La estimulación de pezones es el acto de rodarlos, frotarlos o chuparlos para inducir las contracciones y el trabajo de parto. Esta es una técnica que se usa comúnmente como parte del proceso de alumbramiento natural. El objetivo es liberar oxitocina, una hormona que suele preceder al trabajo de parto. Puedes estimular los pezones usando las manos o con la ayuda de un extractor de leche. Antes de empezar, es muy recomendable que converses con el doctor o la partera.[1]

Método 1
Método 1 de 3:
Obtener la aprobación de un profesional de la salud

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    Anota una lista de preguntas para el doctor. Una vez que decidas emplear la inducción, toma un pedazo de papel y haz una lista de toda inquietud o pregunta que se te ocurra. Revísala e identifica las “cinco preguntas más importantes” que debas hacer en la próxima visita al doctor.
    • Por ejemplo, podrías preguntar “¿Cuáles son los posibles peligros de probar la estimulación de pezones antes de mi fecha de parto prevista?”.[2]
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    Consulta con tu partera o doctor. Cuando veas a tu doctor, pregúntale si considera que la estimulación de pezones es una opción para ti. Debes escuchar sus consejos con atención. En la mayoría de las situaciones, el doctor recomendará esperar hasta estar a un mínimo de 40 semanas antes de probar la estimulación.
    • Podrías preguntarle “¿En qué punto sería una buena idea considerar los métodos de inducción natural?” o “¿Ha leído sobre alguna investigación prometedora sobre la estimulación de pezones?”.
    • Recuerda que siempre puedes reservar una cita adicional, si necesitas un tiempo adicional.
    • Hay algunas situaciones en las que el doctor o la partera podrían recomendar la estimulación de pezones (junto con otros métodos de inducción) por el bien del feto. Por ejemplo, podrían recomendarte la estimulación de pezones si tienes más de 42 semanas y tu placenta es menos eficiente para brindar nutrientes; o si tienes una complicación, como la preeclampsia, la cual podría poner en riesgo a tu bebé.[3]
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    Asegúrate de que tu cuerpo esté preparado y listo para el trabajo de parto. La estimulación de pezones suele funcionar mejor para las mujeres que muestran los signos tempranos del trabajo de parto, como el adelgazamiento del cuello uterino. Puedes pedirle al doctor o la partera que te examine y te brinde comentarios sobre las probabilidades de éxito.
    • Incluso si tu doctor dice que está bien, observa tu cuerpo para identificar las pistas sobre cómo proceder. Si en algún punto te sientes incómodo con el proceso, detente y toma un descanso.
    • En el caso de algunas pacientes de alto riesgo, su cuerpo podría sentirse listo, pero sus bebés no siempre podrán tolerar las tensiones del trabajo de parto inducido. Por ejemplo, la estimulación de pezones puede causar frecuencias cardiacas fetales anómalas en algunas circunstancias. Si tienes un embarazo de alto riesgo, procede con mucho cuidado.[4]
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    Determina si pruebas otros métodos o no. Para mejorar las probabilidades de tener éxito, consulta con tu doctor sobre la opción de probar varios métodos de inducción al mismo tiempo. Estas son algunas opciones de inducción no farmacológicas: caminar, el sexo, aceite de castor, mezclas de hierbas y enemas.[5]
    • Ten en cuenta que algunos de estos métodos tienen una aprobación médica tentativa en un embarazo saludable (como las relaciones sexuales), mientras que otros (como el aceite de castor) tienen una menor aprobación.
    • También puedes consultar con el doctor sobre la separación de membrana, la cual realizan los doctores u otros profesionales médicos calificados.
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    Haz el compromiso de supervisar tu progreso con cuidado. Alístate para la posibilidad de que el doctor o la partera te recomienden algún tipo de control durante los intentos de estimulación de pezones. Esto podría requerir que instales un monitor de frecuencia cardiaca fetal en casa, o podrías tener que acudir a la clínica para tus sesiones de estimulación.[6]

Método 2
Método 2 de 3:
Iniciar el proceso de estimulación

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    Coloca tu teléfono cerca. Las contracciones causadas por la estimulación de pezones pueden surgir con rapidez y mucha fuerza en algunas mujeres. Es importante que realices tus sesiones de estimulación con tu pareja o con tu teléfono cerca. Esto te permitirá pedir ayuda si la necesitas durante o después del proceso.[7]
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    Usa una blusa de material suave y delgado, o quítatela por completo. Para que la estimulación sea eficaz, necesitarás un acceso libre a tus senos. Cuando estés lista para empezar, ve a un lugar privado y coloca tu ropa de la manera que te parezca más cómoda. Ten en cuenta que algunas mujeres consideran que usar un sostén (en especial uno con aro) influye en el flujo de sangre y reduce el nivel de reacción.
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    Empieza a masajear un seno. Empieza colocando tu areola (el área oscura alrededor del pezón) entre tu pulgar y dedo índice. Masajea y rueda la areola con cuidado, avanzando hacia adentro con lentitud en dirección al pezón. Cuando alcances el pezón, puedes jalarlo con suavidad o masajearlo.[8]
    • Cuando estimules tus pezones, uno de tus objetivos es imitar las acciones de un bebé succionando. Este es uno de los principales motivos por los que solo debes masajear un seno a la vez; de lo contrario, puedes exaltar a tu organismo. Si masajeas un seno a la vez, con suerte tu cuerpo liberará oxitocina como lo haría si dieras de lactar.
    • Otra manera de masajear todo el seno es colocar una palma sobre la areola y el pezón mientras la otra palma cubre los bordes exteriores del seno. Luego ambas manos trabajarán en conjunto masajeando toda el área.
    • Lo mejor es cambiar al otro seno luego de que tu pezón se erecte por un minuto completo.
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    Repite el proceso con el otro seno. Lo mejor es esperar de 2 a 4 minutos antes de empezar el proceso de nuevo con el seno que no has tocado. Todo el masaje de seno debe tomar alrededor de 15 a 20 minutos como máximo. Se recomienda que repitas el masaje como máximo 3 veces al día.[9]
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    Procede con cuidado si sientes contracciones. Tu objetivo es iniciar el trabajo de parto, pero no debes ir directo a las contracciones fuertes. Estas pueden ser muy agotadoras para ti y el bebé. Por este motivo, si sientes una contracción, detén el masaje hasta que la contracción termine. Si optas por continuar el masaje luego de ello, procede con mucho cuidado y detente por completo si tus contracciones duran más de un minuto o si se repiten cada 3 minutos.[10]
    • Si optas por seguir masajeando luego del inicio de las contracciones, asegúrate de hacerlo con la orientación de un profesional médico.
    • Ten en cuenta que es muy probable que estimules al bebé en exceso en este punto si no registras sus latidos cardiacos.[11]

