Cómo evitar los errores sociales comunes

Preocúpate por tu apariencia. La forma más fácil de decir es observar lo que lleva la mayoría de la gente o preguntar a un amigo que sepa un par de consejos de moda. (Esto sólo es necesario si no tienes ni idea de moda… si te vistes de una forma diferente porque lo quieres así, entonces ignora esto).

No dejes que tus aficiones dañen tu habilidad para socializar. Puedes ser un gran fan del coleccionismo, los juegos de rol, el anime o Star Trek y que aún te consideren completamente normal. ¿Cómo? No dejando que ello restrinja tu círculo social. Necesitas ser capaz de saber cuando alguien no es un fan de tu afición y cuando te des cuenta de ello (con suerte, casi inmediatamente), debes evitar hablar de ello y concentrarte en las cosas en las que otras personas están interesadas.

Encuentra un corte de pelo que te siente bien. Tener el corte de pelo equivocado realmente puede quedarte mal. Y todo el mundo te juzgará si tienes un corte de pelo horrible. Si no sabes qué hacerte, pide consejo o pregunta a tu peluquero para que te proponga algunas sugerencias.  

Se discreto cuando pidas una invitación a algún evento en el que no estabas invitado originalmente. Esto tiene truco porque te gustaría invitarte a eventos y la mayoría del tiempo está bien, pero a veces la gente no te quiere alrededor y son demasiado educados para negarte la invitación. Considera algunas cosas antes de invitarte, como quién va y qué tipo de evento es. Si no estás seguro de que tu presencia sea adecuada, pregunta sin ser explícito para que te inviten (a menos de que estés seguro de que esté bien). Si se olvidaron de invitarte, ellos te invitarán si casualmente mencionas el evento.

No te quedes más de lo debido. Sigue la regla del “cepillo de dientes”. Si estás en casa de alguien, y esa persona comienza a cepillarse los dientes o te dan alguna señal de que están a punto de irse a dormir, deberías comenzar a prepararte para irte. Si quieren que te quedes, te pararán.  

Respeta el espacio personal de los demás. Todo el mundo tiene un espacio personal. Puede que sea muy cercano, o muy lejano, pero sea cual sea, si alguien invade ese espacio (y no es deseado), puede resultar muy molesto.

Aprende a cuando no decir nada. Una buena forma de saberlo es cuando la otra persona no está haciendo contacto visual contigo o si la otra persona te da respuestas como “Sí, ¿y?”, “¿Y qué?”, o “¿En serio?”. En esos casos, probablemente es el momento de callarse o de hacer una pregunta y dejar que hablen durante un rato.

Conoce el protocolo del móvil. Apaga tu teléfono móvil cuando estés en un teatro. Si contestas a la llamada, susurra y no dejes que dure más de 10 segundos. Sin embargo, simplemente es mejor no contestar en un teatro, a menos que sea una emergencia. Si estás en un edificio público, sal afuera para las llamadas largas si es posible. Si estás en un lugar público pero no puedes salir fuera, entonces baja la voz.

Haz contacto visual. Mirarte los pies o los de la otra persona puede hacerte parecer inseguro. Mirar a otro lado te hará parecer distraído o aburrido. Mirar los pechos de las mujeres te hará parecer un pervertido. Sin embargo, no mires muy intensamente a los ojos de tu interlocutor o harás que se sienta incómodo, aunque esto varía de una a otra cultura. Después de ello, mira a la mesa, o a otra parte de su cara (no más abajo de ahí). En cualquier caso, tu cara debe siempre apuntar a su cara.

No seas pesado. La mayoría de la gente odia a las personas muy dependientes, a menos que se lleven realmente bien con ellas. Si la persona en cuestión tiene otros grupos de amigos, dale tiempo para que haga sus cosas. No monopolices su tiempo a menos que sepas que es lo que quiere.