Hacer eructar a un bebé le ayudará a liberar los gases y sentirse más cómodo. Los bebés que siguen lactando o recibiendo biberón por la noche podrían dormirse durante o después de la alimentación, pero aun así podrían necesitar que les hagan eructar. Busca una posición que permita que el bebé eructe sin despertarlo (¡con suerte!), e identifica las maneras en las que puedas hacer que tenga menos gases, para no tener que hacerlo eructar por la noche con demasiada frecuencia.

Método 1
Método 1 de 3:
Sostener a tu bebé sobre tu hombro

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    Coloca una tela limpia sobre tu hombro o pecho cuando hagas eructar a tu bebé. Coloca la tela de modo que esté por debajo de su mentón. Esto te ayudará a evitar que te manche la ropa. También puedes usar un área limpia de la tela para limpiarle la boca y la nariz luego de hacerlo eructar.[1]

    Consejo: si no tienes ninguna tela para este fin, podrás usar una manta pequeña, un paño o una toalla.

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    Sostén a tu bebé contra tu pecho con su mentón sobre tu hombro. Si tu bebé está durmiendo en tus brazos luego de alimentarlo, llévalo a tu hombro con cuidado. Colócalo de modo que su mentón repose en tu hombro con la tela en él. Coloca una mano debajo del trasero del bebé para darle soporte a su peso, y coloca la otra mano contra su espalda.[2]
    • Si vas a sentarte en una mecedora o una silla reclinable, inclinarte un poco hacia atrás podría ayudarte a cambiar la posición de tu bebé sin despertarlo.
    • Alístate para darle soporte a su cabeza con la mano en su espalda si es necesario (p. ej., si hace un movimiento repentino mientras duerme).
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    Dale palmaditas suaves en la espalda para hacerlo eructar. Con la mano que tienes en su espalda, dale una palmadita suave. No uses palmadas fuertes, ya que estas no harán que eructe con más rapidez y podrían despertarlo. Sigue dándole palmaditas suaves hasta que eructe.[3]
    • Si te sientas en una mecedora, mece a tu bebé para calmarlo y mantenerlo dormido. Si vas a sentarte en una silla común o si vas a estar parado, puedes mecerlo con delicadeza para calmarlo.
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    Regrésalo a su cuna o moisés luego de hacerlo eructar. Luego de que eructe, colócalo boca arriba con cuidado en su cuna o moisés. Hazlo con lentitud para no despertarlo al transferirlo.[4]
    • Asegúrate de que su cuna solo tenga una sábana ajustable y no mantas gruesas, almohadas o peluches, ya que estos posan un peligro de asfixia para tu bebé.
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Método 2
Método 2 de 3:
Colocarlo en tu regazo

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    Coloca al bebé en tu regazo con la cabeza por encima de su estómago. Pasa al bebé dormido a tu regazo con cuidado. Colócalo de modo que apunte hacia abajo con su pecho, estómago y piernas en tus piernas. Eleva la pierna que esté por debajo de su pecho aproximadamente en 5 cm (2 pulgadas), de modo que su cabeza y pecho estén un poco por encima del nivel de su estómago.[5]
    • Podrías tener que colocar un paño de muselina en tu regazo, debajo de la boca del bebé. Esto protegerá tu ropa de lo que regurgite.[6]
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    Adapta la posición de su cabeza de modo que pueda respirar con facilidad. Si su boca o nariz está contra tu pierna, gira o levanta su cabeza un poco para que estas no estén cubiertas. Usa la mano para darle soporte a su cabeza al modificar su posición.[7]
    • No coloques la mano contra su cuello o cerca de su garganta mientras modificas la posición de su cabeza. Esto podría limitar su respiración.
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    Dale unas palmaditas en la espalda con suavidad hasta que eructe. Dale palmaditas suaves en la espalda y escucha si eructa. No le des palmaditas muy fuertes, ya que no harán que eructe con más rapidez o facilidad, y podrían despertarlo.[8]
    • Tu bebé podría eructar justo después o luego de unos minutos.
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    Colócalo de regreso en su moisés o cuna luego de hacerlo eructar. Luego de que tu bebé eructe, podrás colocarlo de regreso en su cuna o moisés. Colócalo en su cuna o moisés boca arriba solo con una sábana ajustable en el colchón.[9]
    • Nunca coloques ropa de cama gruesa, almohadas o animales de peluche en la cuna o el moisés de un bebé, ya que estos aumentan su riesgo de sufrir de asfixia.

    Consejo: si tu bebé tiene gases y cólico (llora por 3 o más horas a diario o todas las noches), esto podría indicar que traga aire cuando llora. Conversa con su pediatra para que te dé consejos sobre cómo tratar el cólico y aumentar el nivel de comodidad de tu bebé.[10]

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Método 3
Método 3 de 3:
Reducir la necesidad de hacerlo eructar

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    Hazlo eructar si se retuerce o se pone quisquilloso mientras lo alimentas. Dado que la mayoría de los bebés no pueden decirte cuando necesitan eructar, es importante que captes el lenguaje corporal del tuyo para determinar si tiene gases y necesita eructar. La mayoría de los bebés a los que se les tiene que hacer eructar por lo general serán quisquillosos durante su alimentación y se pondrán irritables, y estarán incómodos a la vista.[11]
    • Si tratas de hacerlo eructar por varios minutos y no lo hace, podría estar quisquilloso por algo más, como un pañal mojado.[12]
    • Si tu bebé muestra signos de incomodidad a causa de los gases, como arquear la espalda, masajéale el vientre o mueve sus piernas como si pedaleara mientras permanece recostado boca arriba. Esto podría ayudarlo a expulsar el aire atrapado.[13]

    ¿Sabías que…? Tu bebé podría empezar a eructar por su cuenta aproximadamente entre los 4 y 6 meses de edad, por lo que quizás no tengas que hacerlo eructar más luego de este punto.[14]

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    Lleva un control de los eructos de tu bebé luego de las comidas. Observa con qué frecuencia tienes que hacerlo eructar luego de cada comida, llevando un registro por escrito de las comidas y las ocasiones en las que tengas que hacerlo eructar. Si no eructa mucho durante el día, es probable que no tengas que preocuparte por hacerlo eructar por la noche.
    • Los bebés a los que les dan de lactar también suelen eructar menos que los que reciben biberón.[15]
    • Si le das biberón a tu bebé, busca algunos especiales que eliminen el aire durante las comidas. Estos reducirán la cantidad de aire que se queda atrapado dentro del estómago del bebé.
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    Hazlo eructar luego de cambiar de seno o por cada 60 a 90 ml (2 o 3 oz). En general, la mayoría de los bebés a los que les dan de lactar necesitan que los hagan eructar al cambiar de seno y al terminar de alimentarlos. A los que toman biberón por lo general se les debe hacer eructar por cada 60 a 90 ml (2 o 3 oz) de leche que tomen.[16]
    • Hacer que tu bebé eructe con más frecuencia durante las comidas podría ayudarte a reducir la necesidad de hacerlo eructar después de que se duerma.
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    No lo fuerces a eructar si parece estar cómodo después de su comida. No hay problema si tu bebé no eructa luego de cada comida, siempre y cuando parezca estar cómodo y sin gases. Él podría eructar durante su siguiente comida o eructar más, lo cual está bien.[17]
    • Por ejemplo, si duerme tranquilo después de una comida y no muestra ningún signo de incomodidad a causa de los gases, puedes dejarlo dormir.
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Consejos

  • Hablarle con un tono bajo o cantarle podría ayudarlo a relajarse y tranquilizarlo, e incluso podría animarlo a eructar.
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Categorías: Lactancia materna
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