Aunque es común que un bebé esté sentado (o con las nalgas hacia abajo) varias veces durante el embarazo, aproximadamente el 3 % de los bebés se encuentra en posición sentada hasta el momento del parto. A estos bebés a veces se les llama "bebés sentados" y están en alto riesgo de tener ciertos problemas, tales como displasia de cadera y falta de oxígeno al cerebro durante el nacimiento. Se puede usar varios métodos para colocar, de forma natural, a un bebé sentado en la posición correcta de nacimiento (conocida como "posición de vértice"). Para colocar a un bebé en la posición correcta, sigue estos pasos (con el permiso de tu doctor) a partir de las 30 semanas del embarazo.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Realizando ejercicios (de la semana 30 a la 37)

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    Intenta con los ejercicios de inclinación pélvica. Los ejercicios de inclinación pélvica son los más usados para colocar al bebé en la posición correcta. Al hacer esto, el bebé mete su barbilla (esto se conoce como flexión); este es el primer paso para voltear al bebé.
    • Para realizar los ejercicios de inclinación pélvica, necesitarás elevar tu cadera aproximadamente entre 20 y 30 centímetros sobre tu cabeza. Hay varias maneras de realizar estos ejercicios. La manera más fácil es simplemente acostándote en el suelo y apoyando tu cadera sobre almohadas.
    • Alternativamente, podrías utilizar una tabla de madera ancha (o incluso una tabla de planchar), la cual necesitarías apoyar sobre tu cama o sofá. Recuéstate sobre la tabla, de manera que tu cabeza esté en la base (sostenida por una almohada) y tus pies estén en el aire.[1]
    • Haz esto tres veces al día, durante diez o quince minutos en cada repetición, con el estómago vacío y mientras el bebé esté activo. Intenta relajarte y respirar profundamente mientras realizas estos ejercicios; asimismo, evita tensar los músculos abdominales. Para un mayor beneficio, puedes combinar los ejercicios de inclinación pélvica con la aplicación de calor, frío o sonido.
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    Realiza ejercicios abdominales usando tus rodillas y tu pecho. Estos ejercicios usan la gravedad para estimular al bebé y hacer que este se voltee y se coloque en la posición correcta.
    • Coloca tus rodillas en el suelo o sobre su cama y coloca tus antebrazos en el suelo. Coloca tu trasero en el aire y mete tu barbilla. Esto permite que la parte baja de tu útero se expanda, haciendo espacio para la cabeza del bebé.[2]
    • Mantente en esta posición de 5 a 10 minutos, dos veces por día. Trata de hacer esto con el estómago vacío, de lo contrario te sentirás algo enferma luego.
    • Si puedes sentir la posición del bebé, es posible que quieras ayudar en el proceso de viraje. Mientras te apoyas sobre un codo, usa la mano opuesta para ejercer presión hacia arriba sobre la parte trasera del bebé, que está ubicado justo sobre tu hueso púbico.
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    Haz una inversión inclinándote hacia adelante. Este ejercicio usa una posición similar al del ejercicio abdominal, en el que usaste tus rodillas y tu pecho; no obstante, este ejercicio es un poco más intenso.
    • Empieza con la posición del ejercicio abdominal en el que usaste tus rodillas y tu pecho, pero esta vez ubícate sobre tu cama o en la parte superior de las escaleras. Si te encuentras sobre tu cama, coloca tus palmas en el suelo con mucho cuidado; si te encuentras en la parte superior de las escaleras, coloca tus palmas dos o tres escalones más abajo. Recuerda meter la barbilla, ya que hacerlo ayuda a relajar tus músculos pélvicos.
    • Ten mucho cuidado cuando lleves a cabo este ejercicio, ya que no querrás que tus manos se resbalen. Haz que tu compañero te ayude a colocarte en posición y usa sus manos para apoyar tus hombros durante el ejercicio.
