La lactosa es un azúcar que se encuentra en los productos lácteos, así que si crees que puedes tener intolerancia a la lactosa, es probable que sientas los síntomas después de comer alimentos que contengan productos lácteos. Puedes probar si tienes el trastorno en casa eliminando los productos lácteos de tu dieta para ver si esta medida alivia los problemas estomacales. Sin embargo, también puedes hacerte una de las muchas pruebas relativamente sencillas en el consultorio de un médico para confirmar las sospechas.

Método 1
Método 1 de 3:
Prestar atención a los síntomas de intolerancia a la lactosa

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    Fíjate si tienes gases y distensión abdominal, especialmente después de ingerir productos lácteos. Por ejemplo, puedes sentirte muy lleno, lo que puede indicar que tienes distensión abdominal. También puedes tener más gases cuando comes alimentos lácteos, como leche o queso. Los gases también pueden hacer que sientas el estómago adormecido.[1]
    • Los gases pueden presentarse en forma de flatulencias o eructos.
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    Escucha los gruñidos del abdomen. Si comes productos lácteos, es posible que notes que el estómago se queja literalmente. Puede hacer ruidos como si tratara de digerir la lactosa de la leche y no poder hacerlo. Algunas veces, por ejemplo, puede sonar como si tuvieras hambre, aunque acabes de comer.[2]
    • Puede sonar como gorgoteos y explosiones.
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    Presta atención a las náuseas y los calambres abdominales. Puesto que el estómago tiene problemas para digerir la lactosa, puedes experimentar un poco de dolor. Por ejemplo, puedes sentirte mal del estómago o experimentar calambres fuertes en el área. Es posible también que te sientas un poco indispuesto, como si no tuvieses ganas de comer.[3]
    • Los calambres se sienten como si alguien te apretara los músculos, lo cual es una sensación dolorosa.
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    Fíjate si tienes diarrea y vómitos. La diarrea (o las deposiciones sueltas) es más común. Si vas más al baño después de comer productos lácteos, eso puede ser un signo de intolerancia a la lactosa. Sin embargo, también puedes tener episodios de vómitos. Básicamente, cualquier tipo de malestar estomacal puede indicar una intolerancia a la lactosa.[4]
    • Por supuesto, debes prestar atención a estos síntomas específicamente después de comer productos lácteos.

Método 2
Método 2 de 3:
Hacerte la prueba de intolerancia a la lactosa en casa

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    Identifica los alimentos que tienen un contenido alto de lactosa en tu dieta. La lactosa se encuentra en casi todos los productos lácteos, los cuales pueden incluir leche, helado, crema para café, mantequilla y manteca, por mencionar algunos. Estos productos alimenticios pueden ser la causa del malestar estomacal.[5]
    • Piensa en la frecuencia con que comes estos productos y trata de asociarlos a la sensación de malestar estomacal. Por ejemplo, ¿te duele el estómago después de comer un tazón de cereal con leche regular? Eso puede indicar una intolerancia a la lactosa.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Lyssandra Guerra

    Lyssandra Guerra

    Consultora certificada en nutrición y bienestar
    Lyssandra Guerra es una consultora certificada de nutrición y bienestar, y fundadora de Native Palms Nutrition con sede en Oakland, California. Tiene más de cinco años de experiencia en coaching nutricional y se especializa en brindar apoyo para superar problemas digestivos, sensibilidades alimentarias, antojos de azúcar y otros dilemas relacionados. Recibió su certificación de nutrición holística de la Universidad de Bauman: Nutrición Holística y Artes Culinarias en 2014.
    Lyssandra Guerra
    Lyssandra Guerra
    Consultora certificada en nutrición y bienestar

    ¿Lo sabías? Los alimentos que sorpresivamente contienen lactosa incluyen algunos polvos de proteína, salchichas, carne de charcutería, algunas barras proteínicas o saludables, chips saborizados y aderezos para ensaladas.

