Los fideos con huevo son fáciles de hacer y le darán un toque de frescura a cualquier platillo de pasta o sopa. Estos fideos, que puedes usar tanto para platillos de gastronomía asiática e italiana, son ligeramente personalizables y de rápida preparación.

Ingredientes

  • 3 tazas de harina
  • 2 huevos grandes
  • 2 yemas de huevo
  • pizca de sal (de 1 a 2 cucharaditas)
  • 1/4 a 1/2 taza de agua fría

Método 1
Método 1 de 2:
Hacer fideos con huevo

  1. 1
    Tamiza 3 tazas de harina en un tazón grande. Si no tienes un tamiz, usa un tenedor o varillas pequeñas para romper los grumos y todo sea un polvo parejo.
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    Añade 1 cucharadita de sal a la harina y revuélvela con unas varillas. Puedes modificarlo al gusto y echarle otra pizca para tener una pasta ligeramente más salada, pero no le eches menos. La sal, en pequeñas cantidades, intensifica los sabores, lo cual sacará a relucir el sabor de los huevos. Revuélvelo todo de manera uniforme con unas varillas.
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    Casca 2 huevos y 1 yema en el hoyo con forma de cono. Haz un espacio pequeño con tus dedos en el centro de la harina para formar un hoyo con forma de cono. Así será fácil integrar los ingredientes húmedos con la masa de manera pareja. Luego, echa el huevo.
    • ¿Quieres una pasta más cremosa? Échale más yema de huevo y menos huevo entero. Así tendrá un amarillo más intenso y la cremosidad que a algunos les encanta de los fideos con huevo.
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    Usa un tenedor para revolver los huevos en el hoyo e incorpora la harina lentamente. A medida que los revuelvas, empezarás a notar que la harina lentamente se incorpora a medida que el tenedor toca los bordes del hoyo. Sigue haciendo movimientos envolventes más y más grandes para incorporar cada vez más harina en el huevo. Luego, haz una pausa a la mitad del proceso.
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    Añade 1/4 de taza de agua y mezcla todo con el tenedor. Debes mezclarlo todo hasta que te quede una masa suelta. Dependiendo del clima, quizá tengas que añadir más agua. Añade más si el clima es seco y menos si es húmedo. El objetivo es obtener una masa suelta, como de plastilina suave.[1]
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    Pon el tenedor a un lado y amasa la masa hasta que se forme una bola suave y ligeramente pegajosa. Toma la masa y dóblala a la mitad. Luego, presiona firmemente la parte superior con la base de la mano para amasarla. Rota la masa y repítelo de 4 a 5 veces más. Sabrás que la masa está lista cuando quede con la textura de plastilina suave mojada. Si no te gusta la textura de la masa, podrás modificarlo ahora:
    • La masa está demasiado pegajosa: añade 1 cucharada más de harina espolvoreada de manera uniforme mientras la amasas.
    • La masa está demasiado seca: añade un toque de agua lentamente y amásala. La masa debe quedar un poco húmeda.
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    Cubre el tazón con papel film y deja la masa reposar por 1 hora. Así, el gluten se relajará y los fideos quedarán más tiernos, con lo cual te será más fácil trabajar. Déjalo en un lugar fresco y seco.
    • Si no cuentas con mucho tiempo, este paso es opcional. Incluso con 20 minutos será más fácil trabajar la masa.[2]
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    Enharina ligeramente una mesada grande y despejada. Espolvorea unas cuantas cucharadas de harina sobre la superficie donde estirarás la masa de fideos. Esto evitará que se pegue a la superficie de trabajo.[3]
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    Estira la masa sobre la superficie enharinada hasta llegar al grosor deseado. Procura que la bola de masa se mantenga por lo menos un tanto rectangular, con lo cual podrás cortar fideos largos. Sigue estirándola hasta que quede casi como papel delgado. Cuando la sostengas con tus dedos, deberás ver el contorno de tus dedos sobresaliendo de la masa.[4]
    • Si quieres fideos con huevo más gruesos, ¡no hay problema! Nadie dice que no se pueden hacer fideos grandes y macizos.
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    Usa un cuchillo afilado o un cortador de pizza para cortar los fideos. Sé rápido pero firme con el cortador para tener fideos largos y uniformes. Muchos cocineros cortan todos los fideos a la mitad para que sean más fáciles de cocinar y comer.
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    Cocina los fideos con agua hirviendo o caldo de pollo hasta que floten. Debes hacerlo solo de 2 a 3 minutos, ya que los fideos frescos se cocinan increíblemente rápido. Después de terminar, escúrrelos de inmediato y sírvelos.[5]
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Método 2
Método 2 de 2:
Variaciones

  1. 1
    Cuelga y pon a secar los fideos toda la noche si quieres guardarlos. Los fideos son mejores frescos, pero también puedes secarlos si quieres guardarlos para cocinarlos después. Solo cuélgalos sobre el respaldar de una silla limpia, sobre perchas de alambre o una rejilla especial para secar pasta toda la noche. Luego, rómpela en trozos más pequeños y guárdalos en una bolsa hermética la mañana siguiente.[6]
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    Usa un líquido diferente en lugar de agua. No hay muchas opciones, pero hay algunas variantes en cuanto a los líquidos. Prueba con una leche baja en grasa si quieres una pasta ligeramente más densa o usa un vino blanco seco (como un Chardonnay) para hacer una pasta de sabor elegante y sutil que irá bien con platillos italianos.
    • También puedes probar con jugo de limón, aunque deberás diluirlo a la mitad con agua para que no queden demasiado ácidos.
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    Espolvoréales un poco de pimienta negra o hierbas finamente molidas si quieres hacer pasta saborizada. Lo más importante que debes recordar es asegurarte de que estén finamente molidas, porque así evitarás que la pasta se rompa o se formen grumos durante la cocción. Prueba con 2 cucharaditas de lo siguiente:
    • pimienta blanca
    • tomillo
    • ralladura de limón
    • orégano
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    Modifica la proporción de huevos enteros y solo yemas para hacer una pasta más cremosa o más ligera. Hay muchas teorías sobre cómo hacer los fideos con huevo perfectos y la mayoría varía en el número de huevos que hay que echar. Si vas a usar 3 tazas de harina, hay varias opciones. Experimenta con tu favorita:
    • 3 yemas, 1 huevo
    • 4 huevos enteros
    • 2 huevos enteros, 1 yema, + 1/4 de taza de leche[7]
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    Añade 1 cucharada de mantequilla derretida para que tengan un poco de más sabor. Solo vierte la mantequilla en la mezcla de huevos y líquido antes de integrar todo por completo. Sabrá especialmente bien si has sustituido el agua por leche en los pasos anteriores.[8]
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Consejos

  • Echa los fideos a un caldo de pollo con un poco de pollo y verduras (después de que las verduras estén cocidas) y tendrás sopa de pollo con fideos.
  • Para que sea más fácil de cortar, enharina la masa después de estirarla bien y tenga forma de hoja. Luego, enrolla o dobla la masa en forma de cilindro. Corta discos finos transversalmente. Desenrolla cada uno de los discos para tener listos los fideos.
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Advertencias

  • No eches demasiado líquido, sino quedarán aguados.
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Cosas que necesitarás

  • tazón grande
  • cuchara
  • cortador de pizza
  • molde
  • rodillo de cocina

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Categorías: Pastas y fideos | Recetas
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