    • Mantente en esta posición durante 30 segundos. Ten en cuenta que es mejor repetir este ejercicio con frecuencia (3 o 4 veces por día) en lugar de mantener esta posición por un periodo prolongado de tiempo.[1]
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    Nada en la piscina. Nadar y hacer flexiones y volteretas en la piscina puede hacer que el bebé se coloque en la posición de vértice por sí mismo. Intenta los siguientes ejercicios en la piscina:
    • Ve hacia el fondo de la piscina; una vez que estés allí, agáchate e impúlsate. Saca tus manos al salir a la superficie del agua.
    • Tan sólo nadar puede estimular a tu bebé, haciendo que este se mueva (esto se siente muy bien durante las semanas finales del embarazo). Se cree que el estilo libre y la brazada de pecho son particularmente efectivos.
    • Realiza virajes hacia adelante o hacia atrás en el fondo de la piscina. Esto te ayudará a relajar los músculos y hará que tu bebé se voltee con más facilidad. Si tienes un buen balance, también puedes intentar una posición cabeza abajo y mantenerla tanto como puedas mantener tu respiración.
    • Sumérgete. Sumérgete en la piscina mientras sostengas la cabeza del bebé cerca de la pelvis. Se cree que la ingravidez y el caudal del agua hacen que el bebé gire por su propia cuenta.
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    Presta mucha atención a tu postura. Aparte de hacer ejercicios específicos para estimular a tu bebé y hacer que este gire, es importante prestar atención a tu postura en tu vida diaria, ya que esto puede afectar al movimiento del bebé.
    • Más específicamente, una buena postura ayudará a asegurar la máxima cantidad de espacio disponible en el útero, de modo que el bebé pueda girar y colocarse en la posición correcta por su propia cuenta. Para tener una postura correcta, sigue las siguientes pautas:
    • Párate derecha, de manera que tu barbilla se encuentre paralela al piso.
    • Permite que tus hombros caigan naturalmente. Si estás parada con la espalda recta y con tu barbilla en la posición apropiada, tus hombros caerán y se alinearán naturalmente. Evita echarlos hacia atrás.
    • Mete tu abdomen. No te pares sacando el vientre.
    • Mete tu trasero. Tu centro de gravedad debe estar por encima de tus caderas.
    • Pon tus pies en una posición apropiada. Coloca tus pies separados al nivel de los hombros y distribuye tu peso equitativamente sobre tus pies.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Empleando técnicas alternativas (de la semana 30 a la 37)

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    Emplea paquetes calientes y fríos. Algo frío o tibio sobre el útero puede estimular a tu bebé y puede hacer que este se mueva, alejándose de la sensación fría; cuando ya sienta el objeto tibio, se colocará en la posición correcta.
    • Para hacer esto, coloca un paquete de hielo o un paquete de vegetales congelados sobre tu vientre cerca de la cabeza del bebé. Con suerte, el bebé evitará el frío y se volteará para encontrar una posición más cómoda y tibia.
    • Usar el paquete de hielo en una bañera, con la parte baja de tu vientre sumergido en agua caliente, es una buena forma de emplear esta técnica, ya que el bebé se sentirá atraído por lo tibio. Alternativamente, puedes colocar un paquete tibio o una botella de agua caliente en la parte baja de tu vientre.
    • Esta técnica que emplea frío y caliente es completamente segura, ya que se puede hacer siempre que quieras y cuantas veces quieras. Muchas mujeres eligen usar paquetes calientes y fríos sobre sus vientres mientras llevan a cabo los ejercicios de inclinación pélvica.
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    Emplea el sonido para estimular a tu bebé y hacer que este gire. Hay algunos métodos distintos del empleo de sonido; estos métodos hacen que el bebé gire hacia el sonido y que de esta manera se coloque en la posición adecuada.[3]
    • Una opción muy popular es reproducir música para el bebé, colocando audífonos en la parte baja de tu vientre. Puedes descargar música compuesta especialmente para bebés no nacidos y recién nacidos de Internet, ya sea música clásica suave o versiones de canciones de cuna de tus melodías de cuna favoritas.
