A veces, cuando necesitas ir al baño, no te queda más remedio que aguantarte las ganas. Es complicado encontrarse en esta situación. Puedes seguir unos cuantos pasos para contenerte, pero la mejor opción es ir al baño lo antes posible. También puedes probar a comer o evitar determinados alimentos para favorecer la regularidad. Si lo que ocurre es que no te gusta usar baños públicos, puedes seguir algunos de los siguientes pasos para enfrentarte a ese problema y sentirte más cómodo.

Método 1
Método 1 de 3:
Aguantarse las ganas a corto plazo

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    Contrae el esfínter. El esfínter externo es lo que controla las ganas de ir al baño. Normalmente, tenderás a contraer este músculo cuando lo necesites sin pensarlo siquiera, pero puedes probar a apretar y juntar las nalgas entre sí para contenerte aún más.[1]
    • Contrae el esfínter hasta que la necesidad de ir al baño desaparezca.
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    Evita hacer ejercicio o moverte demasiado. El ejercicio tiende a activarlo todo, en parte debido a la forma en que el movimiento abdominal agita y oprime los órganos. Lo mejor es que mantengas la mayor quietud posible para aguantarte las ganas de ir al baño.[2]
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    Practica ejercicios de Kegel. Los ejercicios de Kegel sirven para fortalecer los músculos anales, lo cual puede ayudar a contener las ganas de defecar.[3] Para hacer estos ejercicios, tienes que contraer y sostener los músculos del suelo pélvico y, después, relajarlos.[4]
    • Para asegurarte de utilizar los músculos del suelo pélvico, cuando estés orinando, interrumpe la expulsión antes de terminar. Esos músculos son los que debes trabajar. Sin embargo, no debes acostumbrarte a interrumpir la expulsión de la orina antes de terminar, ya que puede ser perjudicial. Hazlo solo una o dos veces para localizar los músculos que tienes que utilizar.
    • Si eres hombre, prueba a contraer los músculos durante 3 segundos y relajarlos durante otros 3 segundos, trabajando en series de 10 repeticiones.[5] Si eres mujer, contrae los músculos durante 5 segundos y relájalos durante otros 5 segundos, completando una serie de 10 repeticiones. Tanto los hombres como las mujeres deben hacer una serie de 10 repeticiones 3 veces al día.
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    Utiliza loperamida. Este medicamento de venta sin receta, comúnmente conocido como Immodium (en Estados Unidos), puede ayudarte a reprimir la necesidad de ir al baño si tienes diarrea. Tómalo siguiendo las instrucciones del envase, y ten en cuenta que puede causar estreñimiento y se utiliza demasiado.[6]
    • Es mejor evitar el uso de este medicamento si estás embarazada o en periodo de lactancia. Los niños mayores de 6 años pueden tomar con seguridad una versión infantil de este medicamente.[7]
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    Toma subsalicilato de bismuto. El subsalicilato de bismuto, también conocido en Estados Unidos como Pepto Bismol o Kaopectate, es otra opción de venta sin receta para paliar la diarrea. Toma este medicamento en fórmula líquida o en pastillas, según tus preferencias.[8]
    • Es mejor evitar el uso de este medicamento si estás embarazada, aunque puedes hablar con tu médico si estás teniendo problemas con este tema.[9]
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Método 2
Método 2 de 3:
Comer los alimentos adecuados a las horas adecuadas

