociones. Empieza un diario o escribe una carta a tu examigo que hable sobre el final de la amistad y cómo te sientes al respecto. Nadie tiene que ver la carta, así que sé lo más honesto y abierto posible.[7]
    • Solo el hecho de escribir tus sentimientos puede ser muy terapéutico.

Método 7
Método 7 de 12:
Permítete sentirte molesto.

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    Es normal estar triste, desconsolado y enojado. Perder a un amigo puede ser muy difícil. No debes negar tus propios sentimientos y tratar de enterrarlos. Permítete enojarte o sentirte triste o incluso llorar si es necesario. Con el tiempo, te recuperarás de la experiencia y no te lastimará tanto.[8]

Método 8
Método 8 de 12:
Piensa en las lecciones que has aprendido.

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    Piensa en 1 o 2 percepciones que hayas adquirido de la experiencia. Lo creas o no, puede ser valioso que tu amigo te abandone. A veces, con esto puedes aprender cosas sobre ti mismo y otras personas. Tómate un tiempo para pensar en cualquier cosa que pueda darle algún valor a tu dolor.[10]
    • Por ejemplo, es posible que hayas confiado demasiado en tu amigo o que hayas asumido que nunca haría nada para lastimarte. Eso no significa que no puedas volver a confiar en nadie, pero ahora sabes lo que puede suceder si depositas mucha fe en alguien que no se preocupa por tu bienestar.

Método 9
Método 9 de 12:
No pienses que hay algo malo contigo.

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    Trata de no tomarte el final de tu amistad como algo personal. Recuerda que fue tu examigo quien decidió terminar la amistad. No es tu culpa. Es posible que esté en un camino distinto al tuyo y no tenga nada que ver con quién eres. Aunque ahora resulte doloroso, el final de tu amistad puede llegar a ser algo bueno que te libere para hacer nuevas amistades.[11]
    • Si tu amigo terminó la amistad porque siente que lo maltrataste o abusaste de él, aprovéchalo como una oportunidad para reflexionar sobre tus actos.

Método 10
Método 10 de 12:
Guarda en una caja los viejos recuerdos.

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    Guárdalos, al menos hasta que hayas superado tu pérdida. Reúne los artículos que te recuerden a tu amigo, como las fotos, la ropa o los regalos. Colócalos en un contenedor como una caja o una canasta y ponlos en algún lugar fuera de la vista, por ejemplo, en un armario o debajo de la cama. Superar el abandono de tu amigo será un poco más fácil si no te lo recuerdas de forma constante.[12]
    • Puedes tirarlos a la basura si lo deseas o guardarlos para cuando no te sientas tan herido. Pueden ser recuerdos que atesorarás una vez que te recuperes.

Método 11
Método 11 de 12:
Deja de seguir a tu examigo en las redes sociales.

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    Verlo en línea puede hacer las cosas más difíciles. Es probable que tengas muchas fotos juntos en cualquier sitio de redes sociales en el que sean amigos. Ver viejos recuerdos puede traer sentimientos negativos y ver a tu examigo vivir su vida sin ti también puede ser hiriente. Es mejor dejar de seguirlo para no tener que lidiar con eso.[13]
    • A todos nos encanta Facebook, Twitter, Instagram y otras aplicaciones de redes sociales, así que puede ser difícil, pero no querrás acechar obsesivamente las cuentas de tu examigo.[14]
    • Puedes dejar de seguirlo o bloquearlo por completo de modo que tampoco pueda ver tus publicaciones.

Método 12
Método 12 de 12:
Acude a un terapeuta o un consejero si te cuesta mucho superarlo.

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    No hay nada de malo en buscar ayuda si la necesitas. Perder a un amigo que te importaba puede ser muy difícil de afrontar. Si tus emociones son intensas y tienes problemas para aceptar que tu amigo te abandone, consulta con un consejero o terapeuta. Estos profesionales te ayudarán a superar la pérdida y a afrontar tus sentimientos.[15]
    • Puedes buscar en Internet terapeutas y consejeros en tu zona.

Consejos

  • También está bien que te tomes un tiempo para ti. Ve de viaje, relájate en el spa o solo ponte al día con tu serie favorita. Practica un poco de cuidado personal para recuperarte de la pérdida de tu amigo.

Advertencias

  • Si te sientes deprimido o tienes pensamientos suicidas, busca ayuda. Contáctate con un profesional de la salud mental, como un psiquiatra, un consejero o un terapeuta. No tienes que enfrentarlo solo.

Acerca de este wikiHow

Chloe Carmichael, PhD
Coescrito por:
Psicóloga clínica licenciada
Este artículo fue coescrito por Chloe Carmichael, PhD. La doctora Chloe Carmichael es psicóloga clínica licenciada que dirige un consultorio privado en la ciudad de Nueva York. Con más de una década de experiencia en consultoría psicológica, Chloe se especializa en problemas de relaciones, manejo del estrés, autoestima y coaching profesional. También ha impartido cursos de pregrado en la Universidad de Long Island y se ha desempeñado como profesora adjunta en la Universidad de la ciudad de Nueva York. Completó su doctorado en psicología clínica en la Universidad de Long Island en Brooklyn, Nueva York, y su formación clínica en Lenox Hill Hospital y Kings County Hospital. Tiene la acreditación de la Asociación Americana de Psicología y es autora de “Nervous Energy: Harness the Power of Your Anxiety”.