Cuando te enteras que esperas un bebé, es difícil impedirle a tu mente que se adelante al gran día. Este tipo de pensamientos pueden causar mucha ansiedad, en especial para las madres primerizas. Si preparas tu ropa con anticipación, podrás simplificar tu lista de cosas por hacer justo antes de entrar en trabajo de parto. Hay algunos pasos simples que puedes seguir para asegurarte de tener todo lo que necesitas para tu gran día.

Método 1
Método 1 de 3:
Vestirse para dar a luz en el hospital

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    Utiliza ropa suelta para ir al hospital. Utiliza un vestido largo, una falda larga o unos pijamas. No necesitarás pantalones si hace calor. Sin embargo, utiliza unos pantalones deportivos si hace frío. Trata de encontrar una prenda que tenga botones para que los doctores puedan quitártela rápidamente si es necesario. Cuando llegas a la sala de maternidad, la mayoría de los hospitales suelen brindar un camisón para que lo utilices mientras das a luz.
    • Si tu fuente ya se ha roto, es posible que solo tengas que utilizar un vestido largo o una falda larga. Tus pantalones se mojarán con el líquido amniótico antes de que llegues al hospital. De igual forma, utiliza un top suelto y unos pantalones elásticos sueltos, además, utiliza una toalla higiénica.
    • Si tu fuente no se ha roto todavía, no habrá ningún problema con que utilices pantalones deportivos o pijamas.
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    Ten en cuenta que te pedirán que te pongas un camisón. Al final, si tendrás un bebé en el hospital, no importa lo que vistas antes de que llegues allí en trabajo de parto activo. Esto se debe a que te pedirán que te pongas un camisón de hospital al llegar. En este punto, ¡lo que vistas será lo último en lo que pensarás![1]
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    Trata de utilizar ropa interior apropiada para el embarazo. Lo mejor es utilizar algodón. Trata de evitar arcos y tiras fuertes en el sostén; te sentirás más cómoda si utilizas tiras elásticas. Es preferible no utilizar nada debajo de un vestido largo.
    • Si esperas pasar a trabajo de parto en cualquier momento, asegúrate de utilizar ropa interior vieja, ya que esta se arruinará cuando tu fuente se rompa.
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    Considera llevar tu propio camisón. El hospital te dará un camisón para que lo utilices durante el trabajo de parto, pero tienes la opción de llevar el tuyo. No tienes que utilizar el que el hospital te dé. Hay ventajas y desventajas en ambas opciones, pero al final la decisión depende de ti.[2]
    • Algunas mujeres prefieren utilizar el camisón que el hospital les da porque no tienen que preocuparse por el hecho de que se ensucie. El camisón se manchará con sangre y otros líquidos durante el trabajo de parto, lo que podría no salir al lavarlo.
    • Sin embargo, algunas mujeres no se preocupan por esto y prefieren utilizar su propio camisón. Es posible que te sientas más cómoda con tu propio camisón, incluso si compras uno nuevo y solo lo utilizas esta vez. Considera si tu paz mental vale el precio de un camisón que solo utilizarás una vez.
    • Si tienes un trabajo de parto prolongado o detenido, tu médico podría indicarte que camines por los pasillos del hospital para acelerar el proceso. Si te sobrecalientas fácilmente, asegúrate de que tu camisón sea tan largo como para que camines con comodidad por los pasillos sin tener que utilizar una bata. Algunas mujeres se sobrecalientan durante el trabajo de parto.
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    Asegúrate de que tu peinado sea cómodo y no te moleste. Servirá hacerte una cola de caballo pequeña, una trenza simple o incluso un moño desaliñado. De igual forma, puedes soltarte el cabello si no te importa que esté en tu cara. Si tu cabello es largo, lleva un sujetador elástico para amarrártelo y hacerte una cola de caballo. Sin embargo, si es corto, una cinta para el cabello elástica puede ayudarte a mantenerlo lejos de la cara. La mayoría de las mujeres suda durante el trabajo de parto profuso y el alumbramiento, y mantener el cabello alejado de la cara hará que te sientas más cómoda.
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    Utiliza ropa suelta y de color claro, y no utilices calzado si hace calor. No hay ningún problema con que vayas descalza al hospital. Debes vestirte con ropa liviana, suelta y de color claro que te mantenga tan fresca como sea posible. Si comienzas a acalorarte mucho, pide que te den agua fresca o trozos de hielo.
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Método 2
Método 2 de 3:
Vestirse para dar a luz en casa