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    Ten cuidado con la lactosa oculta. La lactosa puede estar presente en alimentos inesperados, como sopas, salsas y salsas de carne, las cuales suelen contener leche. También se puede encontrar en alimentos como aderezos para ensaladas, pan, puré de papas y sopas instantáneos, margarina, chocolate con leche e incluso cereales para el desayuno.[6]
    • La lactosa se puede encontrar en embutidos, caramelos, mezclas para hornear, vísceras, guisantes, pallares y remolacha azucarera.
    • Acostúmbrate a leer las etiquetas para detectar los productos lácteos y poder identificar cuáles son los que posiblemente causen los síntomas que sientes.
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    Elimina los derivados de la leche de tu dieta para ver si experimentas alguna mejoría. Deja de comer productos lácteos, así como cualquier otra fuente posible de lactosa, al menos por dos semanas. Si dejas de experimentar diarrea, náuseas, distensión abdominal, gases y otros síntomas, es posible que tengas intolerancia a la lactosa.[7]
    • Es posible que quieras de todas formas que un médico te haga una prueba para tener la certeza. Puedes tener otro trastorno subyacente además de la intolerancia a la lactosa.

Método 3
Método 3 de 3:
Usar pruebas de diagnóstico para la intolerancia a la lactosa en el consultorio de un médico

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    Pregunta acerca de la prueba para la intolerancia a la lactosa. Para esta prueba, tendrás que tomar un líquido que tenga un contenido alto de lactosa. Después de dos horas, un médico te hará una prueba de glucosa. Si tu nivel de azúcar no aumenta, entonces no has digerido bien la lactosa.[8]
    • Una prueba de glucosa es una prueba del nivel de azúcar en la sangre. El médico te pinchará el dedo para extraer una gota de sangre y medirá el nivel de azúcar.
    • En una prueba similar, llamada prueba de tolerancia a la leche, se te pedirá que tomes un vaso de leche. Luego, un médico examinará tu nivel de azúcar en la sangre.
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    Pregunta acerca de la prueba de hidrógeno si no te gustan las agujas. Tendrás que tomar un líquido con un contenido alto de lactosa. Sin embargo, en vez de verificar tu nivel de azúcar en la sangre, el médico medirá la cantidad de hidrógeno en tu aliento para determinar si tienes intolerancia a la lactosa.[9]
    • A menudo, el médico te pedirá que evites la lactosa una o dos semanas antes de la prueba para que sea más precisa.[10]
    • Si el nivel de hidrógeno es superior a la media, significa que la lactosa se mantiene en el colon y se fermenta, lo cual a su vez aumenta el nivel de hidrógeno en el cuerpo.
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    Solicita una prueba de acidez en las heces si se trata de un niño que no puede hacer otra prueba. Si la persona a la que se le hace la prueba es un niño, es posible que tenga que hacer esta prueba. En esta, tendrás que recolectar una muestra de heces del niño del papel higiénico. Luego, deberás llevar la muestra al médico en un kit especial.[11]
    • Cuando la lactosa permanece en el organismo de una persona, la cantidad de ácido láctico aumenta, lo cual se verá en una muestra de heces.
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    Considera la posibilidad de una biopsia del intestino delgado para detectar otros trastornos. En esta prueba, el médico te insertará un tubo pequeño por la garganta. Puede sonar aterrador, pero generalmente no duele, pues el médico usará anestesia local. Luego, el médico tomará una muestra pequeña de tejido del revestimiento del intestino delgado y la analizará para detectar otros trastornos, como la enfermedad celíaca.[12]
    • Aunque este tipo de biopsia no se hace muy a menudo para la intolerancia a la lactosa, el médico puede solicitar una para descartar otras posibilidades.
    • Si la muestra de tejido tiene un contenido bajo de lactasa, entonces es probable que tengas intolerancia a la lactosa.

Consejos

  • Si se te diagnostica intolerancia a la lactosa, debes tomar leche solo después de haberle quitado la lactosa.

Acerca de este wikiHow

Lyssandra Guerra
Coescrito por:
Consultora certificada en nutrición y bienestar
Este artículo fue coescrito por Lyssandra Guerra. Lyssandra Guerra es una consultora certificada de nutrición y bienestar, y fundadora de Native Palms Nutrition con sede en Oakland, California. Tiene más de cinco años de experiencia en coaching nutricional y se especializa en brindar apoyo para superar problemas digestivos, sensibilidades alimentarias, antojos de azúcar y otros dilemas relacionados. Recibió su certificación de nutrición holística de la Universidad de Bauman: Nutrición Holística y Artes Culinarias en 2014. Este artículo ha sido visto 1369 veces.