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    Reorganízate para ir al baño a horas más adecuadas. Muchas personas tienen que ir al baño por la mañana, justo después de desayunar o tomarse una taza de café. Si quieres aguantarte las ganas porque estás en el trabajo, intenta levantarte antes y desayunar en casa. De esta forma, podrás ir al baño en la comodidad de tu hogar antes de salir a trabajar.[10]
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    Come pan para ayudar a disminuir los movimientos intestinales. El pan tiene un bajo contenido en fibra, especialmente si es blanco. Su consumo puede ayudarte si tienes diarrea, por ejemplo. Sin embargo, debes tener cuidado de no comer demasiado, ya que podrías estreñirte.[11]
    • La fibra en grandes cantidades puede aumentar la necesidad de ir al baño, así que si estás intentando ir con menos frecuencia, evita los alimentos ricos en fibra, como el pan integral. El pan blanco es bajo en fibra, ya que no está elaborado con grano completo.
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    Evita el alcohol cuando sepas que puedes tener problemas. Si estás yendo al baño con demasiada frecuencia, es mejor que evites las bebidas alcohólicas. Puede causar diarrea e hinchazón, así que irás con más frecuencia en lugar de reducir las ganas.[12]
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    Si tienes necesidad de ir al baño, evita los alimentos ricos en fibra. Entre los alimentos ricos en fibra se encuentran las frutas, las verduras y los cereales de grano completo o integrales. La fibra de estos alimentos puede activar el movimiento intestinal, así que si estás intentando aguantarte las ganas de defecar, evita su consumo en lo posible.[13]
    • Ten en cuenta que esto es solo una solución temporal. Por lo general, comer alimentos ricos en fibra es bueno y ayuda a evitar el estreñimiento. De hecho, el estreñimiento puede acabar causando problemas para aguantarse las ganas de ir al baño.[14]
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    Evita las bebidas con cafeína. Muchas veces, la cafeína aumenta las ganas de ir al baño. No todo el mundo es susceptible de sufrir este efecto, pero si tú lo eres, debes evitar el consumo de cualquier bebida con alto contenido en cafeína, como el café, el té, las bebidas energéticas y algunos refrescos.[15]
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    Evita los productos lácteos. En algunas personas, los lácteos causan estreñimiento, lo cual puede parecer ideal si tienes problemas para aguantarte las ganas de ir al baño.[16] Sin embargo, en las personas con alergia o intolerancia a la leche, los lácteos pueden causar diarrea. Si estás yendo al baño con demasiada frecuencia, los mejor es que los evites por si acaso.
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Método 3
Método 3 de 3:
Tratar el miedo a usar baños públicos

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    Oculta el ruido. Si eres de esas personas que no soportan que nadie las escuche mientras están en el baño, puedes elegir entre varias soluciones para ocultar los ruidos. Si estás en una casa ajena, prueba a abrir el grifo. Otra opción es colocar papel higiénico en la taza del váter para evitar el sonido al salpicar.[17]
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    Tira de la cisterna después de cada defecación. Para disminuir el olor, prueba a tirar de la cisterna cada vez que caiga un excremento. Esta estrategia también ayudará a ocultar algunos ruidos propios del proceso. Sin embargo, debes tener en cuenta que al tirar de la cisterna puede salpicarte agua.[18]
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    Aplica un espray para neutralizar el olor. Si parte de tu miedo está relacionado con el olor, utiliza un espray. Prueba a usar un espray de prevención que se aplica sobre el agua justo antes de defecar. El espray reduce el olor, así que evitará que seas delatado.[19]
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    Piensa que es algo natural. A veces puedes sentir vergüenza de defecar en baños públicos o con tu pareja cerca. Sin embargo, debes recordar que todo el mundo tiene que hacerlo, hasta la persona más sofisticada que te venga a la cabeza. Es ley de vida. Si te lo recuerdas a ti mismo cada vez que llegue el momento, sentirás menos vergüenza.[20]
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Advertencias

  • Si intentas aguantarte las ganas de defecar con demasiada frecuencia, puedes acabar sufriendo estreñimiento e incluso incontinencia, entre otros problemas.
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Acerca de este wikiHow

Roy Nattiv, MD
Coescrito por:
Gastroenterólogo certificado por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Roy Nattiv, MD. El Dr. Roy Nattiv es un gastroenterólogo pediátrico certificado por el colegio oficial en Los Ángeles, California. El Dr. Nattiv se especializa en una amplia gama de enfermedades gastrointestinales y nutricionales pediátricas como estreñimiento, diarrea, reflujo, alergias alimentarias, poco aumento de peso, sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, enfermedad inflamatoria intestinal e síndrome del intestino irritable. El Dr. Nattiv se graduó de la Universidad de California, Berkeley, y recibió su Doctorado en Medicina en la facultad de medicina Sackler en Tel Aviv, Israel. Luego completó su residencia pediátrica en el Hospital de Niños de Montefiore, Albert Einstein College of Medicine. El Dr. Nattiv completó su beca de investigación y su capacitación en gastroenterología, hepatología y nutrición pediátricas en la Universidad de California, San Francisco (UCSF, por sus siglas en inglés). Fue becario del Instituto de Medicina Regenerativa de California (CIRM, por sus siglas en inglés) y fue galardonado con el premio de becario a la facultad de la Sociedad Norteamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátricas (NASPGHAN, por sus siglas en inglés) en Investigación de EII pediátrica. Este artículo ha sido visto 37 698 veces.
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