    • Alternativamente, puedes hacer que tu pareja coloque su boca en la parte baja de tu abdomen y le hable al bebé, estimulándolo a moverse hacia el sonido de su voz. Esta es una buena forma de hacer que tu pareja cree un vínculo con el bebé.
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    Visita a un quiropráctico con experiencia en el uso de la técnica Webster. La técnica de restricción intrauterina Webster (o simplemente "la técnica Webster") se desarrolló para restaurar la función y balance pélvico adecuados; se cree que ayuda a estimular al bebé y a hacer que se coloque en la posición adecuada por su propia cuenta.
    • La técnica de Webster implica dos cosas: en primer lugar, asegura que el sacro y los huesos pélvicos se equilibren y estén en la posición adecuada. Si estos huesos permanecen desalineados, se impediría el movimiento del bebé hacia a la posición de vértice.
    • En segundo lugar, esta técnica ayuda a reducir el estrés en los ligamentos redondos que sostienen el útero, haciendo que se relajen y se aflojen. Una vez que los ligamentos se aflojan, el bebé tiene más espacio para moverse; esto le permite colocarse en la posición correcta antes del parto.
    • Ten en cuenta que la técnica de Webster es un proceso; por esta razón, necesitarás asistir a tus citas por lo menos tres veces por semana, durante las semanas finales del embarazo. Asegúrate de recibir tratamiento de un quiropráctico licenciado que tenga experiencia tratando a mujeres embarazadas con bebés que vienen de nalgas.[4]
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    Busca información sobre la moxibustión. La moxibustión es una técnica tradicional China que usa la combustión de hierbas para estimular los puntos de acupuntura.
    • Para voltear al bebé que viene de nalgas, se quema una hierba conocida como "artemisa", la cual se coloca junto al punto de presión BL 67; este punto se encuentra al costado de la esquina exterior de la uña del quinto dedo del pie del niño.
    • Se cree que esta técnica incrementa el nivel de actividad del bebé; de este modo, se estimula al bebé a colocarse en la posición de vértice por sí mismo.[5]
    • Por lo general, un acupunturista es el que lleva a cabo la moxibustión (además de la acupuntura tradicional) o un profesional licenciado en medicina china. No obstante, cualquiera que desee intentar este método en casa puede comprar las barras usadas en la moxibustión.
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    Prueba la hipnosis. Algunas mujeres han podido colocar en la posición correcta a su bebé con la ayuda de un hipnoterapeuta licenciado.
    • Por lo general, la hipnoterapia emplea un método dual para voltear al bebé. En primer lugar, la madre deberá estar hipnotizada, en un estado de relajación profunda. Esto hará que los músculos pélvicos se relajen y que la parte baja del útero se expanda, motivando al bebé a que se voltee.
    • En segundo lugar, se le estimulará a la madre a usar técnicas de visualización para que imagine al bebé girando y colocándose en la posición correcta.
    • Pregúntale a tu prestador de servicios médicos el nombre y número telefónico de un hipnoterapeuta reconocido en tu área.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Buscando asistencia médica (después de la semana 37)

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    Programa una versión cefálica externa (VCE). Una vez que pases de la semana 37, es poco probable que tu bebé sentado cambie de posición por su propia cuenta.
    • Por lo tanto, deberías considerar programar una cita con tu doctor, de forma que él o ella intente voltear al bebé usando una versión cefálica externa ("VCE"). Este es un procedimiento no quirúrgico que se realiza en un hospital por doctores.
    • Durante el procedimiento, el doctor usa medicamentos para relajar el útero, de manera que pueda empujar al bebé, de forma externa hacia la posición de vértice. Esto se puede realizar mediante la aplicación presión, descendiendo desde la parte alta hacia la parte baja del abdomen (a muchas mujeres les incomoda esto).