Método 3
Método 3 de 3:
Mejorar tus probabilidades de tener éxito

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    Ten un registro de inducción. Toma apuntes cada día sobre el momento en el que te masajees, la duración del masaje y si has sentido alguna contracción. También puedes registrar la información sobre cualquier otro método de inducción que estés probando. Esta puede ser una herramienta muy útil para determinar qué métodos te funcionan y cuáles no.[12]
    • Podrías anotar “Masajee ambos senos a la 1:00 p. m. por 15 minutos, con loción, sin contracciones”.
    • Si prefieres seguir un horario, también podrías configurar un temporizador en tu teléfono para alertarte sobre las horas que elijas para los masajes.
    • Debes llevar este registro contigo cuando acudas al doctor o la partera.
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    Usa un extractor de leche eléctrico. Algunas mujeres consideran útil usar un extractor de leche eléctrico además de masajearse. El extractor aplicará más presión intensa en la aureola y el pezón, lo que puede iniciar las contracciones. Las mujeres también podrían notar que sus manos les duelen durante el embarazo, y un extractor hará el trabajo manual por ti.[13]
    • Experimenta con las configuraciones del extractor para encontrar la que te parezca más cómoda. Recuerda que la mayor presión no siempre te dará los mejores resultados.
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    Aplícate lubricante. Si tus pezones están secos, adoloridos o sensibles, tendrás más dificultades para obtener los beneficios de la técnica de estimulación o tolerarla. Aplícate un lubricante natural (como manteca para pezones o aceite de coco) en la areola y el pezón. Úsalo como parte del proceso de masaje. Repítelo según sea necesario.[14]
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    Aplícate compresas calientes. También se sabe que el calor estimula el reflejo de salida de leche y la liberación de oxitocina. Colócate una compresa caliente en un seno a la vez por cinco minutos en cada uno. Rótala en el transcurso de 30 minutos a una hora. Repite este proceso hasta tres veces al día.[15]
    • Asegúrate de que la compresa no esté muy caliente. Esta debe calentarte la piel, no quemarla. También puedes comprar en la tienda de maternidad local bolsas de calor para microondas que también funcionen como relleno de sostén.
    • También puedes tomar una ducha caliente. Dirige el agua a tus senos mientras te masajees para obtener el máximo efecto.
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    Haz que tu pareja participe. Esto podría parecerte mucho trabajo, pero si haces que tu pareja participe, podrás aligerar un poco la carga. Muéstrale a tu pareja la técnica de masaje adecuada y los tipos de toques físicos que prefieres, y pídele que lo haga por ti. Pídele que te recuerde las horas de tus sesiones de estimulación.[16]
    • También puedes pedirle que estimule tus pezones al chuparlos o lamerlos. Esto funciona mejor si se combina con las técnicas de masaje.[17]
    • Si prefieres encargarte de la estimulación por tu cuenta, tu pareja podrá darte ánimos verbales.

Consejos

  • Si recurres a la inducción por frustración, tan solo recuerda darle prioridad a tu salud y la de tu bebé. No estarás embarazada por siempre y este es el momento de confiar en tu cuerpo.
  • Al igual que cuando das de lactar, es de utilidad que rotes el seno inicial. Por lo tanto, si has empezado con el seno derecho, inicia la siguiente sesión con el izquierdo.

Advertencias

  • Recuerda recibir la autorización clara de tu doctor o partera antes de proceder con la estimulación de pezones. El trabajo de parto prematuro conlleva una variedad de complicaciones y riesgos graves.
  • Ten paciencia. Podrían pasar días o incluso semanas para que veas los resultados de tus esfuerzos. Recuerda que el objetivo es tener un bebé saludable y ser una mamá feliz.[18]

Acerca de este wikiHow

Carrie Noriega, MD
Coescrito por:
Obstetra y ginecóloga certificada por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Carrie Noriega, MD. La Dra. Noriega es una obstetra y ginecóloga certificada por el colegio oficial, y escritora médica en Colorado. Se especializa en salud de la mujer, reumatología, neumología, enfermedades infecciosas y gastroenterología. Recibió su doctorado en la Creighton School of Medicine en Omaha, Nebraska, y completó su residencia en la Universidad de Missouri - Kansas City en 2005. Este artículo ha sido visto 18 297 veces.
Categorías: Parto