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    Utiliza ropa suelta o no utilices nada. Tu comodidad es la prioridad principal. Evita utilizar ropa que sea muy ajustada alrededor de tu estómago mientras tengas las contracciones; esto solo incrementará el dolor. La ropa ajustada también puede impedirte encontrar una posición cómoda para el trabajo de parto, y dificultará mucho más cambiarte y ponerte el camisón si tienes contracciones fuertes.
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    Asegúrate de que el camisón sea respirable, suelto y cómodo si decides utilizarlo. Asegúrate de que no sea muy largo; está bien si llega a la rodilla. Un camisón largo puede volverse un problema durante el trabajo de parto y el alumbramiento, ya que podría convertirse en un impedimento para el monitoreo fetal o el nacimiento del bebé. Asimismo, asegúrate de que el camisón que escojas no sea muy corto. Un vestido en línea A es muy popular para el trabajo de parto; también puedes utilizar un vestido estilo momo, un vestido maxi y un camisón para dormir.
    • Es posible que quieras permanecer cubierta para no sentirte expuesta mientras estás en las primeras etapas del trabajo de parto, antes de comenzar verdaderamente el proceso de dar a luz.
    • Si planeas dar de lactar justo después del nacimiento, asegúrate de que los botones de tu camisón se puedan desabotonar al menos para exponer por completo tus senos.
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    Considera utilizar una camiseta grande que le pertenezca a tu pareja. Esta podría ser suelta y cómoda, además de darte un mayor apoyo emocional. Asegúrate de que sea una camiseta vieja o una no esencial. Hay una probabilidad de que manches o rasgues la ropa que utilices.
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    Considera utilizar una camiseta grande, un sostén deportivo cómodo y unos pantalones sueltos. Esto te permitirá movilizarte entre las contracciones para aumentar la comodidad y ayudar a la respiración efectiva. A medida que el trabajo se prolongue, es posible que quieras quitarte los pantalones para facilitar las examinaciones y la expulsión de fluidos.
    • Utiliza algo que no te importe mucho; las cosas pueden volverse caóticas.
    • Recuerda que habrán otras personas presentes. Considera cuánta piel puedes mostrar sin incomodarte.[3]
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    Considera estar desnuda. Muchas mujeres prefieren estar desnudas, en especial para un parto en el agua. Es posible que te sientas más cómoda y menos restringida sin que la ropa se te pegue al cuerpo sudoroso. No tienes que decidirlo de inmediato. Tienes la opción de quitarte el camisón o los pantalones a medida que progrese el trabajo de parto.[4]
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Método 3
Método 3 de 3:
Empacar para quedarse en el hospital

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    Empaca una "bolsa de hospital" con todo lo que necesitarás durante el trabajo de parto y tu estadía en el hospital. Haz una lista de verificación de los artículos esenciales que necesitas y empaca tu bolsa al menos una semana antes del nacimiento del bebé. Es posible que no tengas tiempo para empacar cuando llegue el momento. Por ello, empaca toda la ropa que necesitarás mientras estés en el hospital o el centro de parto. Planear con anticipación te ayudará a asegurarte de estar bien preparada cuando llegue el momento.[5]
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    Empaca una bata de baño para utilizarla después de haber dado a luz al bebé. Empaca una bata que te permita respirar bien y no se te pegue. El algodón y el algodón sin cardar son telas populares para las batas postparto. Estas telas te mantendrán caliente, pero no se te pegarán mucho al cuerpo.
    • Evita las batas de seda o de satén. Estas son resbalosas, así que harán que te deslices mientras estés en cama. Las habitaciones de un hospital pueden ponerse frías en la noche, y el material transparente podría no ser suficiente para mantenerte caliente.
    • Evita la lana y otros materiales pesados. Querrás mantenerte caliente, pero no querrás sobrecalentarte.
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    No empaques demasiadas cosas para el bebé. Es preferible no empacar nada para el bebé, solo su atuendo para ir a casa y un asiento para el automóvil. El hospital se ocupará del resto.
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    Lleva pantuflas y calcetines pantuflas. Escoge unas pantuflas que mantengan tus pies calientes y te den un buen apoyo. Es posible que tengas que dar unas caminatas durante ciertas etapas del trabajo de parto, así que querrás mantenerte caliente y apoyada mientras camines. Evita las pantuflas sueltas que podrían causar que te deslices o caigas mientras caminas.
    • Los calcetines pantuflas pueden ser un salvavidas mientras estás confinada a la cama durante las primeras etapas del trabajo de parto y justo después de dar a luz. Estos mantendrán tus pies calientes sin ser voluminosos o ser un impedimento.[6]
    • Los calcetines pantuflas también son buenos para mantener tus pies calientes durante el alumbramiento, ya que tendrás que poner tus pies en los estribos. La mayoría de estos suelen tener cubiertas, pero de todas formas pueden ser fríos e incómodos.
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    Recuerda empacar los artículos de aseo que necesitarás. Si utilizas lentes de contacto, no olvides tus anteojos y tu solución para los lentes de contacto. Lleva tu cepillo de dientes y tu cepillo para el cabello. Es posible que termines caminando por la cafetería o por el hospital si tu trabajo de parto es prolongado. Por ello, lleva todo lo que necesitarás para sentirte presentable.[7]
    • La mayoría de los hospitales tienen compresas higiénicas o tampones, pero considera llevar los tuyos por si acaso. No tienes que utilizarlos, pero no está de más tenerlos.[8]
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    Empaca un conjunto de ropa para utilizar al salir del hospital o del centro de parto. Por sobre todo, asegúrate de que este atuendo sea cómodo.
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Consejos

  • Asegúrate de llevar unos recordatorios de la casa que te hagan sentir más comodidad durante el proceso de trabajo de parto, como una foto o un peluche. Este tipo de cosas pueden ayudarte a distraerte y hacerte sentir más tranquilidad durante el proceso.
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Acerca de este wikiHow

Jennifer Butt, MD
Coescrito por:
Obstetra y ginecóloga certificada por lel colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Jennifer Butt, MD. Jennifer Butt tiene un doctorado en Medicina, y es una obstetra y ginecóloga certificada por el colegio oficial que opera su consultorio privado, Upper East Side OB/GYN, en la ciudad de Nueva York. Está afiliada al Hospital Lenox Hill. Recibió una licenciatura en estudios biológicos en la Universidad de Rutgers y un doctorado en Medicina en la Facultad de Medicina Robert Wood Johnson. La doctora Butt está certificada por la Junta Americana de Obstetricia y Ginecología. Es miembro del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, y miembro de la Asociación Médica Estadounidense. Este artículo ha sido visto 26 669 veces.
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