Tendrás que mantener a tu bebé seguro de los gérmenes; por ello, puede ser de utilidad que esterilices los biberones. No siempre tendrás que hacerlo después de cada uso. Por lo general, bastará con colocar los biberones en un lavaplatos con un ciclo de agua caliente, y siempre deberás lavarlos antes de esterilizarlos. No obstante, aun así tendrás que esterilizarlos de vez en cuando, en especial si tu hijo ha estado enfermo.[1] Podrás esterilizar los biberones hirviéndolos, exponiéndolos al vapor o remojándolos; y todos los métodos tendrán la misma eficacia.

Método 1
Método 1 de 3:
Hervir los biberones de vidrio y plástico resistente al agua caliente

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    Coloca los biberones en una olla. Llena una olla grande con agua, coloca los biberones en ella y llénalos con agua hasta que estén cubiertos. También puedes echar las tetinas a la olla.[2]
    • Antes de realizar este método, deberás cerciorarte de que los biberones puedan lavarse en agua hirviendo. Este método es mejor para los biberones de vidrio, pero también podría emplearse en los de plástico si estos pueden hervirse.
    • Solo usa la olla para hervir los biberones.
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    Haz que el agua hierva. Cubre la olla con una tapa limpia y colócala en una hornilla de la cocina. Enciéndela a fuego alto y espera a que el agua hierva. Presta atención para determinar si está empezando a hervir y así poder medir el tiempo.[3]
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    Mantén el agua hirviendo por 15 minutos. Una vez que el agua empiece a hervir, tendrás que dejarla calentando hasta que esterilice los biberones por completo. Espera al menos 15 minutos antes de apagar la hornilla.[4]
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    Saca los biberones usando pinzas esterilizadas. No deberás sacar los biberones con las manos, ya que no estarán esterilizadas. En lugar de ello, mete el extremo de las pinzas al agua mientras esté hirviendo y déjalas allí para que se esterilicen. Luego úsalas para retirar los biberones cuando se hayan enfriado un poco.[5]
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    Sécalos. Puedes hacerlo sobre una toalla limpia para así eliminar el exceso de agua. Voltéalos para hacer que se sequen bien. Una vez que estén secos, colócales las tetinas y así estarán listos para usarse.[6]
    • También puedes sacudirlos para retirar el agua. Colócales las tetinas y guárdalos en la refrigeradora, dentro de un recipiente limpio, así evitarás que entren en contacto con las bacterias.
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    Revisa las tetinas para determinar si se han dañado. Con el tiempo, este método puede hacer que las tetinas sufran daños, por lo que deberás revisarlas con frecuencia para así cerciorarte de que no se hayan agrietado o roto. Las grietas pueden tener gérmenes.[7]
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Método 2
Método 2 de 3:
Esterilizar con vapor los biberones de vidrio o plástico resistente al calor

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    Coloca los biberones limpios en el esterilizador. Se usará una máquina de vapor para limpiar los biberones. Tendrás que colocar los biberones y las tetinas boca abajo para que el vapor pueda alcanzar todos sus rincones y hendiduras.[8]
    • Podrás conseguir esterilizadores de biberones en la mayoría de las tiendas que vendan productos para bebés. Muchos de ellos pueden conectarse a los tomacorrientes, pero encontrarás algunos que podrás usar en el microondas.
    • Antes de emplear este método, tendrás que cerciórate de que puedas colocar los biberones en un esterilizador de vapor.
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    Agrégale agua a la máquina. Luego de introducir los biberones, el agua producirá vapor. Cada máquina será un poco diferente, por lo que tendrás que revisar las instrucciones para así saber en qué parte del aparato deberás verter el agua.[9]
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    Inicia el ciclo. Una vez que sepas por dónde verter el agua, tendrás que cerrar la máquina e iniciar el ciclo siguiendo las instrucciones brindadas. Es probable que tan solo tengas que presionar el botón de inicio para empezar el ciclo.[10]
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    Retira los biberones según los necesites. Cerciórate de que la máquina se haya enfriado, ya que no deberás quemarte con el vapor.[11] Es una buena idea dejar los biberones en la máquina hasta que los necesites.[12]
    • El esterilizador también deberá brindar información sobre el tiempo durante el cual puedas dejar los biberones en la máquina antes de iniciar un nuevo ciclo.[13]
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Método 3
Método 3 de 3:
Esterilizar cualquier biberón con una solución esterilizante

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    Mezcla la solución de limpieza con agua. Las soluciones esterilizantes usan químicos (seguros) para esterilizar los biberones. Por lo general, estas incluirán una cubeta especial que se usará durante la esterilización. Tendrás que mezclar una cantidad determinada del limpiador con agua en la cubeta para así tener lista la solución de limpieza, lo que dependerá de las instrucciones brindadas.[14]
    • Puedes comprar soluciones de limpieza especiales para biberones en internet o en la mayoría de los supermercados. Solo deberás usar estas soluciones para esterilizar biberones.
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    Sumerge los biberones en la solución. Coloca los biberones y las tetinas en la solución, y verifica que cada uno de los biberones se llene con el líquido. La mayoría de las cubetas tendrán un dispositivo en la parte superior que ayudará a mantener los objetos sumergidos.[15]
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    Deja que el biberón se remoje por media hora. Por lo general, los biberones tendrán que remojarse por un tiempo determinado antes de considerarlos esterilizados. Media hora suele ser el tiempo que se requiere para esterilizarlos por completo usando la solución química.[16]
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    Prepara una solución fresca todos los días. Puedes dejar los biberones en la solución, pero tendrás que preparar una cantidad nueva cada 24 horas. Retira los biberones y retira la solución. Limpia la cubeta con agua y jabón, y vuelve a hacer todo desde el principio.[17]
    • No tienes que esterilizar los biberones todos los días, pero por lo general, lo más sencillo es dejarlos en la solución, ya que esto los mantendrá limpios.
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Consejos

  • Esteriliza los chupones con frecuencia para así evitar la propagación de las bacterias, en especial si el bebé ha estado enfermo.
  • Algunos expertos recomiendan esterilizar los biberones luego de cada uso,[18] pero otros indican que solo tienes que hacerlo de vez en cuando; en especial, después de que el niño haya estado enfermo.[19]
  • En ocasiones, los lavaplatos tienen un ciclo lo suficientemente caliente como para esterilizar los biberones.[20]
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Advertencias

  • Tus manos pueden contaminar los biberones y el equipo. Tendrás que lavártelas bien antes de empezar y deberás usar pinzas esterilizadas siempre que sea posible.[21]
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Acerca de este wikiHow

Mor Levy Volner, IBCLC, RDN
Coescrito por:
Consultora internacional de lactancia certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Mor Levy Volner, IBCLC, RDN. Mor Levy Volner es una consultora internacional de lactancia certificada que reside en el sur de California. Obtuvo su licenciatura en nutrición clínica de la Universidad de California, Davis en 2009 y finalizó su curso de consultora en lactancia del Programa de Extensión de la Universidad de California, San Diego en 2013, la cual incluyó 300 horas de experiencia en consultoría de lactancia de Kaiser Permanente. También tiene una maestría en dietética y nutrición de la Universidad Estatal de California – Northridge en 2014. Este artículo ha sido visto 77 543 veces.
Categorías: Lactancia materna
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