    • Durante el procedimiento, el doctor usará un ultrasonido para monitorear la posición del bebé y de la placenta, junto con la cantidad de fluido amniótico. Asimismo, se deberá monitorear la frecuencia cardiaca del bebé durante el procedimiento; si esta baja mucho, podría ser necesario un parto de emergencia.[3]
    • El procedimiento VCE tiene éxito en el 58% de los embarazos de este tipo. Dicho procedimiento tiene una tasa de éxito más alta en embarazos subsecuentes (más que en las primeras veces). No obstante, en algunos casos, el procedimiento VCE no es posible ya que existen complicaciones, tales como sangrado o niveles de líquido amniótico más bajos de lo normal. Asimismo, es imposible que este procedimiento se lleve a cabo cuando la madre dará a luz a mellizos.[5]
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    Habla con tu doctor sobre realizar una cesárea. En algunos casos, se necesitará realizar una cesárea, ya sea si tu bebé viene de nalgas (como por ejemplo, si tienes placenta previa, si vas a tener trillizos o si anteriormente te han hecho una cesárea).
    • No obstante, si tu bebé viene de nalgas, pero otros factores son normales, necesitarás decidir entre dar a luz por vía vaginal o mediante una cesárea. La gran mayoría de bebés sentados nace mediante una cesárea, ya que se cree que esta opción es la menos riesgosa.
    • Por lo general, las cesáreas se programan después de la trigésima novena semana de embarazo. Se llevará a cabo un ultrasonido, justo antes de la cirugía para asegurar que el bebé no haya cambiado de posición antes del último chequeo.
    • Sin embargo, si vas dar a luz antes de la cesárea programada y el parto progresa muy rápidamente, lo más probable es que necesites dar a luz por vía vaginal, sin importar tus planes.
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    Considera la posibilidad de tener un parto podálico. Dar a luz a bebés sentados por vía vaginal ya no se considera riesgoso, como lo fue en el pasado.
    • De hecho, en el 2006, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) declaró que dar a luz a bebés sentados por vía vaginal es un procedimiento seguro y razonable para ciertos pacientes con determinadas condiciones.
    • Por ejemplo, un parto podálico puede ser una opción válida si la pelvis de la madre es lo suficientemente ancho; el bebé llega a término completo, el parto comienza y se desarrolla con normalidad; los ultrasonidos del bebé indicarán que él o ella tiene un peso saludable sin ninguna anormalidad (aparte de su posición sentada); el obstetra principal tiene experiencia en los partos vaginales de bebés sentados.[5]
    • Si crees que satisfaces estos criterios y estás interesada en tener un parto tradicional en lugar de una cesárea, conversa con tu doctor para buscar soluciones y decidir si un parto vaginal es seguro, tanto para ti como para tu bebé.
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Advertencias

  • Siempre hazte chequeos con tu doctor u obstetra antes de intentar cualquier ejercicio o método para voltear al niño en el vientre. Voltear a un bebé puede dar como resultado al estrangulamiento con el cordón umbilical o al daño de la placenta.
  • De acuerdo con la Asociación Internacional Quiropráctica de Pediatría (ICPA, por sus siglas en inglés), se necesita investigar más acerca del uso de la técnica Webster en mujeres embarazadas para voltear a un bebé sentado; dicha investigación está actualmente en curso.
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Acerca de este wikiHow

Sarah Gehrke, RN, MS
Coescrito por:
Enfermera registrada
Este artículo fue coescrito por Sarah Gehrke, RN, MS. Sarah Gehrke es enfermera registrada y terapeuta de masajes licenciada en Texas. Sarah tiene más de 10 años de experiencia enseñando y practicando flebotomía y terapia intravenosa (IV) utilizando apoyo físico, psicológico y emocional. Recibió su licencia de Terapeuta de Masajes en el Instituto de Terapia de Masajes de Amarillo en 2008 y un master en Ciencias de Enfermería en la universidad de Phoenix en 2013. Este artículo ha sido visto 226 832 veces.
Categorías: Parto
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